La feminista que despidió a su protagonista por embarazarse

Cuando las ideas se topan con la realidad

Cuesta creer que Leticia Dolera, autora de Morder la manzana: la revolución será feminista o no será prescindiera del trabajo de una actriz por quedarse embarazada.

Aina Clotet, embarazada y despedida.

Si a la altura de los tiempos actuales, como muchos aseguran que “las preferencias sexuales no deberían ya ser tema de interés público y mucho menos de discriminación”, cuanto más el hecho de que una mujer deba decidir entre el embarazo o la profesión. Cuanto más el inaudito hecho de que una mujer pueda ser despedida por su estado de gracia. Aspecto que no debería causar renuncias o despidos sino adaptaciones conforme las exigencias del tiempo de la embarazada lo vayan requiriendo.

La historia comienza cuando Aina Clotet (Barcelona, 23 de septiembre de 1982), actriz catalana de cine y teatro, se presentó a una audición para uno de los tres personajes femeninos de un proyecto televisivo que llevaría por nombre Déjate llevar, historias de tres mujeres en plena crisis existencial y alrededor de los cuarenta años. La serie, producida por Movistar+, constaría de ocho episodios, fue creada por la también actriz y escritora Leticia Dolera (Barcelona, 23 de octubre de 1981) —mejor conocida como “el rostro del feminismo” actual español— quien también la dirige y protagoniza.

A finales de junio de 2018 Clotet recibió la noticia de que había sido seleccionada para interpretar uno de los protagónicos de la serie, el de Cristina, una abogada exitosa, casada y madre de dos hijos, pero con una vida matrimonial aburrida y monótona. Cristina, acompañada por sus amigas, las hermanas María y Esther, se aventuran al autodescubrimiento de sí mismas y al nuevo rumbo que tomarán sus vidas tras la búsqueda de respuestas, como, por ejemplo, ¿hemos vivido obedeciendo a nuestros deseos o hemos obedecido a un contrato social implícito?

Todo en la serie estaría planeado para mostrar los vericuetos de ser mujer en una sociedad machista y heteropatriarcal. Con una producción en la que más de la mitad de jefes de equipo serían mujeres, la serie se aseguraría de contar con una misión, visión y mano de obra femenina. ¿Por qué? Porque sí, porque su creadora, Leticia Dolera, así lo dispone, porque ser feminista y sorora es un “estilo de vida”, como tantas veces se le escuchó decir.

Días después, a principios de julio, Aina se enteró de que llevaba cuatro semanas de embarazo de su segundo hijo. Por su cabeza nunca pasó ocultarlo, precisamente, para que la producción pudiera adaptar los cambios necesarios a su personaje e impedir el mínimo retraso. Aina llamó a Leticia, faltaba más, para comunicarle las buenas nuevas. Ésta le respondió que el rodaje terminaría el 30 de noviembre de 2018, por lo que estaría “demasiado embarazada” en algunas secuencias y eso haría que no encajara con el personaje: una mujer que reconecta con su sexualidad, que toma la pastilla anticonceptiva a escondidas del marido porque no quiere volver a embarazarse, y además, tiene muchas escenas de sexo; que, a medida que se empodera, va acentuando sus curvas con entallado vestuario. Más o menos así contaría los hechos Leticia Dolera cuando los medios la cuestionaron si la salida de Clotet de la serie fue por estar embarazada.  ¿Cómo lo tomó Aina?, le preguntaron. Dolera contestó:

Ella me dijo que entendía que un personaje así era complejo de hacer. Yo traté de hacer un plan de rodaje para pegar todas las escenas al principio, pero resultaba imposible porque es muy protagonista […] Vivimos momentos en los que la verdad no te puede arruinar un buen titular. El feminismo da mucho morbo y este tema era morboso. ¡Yo no he podido hacer nada!

Pero los hechos no sucedieron como Leticia explicó en esa entrevista para la revista ELLE. Cuesta creer que la autora de Morder la manzana: la revolución será feminista o no será (Planeta, 2018) prescindiera del trabajo de una mujer por quedarse embarazada. La réplica de Clotet, cuatro días después, así lo confirmaría, cuando decidió romper meses de silencio a través de un comunicado de dos cuartillas publicado en su cuenta personal de Twitter,del cual resumiré lo más preciso:

