El que sigue es un trabajo de estudiantes universitarios que fueron descubriendo la riqueza, los cambios, las vicisitudes y los problemas que han afrontado estos medios desde su fundación y hasta nuestros días, que no son los mejores para el periodismo crítico.
Presentación
Rogelio Villarreal
La prensa no sólo es el arma más poderosa contra la tiranía y el despotismo, sino el instrumento más eficaz y más activo del progreso y de la civilización.
—Francisco Zarco
El periodismo en México no tuvo muchas oportunidades de crecer libremente durante los largos años de los gobiernos posteriores a la Revolución mexicana, cuando su ejercicio estuvo fuertemente supeditado a las órdenes y la voluntad del presidente en turno y de su secretario de Gobernación en complicidad con directores de grandes diarios y cadenas de radio y televisión. Una situación dramática en un país donde la tradición periodística se alimentó desde muy temprano de la calidad y la integridad de nombres como los de Ignacio Manuel Altamirano, José Joaquín Fernández de Lizardi, Francisco Zarco, Manuel Payno, Vicente Rivapalacio y otros periodistas que, es importante mencionarlo, también fueron escritores. (Ya a fines del siglo XIX y principios del XX empezaban a difuminarse las fronteras entre el periodismo y la literatura, y eran cada vez más frecuentes los casos de escritores que practicaban el periodismo y de periodistas que ejercían con soltura el ensayo, la crónica y la narrativa en general.)
Los largos años de la hegemonía priista y su colusión con los jerarcas del periodismo nacional crearon un clima enrarecido en el que la ambigüedad y la simulación eran cosa de todos los días. ¿Puede hablarse de periodistas honestos durante los años de la Guerra Sucia del Estado en contra de guerrilleros comunistas? ¿Quiénes alzaron sus voces entonces? Jacobo Zabludovsky era el vocero oficioso del gobierno y más tarde Emilio Azcárraga Milmo declaró sin ambages que era “un soldado del PRI”. Manuel Marcué Pardiñas, editor del semanario de izquierda Política, estaba inscrito en la nómina de la Secretaría de Gobernación y sin embargo fue encarcelado por el mismo régimen. ¿Cuántos de los periodistas de aquellos años sufrían con el dilema de Kapuściński? Es decir, por una parte, tratar de informar verazmente de los acontecimientos pero, por la otra, sujetarse a las directrices de los dueños de los diarios y del poder mismo. Hoy muchos periodistas formados en aquellos años aciagos se han convertido sin más al flexible credo de la democracia.
¿Cuántos de los periodistas de aquellos años sufrían con el dilema de Kapuściński? Es decir, por una parte, tratar de informar verazmente de los acontecimientos pero, por la otra, sujetarse a las directrices de los dueños de los diarios y del poder mismo.
No obstante, al margen —o a veces afuera del país— crecieron periodistas con agudos trabajos reflexivos, críticos y documentados, como —por mencionar sólo unos pocos ejemplos— las crónicas y los reportajes latinoamericanos de Alma Guillermoprieto en la prensa estadounidense y británica; la estrujante investigación de Sergio González Rodríguez sobre los feminicidios de Ciudad Juárez; los trabajos de periodistas de generaciones recientes como Marco Lara Klahr y su estudio y análisis de la violencia; Diego Osorno y sus vívidos despachos sobre el interminable conflicto en Oaxaca; Jacinto Rodríguez Munguía y su inmersión en los archivos oficiales de los años sesenta y setenta para documentar las relaciones entre el poder y los medios; Vanesa Robles y sus precisos reportajes a flor de piel sobre la cotidianidad en una urbe degradada y anárquica como Guadalajara; Alejandra Xanic von Bertrab y el reportaje con David Barstow sobre los sobornos de Wal–Mart para dominar el mercado mexicano —que mereció el premio Pulitzer en 2013— y un largo etcétera de firmas valiosas —valientes— que podemos leer y consultar en diarios y revistas de Tijuana a Cancún y que documentan las distintas caras del poder, la corrupción, la incompetencia, la mezquindad, la violencia irracional del narcotráfico y los infinitos avatares de la vida diaria en este país dominado por burócratas y corporaciones —y por narcocriminales, hay que añadir.
Aún estamos viviendo, por ejemplo, las consecuencias de las conflictivas y cuestionadas elecciones de julio de 2006 con la llegada al poder, doce años después, de un político resentido y anacrónico.
La realidad mexicana nunca ha dejado de estar en crisis, y desde muy temprano en su historia la han acompañado violentas convulsiones sociales y políticas. Aún estamos viviendo, por ejemplo, las consecuencias de las conflictivas y cuestionadas elecciones de julio de 2006 con la llegada al poder, doce años después, de un político resentido y anacrónico. En todos los medios ha habido desde entonces voces enfrentadas que aún niegan o defienden la tesis del fraude electoral. Periodistas, opinadores y editorialistas mediáticos, locutores variopintos, académicos y especialistas, se hallan divididos desde ese momento. Hay diarios, revistas y programas de radio y televisión que a veces parecen más boletines de partidos y organizaciones políticas que medios periodísticos con voces propias e independientes.
