Contar nuestras experiencias como si escribiéramos en nuestros diarios es una actividad que nos hace empatizar con los demás. Un diario en forma de mapa es el espacio en el que propongo que compartamos nuestras diferentes experiencias en la ciudad de Guadalajara.

Así como una relación complicada, con altos y bajos, la situación de la ciudad y sus habitantes es ambigua.
Aprender a querer los espacios donde vivimos es complicado cuando el caos, el ruido y la hostilidad son comunes en el espacio; por el contrario, hay lugares que se vuelven un refugio, un espacio donde podemos sentirnos tranquilos y seguros. Cada persona tiene su lugar favorito en la ciudad, y esta romantización del espacio eventualmente nos hace relacionarnos y poder sentirnos parte del entorno.
Los mapas contienen el espacio, nos ayudan a comunicar las diferentes relaciones espaciales usando símbolos y nombres. En un colectivo y apapachador gesto Sonia Weiser creó el mapa Places where we’ve cried in public, el cual recopila diferentes lugares donde la gente ha llorado, con la intención de recordarnos que no estamos solos y al mismo tiempo abrir un espacio en el que podamos compartir distintas experiencias emotivas. Esta idea, a mi parecer, es un ejercicio comunicativo que enternece y resignifica los lugares en los que la gente ha llorado, se tornan en una red de apoyo en lugar de ser un triste recuerdo.
Pensando en el mapa de Weiser, en el Área Metropolitana de Guadalajara hay zonas que nos brindan una sensación de refugio del caos y otras que nos recuerdan constantemente el descontrol en el que habitamos. ¿Qué mejor manera de acompañarnos entre habitantes que compartir nuestras experiencias en el espacio?
“Vivir en el caos” está pensado para ser un mapa colectivo, en el que, entre habitantes, podemos empatizar y conocer sobre cómo otros viven en el AMG. Dibujos, bocetos, poemas, frases, pensamientos, anécdotas, fotos, canciones, etc., cualquier elemento es válido pues todas las experiencias vividas son diferentes.
El mapa “Vivir en el caos” es ese espacio virtual en el que he coleccionado recuerdos e interacciones con la ciudad; es un mapa que archiva experiencias propias, lugares que me estresan, que me gustan, lugares únicos y lugares donde han ocurrido acontecimientos que me han afectado de manera positiva y negativa. “Vivir en el caos” está pensado para ser un mapa colectivo, en el que, entre habitantes, podemos empatizar y conocer sobre cómo otros viven en el AMG. Dibujos, bocetos, poemas, frases, pensamientos, anécdotas, fotos, canciones, etc., cualquier elemento es válido pues todas las experiencias vividas son diferentes.

No es fácil tener que soportar el estrés que varias veces nos provoca la ciudad; además de esto, es evidente que la desconexión entre habitantes vuelve el proceso un momento solitario. Intentar entender al otro, para que el otro te entienda a ti, es un buen primer paso para regresar a una convivencia más empática, comunitaria y resiliente.
Este mapa está abierto para ser editado, de modo que si alguien quisiera compartir algo pueda hacerlo, siempre considerando el respeto a las intervenciones de otras personas y al propio mapa. El mapa permanecerá abierto hasta principios de agosto; mientras tanto, siéntanse libres de intervenir y de conocer sobre las experiencias de otros habitantes.
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Una experiencia en la ciudad que tiene un lugar especial en mi memoria fue una vez que regresé del centro a casa de mi abuelita en el tren. Ya era de noche y estaba muy cansada, mis papás no podían pasar a recogerme a donde estaba. Hablé con mi primo, ya que él solía frecuentar la zona en la que estaba y llegó por mí para acompañarme, pues yo no estoy acostumbrada a transitar sola y tan tarde. Comenzamos a caminar hacia la estación. En el trayecto sentí mucha calma, la sensación de recorrer el espacio sin tener que soportar el tráfico y simplemente ir conversando con mi primo fue relajante; ver por la ventana del tren, caminar y recorrer el espacio sin la sensación de caos me hizo saber que si hubiese mayor seguridad algún día yo podría disfrutar del camino … algún día. Llegamos a casa de mi abuelita y ahí me recogió mi mamá. Espero poder repetir esta sensación, de que el espacio es mío y yo puedo recorrerlo cuando quiera. ®
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Mariana Sofía Gómez Valdivia es estudiante de la Licenciatura en Arte y Creación en el ITESO. Este artículo forma parte de una investigación realizada para el PAP “Mirar la ciudad con otros ojos”, Primavera 2025.