GUTENBERG, EL TSUNAMI DIGITAL Y EL DISEÑO DE PROTOTIPOS

La conversación digital como proceso civilizatorio

El Seminario ¿El Paréntesis de Gutenberg?: la conversión digital como proceso civilizatorio, se desarrolló en el marco de la quinta edición de Cultura y Media, organizada por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, en el Centro Cultural General San Martín, del 11 al 14 de noviembre. A modo de introducción al interrogante planteado por el título, Alejandro Piscitelli, filósofo argentino especializado en nuevos medios, y Hervé Fischer, artista y filósofo franco-canadiense, ambos curadores del seminario, explicaron por qué la invención de Gutenberg se encuentra en el ojo de la tormenta de las discusiones actuales.

Jugando sin miedo con las piezas de la historia y la cultura

La hipótesis del paréntesis de Gutenberg fue formulada originalmente por el profesor Lars Ole Sauerberg, del Institute for Literature, Media and Cultural Studies de la University of Southern Denmark. ¿En qué consiste? Básicamente, y a grandes rasgos, el equipo de investigación de Sauerberg formuló un diagrama muy interesante en el que aparecen varios de los conceptos que se exploraron durante estos días en el seminario.

Diagrama del paréntesis de Gutenberg

La hipótesis y el diagrama del profesor Lars Ole Sauerberg recibieron críticas demoledoras, ya que desde su grupo de trabajo “The Gutenberg Parenthesis Research Forum” sugirió que el futuro está en el pasado y que internet constituye una oralidad secundaria, una especie de paréntesis que se cierra 500 años después de haber sido abierto por la imprenta. Lo que él denomina «el mundo oral», que predominó en toda la historia previa a la invención de Gutenberg, estaría de regreso pero ―ahora― en versión hipervinculada e hipermediada. Una línea conceptual muy en sintonía con Marshall McLuhan y su libro «La Galaxia Gutenberg» publicado en 1962.

Culturas pre-parentésis, paréntesis y post-parentésis

La formulación del paréntesis no es una teoría ni una afirmación taxativa: Por el contrario, se trata apenas de una herramienta de análisis más ―entre muchas posibles y válidas― para intentar abordajes o aproximaciones a los diferentes procesos que involucran a las relaciones del hombre con las tecnologías y la cultura, a los usos y apropiaciones de estas tecnologías a lo largo de toda la historia, a los modos de comunicación, generación y distribución de contenidos, a las diversas y múltiples formas de producción y consumo y a las maneras en que recreamos/gestamos con otros colectiva y colaborativamente.

Mientras que la cultura entre paréntesis está dominada por la composición original, individual, autónoma, estable y canónica, la cultura pre-parentésis había estado dominada por los opuestos de estos rasgos: a saber la performance re-creativa, colectiva, contextual, inestable, tradicional, todos términos ―señaló Alejandro Piscitelli― que probablemente no sean sino otra forma de nombrar o emparentarse con el sampleo, el remixado, el préstamo, el rediseño, la apropiación y la recontextualización, propios de la cultura digital “post-parentética”.

El siguiente video sintetiza en imágenes lo que podríamos considerar la primera apropiación que hizo un homínido de un elemento (hueso) como herramienta tecnológica. ―Tomado del film 2001 Odisea del espacio, de Stanley Kubrick.

500 años no es nada…

La metáfora del paréntesis permite delimitar conceptualmente, explicó Piscitelli, un “antes”, un “en medio” y un “después” en el tiempo, revelando sobre todo profundas afinidades ―y continuidades materiales y simbólicas― entre el antes y el después y relegando en el medio al corazón de la cultura occidental como una estación de paso que duró aproximadamente 500 años y que gradualmente se está cerrando. Quinientos años no parecen demasiado cuando, como sabemos, la historia del hombre tiene millones de años.

