La corriente figuracionista no puede quedar explicada únicamente como la representación plana de figuras humanas, el tercer elemento material de la obra de arte. Lo que realiza esta corriente es el análisis de las actitudes de los personajes que se representan.
1. Introducción
La corriente figuracionista no puede ser explicada a través de los tres principios de razón como hemos hecho en las corrientes matericista y tecnicista. Cuando empezamos a realizar un análisis del arte del siglo XX como un análisis científico de la obra de arte previa dijimos que lo haríamos conforme a tres principios de razón porque la motivación era la motivación del artista para presentar una idea que quedaba fuera de la obra que se analizaba, y que en el siglo XX lo que se pretende es explicar el origen material de la obra de arte.
Dentro de la tendencia cientifista, la corriente figuracionista no puede quedar explicada únicamente como la representación plana de figuras humanas, el tercer elemento material de la obra de arte. Lo que realiza esta corriente es el análisis de las actitudes de los personajes que se representan, un equivalente a la motivación de los modelos que es distinta de la motivación que hemos mencionado anteriormente del artista, cada una de las cuales se expone en exclusiva en cada uno de los movimientos que genera esta corriente. Las diferentes actitudes de los personajes que se pueden presentar nos las ofrece nuevamente la filosofía. Ésta nos dice que el hombre reacciona ante tres tipos de situaciones que son las que se producen como consecuencia de la maldad del hombre, del azary de la posición relativa de los sujetos que origina una situación conflictiva. Todo ello se deriva del análisis de las obras de la tragedia.
2. El expresionismo de El jinete azul
Para analizar la esencia de este movimiento recurriremos al libro de Karl Ruhrberg; en concreto, resultan muy interesantes las descripciones que hace de la obra de Franz Marc:1
– También buscaba la “pintura universal” en que los dilemas de la vida se resolvieran en una armonía de creación.
– En el fondo, Marc era un hombre triste y melancólico, un idealista de inspiración religiosa que sufría con la imperfección o… la impureza del mundo y su pérdida de significado metafísico.
– Él esperaba que las ideas representadas serían capaces de estimular a la comunidad.
Kandinsky era un ser espiritual e idealista que nació en una época contraria a su condición y fue quizás esta situación la que puso en evidencia toda su sensibilidad. Su deseo de perfección del mundo le llevó a la abstracción del mundo y a registrar en sus obras ese pensamiento que de tan espiritual perdió la concreción de la imagen figurativa.
Sin embargo, no estamos de acuerdo cuando dice: “Sería equivocado considerar a estos artistas, que no deseaban ser reformadores ni revolucionarios, un grupo de intelectuales sensatos”.2 Sus pinturas muestran, efectivamente, un mundo idealizado en el que los dilemas están resueltos pero, a diferencia del grupo del puente, los problemas de los que se ocupa El jinete azul son los del azarde la existencia contra la que no es posible un enfrentamiento directo y, no obstante, acudieron a la guerra en busca de ese mundo idealizado que, en opinión de todos los grupos expresionistas, o bien se alcanzaba mediante la aceptación de sus propuestas o bien se debían imponer mediante la fuerza.
Kandinsky era un ser espiritual e idealista que nació en una época contraria a su condición y fue quizás esta situación la que puso en evidencia toda su sensibilidad. Su deseo de perfección del mundo le llevó a la abstracción del mundo y a registrar en sus obras ese pensamiento que de tan espiritual perdió la concreción de la imagen figurativa. Su huida del mundo le llevó a una especie de ascetismo en lo artístico.
Aunque el origen del expresionismo está en el estudio de la actitud y, en el caso de El jinete azul en el deseo de superar los males que el destino nos ha deparado, la forma de ejecución sí puede ser objeto de un análisis más técnico. La obra de August Macke se diferencia de la de los otros dos artistas referidos por la importancia que en ella tienen las figuras. Este hecho, las investigaciones de Kandinsky sobre los colores y las formas, y la sencillez de las presentaciones de Franz Marc, junto con la idea de que en los grupos o bien se tiende a una absoluta unidad (como al principio ocurrió en El puente) o a las mayores distancias posibles sin salirse de él, nos llevan a ver, sólo hasta cierto punto, una orientación geométrica en Franz Marc, una orientación tecnicista en Kandinsky y figurativa en August Macke.
3. El expresionismo de El puente
Que el expresionismo fue un movimiento revolucionario lo recoge hasta Ruhrberg: “El expresionismo alemán de principios de siglo fue un arte comprometido”.3 Más adelante repite: “El expresionismo alemán fue político desde su origen”.4
Debemos distinguir, para evitar confusiones en el análisis teórico, entre el significado del expresionismo y el uso que le dieron los artistas. El movimiento expresionista analiza la actitud de la figura ante las situaciones posibles. El estudio de la actitud ante otro individuo hubiera significado el conocimiento de la humanidad, en cambio lo que se nos ofrece es la consecuencia de la existencia de propuestas ideológicas ya aplicadas o que se exige aplicar.
