Editorial

Elecciones y democracia

© Rodrigo Ponce

A dos semanas de las elecciones para Presidente de la República, México vive una efervescencia pocas veces vista. Han habido acontecimientos sorpresivos que alteraron el calmoso curso de las campañas de los cuatro contendientes y los diversos actores sociales están tanto o más confrontados que en las elecciones de hace seis años. Hay quienes tienen sospechas sobre la imparcialidad del Instituto Federal Electoral y desde ya lo descalifican y le exigen acciones que no le corresponde ejecutar —éstos son los moderados, pero también están los que advierten ya de un supuesto fraude que se consumará inevitablemente el primer día de julio. “Si hay imposición habrá revolución”, gritan grupos de jóvenes convencidos de que la mayor cadena de televisión es capaz de manipular a millones de televidentes para que voten por un candidato determinado —como si éstos fueran incapaces de discernir entre la mejor o la menos mala de las propuestas.

Otros temas de intensa discusión han sido el papel de los medios de comunicación y las encuestas. Respecto al primero, según los monitoreos de programas que difunden noticias que la UNAM realiza para el IFE, la cobertura en el proceso electoral no ha sido dispareja y tiende hacia la equidad. Pese a ello, los medios deberán reflexionar sobre el malestar que prevalece en algunos grupos sociales sobre la forma en que tratan los aspectos electorales, y sus críticos también lo deberán hacer aclarando, por ejemplo, qué es lo que se debe entender por “democratización de los medios de comunicación”.

Las encuestas han sido un constante motivo de disputa, en el que los partidos, candidatos y sus simpatizantes alaban las que les resultan favorables, y denuestan las que no lo hacen. Tras las múltiples denuncias de que sólo son un recurso propagandístico, análisis más detallados tras el conocimiento de los resultados electorales permitirán evaluar qué empresas desempeñaron con mayor profesionalismo, rigor y calidad su trabajo, lo que definirá los grados de confianza y credibilidad que logren generar en el futuro.

También se ha resaltado la aparición del grupo de jóvenes estudiantes #yosoy132, en quienes algunos han depositado grandes esperanzas, hasta creer que conforman una suerte de rebelión similar a la de los países árabes en los años recientes. Pese al indudable entusiasmo que han provocado, su alcance todavía parece muy limitado, con demandas que no terminan de ser claras y precisas. Su participación como observadores en las elecciones será muy valioso si en vez de adoptar el papel de buscadores de pruebas del “fraude electoral”, se asumen dispuestos a reportar lo que ocurra en la jornada electoral, lo que incluye también los aciertos en la realización de los comicios.

Afortunadamente también hay voces que llaman a la sensatez. La democracia, nunca será suficiente insistir en ello, es siempre perfectible y el menos malo de los sistemas posibles, como decía un estadista de la talla de Churchill. El voto en todas sus variantes —útil, nulo, en blanco, informado, crítico— es la principal herramienta para seguir moldeando una sociedad en la que la democracia pueda ser cada vez más la correa de transmisión y el marco de pluralidad para obtener avances en materias tan difíciles como libertad, justicia e igualdad y derechos como el de la salud, la educación y el trabajo, entre otros no menos importantes.

En esta edición de Replicante se han dado cita una veintena de voces que desde distintas perspectivas abordan los problemas de una democracia joven, acosada desde distintos frentes, frágil, pero también apuntalada en la voluntad de millones de ciudadanos que creen en ella y confían en métodos pacíficos y civilizados de dirimir las diferencias. La democracia es el único espacio en el que pueden convergir las distintas corrientes ideológicas para interactuar y encontrar entre todas ellas la mejor manera de resolver los grandes problemas nacionales, que no son pocos. La lectura de estos textos, estamos seguros, aportará información y elementos de reflexión para ayudar a decidir mejor el voto por alguno de los cuatro candidatos —o por ninguno de ellos. ®

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Publicado en: Destacados, Elecciones y democracia, Junio 2012

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  1. pedro meyer

    el 70% del pais, no voto por AMLO, porque vamos a permitir ahora que el movimiento «yo soy #132» secuestre las elecciones? Ellos defienden principios que no están dispuestos a acatar para los demás. No quieren imposiciones, solo las que ellos pretenden imponerle a la mayoría de los mexicanos.

    Esa nota sobre el cambio de nombre del movimiento a: # + machetes, me suena a una truculenta transformación que habrá que vigilar de cerca. Recordemos que a río revuelto ganancia de pescador. La radicalización del movimiento estudiantil, tiene ominosas perspectivas con esas posturas.

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