Hay que insistir en que el periodismo no es un territorio neutral, y menos cuando se trata de temas tan polémicos y que apelan directamente a los sentimientos y las ideologías. Idealmente, el periodista debería estar libre de prejuicios. El ejercicio del periodismo tendría que estar ligado al de la disciplina intelectual, al cuestionamiento de las ideologías, al desentrañamiento de declaraciones y boletines oficiosos. En un ámbito enconado como el nuestro es difícil, pero no imposible.
Sirvan las líneas anteriores para presentar el trabajo colectivo de siete estudiantes de la asignatura Laboratorio de Información de la Carrera de Periodismo y comunicación pública (Primavera 2021) del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Siete trabajos que hablan de otros tantos medios que han sido parte de la historia mexicana y jalisciense del siglo XX y lo que va del XXI, desde El Universal y El Informador, los más antiguos, hasta Proceso, La Jornada, Reforma y Animal Político, más uno internacional, BBC Mundo. Se trata de una aproximación fresca que da cuenta de miradas que fueron descubriendo la riqueza, los cambios, las vicisitudes y los problemas que han afrontado estos medios desde su fundación y hasta nuestros días, que no son precisamente los mejores para el periodismo crítico.
El Informador: un diario que es parte del folclore de una ciudad
David Rojas Inocencio
Hay medios que sobreviven a la prueba del tiempo y se convierten en parte de la ciudad que los vio nacer. No solamente son parte de su historia, sino que ellos mismos la narran día a día; mucho de lo que conocemos de los sucesos del pasado está escrito en la prensa del siglo XX. Éste es el caso de El Informador, considerado el medio más importante del occidente mexicano y que, nacido en el corazón de Guadalajara, ha visto crecer a esta ciudad y su área metropolitana durante más de cien años, desde su inauguración en 1917.
De acuerdo con el artículo “Guadalajara Moderna 1917–2017”, publicado en El Informador (2017) como parte de la conmemoración de los cien años del diario, éste nació debido a la insistencia de Jesús Álvarez del Castillo, un joven empresario que después incursionó en el periodismo. Desde su fundación El Informador se impuso cinco valores primordiales que, un siglo después, se mantienen presentes como ética de trabajo cotidiana:
—Hacer ciudadanos mejor informados. En 1917 terminaba la primera Guerra Mundial, se vivía un contexto complejo y un país en problemas sólo podría salir adelante con la ayuda de habitantes que entendieran la situación y buscaran mejorar.
—Labor social por sobre la política. El periodismo no está hecho para tumbar gobiernos, sino para construir una mejor sociedad. Es un ente político, pero no abona a la política en sí.
—Sin prejuicios ni odio, porque construir puentes y encontrar maneras de entender la realidad desde distintos puntos de vista es la forma de hacer periodismo en la que cree el diario.
—Línea editorial mesurada y seria, porque el compromiso de hacer un periódico que sea referencia de la ciudad y para los que la habitan implica una seriedad que sólo el trabajo constante puede otorgar.
—Independencia, porque desde el slogan “Diario Independiente”, utilizado desde el primer ejemplar hasta el último que se ha publicado, El Informador siempre ha buscado ser eso para sus lectores y anunciantes (El Informador, 2017).
Estos cinco valores primordiales los han llevado a documentar la historia no sólo de Guadalajara, sino de México y el mundo, con portadas tan icónicas sobre hechos relevantes que incluso a veces destacaban por sobre el mismo hecho. Hoy, esos acontecimientos están divididos en 16 secciones que comprenden la agenda diaria tanto en la edición impresa como en el sitio web, que además cuenta con una hemeroteca de acceso gratuito en la que se puede acceder a decenas de miles de portadas y ejemplares completos del periódico.
Es difícil identificar a quienes en el pasado llenaban sus páginas, pues la política editorial de no firmar las notas dificulta en mucho esta labor. No obstante, en la actualidad tienen una redacción repleta de jóvenes reporteras y reporteros que buscan en la ciudad hechos relevantes y los plasman con una visión innovadora.
Los periodistas que han trabajado en este medio han sido la piedra angular de su éxito a lo largo de los años. Es difícil identificar a quienes en el pasado llenaban sus páginas, pues la política editorial de no firmar las notas dificulta en mucho esta labor. No obstante, en la actualidad tienen una redacción repleta de jóvenes reporteras y reporteros —más de estos últimos, hay que decirlo— que buscan en la ciudad hechos relevantes y los plasman con una visión innovadora que, si fuera otra, no le habría permitido a este medio perdurar tantas décadas.
Hay muchos factores que han llevado a El Informador ser lo que es hoy. Un recuento de algunos de ellos será un buen ejercicio que nos ayude a comprender el papel de este medio en la sociedad tapatía y, si es posible, aprender una o dos cosas para hacer y consumir buen periodismo.