La obra de Kirchnerse diferencia de la mayoría de los expresionistas por su violencia, no sólo la violencia de su pincelada, la del sentido de su obra. La diferencia con los demás pintores es que éstos nos presentan un mundo idealizado en el que los problemas han sido superados. Esa paz universal que propugnaban se debería al triunfo de las propuestas que ellos presentaban a la sociedad para que fueran admitidas o por las buenas o por las malas y muchos acabaron por tomar las armas en un intento de demostrar que sus ideas eran de tanto valor que había que luchar por ellas y morir por ellas si fuera necesario. Algunos murieron y los que sobrevivieron volvieron traumatizados por unas experiencias que les debieron demostrar la distancia que media entre sus ideales y la realidad ya por los resultados sociales que suponían, ya en la facilidad para implantarlos. Debió quedar claro que la labor del artista es crear arte.
La orientación figuracionista estuvo presente en todos ellos pues todos compartieron al principio de la formación de su grupo sus experiencias artísticas y, como muestra de la coherencia entre su pensamiento y su conducta, establecieron entre ellos la hermandad universal que propugnaban ideológicamente. Posiblemente, a la vista de la calidad general de su obra y de la continuidad estilística que mantuvo después de la disolución del grupo, Kirchner fue quien realizó mayores aportaciones. Así se convenció del valor de la hermandad y así se entiende la disolución de la comuna. Desde esa fecha hasta la guerra Kirchner radicalizó su postura, al menos la artística, hasta que otra realidad, la de la guerra, destruyó también esa fuerza que idealmente se había atribuido.
Entre los delicados baños de Heckel y Muller y la dulzura que muestran sus personajes, y las figuras amenazadoras de Kirchner, no sólo hay una diferencia estética. Podríamos preguntarnos hasta qué punto no reflejan en realidad el propio sentimiento del artista y esas figuras muestren una altivez y una fuerza o prepotencia que no signifique otra cosa que la seguridad que tiene Kirchner en su fuerza creadora, convencido de que sin el grupo puede logar tantos resultados como con él y que otra cuestión es dónde podrán llegar sus antiguos compañeros sin su dirección. Con esa convicción artística habría reforzado su postura ideológica.
La exigencia artística que se imponía Kirchner y el significado simbólico de sus composiciones nos hacen percibir un cierto sabor tecnicista. En la obra de Schmidt-Rotluff, por sus vistas de edificaciones, podríamos entender, sólo hasta cierto punto y para mostrar diferencias estilísticas en el grupo, una mayor inclinación hacia la geometría que hacia la figura o la técnica. La obra de Heckel y Muller será figuracionista.
4. El fauvismo
Matisse aspiraba a una existencia en la que hubiera desaparecido toda maldad: “Mi sueño es un arte de equilibrio, de pureza y serenidad, desprovisto de temas inquietantes o depresivos, un arte que… sería como una influencia sosegante, como un calmante mental…”5
Matisse aspiraba a una existencia en la que hubiera desaparecido toda maldad: “Mi sueño es un arte de equilibrio, de pureza y serenidad, desprovisto de temas inquietantes o depresivos, un arte que… sería como una influencia sosegante, como un calmante mental…”
Era más coherente en su postura y no propugnaba el uso de la fuerza para convencer a la humanidad. “La alegría de vivir” debía ser el origen de la bondad del hombre. Esa bondad se reflejaba también como bondad en la confección que se manifiesta especialmente en su escultura pero también en pintura, en la suavidad de sus formas y colores, especialmente si las comparamos con las alemanas, ya que éstas tienen su origen en una capacidad de agresión.
Con sus compatriotas estas diferencias son menos evidentes, pero se sigue observando en sus mejores obras la uniformidad de la composición y la utilización de colores planos. Como expresionista es delicado, con independencia de su calidad personal. Los fauvistas franceses en comparación con los expresionistas alemanes nos resultan hasta clásicos, son unas fieras sólo en relación con obras clásicas; los alemanes lo son en sus intenciones. Los primeros poseen para su labor una referencia cultural, los segundos una referencia política. La diferente expresión de Francia y Alemania se debe a la diferente intención en su acción. Unos pretenden trasformar la sociedad mediante la tradición y la cultura, otros buscan la trasformación mediante su poder.
En consecuencia, el fauvismo es eminentemente figurativo. Cierta tendencia tecnicista la produciría la influencia del puntillismo y una expresión matericista y geométrica únicamente se apreciaría en las masas pictóricas de Roualt y en sus rostros esquemáticos que imitan un arte primitivo. La tradición cultural francesa impide que la expresión adopte posiciones muy extremas. ®
Notas
1. Karl Ruhrberg, Arte del siglo XX, Taschen, edición de Ingo F. Walther, 2005, p. 108.
2. Ibid, p. 102.
3. Ibid, p. 54.
4. Ibid, p. 54.
5. Ibid, p. 37.