En la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara hubo quienes se espantaron de los cuerpos desnudos. Dos jóvenes modelos, un fotógrafo y una editora estuvieron a punto de ser expulsados de la FIL por inmorales e indecentes.
“No es común andar en la FIL y ver mujeres desnudas”, dice Minerva, una de las dos chicas que se despojaron de la ropa para ser fotografiadas por Érick Guevara en el stand de Editorial Televisa en la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
¿El motivo? Están preparando el número de enero de la revista para hombres Soho sobre escritores y mujeres desnudas en la FIL, dice Sandra Lucario, editora del sitio web de esa publicación.
Para Minerva, estudiante de Comunicación en la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA), es la primera vez que se desnuda frente a la cámara, por lo que tenía que ser algo especial. Salvo la vez que le tomaron fotos en un manglar, en Nayarit, donde había cocodrilos, esto ha sido lo más arriesgado que ha hecho en su breve carrera de modelo.
El martes 2 diciembre, en el stand de Televisa, tanto Minerva como Itzel, quien estudia Derecho y a quien le gustan libros como El príncipe de Nicolás Maquiavelo y Naranja mecánica de Anthony Burgess, dejaron caer sus prendas para que Érick Guevara las aprehendiera con su cámara.
Varias personas que pasaban por ahí se acercaron con sus celulares para fotografiar a las chicas tapatías como dios las trajo al mundo, pero no pasaron ni cinco minutos cuando elementos de seguridad de la Expo y de la FIL llegaron al lugar para pedir que “taparan a las señoritas”, tal como lo escribe Sandra Lucario en su crónica: “No habían ocurrido más de diez disparos de la cámara cuando un vigilante nos solicitaba que la señorita se vistiera: ‘No puede estar aquí así’”.
“La cita era a las 11 de la mañana” —se lee en la nota “Dos días en la FIL” publicada el 2 de diciembre en el sitio web de la revista Soho— “y temíamos que ocurriera lo que después tuiteó nuestro director editorial: que un par de cuerpos desnudos escandalizaran más que 43 muertos”, escribe Lucario. ¿Y si se hubiesen pintado un número 43 en los senos?, pienso yo.
“Pensamos que había una mentalidad más abierta y no. Nos cayó toda la seguridad y por poco nos sacan de la exposición. Causamos de por sí terror, así que tuvimos vigilancia todo el tiempo; estuvimos huyendo ayer y aun así pudimos hacer fotos muy buenas”, dice Guevara, quien lleva más de una década en el ámbito de la fotografía.
Así, el equipo de la revista Soho, como si fuera el juego del gato y el ratón se escabulleron de la seguridad entre los stands para lograr su objetivo. Las tapatías iban sin ropa interior y con un vestido ligero para despojarse de él velozmente.
En varios stands solicitaron el apoyo de las editoriales para poder cumplir ese reto, pero algunos se negaron rotundamente. ¿Pensaría la editora que en una feria del libro hay mayor apertura?, eso le pregunté. “Pensamos que en la FIL había mayor apertura, pero que muchos [libreros] se hayan negado me parece increíble”.
“Hay una doble moral en México”, añade Guevara, “les causa mucho ruido el cuerpo femenino”. Paradójicamente, frente a los stands de Sexto Piso y Almadía, en el stand de Ediciones El Ermitaño hay fotografías de mujeres desnudas con escritores que han participado en la editorial del editor Alejandro Zenker.
En el suplemento Filias del diario Milenio Jalisco del 3 de diciembre se publicaron fotografías de dos monjas lectoras, pero no las de estas jóvenes modelos de Guadalajara, a pesar de que en ese medio las entrevistaron, según me dijo Sandra Lucario.
En el stand de la editorial oaxaqueña Almadía las muchachas volvieron a desnudarse en compañía de escritores —éstos con ropa, afortunadamente—, como el periodista argentino radicado en México Leonardo Tarifeño y Francisco Hinojosa. Este último se notaba tenso cuando se recostó en las piernas de las mujeres, ya desnudas; el autor del insufrible libro para niños La peor señora del mundo al parecer no sabía qué hacer con sus ojos ni sus manos ante estas doncellas de piel bronceada.
La editorial Sexto Piso también accedió a la solicitud de Soho la tarde del martes. La misión de la revista Soho llegó a buen fin. Ahora el reto para el próximo año será el de desnudar a alguna escritora.
La pregunta sigue en el aire: ¿Por qué en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara ofende que dos mujeres hermosas —¡y tapatías!— se desnuden? ¿No habíamos quedado en que la lectura nos hace más libres? ®