“Analista político” con el rigor de un sesentón borracho en un bar de aeropuerto, Waters no es ni politólogo ni historiador ni filósofo… Es un baterista frustrado que se volvió bajista y luego se creyó vocero del planeta.

Roger Waters, genio musical, tal vez, no sé mucho de esa faceta suya, la verdad… Pero también campeón mundial en decir mamarrachadas con cara seria. Uno pensaría que después de escribir “The Wall” el hombre se hubiera dado cuenta de que ser vocero de dictadores y terroristas no es buena idea. Pero no: decidió convertirse él mismo en constructor de muros mentales con declaraciones que darían pena ajena a un antivacunas.
“Analista político” con el rigor de un sesentón borracho en un bar de aeropuerto, Waters no es ni politólogo ni historiador ni filósofo… Es un baterista frustrado que se volvió bajista y luego se creyó vocero del planeta. Según él:
• Ucrania es responsable de su propia invasión.
• Putin es un incomprendido.
• Hamas tiene “sus razones” (porque matar y secuestrar civiles por gusto es “contextual”).
• Israel es el nuevo Tercer Reich.
O sea, Waters no hace análisis, hace karaoke panfletario, todo con cara de “yo sí sé lo que pasa en Gaza porque una vez toqué en Berlín”.
Y por si estas idioteces no bastaran, nada como quejarte del capitalismo y del poder, mientras cobras entradas VIP de 600 dólares y te hospedas en suites que cuestan más que la renta anual de un estudiante. Porque si vas a protestar contra el sistema, nada más merecido por esa ardua labor que una buena suite y una limusina con catering y champán al final del día, ¿no?
Hay una edad para todo. Hay una edad para escribir “Wish You Were Here”… y hay otra para sentarte a leer un libro serio antes de opinar sobre guerras reales.
Este Che Guevara de los estadios, revolucionario con merch oficial, antes lanzaba cerdos inflables como crítica al sistema. Ahora, el cerdo flota y dice: “Apoya a Putin, odia a Israel, culpa a Occidente de todo”. Es decir, el cerdo es Roger mismo.
En fin, hay una edad para todo. Hay una edad para escribir “Wish You Were Here”… y hay otra para sentarte a leer un libro serio antes de opinar sobre guerras reales. Pero no, este abuelo narcisista sigue creyendo que un bajo con delay equivale a un doctorado en relaciones internacionales.
Ya no lucha contra “el muro”. Él es parte del muro. Another prick in the Wall. ®