Diez discos emblemáticos del dubstep

A 140 BPM

De la familia del drum and bass, desde los clubes londinenses, a 140 beats por minuto, para todos los que tengan ganas de bailar: el dubstep podría ser el ritmo que están buscando.

Cuando el dubstep comenzó, el wobble bassline, el grime, el UK garage y el 2 step acelerado (algunas de las características formales del género) eran experimentos de b sides en vinilos de grime o de aquel jungle ya cansado de tanto sonar a ciudad nocturna. Los clubes ingleses y posteriormente del mundo entero, en un lapso desde 2005 hasta la fecha, se llenaron del filthytightheavygrossmonsterousclime proveniente de las mentes cuasi transpirantes de sus creadores: era el nuevo baile. Hoy en día el bassline sucio está apenas llegando a posicionarse radialmente en los oídos de los escuchas del planeta, y lo que ahora es fórmula caduca en los clubes europeos quizá parezca novedoso para las bocinas del medio internacional. La lista presente propone una selección poco sustanciosa que describe los inicios del género en su aplicación rítmica, la que ahora interesa a los productores y músicos de oídos caninos mucho más que todo ese block gigantesco de melodías sincopadas en 2 step con marcha de corredor. Como reseñista de música opino que la cultura no es la música y el sonido es el ritmo, y en cuanto al dubstep, vale la pena bailarlo, escucharlo, oírlo, sobre todo sabiendo que en su nueva modalidad de ritmo abundante que ha dejado atrás todo clima uno no lo encuentra fácilmente en las tornamesas de los DJs del ritmo repetitivomitival. Ecualícese con bajo.

Milanese, Extend

Steve Milanese lanzó este disco en 2006 con el sello Planet Mu. Uno de los sencillos: “Caramel Cognac”, tiene como bajeo un didgeridoo que por su persistencia logra que el drone se introduzca en la placa sin uniforme y ponga a todos a bailar por el mundo que se refina en un apocalipsis de cuatro dimensiones. Es así como el dubstep, con toda la historia detrás y como buen nieto del dub, se volvía caja de Pandora y se despedía de papá grime, género callejero y contestatario. Y los tiburones encajaron los dientes cuando la carne se movió en la pista pero la carne resultó ser de metal y la pista un círculo salmódico. La nueva música del diablo.

Skream, Skream

Ese muchacho tenía quince años, se llamaba Oliver Jones y atendía el mostrador de Big Apple Records en Croydon, sur de Londres. Vestía mayormente camisa blanca, muy al estilo de los grimers que siempre se dejan fotografiar de frente y, con todo el derecho que le confería ser un ciudadano del mundo, nos entregó en 2006 un disco al que muchos consideran la bujía y la chispa del dubstep. Tracks que nos llevan al síncope y que mantienen el wobble bassline en donde pertenece, pues también Jamaica tiene vela en el entierro. Toasters que reflejan las paredes del underground londinense en esas fechas como ahora lo hacen los adeptos de Mount Kimbie o Pariah. Tunes que aprietan la frecuencia y sueltan el fluido fino de los sudores en las plantas de los pies. Didactismo rítmico y medidas justas de repetición lo suficientemente impersonales como para recuperar la individualidad de la electrónica y con la cantidad exacta de programación para saborizar la amargura de una década incipiente. Y es que cuando uno baila de verdad la esperanza muere al último.

Jamie Vex’d, Degenerate

En 2005 esto era experimentar, y se tenían pocas agallas para colocar en el patio algo que se pensaría fue gestado en el baño, así que muchos optaban por presentar sus sencillos como b sides o extras en discos de otros géneros del ramaje. Así que si uno quería conseguir dubstep iba a Big Apple Records y pedía uno de UK garage para darle la vuelta. Vex’d no tenía agallas, pero tampoco vivía bajo techo, aquí se nota que su ambiente era el abismo. Se podría decir que este disco pertenece al grupo de los rudos y que la cultura del filth bass tiene aquí a su Aquiles. ¿Y qué de Patroclo? R: Está bailando. Jamie Vex’d es como un sombrerero loco del dubstep, es el astronauta (en Rusia se diría cosmonauta pero en todo caso yo y ustedes lo somos sin casco), el arquetipo de la invasión estratégica, el caso extremo. Aquí tenemos una producción y una ingeniería dignas de esas fábulas donde los animales expenden pieles de máquinas y donde la vida saluda al sol con el dedo de en medio, cualquiera de las ocho manos bienvenida.