Aunque los periodistas son la base del éxito, gran parte de éste también se le debe a la familia Álvarez del Castillo, que ha sido dirigente única del medio durante cuatro generaciones y ha ayudado a que el periódico se adapte a los cambios. Don Jesús, don Jorge, don Carlos, el actual director, y Juan Carlos, son también artífices de lo que actualmente es El Informador.
Jesús Álvarez del Castillo fue hijo de una familia de empresarios, y antes de involucrarse en el periodismo entró al mundo de los negocios y apoyó a su padre en esta labor; incluso llegó a ocupar cargos públicos. Cuando se fundó el diario se destacó por la tecnología que usaban para obtener información, la radio y el telégrafo, que aún no eran tan comunes y eso les daba una ventaja importante. Según el documental Jalisco vive en El Informador, el diario sirvió como una plataforma de anuncios para distintos negocios emergentes y para las obras de innovación en la ciudad. Es aquí cuando se presenta el primer atisbo del interés por construir una sociedad, el mismo que reiteraron en su especial de cien años, pues en gran medida El Informador se hizo conocido gracias a esta doble función de informar y de anunciar a los negocios y comercios locales. La muestra más notoria es la del “Círculo Informador”, por medio del cual no solamente hacen llegar la edición impresa diariamente —además de la revista Gente Bien—, sino que con una tarjeta otorgan descuentos especiales en tiendas y negocios en Guadalajara. Aun si eso es un modelo de negocios más que una labor social, éste se deriva de los primeros años del periódico, cuando don Jesús era conocido por facilitar que la gente se anunciara en él (Macías, 2014).
El 2 de diciembre de 1937 las oficinas del medio en Kunhard y Corona fueron asaltadas y se llevaron la imprenta, y no fue sino hasta el 4 de diciembre de 1938 cuando se volvió a publicar una nueva edición.
Uno de los retos más importantes como director fue el periodo de un año en que El Informador no se publicó debido a una huelga promovida por el entonces gobernador Everardo Topete Arcega (1935–1939) en conjunto con sindicatos de voceadores, debido a que el medio criticó duramente la gestión del funcionario. El 2 de diciembre de 1937 las oficinas del medio en Kunhard y Corona fueron asaltadas y se llevaron la imprenta, y no fue sino hasta el 4 de diciembre de 1938 cuando se volvió a publicar una nueva edición.
Don Jesús estuvo al frente del periódico hasta su muerte el 25 de mayo de 1966. Fue sucedido por su hijo Jorge, quien tendría la labor de actualizar los sistemas de producción y obtención de información que había dejado su padre. Cambió el método de impresión e incorporó computadoras a la redacción, además de que estableció alianzas con agencias internacionales de noticias para ampliar la cobertura del diario. Su periodo en la dirección estuvo marcado principalmente por una política de constante renovación e incorporación de nuevas tecnologías, y fue esto lo que le permitió a El Informador erigirse como uno de los medios más importantes del occidente mexicano. La labor de don Jorge fue posiblemente la más reconocida de los cuatro directores, pues recibió múltiples distinciones de varias instituciones, entre las cuales destaca la condecoración Ramón Corona en 1992. En un fragmento del Decreto 14836 del Congreso del Estado de Jalisco en ese mismo año se lee:
Luego de asumir la dirección de El Informador se dio a la tarea de realizar una modernización en todos los departamentos, sustituyendo los tradicionales procesos por lo más avanzado en materia de computación, formación, fotomecánica, fotografía e impresión, modernización que ha sido permanente, hasta la fecha y que permite a El Informador contar con los equipos, maquinaria y tecnología más avanzados no sólo en México, sino en América Latina (Minuta de Decreto No. 14836, 1992).
Además de su compromiso con el periódico, don Jorge también se interesó en gran medida por la difusión cultural y del conocimiento, que se vieron reflejadas tanto en su biblioteca personal —que ahora se encuentra disponible en la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco “Juan José Arreola” de la Universidad de Guadalajara—, en la cual hay desde discos compactos hasta crónicas en microfilme, como en la Fundación Jesús Álvarez del Castillo, creada en 1998 por el mismo don Jorge para promover actividades culturales.
Después de su legado, y de imponer una lógica de innovación y constante adaptación a las nuevas tecnologías, a mediados de la década de los noventa se incorporó quien sería el siguiente director y el encargado de insertar el periódico en la era digital. A diferencia de don Jorge, don Carlos no esperó a la muerte de su padre para asumir la dirección. Desde 1994 su tarea estuvo siempre orientada a mantener una visión de futuro, incorporando la telefonía celular a la redacción y poco después el internet.
Su papel como hombre de negocios fue más acentuado que el de sus antecesores. El periodista Iván González Vega, quien trabajó en el diario de 2010 a 2017, dijo que, aunque su opinión en la redacción era relevante, don Carlos dejaba a los periodistas la mayor parte del manejo en cuestión de contenidos, y se dedicó a promover una imagen jovial del medio entre sus lectores.