El momento post-paréntesis parece recobrar las formas disruptivas de la oralidad, que habrían sido silenciadas, castigadas y colonizadas en medio del paréntesis del mismo modo que fueron colonizados (casi arrasados) los pueblos autóctonos. La mecanización/industrialización de la imprenta como modelo de producción de la cultura letrada se encuadra perfectamente en el modelo de capitalismo simbólico/depredador.

Las performances de Shakespeare

Tomemos solo uno de los conceptos listados en la fórmula del paréntesis para dar un ejemplo concreto de lo que el seminario propuso debatir e investigar desde diferentes enfoques: la performance.

La performance es una acción/forma de expresión que resultaba muy común en la época isabelina (pre-paréntesis, antes de la invención de la imprenta) y también lo volvió a ser en la actualidad (post-paréntesis).

Justamente cuando cada día son más indistinguibles el autor del performer, y donde el remixado y la reapropiación son casi sinónimos de coautoría, nada hay en la historia más parecido a este viaje que el teatro isabelino, del cual William Shakespeare fue autor/actor.

Piscitelli destacó que el modo en que las obras isabelinas citaban sin reconocimiento de nombres y autores muestra cómo las nociones de propiedad, lenguaje y textualidad se volvieron posibles justamente a partir de la negación de esos orígenes. Macbeth, por ejemplo, fue representada por primera vez en 1606, sin embargo, no tuvo una versión impresa sino hasta1623 cuando comenzaba a abrirse el paréntesis de Gutenberg.

Lo más interesante de esta situación es que Macbeth fue representada en múltiples versiones, casi podríamos decir que al no estar plasmada en un libro era una Macbeth diferente en cada performance. Desde 1606 hasta 1623, durante casi dos décadas, los espectadores fueron testigos de un continuo remixado de Macbeth, a tal punto que los mismos espectadores funcionaban como un “grupo focal” que le sirvió a Shakespeare para intervenir, modificar, pulir, re-diseñar y re-formatear las performances de la obra en cada oportunidad en que se ponía en escena y entraba en contacto con el público.

Shakespeare murió en 1616, cuando aún no se había publicado Macbeth, y la pieza siguió representándose y enriqueciéndose hasta su impresión en1623.

Macbeth, como cientos de obras y producciones que no se convirtieron en libro durante mucho tiempo, fueron verdaderos “work in progress” o performances en construcción continua, colaborativa y provisoria. La flexibilidad de la oralidad permitía este juego de ensayo y error que quedó fijado una vez que Macbeth se imprimió.

Como una especie de recuperación de aquel espíritu inclusivo, lúdico y colaborativo de la performance, hoy, en pleno post-paréntesis vemos cómo colectivos de artistas presentan clásicos, tal el caso del hidalgo caballero de La Mancha, en versiones performáticas que convocan a miles de entusiastas a participar de las aventuras remixadas de Don Quijote y Sancho Panza en vivo.

El Quijote en clave de rap

Sancho Panza hip hop

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Re-apropiación y producción creativa

En el post-paréntesis muchas producciones aluden permanentemente alcut-up (corta, mezcla, pega) convertido en género, al mashup o remixado, a los VJ’s (los antiguos DJ’s disc-jockeys pero que hoy samplean y mezclan videos con música y demás piezas audiovisuales en un provocativo cocktail para los sentidos) y a todas las formas de jamming e improvisación, como características cada vez más masivas y apreciadas de una cultura que está negando permanentemente la autoría, las formas cerradas y la pertenencia a tradiciones canónicas. Piscitelli explicó que la puesta en crisis del derecho de autor no es solo una postura legal planteada en términos jurídicos sino en términos de re-usos, re-apropiaciones e inteligencia colectiva.

El siguiente video muestra cómo a lo largo de nuestra historia la obras de arte siempre derivaron de otras creaciones preexistentes: todas las producciones creativas son derivativas. Entonces resulta válida la pregunta ¿de quién es el copyright de las piezas que aquí vemos? ¡De la humanidad!

