Las edecanes, la libertad y un par de libros

Un vistazo político a la FIL

La serenidad con que el doctor Miguel Carbonell expone sus ideas se cimbra con los gritos estentóreos de cientos de jóvenes de secundaria que expresan de esa manera su admiración por personajes paridos por la abyección televisiva como Facundo, Omar Chaparro, Tamara y La Garra. Otros cientos de escolares deambulan como tribus perdidas por los pasillos de la Feria sin atreverse a tocar un libro, mucho menos a comprarlo.

Dice mi amigo Pavel, ingeniero de sistemas de Cisco, que no volverá más a la FIL porque ya compró todos los libros que debe leer —clásicos, en su mayoría—, y que las edecanes están más buenas en la Expo Ferretera. Ni cómo alegarle. Aunque, si Pavel se interesara un poco por la situación y el análisis de lo que pasa en el país, sobre todo en el cambio de gobierno, podría haber asistido a la presentación del libro Desafíos a la libertad en el siglo XXI, del doctor en Derecho Miguel Carbonell, publicado por la editorial ecuatoriana Jurídica Cevallos. Un estudio crítico sobre el deterioro de las libertades y la seguridad en el sexenio de Felipe Calderón y la precipitada guerra contra el crimen organizado. ¿Tuvo otras opciones el ya casi ex presidente antes de emprender el combate al narco? Carbonell responde afirmativamente. Sí. Las tasas de criminalidad —secuestros, asesinatos, extorsiones— venían bajando sensiblemente en los últimos años, por lo que era necesario planear estrategias más inteligentes y menos estridentes y mediáticas. Un grave error de Calderón fue el no haberse planteado los términos de una eventual victoria y un plazo para terminar con esa guerra. El saldo es de miles de muertos, inocentes y criminales, y un conflicto que se hereda al próximo gobierno.

La serenidad con que el académico expone sus ideas se cimbra con los gritos estentóreos de cientos de jóvenes de secundaria que expresan de esa manera su admiración por personajes paridos por la abyección televisiva como Facundo, Omar Chaparro, Tamara y La Garra. Otros cientos de escolares deambulan como tribus perdidas por los pasillos de la Feria sin atreverse a tocar un libro, mucho menos a comprarlo —bueno, con esos precios prohibitivos en su mayoría pocos nos atrevemos a hacerlo. Hordas casi iletradas que harían las delicias de los sagaces teóricos del movimiento 132.

Un libro que debería avergonzar a sus autores es el engendro titulado Pienso, luego estorbo. Textos en defensa de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, coordinado por Claudio Albertani y concebido para atacar a la rectora de la UACM, Esther Orozco, quien se atrevió a señalar el fraude educativo en que se convirtió casi desde su fundación esa universidad, creada por Andrés Manuel López Obrador. “El libro es un auténtico testimonio de la lucha democrática de la comunidad uacemita”, escribe alegremente Román Munguía Huato en su apología “Nada humano me es ajeno”, en la que no duda en acudir a Marx para justificar lo injustificable: la UACM es un fiasco [Milenio Jalisco, 29 de noviembre de 2012], aunque digan lo contrario coautores como el funcionario transpartidista Víctor Flores Olea o el tramposo periodista cultural Humberto Musacchio —¿que no? Echen un vistazo a su Historia del periodismo cultural en México y luego hablamos. ®

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Publicado en: FIL, Noviembre 2012

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