GOBIERNO-CORRIDOS

Se llama Carlos Sánchez Celis y su pseudónimo o nombre artístico es en honor a un compadre de aquel estado. Es originario de Guadalajara y vive en Los Ángeles, California, donde siente y le duele lo malo que ocurre en México tanto o más que si viviera acá. Asegura no haber recibido paga alguna de funcionarios públicos o miembros de corporaciones militares o policías, que no le han solicitado su composición ni ofrecido recompensa. No hace obra por encargo, sino por convicción: quiere contribuir así a un reconocimiento positivo a quienes enfrentan a las organizaciones criminales. No obstante las felicitaciones que recibe, el Sinaloa tiene también un poco de temor, el de que vaya a haber algún capo que ordene matarlo.

Si lo vemos desde un punto de vista mercadológico, está ocupando un nicho en el mercado sin competencia. Casi cualquiera hace corridos para traficantes, pero ¿quién para el gobierno? Hasta hoy son cuatro los gobierno-corridos: “El valor de los soldados”, “Los guerreros mexicanos”, “Las fuerzas especiales” y “Los marinos mexicanos”. Su voz no es la mejor, pero tiene el feeling bravío que se requiere en el género.

No hace obra por encargo, sino por convicción: quiere contribuir así a un reconocimiento positivo a quienes enfrentan a las organizaciones criminales. No obstante las felicitaciones que recibe, el Sinaloa tiene también un poco de temor, el de que vaya a haber algún capo que ordene matarlo.

De un día a otro, inmediato a una noticia que lo conmueva, es capaz de componer un corrido y grabarlo con voz propia en estudio, donde programa pistas que suenan tal y como si lo acompañara la banda. Hace el video ilustrativo de la lírica y comercializa su música vía I-Tunes. Se trata de un compositor-músico netamente digitalizado, que se mueve con facilidad en los nuevos medios y atento a temas que dentro del género no han tenido atención, como el “Corrido de Barack Obama”.

Su más reciente creación es el “Corrido de Don Alejo Garza Tamez”, el viejo que defendió su propiedad atrincherado en su domicilio, cerca de Ciudad Victoria, Tamulipas, y que murió por explosiones de granadas luego de haber matado a cuatro de los invasores zetas que le habían dado un plazo de 24 horas para irse. En menos de un mes este video fue reproducido 37,561 veces.

Sinaloa 21 asegura ser el primero en esta orientación temática, aunque hay otros autores de corridos que elogian a corporaciones policiacas y militares que datan de antes, como los de “El Federal de Caminos” y el de la “Policía Federal de Caminos” (que con este nombre dejo de existir cuando se fusionó a la Policía Federal en 1998), “Patrullas de Blanco y Negro” o “La Muerte de un Federal”.

Lía Avilés es una chava que estudia preparatoria y que siente una gran admiración por la Policía Federal Preventiva, adonde le gustaría ingresar. A tal punto que tiene en YouTube un canal (LLä12059) con videos hechos por ella con fotografías de elementos de esta corporación, muchas de ellas proporcionadas por familiares de los hombres y mujeres que trabajan en ella, o de los deudos de quienes han muerto en cumplimiento de su deber. Lo que nos demuestra es que hay mucha gente que respeta y admira a estos policías y también que hay muy poco material musical y visual que los presente como héroes. 721 mil reproducciones en un año y medio no parece poca cosa, éxito en parte debido a que promueve el certamen Mr. Federal, reconocimiento “al más guapo”. Lía se da cuenta perfectamente de los efectos propagandísticos de los corridos y en el estado de ánimo de los aludidos en sus letras, pues “influyen en la forma de pensar” y pueden hacer que “la sociedad vea a las personas que se mencionan como héroes”.

Si la guerra contra los carteles tiene también un frente cultural, en lo musical el gobierno las pierde de todas, todas, por no poder ir más allá del Himno Nacional, complicado, erudito, anticuado y que habla de combatir a enemigos extranjeros y no a los connacionales. Sin embargo, el trabajo profesional y amateur de los casos en comento, y el de varios, va promoviendo de manera espontánea un contrapeso propagandístico. ®