Editorial

¿Nos estamos acabando el mundo?

El mundo se calienta y el debate sobre el calentamiento global también. Los apocalípticos anuncian catástrofes inmediatas, pero los ciclos de la tierra duran miles de años y los seres humanos apenas alcanzamos a percibir las variables en esos procesos. La tierra resiste y muta, respira, se crean nuevos ecosistemas y si acaso es cierto que algunas especies se van extinguiendo, las cifras demuestran que es menos grave de lo que a veces nos hacen creer y también se han logrado avances significativos, por ejemplo, la energía y otros recursos naturales son cada vez más abundante, la producción de alimentos va en aumento.

A pesar de que no faltan, por el contrario, sobran clicktivistas de ocasión, artistas panfletarios y charlatanes, en los últimos años se ha venido dando un cambio en la conciencia ecológica global, basta ver la promoción que se le ha dado al uso de la bicicleta, la arquitectura verde, la costumbre de separar la basura, inclusive las campañas de concientización. El reto es compartido y a nosotros nos corresponde abordar el tema a través de la palabra escrita. Por eso creemos que hay que templar la información que circula, distinguir entre la ciencia y la contaminación mediática. Björn Lomborg, escritor y estadista danés, matiza sus opiniones y se acerca más al espíritu del dossier:

1. El calentamiento global es real y producto del ser humano. Va a provocar un fuerte impacto en los seres humanos y en el medio a finales del siglo. 2. Las afirmaciones acerca de sus fuertes, siniestras e inmediatas consecuencias han sido, con frecuencia, exageradas. 3. Necesitamos soluciones que sean simples, inteligentes y más eficientes en contra del calentamiento global más que esfuerzos exagerados y bien intencionados. 4. Otros temas como el hambre, la pobreza y la enfermedad son más importantes en la actualidad que el calentamiento global, por lo que tenemos que redefinir nuestras prioridades globales.

En portada se ve la imagen de una clepsidra, el tiempo avanza, pero no en contra, sólo sigue su curso y el viejo mundo con su fantasía industrial, sus costumbres antiecológicas y sus ecosistemas, mientras uno nuevo se empieza a formar. ®

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Publicado en: Abril 2012, Destacados

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