LA PEQUEÑA LULÚ Y MARJANE SATRAPI

Mujeres protagonistas de la literatura gráfica

Este mes reseñamos dos obras que vale mucho la pena leer, por su valor literario y la gran fortaleza de sus protagonistas, que son, coincidentemente, femeninas.

Giant Size Little Lulu Vol. 1, John Stanley e Irving Tripp

[Dark Horse, 2010]

John Stanley, déjenme les cuento, es uno de los más grandes escritores de cómics humorísticos. Es conocido por su trabajo detrás de los cómics de la Pequeña Lulú y de Nancy, básicamente, aunque su pluma también estuvo al servicio de personajes como Porky y O. G. Whiz. Little Lulu no es una creación suya, sino de Marjorie Henderson Buell,conocida como Marge; sin embargo, él logra apropiarse perfectamente del personaje, lo comprende muy bien y le da una personalidad bien definida.

El mayor logro de Stanley es su capacidad para capturar el lenguaje y la personalidad de los niños. No se trata de infantes que hablan como adultos como en el caso de personajes clásicos del tipo de Mafalda o Peanuts, sino niños y ya: menores de edad complejos, en desarrollo y con personalidades intrincadas. Lulu Moppet es una niña independiente y fuerte pero al mismo tiempo egoísta y que cela a Tubby, el rechoncho niño con quien mantiene una relación platónica que va de la complicidad al amor-odio. Son niños con muchos matices.

Esta edición ómnibus recopila un buen número de cómics que ya han sido coleccionados por separado —y ya se anuncia un segundo tomo igualmente nutritivo, de casi 700 páginas— y su lectura lleva su tiempo. Hay diferentes tipos de historias, y cada una con su estilo particular, parece estar dirigida a públicos diferentes. Hay historias largas, de varias páginas, que a veces no son simples anécdotas, sino verdaderas aventuras épicas —aquella en que Lulu y Tubby escalan un edificio es un buen ejemplo de estas últimas—, pero también historias mudas, de una o más páginas, que, como se podrá suponer, poseen muchísima contundencia en su economía de lenguaje. A veces también tienen más efecto que las que sí poseen diálogos.

Los personajes se ven envueltos en verdaderas bolas de nieve: de una pequeña situación aparece otra y otra y otra más, complicando la trama. Por eso digo que Stanley es un gran escritor, pues logra crear estas carreras de obstáculos en los que mete a Nancy y Tubby hasta que,finalmente, llegan a la meta —que puede ser el final esperado desde el principio, o no.

Un personaje más que aparece recurrentemente es Alvin Jones, un niño pequeño malportado y mordelón con mucha energía latente y que siempre le pide a Lulu que le cuente cuentos. Aquí entra en escena la imaginación de la niña, pues las historias que le relata son siempre protagonizadas por ella misma, como una víctima inocente que jamás se da cuenta de la crueldad de las personas, de tal manera que Lulu es siempre una heroína o una buena persona.

Estas magníficas historias, aunadas al dibujo simple de Irving Tripp, hacen una combinación perfecta: la lectura es fácil y fluida, y se trata de un producto de entretenimiento puro.

Persepolis, Marjane Satrapi

[Pantheon, 2004]

No había tenido oportunidad de leer el trabajo de Marjane Satrapi por una razón: tras haberse vuelto un best seller de las novelas gráficas, pues en la tienda en la que me surto de material,siempre está agotada. Afortunadamente en El Péndulo tienen ejemplares disponibles. Ya sé que en estos tiempos todo se puede conseguir por internet, pero para quien no compra online o apenas se sintió interesado en el trabajo de Satrapi tras ver la versión cinematográfica de esta obra, la librería capitalina es una buena opción.

Hablando de la adaptación en cine de 2007, quiero abundar justamente a partir del punto de vista de alguien que conoció el trabajo de la artista francesa nacida en Irán luego de ver la película. Creo que existe un punto de acuerdo: la película es muy buena. Había, entonces, que leer la versión original. El miedo: ¿sucedería como en tantos casos en que una versión en cine echaba a perder la versión original? La verdad es que no: la animación le añade mucho sobre todo al dibujo de Satrapi. No es que dibuje mal, para nada, es que su estilo y sus manierismos son estrictamente personales y el traslado al cine alimenta sus trazos. Dibuja muy bien, pero cuando uno mira la película por primera vez se siente atraído hacia la versión impresa de manera irremediable. Una apoya a la otra. Una vez que uno hojea las páginas de esta recopilación, se da cuenta de que ambas formas ganan por su cuenta. Es lo que sucede cuando una adaptación se realiza de manera respetuosa.

Ahora: la narración de la vida de Marjane desde su infancia hasta su madurez, con una serie de conflictos tanto personales como sociales, avanza de manera cadenciosa. Hay momentos en que el lector tiene que regresar varias, muchas páginas atrás para comparar y ver cómo la artista se retrata a sí misma a través de los años. Marjane mantiene el ritmo de la narración, y de pronto el personaje deja de ser una niña para ubicarse en alguna otra etapa evolutiva. Eso sólo lo puede lograr quien narra desde la honestidad, quien sabe que no puede mentir o inflar su biografía.

¿Hay puntos que la película no toca? Por supuesto, obviamente, NECESARIAMENTE. Los minutos en la pantalla deben servirnos para buscar la versión original. Ésa de empoderamiento femenino sin histeria, la que reconoce los derechos femeninos desde el reconocimiento de las contradicciones de un ser humano que simplemente es mujer porque así nació, la del interés genuino por la ideología revolucionaria y la información, pero también de el descreimiento y la comprensión de que el valor último es el personal, el último.

Este memoir podría formar parte de una lista que escribí de los artistas gráficos como periodistas y reporteros que está publicada también en esta misma edición de Replicante, pero que preferí aislar por su valor individual. ®

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Publicado en: Julio 2010, Literatura gráfica

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  1. bueno espero que no se molesten por avar escrito tanta pero hay tanto que tienen que saber de ella y sus peculiaridades esque las historias que pasan por la television son increibles

  2. y tambien por que ella enseña cosas divertidas yeducativas para los niños en general creo que el que la escribio es un genio en el arte

  3. Excelente artículo!! Nunca se me antojó, pero ahora ya me dieron ganas de leer ala Pequeña Lulú!! Y de Persepolis…es una joya!!! Me encanta esa película y como dices, irremediablemente, vas a buscar el comic! Me parece una «Mafalda» iraní, te divierte y te pone a pensar. Lástima que no haya ganado el Oscar en su año esta obra maestra!

  4. Acerca de Persépolis, sin duda son obras que se deben ver y valorar por separado. Quien lea la novela gráfica primero, saboreará la fineza de las animaciones que se lograron en la película; y a quien vea primero la película se le hará corazón de pollo con las terribles anecdotas que completan el panoráma social, político y personal de Satrapi. De cualquier manera Persépolis se convierte, especialmente para los analfabetos de novela gráfica como yo, en una extraordinaria introducción a esta literatura.

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