20 de noviembre de 2018, Barcelona
[…] A pesar de la insistencia de varios medios, siempre he tenido claro que no he querido hacer ninguna declaración. En primer lugar, porque la situación me había causado mucho estrés y quería proteger mi estado gestacional. En segundo lugar, porque no quería que mis posibles declaraciones se percibiesen como un ataque a Leticia ni al proyecto. Y en tercer lugar, porque quería canalizar esta dura experiencia en buscar soluciones para evitar que las actrices embarazadas puedan sufrir la desprotección legal en la que yo me he encontrado.
Sin embargo, pese a mi silencio, la semana pasada varios medios de comunicación publicaron declaraciones de Leticia que me resultaron sorprendentes, y he considerado oportuno hacer públicas algunas de las circunstancias que rodearon mi salida de la producción […] En mi anterior embarazo tuve que renunciar a proyectos profesionales porque, en esa ocasión, coincidían con un momento muy avanzado de mi gestación por lo que ni me planteé poder participar en ellos. Pero esta vez, empezaba a rodar estando de poco más de tres meses y medio (no entre cuatro o seis meses, como se ha publicado) por lo que entendí que, con una planificación adaptada, podría rodar la mayoría de mis escenas antes de que mi embarazo fuese perceptible. Si llegado el momento en que mi embarazo fuese visible, quedaran escenas pendientes de rodar, entendía que se podía recurrir a cualquiera de las técnicas que utilizamos de forma habitual en estas circunstancias, como adaptar el vestuario, ajustar planos de cámara, sugerir que el personaje, que ya es madre de dos niñas, no necesita tener un vientre completamente plano, usar dobles de desnudo puntuales, etc. Y así lo propuse. Entiendo que dicha adaptación suponía un esfuerzo para todo el equipo, pero, como en el sector audiovisual es habitual adaptarse a todo tipo de imprevistos, asumí que la producción de una serie marcadamente feminista y que plantea la dificultad de ser mujer y madre en esta sociedad, consideraría todas las opciones para no excluirse solo por estar embarazada.
[…] la directora me informa telefónicamente que no cree que puedan contar conmigo porque hay un problema con la póliza del seguro, que establece un coste altísimo para cubrir cualquier problema derivado del embarazo y que además ven complicado cambiar el plan de rodaje.
Inmediatamente después, me llega que han abierto casting para mi personaje. Contacto con ellos y me comunican que es únicamente por si no consiguen solucionar el problema del seguro. […] También hablamos con varios productores y directores que habían rodado con actrices embarazadas y descubrimos que, efectivamente, los precios de pólizas de seguro que cubren riesgos asociados al embarazo son elevados y que, ante estas situaciones no existe un standard y depende de la voluntad de cada producción asumir la contratación de actrices embarazadas, como ya ha ocurrido en numerosas ocasiones.
[…] Dado que mi interés y compromiso con esta serie era absoluto y entendiendo que parte del problema residía en un motivo económico (cambiar el plan de rodaje puede suponer un aumento presupuestario), puse a disposición mi salario para cubrir cualquier coste adicional que mi embarazo pudiese suponer a la producción.
[…] solicitamos una reunión con los directivos de Movistar+ […] El equipo de Movistar+ nos trasladó que no tenían conocimiento alguno de la problemática existente con la póliza del seguro para embarazadas, ni de ninguno de los problemas económicos y de planificación esgrimidos por la productora para apartarme de la serie, Añadieron que, de haberlo sabido, hubieran volcado toda su voluntad para intentar evitar que esta situación ocurriera.
Soy plenamente consciente de la enorme presión que conlleva dirigir y producir un proyecto como este. Pero por otra parte creo que es necesario mostrar la otra cara de la moneda, la de la presión que tiene la mujer que se queda embarazada y tiene que decidir si esconde su embarazo para conservar el trabajo o lo explica para favorecer la organización del mismo, arriesgándose a perderlo. Yo opté por decirlo por lealtad al proyecto y perdí un trabajo importante para mí, así como otro trabajo que rechacé por formar parte de este.
Creo, fervientemente, que ninguna mujer debería verse en la necesidad de ocultar algo así para proteger su carrera profesional y siento que es compromiso de todas y todos luchar por una sociedad justa y equitativa, que no reduzca las oportunidades de las mujeres en momentos tan cruciales como el embarazo o la maternidad.
Aina Clotet

Los usuarios de Twittertambién le reprocharon su hipocresía por no haber podido hacer algo para evitar el despido de una serie que la misma Dolera había creado y de la cual se le autorizó para tomar decisiones trascendentes y definitivas. La mayoría de los tuits con el hashtag #Sororidad fueron acompañados con mensajes de reprobación y estupor hacia una mujer que se proclama feminista, activista social y se manifiesta en contra de la violencia de género. Los titulares hacían mención del “feminismo pop” de Leticia Dolera, su militancia para con el movimiento en tela de juicio; punto sin retorno desde el cual no se le volvería a tomar en serio sin recordarle el tropiezo.      