Don Carlos se destacó por formar parte de los consejos de distintas instituciones, como la del del Premio Nacional de Periodismo, el Club Deportivo Guadalajara y la Cámara Nacional de Comercio. Uno de sus mayores logros fue la fundación de la empresa Digix, en 2001, dedicada a la digitalización de documentos y que, entre otras cosas, es la herramienta con la que se gestiona la Hemeroteca Nacional de México.
Al trabajo de don Carlos en la actualidad se añade la labor de su hijo Juan Carlos, quien pertenece a la cuarta generación de los Álvarez del Castillo y que ahora habla de un proceso de cambio más agresivo que en etapas anteriores. En el especial de los cien años de El Informador, dedicado a su persona, dice: “Siento que las transformaciones que hacemos dentro de la empresa son cada vez menos longevas; hace ocho años (2011) hicimos cambios en el área de Internet y de nuevo tenemos que hacerlos ahora” (El Informador, 2017).
Los cambios no solamente se orientan a la producción de contenido y su estrategia de redes y medios digitales, también en la distribución de la edición impresa, pues cada vez el periódico se va adaptando más al modelo de entrega por suscripción junto a la venta en establecimientos y puntos específicos de la ciudad. Esto habla más de una lógica empresarial característica de los directores, pero está también ligada a un cambio en la lógica de producción de contenido, pues, como también lo dice, el objetivo es crear una diferencia importante entre la versión digital y la impresa, en que la primera priorice la información en tiempo real y la segunda cuente con trabajos de mayor alcance y reflexión que tengan un valor añadido.
La lógica, dice Juan Carlos, no es sólo adaptarse a cada cambio que se presente en el medio, sino procurar siempre ofrecer la mejor información para la ciudad, pues, antes que nada, El Informador es un medio que nació en Guadalajara y trabaja constantemente para esta ciudad.
Políticas editoriales
Una política editorial clara es lo que le ha permitido a este diario superar la prueba del tiempo para seguir manteniendo su vigencia en nuestros días. Este compromiso con la ciudad, dice González Vega, va incluso desde cómo se comunican las acciones gubernamentales, pues aunque no se trata de aplaudir ciegamente a la administración en turno ni de eliminar el tono crítico de las notas sobre política, es necesario que las iniciativas gubernamentales que se presenten —al menos en el papel— como una buena estrategia para mejorar la ciudad, se comuniquen en ese sentido en El Informador a sus lectores, al tiempo que se debe de reportar y exigir sobre aquello que no se esté llevando a cabo de la manera adecuada.
La apuesta que nos pedían a todos que respaldáramos era pensar en un compromiso con la ciudad en todos los sentidos. Con sus habitantes con sus actores principales, con sus intereses y problemas, etcétera. (…) Eso significa que el medio asumía un compromiso de apoyar incluso acciones de gobierno, en el entendido de que eso no implicaba ser acríticos con las acciones de gobierno (González Vega, 2021).
Además, otro aspecto característico del que también da cuenta González Vega es sobre por qué los periodistas no firman las notas que escriben para el diario, y esto tiene que ver con una responsabilidad asumida por El Informador respecto de sus contenidos. El hecho de que los reporteros no firmen las notas es una manera de evitar publicaciones personalizadas, pensando en que si una persona o institución ejerza su derecho de réplica no lo haga contra el periodista que publicó la nota, sino que se dirijan a la empresa. Aunque no hay ningún plan de modificar esta política, sí se publican trabajos en los que la autoría desempeña un papel fundamental, como es el caso de las columnas de opinión o algunas crónicas y reportajes.
El hecho de que los reporteros no firmen las notas es una manera de evitar publicaciones personalizadas, pensando en que si una persona o institución ejerza su derecho de réplica no lo haga contra el periodista que publicó la nota, sino que se dirijan a la empresa. Aunque no hay ningún plan de modificar esta política, sí se publican trabajos en los que la autoría desempeña un papel fundamental.
Ser un periódico de más de cien años significa que durante su historia han dado cuenta de muchos de los sucesos más relevantes del siglo pasado y de lo que va del actual. Muchos de esos momentos históricos aparecen recopilados en el artículo especial “Un Siglo en Portadas” (El Informador, 2017).
En las páginas de El Informador se pudo leer sobre acontecimientos de trascendencia nacional como los asesinatos de Emiliano Zapata y Venustiano Carranza, la devaluación del peso frente al dólar en 1982, la firma del Tratado de Libre Comercio en 1994, la elección de Vicente Fox como presidente de la república en el año 2000, e incluso de la historia internacional, como la crisis financiera de 1929, la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial en 1945, el asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963, la llegada del hombre a la Luna en 1969 o los atentados del 11 de septiembre de 2002. Los acontecimientos locales también han ocupado las ocho columnas del periódico, como el incendio del Mercado San Juan de Dios en 1954, las explosiones del 22 de abril de 1992 —uno de los eventos más trágicos en la historia de la ciudad—, el asesinato del cardenal Posadas en 1993 o el campeonato de las Chivas en 2017. El Informador ha tenido en la portada la noticia de tres grandes terremotos ocurridos en la Ciudad de México, en 1957, en 1985 y en 2017. A todos estos sucesos históricos se suma una extensa lista de portadas que, literalmente, cuentan la historia de la ciudad, del país y del mundo, y a las que se puede acceder a través de la hemeroteca.
