ALTERNATIVAS DE LA IZQUIERDA EN MÉXICO

O el indeseable triunfo moral de la izquierda, de la derecha o de lo que sea

¿Le puedo ir al América y ser de izquierda? ¿Sí o no? ¿Hay alternativa en eso? La pregunta no es frívola. En algunos lugares y épocas ha podido ser un asunto de vida o muerte. ¿Le puedo ir al América o le tengo que ir a Pumas o a las Chivas? ¿O a cualquiera menos al América?

¿O como sujeto consciente de mi clase y vanguardia del proletariado debo rechazar los opiáceos alienantes de los aparatos ideológicos del Estado capitalista, es decir, no debo ver fútbol?  ¿Le puedo ir al América o es traición a la patria? (De la lectura que hago del Manifiesto Comunista resulta que no hay nada más izquierdista que traicionar a la patria o ser antipatriota.) ¿Puedo tener amigos panistas? ¿Puedo afirmar públicamente que la elección de 2006 fue legal y transparente, con errores, pero que no hubo fraude? ¿O eso le corresponde a la derecha? ¿Y comer en McDonalds, comprar en Wal Mart, jugar fútbol americano o escuchar rock? ¿O sería un “comportamiento” no de izquierda y por ello merecería la expulsión o purga del partido para que éste se quede integrado solamente por los puros entre los puros?

Para llegar a estas preguntas hice un recuento de las alternativas que considero que la izquierda se ha planteado más o menos desde hace 150 años. Puesto que una lista exhaustiva sería larguísima, acoto a las que considero principales. Primero pensé en distinguir entre alternativas del pasado y del presente, pero al concluir me pareció que la mayoría siguen más o menos vigentes. Si actualmente aparecen como alternativas es porque en algunos lugares y épocas no lo fueron, inclusive en México. Son alternativas no necesariamente excluyentes entre sí, que admiten posiciones intermedias, tantas como cada izquierda o militante defina. Estas son:

La alternativa (no) de clase o de la inclusión

¿Se tiene que ser proletario para ser de izquierda? ¿O caben sujetos de otras clases, incluso de la burguesía? ¿O a condición de qué?

La alternativa (no) materialista o tolerante a las creencias

¿Se tiene que ser ateo y promover la abolición de todos los cultos religiosos para ser de izquierda? ¿O se puede ser guadalupano? ¿O hay que ir a misa sólo con los de la teología de la liberación? ¿O hay algunas religiones o carismas religiosos que son incompatibles con la izquierda? ¿Es un asunto personal o de interés público?

La alternativa (no) armada o de estrategia

¿Cuál debe ser la vía de acceso al poder? ¿Armada revolucionaria o democrática partidista? ¿O formas de movilización y confrontación no armada que pongan en crisis la gobernabilidad y estabilidad del régimen, que socaven las instituciones del Estado, para provocar la dimisión del grupo en el poder? ¿O una combinación de ellas?

La alternativa (no) organizada o de vanguardia

¿Cómo debe organizarse la militancia de la izquierda? ¿En forma de partido, de frente, de movimiento o de guerrilla? ¿O en formas no estructuradas que pueden ser virales, rizómicas, nodales o multitudinarias? ¿O combinaciones de ellas?

La alternativa de toma de decisiones

¿Cómo debe organizarse la militancia de la izquierda? ¿En forma de partido, de frente, de movimiento o de guerrilla?

¿Cómo se deben tomar las decisiones en estas organizaciones? ¿De manera cupular, vertical y descendente o descentralizada y ascendente? ¿En asamblea permanente, asamblea ordinaria periódica, por voto universal y secreto? ¿A mano alzada o a voluntad de caudillos y líderes morales? ¿Qué decisiones deben corresponder a cada procedimiento o figura responsable?

La alternativa (no) maquiavélica o moralista

¿Le corresponde o no a la izquierda proponer o promulgar códigos o normas morales para todos o algunos, predicar virtudes cívicas, ser conciencia crítica de la sociedad, del pueblo, o tener en todos sus militantes ejemplos de virtudes? ¿Hay que ser, además de honesto, honrado y bien portado, optimista, solidario y acético? ¿El izquierdista debe predicar moral pública con su ejemplo? ¿Las izquierdas debe disputar con las derechas y asociaciones religiosas el espacio simbólico de la moral en la vida pública?

La alternativa (no) marxista o epistemológica

¿Para ser izquierdista hay que ser marxista? ¿El análisis de la realidad y la guía para la acción debe basarse en el materialismo dialéctico y en el materialismo histórico? ¿O puede haber otras metodologías y enfoques teóricos? ¿O ahora el conspiracionismo debe ser el marco teórico para el análisis de la realidad?

