Un nuevo desarrollo científico hará realidad el sueño de archivarlo todo (o casi todo). Inspirándose en el diseño y la arquitectura del ADN, investigadores encontraron el modo de almacenar una cantidad extraordinaria de información en un espacio mínimo. Atrás quedarán los pendrives, discos externos, DVD y otros soportes de almacenamiento de datos.
El ADN, la molécula que contiene la información biológica completa de cada organismo, ha probado ser el contenedor de información conocido más eficiente a través de miles de años y los científicos quieren aprovechar estas propiedades.
El nuevo método, publicado en la revista científica Nature en enero de este año, permite almacenar 100 millones de horas de video de alta definición (HD) en un ADN sintético.
Existe una enorme cantidad de información digital en el mundo —aproximadamente tres zettabytes— y el flujo constante de nuevos contenidos representa un gran desafío para los archivistas. Por un lado, los discos duros tradicionales son caros y requieren un suministro continuo de electricidad, por otro, los soportes magnéticos —como las cintas— si bien no necesitan electricidad tienen la grave desventaja de degradarse en unas décadas.
La biología inspira y la tecnología lleva a cabo
“Sabemos que el ADN es una forma muy eficaz de almacenar información porque pudimos extraerlo de los huesos recuperados de animales extintos hace miles de años, como el mamut, y leerlo”, explica Nick Goldman, investigador del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL-EBI). “Otra de las características del ADN que más nos interesa para nuestro desarrollo es que se trata de una molécula de estructura increíblemente pequeña, densa, y que no necesita ninguna fuente de energía para lograr el almacenamiento, por lo que su transporte y mantenimiento es fácil.”
“Sabemos que el ADN es una forma muy eficaz de almacenar información porque pudimos extraerlo de los huesos recuperados de animales extintos hace miles de años, como el mamut, y leerlo”.
A los científicos les ha resultado relativamente sencillo leer el ADN, aunque el obstáculo más importante ha sido reproducir la forma de empaquetamiento. Las dos cuestiones a resolver fueron:
a) Con los métodos actuales sólo es posible fabricar cadenas cortas de ADN.
b) Tanto la lectura como la escritura de ADN son propensas a errores.
“La idea era crear un código que superara ambos problemas”, dice Ewan Birney, coautor del método y director asociado del EMBL-EBI.
El nuevo método requiere sintetizar ADN que lleve codificada la información que se desea almacenar. Ewan Birney y Nick Goldman enviaron a Agilent Technologies versiones codificadas de un mp3 del discurso de Martin Luther King (“I Have a Dream”), una foto .jpg del EMBL-EBI, un archivo .pdf con el trabajo que publicaron Watson y Crick —los científicos que descubrieron la estructura de doble hélice que tiene el ADN—, un archivo .txt de los sonetos completos de Shakespeare y un archivo que describe todas las codificaciones.
La gente de Agilent descargó los archivos de la web y con esa información sintetizó cientos de miles de fragmentos de ADN. “El resultado fue algo parecido a un puñado de polvo”, dijo Emily Leproust de Agilent Technologies.
Agilent envió la muestra con “el puñado de polvo” al EMBL-EBI, donde los investigadores fueron capaces de secuenciar el ADN y descifrar los archivos sin errores.
“Hemos sido capaces de crear un código para almacenar una cantidad de información extraordinaria sin errores dentro de una estructura molecular que sabemos va a durar al menos diez mil años en excelentes condiciones”, afirma Nick Goldman.
Aunque todavía hay muchos aspectos prácticos que no se han resuelto, dos de las propiedades del ADN —la longevidad y la densidad de su estructura— hacen que sea un medio de almacenamiento más que atractivo. El siguiente paso para los investigadores será perfeccionar el sistema de codificación y explorar los aspectos prácticos de diseño, allanando el camino para un modelo de ADN de almacenamiento comercialmente viable. ®