La fórmula del paréntesis puesta en duda: la posición de Hervé Fischer, el otro curador del seminario

Por su parte, Hervé Fischer señaló que no estaba de acuerdo con la fórmula del paréntesis de Gutenberg, pero que la aceptó cuando la plantearon en el modo de interrogación. Si bien destacó que no se puede negar la revolución digital: “El dispositivo móvil tiene para el hombre de hoy el poder que tenía el sílex para el hombre prehistórico. Estamos ante una revolución de estructura mental, encontrando una nueva sensibilidad”.

No obstante, afirmó que para él «lo digital» se presenta como una exageración. “El mundo virtual es inmaterial, es más instrumental. Tenemos una relación muy cercana con el mundo virtual, muchas veces más estrecha que la que generamos en el mundo real. Lo digital no debe considerarse como un agua sagrada. Eso me parece muy extraño”, subrayó.

A modo alegórico, Fischer hizo referencia a que la realidad no es como la caverna de Platón. “Existe el sufrimiento, es algo concreto, palpable y cotidiano. La panacea digital no puede negar ese sufrimiento ni la violencia diaria. Por eso, no voy a aceptar que arriba está el mundo perfecto de las tecnologías y que el abajo no tiene sentido. Podemos volver a las emociones y a lo lúdico, pero sin perder nuestra distancia crítica. Hay que ser más rigurosos con estas simplificaciones porque podríamos caer en una manipulación de masas con lo digital. Para evitar las manipulaciones es necesario seguir cultivando los valores desde lo digital”.

Contrariamente a las hipótesis que plantean que hay una ruptura entre la imprenta de Gutenberg y el surgimiento de la cultura digital, Fischer afirmó que ese le parece un pensamiento falso. “Hay una continuación, no una ruptura. Los seres humanos inventaron el alfabeto y lo interesante de esto es que el alfabeto es un código, no es analógico. El e-book no es —al menos hasta el momento— una ruptura, ya que si lo pensamos detenidamente nos daremos cuenta de que los e-books y dispositivos similares más exitosos son los que mejor imitan al libro tradicional pero con interfaces digitales”.

Fischer se mostró un tanto preocupado por la velocidad y lo que dio en llamar el tsunami digital, alegando que “la velocidad no es lo mejor para el pensamiento filosófico. Es bueno tal vez para las computadoras, pero no para nosotros. Estamos fascinados con lo digital, pero tendríamos que detenernos un poco en el tiempo. Las ideas de progreso deben seguir pero hay que saltar hacia la construcción de contenidos críticos”, concluyó el curador.

Prototipado y rediseño en el post-paréntesis

Uno de los tantos temas propuestos en el seminario para debatir por los 34 invitados nacionales e internacionales ―y el propio público que resultó muy receptivo y activo al mismo tiempo― fue el prototipado y el rediseño en nuestros días. La consigna consistió en que “más que enunciar hay que hacer”. Entonces surgieron varios interrogantes en torno a los cuales giraron las presentaciones e intercambios: ¿cómo es el proceso por el cual el pensamiento se convierte en prototipo? ¿De qué manera se diseñan dispositivos, por ejemplo, para modelar las interacciones sociales? ¿Cuáles son estas nuevas formas de producción? ¿Cómo interviene la comunidad en ellas?

Re-aprendiendo a prototipar como lo hace la naturaleza

Del diverso abanico de participantes, en esta nota tomaremos apenas como botón de muestra las reflexiones de Juan Freire, biólogo y responsable de la cátedra de Economía Digital de EOI, Madrid, quien para comenzar sostuvo una premisa que varios compartieron a lo largo de las diferentes jornadas del seminario: “hacer para aprender, aprender como investigación, experimentar para investigar y comprender lo efímero como esencia del experimento”.