La alternativa no socialista o pluralista

¿La izquierda tiene que ser socialista o hay otras posibilidades? ¿Se puede ser puramente liberal de izquierda? En algún momento se cambió en el discurso de la izquierda la palabra revolución por la palabra democracia. ¿Se puede también cambiar la palabra socialismo por la palabra democracia? ¿O por la palabra liberalismo? ¿El socialismo dejó de ser el fin último de toda izquierda?

La alternativa económica

¿Economía centralmente planificada o economía de libre mercado? ¿O cuál es el punto intermedio apropiado o idóneo para cada izquierda? ¿Estados Unidos no y China sí?

La alternativa (no) internacionalista o apátrida

¿La izquierda tiene que ser nacionalista? ¿Se tiene que defender a la patria para ser de izquierda? ¿Por qué? (No entiendo cómo ni por qué muchas izquierdas se hicieron nacionalistas y por qué no se plantean la alternativa de dejar de serlo, especialmente si, como dice Benedict Anderson, la nación es una comunidad imaginaria; y, de acuerdo con Néstor García Canclini, la identidad es una construcción que se relata, y, por tanto, la identidad nacional es un relato.)

La alternativa (no) totalitaria o desideologizada

Las alternativas anteriores y muchas otras están determinadas por ésta, por definir y asumir si izquierda es un concepto totalitario, holístico, o que debe limitarse a un aspecto concreto, específico, de la realidad. Es la alternativa de cada militante en ir por el mundo con los anteojos ideológicos con los que todo a su paso aparece como de izquierda o derecha, o si opta por una multitud de categorías o ejes analíticos que no sean ideológicos. La alternativa es dejar de ser izquierdista en todo o para todo, que no haya militancias de tiempo completo, al cabo que ya es parte de la normalidad democrática que los políticos profesionales cambien de partido según se presenten mejores oportunidades o incentivos en uno que en otro.

¿Cuál debe ser el ámbito específico al que deben acotarse los conceptos izquierda y derecha? En mi opinión, en democracias representativas, debe ser exclusivamente el de las políticas públicas. ¿Qué características deberían tener las políticas públicas de izquierda? Para esto resulta muy útil recurrir a la teorización de Norberto Bobbio posterior a la implosión de la Unión Soviética, según la cual la izquierda ha de caracterizarse por su énfasis en la igualdad y la derecha por la libertad. Si llevamos esto a un plano cartesiano el centro sería el punto de equilibrio entre igualdad y libertad. Las políticas públicas de izquierda serían las que procurasen efectos a favor de la igualdad o equidad, incluso a costa de restringir o limitar algunas libertades.

Un partido de izquierda tendría que ser el que promueva o proponga políticas públicas con este criterio, y un partido de centro izquierda el que las impulse sin que se conculquen libertades fundamentales y las demás se mantengan al menos en márgenes mínimos, dependiendo de las condiciones de cada país o región.

La alternativa no totalitaria puede ser exclusivamente esto: un asunto de políticas públicas. Entre el todo debe ser ideologizado o nada debe serlo, cada izquierda o militante debería definirse en algún rango de mínimos o máximos. Pero entre más se acerque a una opción de que izquierda es un asunto específico de matiz de políticas públicas, esta palabra dejaría de ser un fetiche ideológico y de significar un estilo de vida o tribunal de la moral. Optar por esta alternativa implicaría superar visiones de pobres igual a buenos, ricos igual a malos, o de culpar a la derecha de la pobreza que hay en el mundo, de si llueve o no llueve, o de una marca de tenis en vez de otra. Favorecería mucho a la posibilidad de incluir múltiples categorías o ejes analíticos distintos al de izquierda-derecha (hay mucho más y mejores maneras de explicar la realidad). Dejaría de ser un asunto de defensores de la patria contra traidores a la patria; no tendría relación con lealtades a caudillos, mitificación de episodios históricos, alucinaciones o actos de fe de héroes contra conspiraciones.

Una política pública de izquierda no tendría que tener relación con la soberanía o el nacionalismo. Tendría que tenerla, de manera muy importante, con política fiscal, de distribución del ingreso, de promoción del empleo y los salarios; de meterle mano a fondo a las leyes de ingreso y a los decretos de presupuesto. Pero eso es lo que más brilla por su ausencia.

La alternativa desideologizada es una más. Y cada izquierda podría optar por ella hasta el punto que mejor considere. ®

Publicado originalmente en Replicante 17, “El lado B de la historia”, invierno de 2008-2009.
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Publicado en: Hemeroteca, Septiembre 2010

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