Reso, Temjin EP (2010)

Hay quien diría que la electrónica siempre debe estar apegada a la estética del robot. Corey Grime lo sabe y también sabe que el grafiti tridimensional pude ser netamente sonoro. Escuchar a Reso es tener a la mano samples y programaciones poderosas, recibir la aplicación cutánea del urbanismo funky y aceptar lo básico del género: el propósito es destruir, desarmar, reconfigurar, resonar, implotar, todo ello mientras uno mueve palancas para mover los brazos que a su vez mueven palancas para mover el silencio que a su vez controla los knobs en el hardware del autor. Aquí el dubstep, como en Skream, se convierte en material de radio y las atmósferas de deep housynthindustrial alemán engranándose al grime y los golpes de transformers, nos mueven en un videojuego donde los puntos se obtienen por medio de las extremidades inferiores imaginadas por un cerebro quieto y militarizado. Finish him –in 140 bpm-!

Scuba, Triangulation

Sí, este músico tiene licencia de inmersión, y es un gusto para mí presentarle a quienes no le conocen desde la superficie. Cuando King Britt decidió dar un paseo por la orilla de la playa descubrió que sus exploraciones comenzadas en el primer lustro de los noventa estaban sonando diez años después y en lugar de culpar a los piratas se puso a mover el barco, la tripulación y mandó a quemar todos los mapas. Y cinco años después, otro lustro más, se forma un equilátero de tres aristas abiertas que aglomera en su área lo que fuera el todo y resuena como lo que se pescó… multiplicado. Hay en Triangulation sonidos viviendo como en arrecifes pero con el colorido de los fiordos en el futurismo espacial, hay peces que son voces mientras toda la marea de baja frecuencia inunda los puntos cardinales del espíritu más agudo. Aquí uno no sabe si bailar o nadar… aquí está la música que nuestros abuelos contarán a nuestros tataranietos. Presente.

Burial, Untrue

El segundo álbum de William Bevan a.k.a. Burial, lanzado en 2007, un año después de su debut epónimo, es para muchos el chip incrustado en la nuca de la novedad. Hay en el trabajo de Burial (quien se mantuvo en el anonimato hasta que en agosto de 2008, cansado de que los medios rumoraran con lengua de mandatario que el hombre detrás era Aphex Twin o también Fatboy Slim) sonidos que engloban el 2 step, el deep house, el dubstep y el ambient sin que se note la entrada de ninguno de ellos en un conjunto que por su uniformidad se camufla entre las varias células del camaleón sobre los dibujos de un esquizofrénico ciego. “I’m a lowkey person and I just want to make some tunes, nothing else”, dijo en ese post de blog en donde también asomó su rostro para después seguir en el anonimato imperativo. Es el control bajo forma de frecuencia que nos acerca a los animales de orejas como antenas y, como las colaboraciones con Thom Yorke y Four Tet (quien estudiara con Burial en el mismo instituto) lo afirman: estamos ante el rey indiscutible de las tierras del bassline.

Kode 9 & Spaceape, Memories of the Future

La dupla que llevó al grime al plano de la indiferenciación y que dio al dubstep una voz (y me refiero al recurso de la voz humana) con la suficiente cordura para envolver más de una biósfera y encarar los encasillamientos con la actitud de un Charles Darwin en su estudio repleto de botánica y entomología. En Skream también hubo voz pero en un gesto un tanto más cercano a esa fórmula inglesa del festival playero. En Memories of the Future el presente paga las deudas y todo el espacio sonoro hace temblar la cajuela de una máquina atemporal dispuesta a transportarnos sin escalas a las pestañas de Buda. Escúchese “9 Samurai” para tener una síntesis completa de lo que el dubstep es en su esencia sin caer en actitudes de asesino manco ni tener que recurrir a los braceos de un wobble bassline que hoy en día no deja de ensuciarse a propósito en una piscina de lodo sintético. O podríamos comenzar con el track titulado “Curious” siempre y cuando los oídos no se nos pongan de gato al tratar de asimilar la mezcla de snares estilo techno para diagramar un 2 step con rayas de dub en nuestra piel recién desollada.

Dubstep All Stars 5, Mixed by N Type

Material para tornamesas y reactores nucleares, esta compilación es la quinta de una serie de mixes hechos por unos cuantos octópodos del género —el antes mencionado Kode 9 es responsable del tomo 3. Están incluidos en el álbum, como en un arca de Noé, todos los elementos que el dubstep ha esgrimido desde su reciente creación, expuestos por los más arriesgados exploradores de la música de bajo. Desde la virulencia hasta el chill out, pasando por el mero percusionismo y las ambientaciones propias de un teatro romano en su acepción sonora comparativa, se despliegan ante nosotros 38 tracks que contienen las fibras elementales del baile y de la permanencia real de los beats cuyo tempo promedio son los ciento cuarenta por minuto y cuya sensación temporal es el infinito enjaulado en ondas fragmentadas de operación intrusiva.