Para Freire, también gestor cultural y cofundador del Laboratorio de Tendencias, “siempre hemos vivido prototipando. Lo hemos llamado de muchas formas, pero nuestra evolución biológica, social y cultural está marcada por la idea de los prototipos. Sin embargo, no siempre la idea de prototipar como proceso de aprendizaje y exploración ha sido bien recibida. Por eso, además del paréntesis de Gutenberg, yo propondría la existencia de un “paréntesis industrial” o de un “paréntesis modernista” de los que salimos hace tiempo para redescubrir años después la utilidad del prototipado, del pensar con prototipos y de asumir que prototipamos continuamente nuestras vidas. Dicho de otra forma, redescubrir que, al fin y al cabo, somos máquinas sensibles de prototipado”.

El docente e investigador español señaló que la propia evolución biológica nos ha enseñado mucho sobre los procesos de prototipado. Esta idea deFreire me recordó la singular obra del artista Theo Jansen que desde hace veinte años ha estado ocupado en el diseño de criaturas artificialescapaces de mantenerse en movimiento gracias a la fuerza del viento.

Inspirado en las estructuras biológicas de los organismos, sin usar polen ni semillas ni tejidos orgánicos sino tubos de plástico como material básico, Jansen diseñó prototipos de esqueletos/estructuras capaces de caminar propulsados con la ayuda del viento. La idea de Jansen es, a largo plazo, dejar a estas creaciones en las ventosas playas para que “vivan” sus propias vidas.

Video de los artefactos/criaturas prototipados por Theo Jansen

Prototipos de Jansen en movimiento

Con las piezas de LEGO también se pueden construir prototipos

Ambiente, prototipos y cultura de redes

Freire retomó la dinámica de la biología para recordarnos de una manera simple que la evolución movida por la selección natural construye modelos (al fin y al cabo, prototipos que llamamos especies) que se ponen a prueba en un ambiente. Los mejor adaptados sobrevivirán y seguirán evolucionando, convirtiéndose en nuevos prototipos.

Lo más interesante es que el ambiente y los prototipos que emergen están en continua interacción. Freire señaló que cuando el ambiente se transforma (y lo hace todo el tiempo) cada prototipo que entra en juego contribuye a ese cambio (algunos, como los arrecifes o los árboles, de un modo drástico y los llamamos «ingenieros del ecosistema»). Así la propia actividad de prototipado cambia el mundo y también cambian los propios objetivos adaptativos que se querían alcanzar con el prototipo.

La cultura de redes —que irrumpe en las últimas décadas del siglo XX y la primera década del siglo del XXI— recupera la cultura de prototipado como estrategia y práctica cotidiana. Freire indicó que la aceptación del cambio continuo y de la complejidad del mundo en el que vivimos nos fuerzan a reconocer nuestra capacidad de adaptación y experimentación como únicas posibilidades de supervivencia.

La irrupción de las tecnologías digitales, y especialmente la apropiación de las mismas, la abundancia de conocimiento e información, el abaratamiento de la innovación y la experimentación, el diseño abierto y generativo de internet y la flexibilización de la propiedad intelectual, son según Freire, los factores relevantes para entender el resurgimiento del prototipado.

La educación como proceso de prototipado

¿Por qué nos interesa tanto la revaloración del prototipado? Porque en educación estamos constantemente diseñando y rediseñando modos/dispositivos/formas/herramientas/procesos para «aprender» a pensar, crear, colaborar y construir. La educación en sí misma implica una dinámica continua de diseño y rediseño de prototipos.

El siguiente video ilustra de un modo muy original los conceptos de diseño, prototipo y creatividad. Una vez más, las piezas LEGO se convierten en herramientas al servicio de la imaginación.

En próximas entregas continuaremos desarrollando los interrogantes planteados y debatidos en el seminario El paréntesis de Gutenberg, ya que queda mucha tela para cortar y «rediseñar«. ®

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Publicado en: Diciembre 2010, Existenz

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