Además de contar con la cobertura diaria de los hechos más relevantes de la ciudad, la sección de opinión de El Informador —“Ideas”— es una de las más destacadas. Ahí se tratan temas de política local y nacional, y destacan nombres como Diego Petersen, Rubén Martín o Jaime Barrera, aunque también existen columnas sobre deportes y del ámbito cultural, como las de Ernesto López Mota y Argelia García, respectivamente, además de temas de ciudad y urbanismo, como la de Juan Palomar. Esta sección se nutre también de alianzas y convenios con otros medios para publicar columnas de periodistas como Salvador Camarena y Raymundo Riva Palacio, de El Financiero. Otros nombres que también aparecen son Carlos Loret de Mola, quien publica en El Universal, Jorge Zepeda Patterson, que publica en Milenio y en El País, y Rosa Montero, columnista de este diario español.
Si bien es una sección diversa en temas y puntos de vista, el periódico acusa un evidente desbalance en la cuestión de género, pues cuenta con aproximadamente treinta columnas, de las cuales solamente cinco son escritas por mujeres: Rosa Montero (colaboradora de El País, como ya se dijo), Argelia García, María Palomar, Vania de Dios y Gabriela Aguilar, ganadora del Premio Jalisco de Periodismo a la Trayectoria Periodística 2020. Solamente Gabriela Aguilar publica entre semana, y ninguna publica más de una vez cada siete días.
El Informador, a 104 años de su fundación, se mantiene como un medio que representa gran parte de lo que es el Área Metropolitana de Guadalajara en el periodismo: historia, modelos de negocio, tradición y adaptación; recientemente ha buscado una imagen de cambio, de innovación y de apuesta por las nuevas generaciones. Con una estrategia de redes sociales enfocada en contenidos breves con información sustancial, con una edición impresa que quiere renovar su identidad para diferenciarse de la versión digital y mantenerse vigente, y con un equipo de periodistas que, a diferencia de otros medios, forman parte de un todo debido a la política editorial de no publicar sus nombres y apostar por sus aportaciones a la ciudad en la que viven y trabajan.
La mejor forma de entender el papel de este periódico en la vida cotidiana es comprendiendo los cinco valores primordiales que enunciaron al comienzo, orientados a mejorar Guadalajara y a apoyar a sus ciudadanos. Si bien el periodismo que realiza este medio se apega a una lógica tradicional, sus objetivos y las formas pretenden ser de utilidad para sus lectores, lo cual responde no solamente a una agenda sino a una de las cualidades básicas del buen periodismo.
Referencias bibliográficas
El Informador (5 de octubre de 2017). Un Siglo en Portada. El Informador.
El Informador (11 de octubre, 2017). Una historia en cuatro generaciones: Juan Carlos y el periódico que la ciudad va a necesitar. El Informador.
El Informador (13 de octubre, 2017). Guadalajara Moderna: 1917– 2017. El Informador.
González Vega, I. (8 de mayo de 2021). Entrevista personal vía telefónica.
Macías, R. (27 de enero de 2014). Historia El Informador. YouTube.
Minuta de Decreto No. 14836 de 1992 (Congreso de Jalisco). Que confiere la condecoración “Ramón Corona” al Ciudadano Jalisciense Jorge Álvarez del Castillo. 1 de octubre de 1992.
El Universal, un diario moderno surgido de la revolución
Óscar Ibarra Soto
Al buscar referencias sobre medios informativos en el país, o simplemente un buen ejemplo de periodismo, El Universal aflora en la conversación como uno de los referentes históricos de los medios de comunicación mexicanos.
Un recorrido de más de cien años avala a un periódico que actualmente es más que eso, pues a pesar de que las tendencias de producción y difusión periodística han cambiado, ha logrado adaptarse para mantenerse como una de las opciones más visitadas por los públicos nacional e internacional.
Sus comienzos tuvieron una finalidad meramente política. El 1 de octubre de 1916 el ingeniero Félix Palavicini, que era parte del Congreso Constituyente de Querétaro, tuvo la idea de crear un diario que hiciera públicos los postulados de la Revolución mexicana. En una zona céntrica de la Ciudad de México, en la esquina de Madero y Motolinía, se instalaron los talleres, que contaban con una máquina rotativa marca Goss, la misma en la que se imprimió la primera Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en 1917.
Como toda nueva iniciativa, y teniendo en cuenta el contexto político de cambio por el que atravesaba el país, El Universal pasó por varios conflictos que pusieron en riesgo su continuidad, pero que, una vez resueltos, demostró que llegó para quedarse. El más difícil de estos retos se presentó apenas un año después de su nacimiento, cuando las fuerzas militares del general Benjamín Hill clausuraron el diario y encarcelaron a Palavicini, su director general.