Dolera demoró dos semanas en dar explicaciones al comunicado lanzado por Clotet, porque se encontraba en la fase final de las grabaciones de la serie. Sin embargo, cuando lo hizo, destacó seis cuestiones que impidieron la contratación:

  • El personaje
  • El estilo narrativo
  • No era posible un plan de rodaje alternativo
  • Imposibilidad de retrasar o adelantar el rodaje de un proyecto ya en marcha
  • No podía ofrecerle otro protagonista, pero sí un personaje mucho más corto
  • La imposibilidad de hacer FX

Seis excusas que se resumieron en la cuestión número uno:

El personaje. Cristina toma la pastilla anticonceptiva porque no quiere quedarse embarazada. Durante la serie reconecta con su sexualidad y su cuerpo. Se viste y se mueve de una determinada manera. Tiene varias escenas de sexo y muestra su cuerpo desnudo en varias ocasiones.

La profesión de intérprete conlleva una relación muy concreta con el cuerpo, es un handicap al que nos enfrentamos todas. No hablo de mostrar cuerpos normativos, evidentemente, sino de que con el cuerpo también construimos nuestros personajes. Hay muchos ejemplos de transformaciones físicas de actores o actrices para interpretar determinados personajes y eso es porque nuestro cuerpo también cuenta la historia. En este caso, un embarazo era algo totalmente opuesto al personaje de Cristina.

Pero en el comunicado nunca mencionó la omisión por parte de ellos, la producción, de consultar con Movistar+ sobre los altos costos de la póliza de seguro y demás inconvenientes para buscar juntos propuestas a la problemática. La decisión del despido estuvo y solamente podía estar en manos de Leticia, recordemos una de sus frases para la revista ELLE que la retrata de cuerpo entero: “Vivimos momentos en los que la verdad no te puede arruinar un buen titular”.

En casos de este tipo, en los que el despido laboral de una mujer por causa de embarazo es un acto vil e injusto, se confirma que, aunque una mujer esté a cargo de la situación y pueda tener la última palabra sobre el destino laboral de otra, no está blindada para cometer un acto polémico, sujeto a discusión y al debate público. Las situaciones de la vida no son blanco o negro, tienen una gama infinita de grises inherentes al sexo o el género de los individuos. Las decisiones se toman siguiendo el rumbo de lo que puede resultar conveniente y descartar lo inconveniente. En este caso, podemos creer que Leticia Dolera, de haber convenido para la serie contratar a Aina Clotet estando embarazada, lo hubiera hecho, pero el discurso hegemónico del feminismo al que Leticia se aferró ha terminado por darle un tiro en el pie, porque si el despido lo hubiera realizado un hombre se lo definiría como un ejercicio meramente machista. Sin juzgar prematuramente, la justicia social se va sustituyendo por decisiones a favor de la empresa para que los ingresos no eleven los egresos. Donde la estética y credibilidad de un buen personaje sigue siendo imprescindible para dejar huella y respeto a nuestro trabajo y buen nombre. Leticia Dolera se topó de frente entre lo que se desea y no se puede tener. El mundo de las ideas no es al cien por ciento aplicable al mundo real.

La serie se estrenaría en España para el mes de octubre de 2019 (bajo pronóstico reservado de la audiencia que amenazó con no verla) y cambió su nombre Déjate llevar por el de Vida perfecta. Se erigió también como ganadora del premio a la mejor serie y mejor reparto femenino en Canneseries edición abril 2019, es decir, antes de ser estrenada en España. Al recibir su premio Leticia Dolera dijo:

La cultura y las historias son puentes de empatía, escritas para luchar contra la intolerancia, el racismo y el machismo. La cultura y la libertad de expresión tienen que ser un gran pilar de nuestras sociedades. Y esta cultura tiene que incluir el punto de vista de las mujeres. A todas las mujeres que luchan contra los estereotipos, que luchan por nuestros derechos, porque gracias a ellas estamos aquí hoy. ®

Referencias
Redacción (20 de noviembre de 2018). “Aina Clotet denuncia en un duro comunicado que Leticia Dolera rechazó rodar con ella embarazada”. El Diario, sección Ver Tele.
Ruiz, David (16 de noviembre de 2018). “Leticia Dolera explica por qué ha descartado a Aina Clotet por su embarazo para su serie feminista”. ELLE.

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Publicado en: Apuntes y crónicas

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