Resulta que un día —hace varios años— posteé en Facebook “La ciudad”, de Konstantino Kavafis, en la versión de Cayetano Cantú, y Luis González de Alba me replicó que era una porquería esa versión…
También me dijo que Cayetano era un “mariquita” y cosas por el estilo.
Me asombró mucho la virulencia del reclamo de Luis, y mi primera reacción fue defender la traducción de Cayetano a rajatabla. Entonces Luis, encabronado, hizo su propia traducción del poema directamente del griego y la publicó en Nexos, dándome de paso un llegue por apoyar a Cantú. Como yo no sé griego difícilmente podía saber cuál versión era más apegada al original, pero una cosa sí sabía: la de Cayetano era más poética. Sin embargo, también reconocí que Luis tenía razón parcialmente en su crítica. ¿Qué hice? Tomé la versión de Cayetano y le añadí una o dos líneas afortunadas de Luis, otras de Juan Carvajal y un tanto de mi cosecha. Cuando la posteé Luis ya había muerto, así que quizá se ahorró otro coraje, o quizá no. De cualquier modo, éste es el resultado de ese debate:
Dijiste:
“Iré a otro país, veré otras playas;
buscaré una ciudad mejor que ésta,
donde todos mis esfuerzos son fracasos
y mi corazón, como muerto, está enterrado.
¿Por cuánto tiempo más estaré contemplando estos despojos?
Adonde vuelvo la mirada,
veo sólo las negras ruinas de mi vida,
aquí, donde tantos años pasé, destruí, perdí”.
No encontrarás otro país ni otras playas,
a donde vayas la ciudad te seguirá;
en las mismas calles vagarás,
en los mismos barrios envejecerás,
y en las mismas casas encanecerás.
Siempre llegarás a esta ciudad;
no esperes otra,
no hay barco ni camino para ti;
al arruinar tu vida en esta parte de la tierra,
la has destrozado en todo el universo. ®