El conflicto se desencadenó por la publicación del artículo “La prerrogativa de la brutalidad”, en el que Gonzalo Parra “denunciaba las prerrogativas a que suponen tener derecho algunos generales y otros jefes de menor graduación, en virtud de sus triunfos militares” (Ávila, 2016), y propició que El Universal dejara de publicarse durante diecinueve días, hasta que reapareció el 18 de abril de 1917.
La publicación del diario fue apenas el primer paso para la construcción de uno de los grupos informativos más importantes en el mundo. La empresa El Universal Compañía Nacional Periodística, S.A. de C.V. impulsó la actividad de otros periódicos capitalinos al ser uno de los pioneros en la contratación de agencias noticiosas y al enviar corresponsales a realizar coberturas fuera del país, utilizando el telegrama como medio de comunicación y transmisión de información.
A lo largo de su historia la compañía editorial ha tenido cinco cambios de dirección. El primero de ellos se dio en 1923, cuando Palavicini dejó el puesto para dedicarse a su carrera política, y Miguel Lanz Duret tomó el cargo, que mantuvo hasta su muerte en 1940.
Su hijo, Miguel Lanz Duret Sierra, heredó el cargo el 25 de noviembre de aquel año. Durante su gestión destacaron las coberturas de la Segunda Guerra Mundial debido a las fotografías enviadas directamente desde los campos de batalla europeos a través del telégrafo, en tanto que en la década de los cincuenta dedicó espacio importante a la llamada Guerra Fría.
Lanz Duret Sierra falleció el 24 de marzo de 1959 y su esposa, Francisca Dolores Valdés Delius, tomó la batuta desde ese día y hasta 1968. Bajo su conducción se dio seguimiento a los cambios sociales en el país y a la guerra de Vietnam. Personajes como Julio Carrillo, Salvador Azuela, Rubén Salazar Mallén y el caricaturista Carlos Acosta “CAR” desempeñaron un papel vital en esta etapa (El Universal, 2013).
La difícil situación económica del medio era notoria desde la muerte de Lanz Duret Sierra, por lo que Francisca Valdés, tras la breve dirección de su hijo Miguel Duret Valdés (1968–1969) cedió la presidencia al licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz el 23 de octubre de 1969, y éste fue el primer cambio de familia al mando en 47 años.
Este cambio representó el punto de partida hacia una época de mayor evolución y trascendencia en El Universal, no solamente por la instrumentación de las nuevas tecnologías de producción sino por la inclusión de nuevos productos de la compañía editorial.
El 15 de enero de 1976 el presidente Luis Echeverría inauguró las nuevas instalaciones en la calle Iturbide, núm. 7. Además, desde ese año y hasta 1979 las máquinas de escribir dejaron de ser la clásica herramienta de trabajo de la redacción, pues se instaló el sistema computacional Harris 2530.
Ealy Ortiz trabajó en el fortalecimiento de la relación entre el medio y el gobierno. En 1990 se certificó la circulación pagada de El Universal con la contratación de la empresa Certified Audit of Circulation (CAC).
Seis años más tarde El Universal comenzó la construcción del proyecto de difusión digital que hoy conocemos, pues con el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Sarukhán Kermez, se firmó un acuerdo de cooperación para la publicación electrónica del diario en internet, lo cual permitió que el 7 de marzo de 2001 saliera a la luz el sitio eluniversal.com.mx; poco a poco la audiencia fue creciendo, gracias a la amplia variedad de secciones que cubrían los intereses no sólo de la sociedad mexicana, y rápidamente se convirtió en uno de los sitios en español de mayor circulación mundial.
Las secciones del portal digital se encuentran divididas en cuatro grandes bloques, que a la vez tienen subsecciones. En “Noticias” hay información relacionada con el acontecer actual en materia política, económica, cultural y deportiva expresada en dos formatos fundamentales: las noticias, propiamente, y las columnas de opinión.
La opinión ha cobrado mucha importancia en las últimas dos décadas debido a la cantidad de colaboradores. No son solamente periodistas o comunicadores los que se han sumado a este medio, sino expertos en diversas áreas del conocimiento y la cultura. Los nombres más destacados en estas columnas son, entre otros, los de Carlos Loret de Mola, José Woldenberg, Héctor de Mauleón, Paola Rojas, Ana Paula Ordorica, Sabina Berman, Maite Azuela, Ana Francisca Vega, León Krauze, Carlos Alazraki, Francisco Martín Moreno y, hasta hace poco, Peniley Ramírez, que se cambió al Reforma —entre muchos más.
Varios de ellos han tenido una presencia importante en el contexto periodístico actual. Carlos Loret de Mola, por ejemplo, ha sido uno de los comunicadores más críticos de los gobiernos federales desde que comenzó su carrera. Durante doce años condujo el programa Primero Noticias de Televisa y desde 2008 forma parte de El Universal, y sus columnas de opinión se distribuyen también en otros medios del país, como El Informador, en Jalisco.
