Y cuando algún suceso astronómico se salía de esta concepción —la aparición de un cometa, un eclipse, una lluvia de estrellas— había que no sólo explicarlo, sino conciliar el hecho con las creencias y darle un lugar en el cosmos. Con el avance de la tecnología esto cada vez fue más difícil. En especial, la aparición de estrellas nuevas en el cielo generó revueltas filosóficas, capaces de derrocar modelos cosmológicos, de transformar las creencias religiosas y derrumbaron teorías científicas. Éstas son las historias y aventuras de seis de estas estrellas.
El fresco en la pared izquierda de la capilla funeral muestra a Nakht, un escriba y astrónomo que vivió durante el reinado de Thutmosis IV. Las figuras centrales son Nakht y su esposa Tauy ofreciendo libaciones y ofrendas a los dioses Amon, Ra–Horakhty, Osiris, Hathor y Anubis, quienes sólo aparecen mencionados en el fresco. Nakht también aparece sentado a la derecha del fresco, en dos imágenes, dirigiendo las actividades agrícolas y ganaderas.
Según el académico Shawn Eichman, en el daoísmo existían cinco diferentes constelaciones de la Osa. La principal era la Osa Central (Osa mayor) representada en la parte baja de la imagen por siete deidades vestidas con ropajes reales y corona. La Osa del norte (Osa Menor) son las nueve deidades (dos de ellas ocultas con un velo), al centro de la imagen, vestidos con batas. Todas estas deidades eran responsables de borrar los nombres en el Libro de los Muertos. En la parte superior se encuentra el Señor de las Estrellas del Origen del Destino, con dos sirvientes que lo acompañan. Él en cada cumpleaños descendía a la tierra a recibir las ofrendas del festejado.
En la escena se ve a un grupo de marineros que estudian astronomía, geografía, y cartografía, ciencias necesarias para la navegación, representada al fondo. Las ciencias se identifican en los diferentes instrumentos: la regla de paralaje o ballestina, astrolabios, reloj de arena, globos terráqueos y celestes, compases, mapas, brújula y manuales o almanaques. Neptuno a la izquierda y Eolo a la derecha custodian a los marineros, que están iluminados por la luz del conocimiento, arriba al centro.
SN 185
En marzo de 2023 Ashley Strickland, de CNN, publicó un artículo sobre la supernova SN 185, la más antigua jamás registrada. Astrónomos del Inter–American Observatory, en Cerro Tololo, al norte de Chile, descubrieron que la expansión de la nebulosa remanente ocurría a una velocidad mucho mayor de la esperada. La teoría previa indicaba que a los restos de esta estrella —también conocida como la RCW 86 (catálogo Rodgers, Campbell & Whiteoak)— les tomaría cerca de 10 mil años formar un anillo. Sin embargo, lo observado por el telescopio Víctor M. Blanco mostraba que el anillo se había formado en tan sólo dos mil años, o sea, cinco veces más rápido.
El trabajo astronómico de siglos culminó en un modelo cosmológico con una Tierra plana y cuadrada ubicada a la mitad —en el ecuador— de la esfera celeste que giraba en un eje inclinado. Los planetas se movían en su superficie interna. Esta cosmología influyó en la planeación y diseño de las urbes. En Pekín, capital imperial durante las dinastías Tang, Yuan, Ming y Qing, los templos de las principales deidades celestes (Sol, Cielo, Luna y Tierra) se construyeron afuera de la ciudad antigua (erigida por los tártaros) sobre los puntos cardinales. El templo del Sol o “Ritan” estaba al este; el templo a la Luna o “Yuetan” al oeste; el templo de la Tierra o “Ditan” al norte, y el templo al Cielo o “Tiantan” al sur. Éste, el más importante, era circular; en cambio, el templo a la Tierra o “Ditan” era cuadrado, ambos acordes a la cosmología china de los cielos redondos y la Tierra cuadrada.
La supernova SN 185 o RCW 86 fue registrada por los astrónomos chinos el 7 de diciembre del año 185 d.C. Esta “Estrella invitada”, como fue llamada por los chinos, apareció en lo que ellos nombraban la “Puerta Sur”, la actual constelación de Circinus, muy cerca de la estrella Alfa Centauri. Los registros —los más antiguos de una supernova, probablemente del Tipo Ia— narran que durante 240 días centellaron cinco colores diferentes.
Inmediatamente el Astrónomo Real identificó la estrella como una advertencia del cielo enviada para evitar una conspiración maquinada dentro del imperio. Acto seguido, relacionó el área del cielo donde apareció la estrella con la sección del gobierno a la que pertenecía. Los chinos habían dividido el cielo en 283 constelaciones (asterismos), muchas de ellas formadas de dos o tres estrellas. Cada una representaba parte de la gran maquinaria burocrática que operaba en el Imperio. El área pertenecía a un cuerpo militar de caballería, en la región de Yuan Shao. Las acciones tomadas le costaron la vida al general en jefe He Miao, a sus oficiales subalternos y a miles de soldados. ®
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