Benga, Diary of an Afro Warrior

Adegbenga Adejumo, compañero laboral de Skream en Big Apple Records. Benga, miembro de la dupla doble con Oliver Jones. Después de que lanzara un álbum titulado Newstep bajo su propio sello —Benga Beats— en 2006, nos trajo en 2008 esta bitácora de cortes y tajos al aire cuajado de las pistas en donde el dubstep dio sus primeros pasos. Benga y Skream, como Digital Mystikz y Kode 9 & Spaceape, son dos tipos de cuidado. Adegbenga Adejumo y Ollie Jones son dos nombres que deberían tener una estrella en el paseo de las tribus africanas, grabados en arena sin posibilidades de erosión. Es esa carga de sensualidad característica de las líneas de bajo pero que bien puede hipnotizar al ya de por sí estoico mundo de la electrónica. Son los sonidos que durante la segunda mitad de la década pasada eran pausados tan sólo para que sus mixers se abanicaran con los vinilos y luego seguir tirando tunes con la premisa de una maquinaria que no puede ni tiene por qué parar.

Digital Mystikz, Pathways

“Come meditate on bass weight” decían los fliers que convocaban a la gente a bailar en DMZ, club amenizado por el dúo conformado por Mala y Coki, en conjunto con Loefah y Sgt. Pokes (los cuatro también operan el sello DMZ). Los medios impresos y los de la onda radial en el Reino Unido volvieron a avistar un nuevo beat en 2004, cuando hasta el rock había sido ya abducido enteramente por la maquinaria del L.F.O. y el ataque de los 20 Hz amplificados por esa cueva londinense del suburbio sureño de Norwood. Después de que el trip hop había desgastado toda posibilidad de bajeo novedoso, Digital Mystikz trajo un dub mezclado con 2 step y garaje a un tempo de 140 bpm para clavar la bandera de los fundadores. Así que si escuchamos Phatways, escuchamos la primera piedra y la bailamos. Y para bailar algo tan sólido, hay que hacerlo apenas perceptible. ®

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Publicado en: Las listas musicales, Mayo 2011

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  1. trialcopus

    sin duda el dupstep me pone como loco, hace apenas como 1 año que lo conozco y de los 10que estan aca en la nota nada mas conocia a 4 BENGA BURIAL SKREAM SSCUBA tratare de conceguir mesica de los demas. :)

  2. Esta musica realmente me a tocado, no conocia nada de esto, solia pensar que el dubstep actual era lo mejor, skrillex, caspa, etc. sin darme cuenta que solo escuchaba lo mas comercial ahora al escuchar esto tengo un sentimiento mas complejo por el dubstep me parece mas sensacional & diverso!

  3. Mu, tienes razón, aunque yo también me refería a bailar con el cerebro, creo que el mejor dubstep es el que se baila con el cerebro y no con las patas… de hecho mi intención al hacer esta lista es la de mostrar algunos de los pioneros en ese trip. Estoy de acuerdo contigo, de ahí mi frase en la introducción más arriba de que lo que más se toca hoy día en los clubes es «repetitivovomitival», rayas de crayola comparado con lo que el dubstep ha logrado por sí mismo.

  4. Buen artículo. Tengo algunas desaveniencias con la conceptualización del dubstep como música de baile (esto depende de la intencionalidad del autor). Siempre me gustó más la parte del mind-fuck y la extensión de otros estilos de música más experimentales a través de éste movimiento musical. Me gusta pensar en el dubstep como el vehículo al que se subió gran parte la música electrónica «alternativa» al irse apagando otros subgéneros, semillero de creatividad para muchos artistas viejos y otros nuevos aventureros. Me pone un poco de malas que finalmente se ha puesto de moda y ahora cuando pienso en Dubstep pienso en la cantidad de basura en la que deriva(rá) al finalmente haber sido (replicado) masticado y escupido para el consumo masivo. Primero al mtv (vía gaga y britney), después entre las pausas del futbol en televisa deportes. Viva y muera la música!

  5. Hey Orlando, gracias por el link, estaré checando los tunes. Y gracias por leer que pa escribir estamos. Saludos afectuosos.

  6. Muy buenos discos que has posteado, me gustarìa agregar un link http://www.subsonic.ru , en esa pàgina vienen muchos discos de distintos gèneros de mùsica, de dubstep tienen un apartado excepcional, siendo en su mayorìa productores rusos. Puedes escucharlos online o descargarlos solo si eres usuario con post`s frecuentes.

    Saludos.

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