Aquí radica otra de sus fortalezas, pues la distribución de contenidos audiovisuales en sus redes socio–digitales alienta a la audiencia joven a acercarse cada vez más a sus páginas desde sus cuentas de Telegram, Facebook, Twitter, YouTube, Instagram, Pinterest y LinkedIn.
Otro columnista es Héctor de Mauleón, periodista sumamente crítico de los gobiernos nacionales, lo que le ha valido, junto a Loret de Mola y tantos otros periodistas, acusaciones y descalificaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Un artículo de De Mauleón de 2016, “El narcomenudeo en la Condesa tiene nombre y apellido”, denunció cómo trabaja la red de distribución de drogas en los antros de la colonia Condesa en la Ciudad de México.
El Universal publica contenidos multimedia, en los que hay trabajos de fotografía y video. Aquí radica otra de sus fortalezas, pues la distribución de contenidos audiovisuales en sus redes socio–digitales alienta a la audiencia joven a acercarse cada vez más a sus páginas desde sus cuentas de Telegram, Facebook, Twitter, YouTube, Instagram, Pinterest y LinkedIn.
Además de noticias, el portal también tiene secciones de tecnología, gastronomía, estilo de vida, destinos turísticos, autos y relojería, contenidos a los que se puede acceder gracias al sistema de suscripciones, aunque también hay contenidos —cada vez menos— abiertos al público en general.
El Universal tiene distintos planes de suscripciones para sus ediciones digitales e impresas. Para poder acceder a todo el sitio los costos van de 70 pesos por mes los primeros seis meses —después 99 pesos por mes— a 457 pesos el primer semestre —después 557 pesos por semestre— a 790 pesos el primer año —después 990 pesos anuales. En las tres opciones incluye acceso a más de 700 contenidos premium mensuales, recepción del newsletter premium y la consulta de la edición impresa en formato digital. Los costos de suscripción de la edición impresa —que también incluye los beneficios para la versión digital— son de 1,350 pesos al semestre y 2,200 pesos al año. En todos los planes, digitales o impresos, se puede llevar a cabo la cancelación del servicio cuando así se desee.
El Universal se ha caracterizado por tratar de mantener un equilibrio entre la libertad de sus colaboradores y el rigor para criticar las distintas gestiones de los presidentes mexicanos. Sin embargo, hay algunos testimonios de que, por no enemistarse con las esferas del poder, a veces los materiales que se publican sufren modificaciones aun contra la voluntad de sus autores. Tal fue el caso de Andrés Lajous, actual secretario de Movilidad del Gobierno de la Ciudad de México encabezado por Claudia Sheinbaum, quien en 2012 dejó de colaborar con el diario. En un breve recuento de los hechos, publicado en Animal Político, Lajous contó que dejó de colaborar en El Universal debido a que varios de sus artículos en los que criticaba al gobierno de Enrique Peña Nieto fueron modificados, borrando el nombre del mandatario, por ejemplo. “La razón por la que terminé renunciando al periódico es que ya no sentía que tenía garantizado un espacio libre. Después de la conversación con el editor me quedé con la sensación de que si no publicaba algo criticando a Peña Nieto, entonces me estaba autocensurando”, escribió Lajous (2012).
Recientemente el columnista Ariel González Jiménez recibió el premio a la Excelencia Periodística 2021, en la categoría Opinión, de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), por su ensayo “Medios: la insoportable incomodidad de las ideas”.
En términos generales, podemos concluir que la historia de El Universal expresa perfectamente el porqué es uno de los medios mexicanos más consultados y con mayor peso en el contexto nacional e internacional. Simplemente habría que voltear a ver a los colaboradores que han sido merecedores del Premio Nacional de Periodismo a lo largo de su trayectoria. El primero de ellos fue Demetrio Bolaños en 1977 en la categoría de Noticia. Miguel Reyes Razo obtuvo otro en 1979 en Crónica, y un año después Jesús Fonseca Juárez se llevó el galardón en la categoría de Fotografía por su trayectoria, que incluye las imágenes tomadas durante la masacre de Tlatelolco en 1968. Fonseca murió el 6 de octubre de 2020 de covid–19, a los 93 años. Recientemente el columnista Ariel González Jiménez recibió el premio a la Excelencia Periodística 2021, en la categoría Opinión, de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), por su ensayo “Medios: la insoportable incomodidad de las ideas” (suplemento Confabulario, 7 de diciembre de 2020).
De 1982 a 1986 El Universal sumó a su palmarés seis premios más gracias al trabajo de Francisco Cárdenas, Demetrio Bolaños y Rafael Pérez en Noticia; Antonio Escobedo por Divulgación cultural, y Efrén Maldonado y Helioflores en Caricatura; este último repitió en 1996, 2001 y 2003. Desde 1987 hasta la fecha El Universal ha ganado un total de 21 premios en distintas categorías, y destacan los nombres de José Ángel Martínez, Raymundo Riva Palacio, Fidel Samaniego, Gerardo Medina, Manuel Cordero, José Luis Calva, Irma Rosa Martínez, Alejandro Almazán, José Luis Piñeyro y Ricardo Alemán.
Los premios más recientes del diario son a la Excelencia en Periodismo en 2018, otorgado por la Sociedad Interamericana de Prensa a Íñigo Arredondo Vera por el reportaje “Narcotala: Desplazados del crimen organizado”, en el que se explica cómo grupos delictivos en Chihuahua obligan a los pobladores de la Sierra Tarahumara a abandonar sus comunidades debido a la tala de sus bosques.
Además, en 2019, El Universal recibió otros dos Premios Nacionales de Periodismo en las categorías de Fotografía y Caricatura. El primero de ellos fue para María de Jesús Peters por su fotorreportaje “Crisis humanitaria rebasa al gobierno”; por su parte, Ángel Boligán fue galardonado por su cartón “Libertad periodística”.
Si esto no fuera suficiente, los datos de las visualizaciones acreditan la importancia de El Universal en el contexto de la información. De acuerdo con el archivo del propio medio, hasta el año 2013 había registrado “16 millones de usuarios únicos al mes, un millón al día; además de 140 millones de page views al mes y 1.7 millones de seguidores en Twitter” (El Universal, 2013).
Se trata de un trabajo que se ha construido con buenas decisiones editoriales, informativas y comerciales, que responde a los intereses de los lectores y, por ende, a los del periodismo. No obstante, en sus conferencias matutinas el presidente López Obrador se ha referido al diario como “otro pasquín inmundo” y que “exagera las notas”.
Pasar de una crisis económica que casi los llevó a la quiebra para después recuperarse con inversiones y publicidad oficial que les permitieron convertirse en un proyecto actualizado con las tendencias tecnológicas hablan de todo el trabajo que se ha hecho más allá de la tinta, el papel y las páginas digitales. Se trata de un trabajo que se ha construido con buenas decisiones editoriales, informativas y comerciales, que responde a los intereses de los lectores y, por ende, a los del periodismo. No obstante, en sus conferencias matutinas el presidente López Obrador se ha referido al diario como “otro pasquín inmundo” y que “exagera las notas”.
Debe decirse que durante el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012–2018) El Universal recibió, por concepto de publicidad, un total de 1,519 millones 523,324 pesos; durante el primer año del gobierno de López Obrador El Universal recibió por ese concepto un total de 85,186,416.82 (Article 19, con base en el Gasto definitivo de Comunicación Social de 2019, publicado por la Secretaría de la Función Pública).
El Universal representa un ejemplo de buena práctica periodística, ya que no se limita a ofrecer una sola perspectiva respecto de los acontecimientos cotidianos, lo que ayuda al lector a conformar un criterio propio, crítico y razonado y, sobre todo, que empuje a que la audiencia entienda la realidad en la que vive.
Referencias bibliográficas
Arredondo, Í. (2017). Narcotala: Desplazados del crimen organizado. El Universal.
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Ávila, A. (2016). Historia de una polémica por la libertad de imprenta. Confabulario.
De Mauleón, H. (2016). El narcomenudeo en la Condesa tiene nombre y apellido. El Universal.
Lajous, A. (2012). Por qué dejé de escribir en El Universal. Animal Político.
Redacción El Universal (2013). Historia ampliada. El Universal.
Redacción El Universal (2015). Historia Breve. El Universal.
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Redacción UNAM (2003). Los designios del futuro. Universidad Nacional Autónoma de México.
Rodríguez, K. (2020). El Universal gana Premio Nacional de Periodismo en 2 categorías. El Universal.
Wikipedia (2021). El Universal (México). Wikipedia.
Wikipedia (2021). Premio Nacional de Periodismo (México). Wikipedia.
La Jornada, un periódico que fue de izquierda
Ana Paula Carbonell
La Jornada es un diario que surgió en medio de acontecimientos decisivos para la información y la comunicación pública en México. El primero de ellos fue el golpe al periódico Excélsior el 8 de julio de 1976, cuando éste era blanco de una acentuada censura por parte del gobierno. Fue un ataque directo a la libertad de expresión y contra su director, Julio Scherer García, y el resto de su equipo de periodistas y redactores por criticar al gobierno de Luis Echeverría Álvarez (1970–1976).
El golpe causó que la redacción perdiera su trabajo entre la simulación de conflictos laborales; Regino Díaz Redondo quedó al cargo. Los periodistas que se quedaron sin trabajo se fueron a otros medios, y algunos crearon sus propios espacios informativos.
Uno de ellos fue el periódico Unomásuno, dirigido por Manuel Becerra Acosta. El primer ejemplar salió el 14 de noviembre de 1977. El diario se pronunciaba contra la represión de los periodistas y buscaba fomentar la libertad de expresión, además de la crítica justa al gobierno. Fue uno de los primeros experimentos periodísticos que pretendían lectores alejados de otros medios que no eran sino voceros del gobierno (Romero, 2016).
Debido a disputas en la redacción del Unomásuno varios periodistas se salieron de éste para crear otro, uno que estuviera más acorde a lo que querían hacer. El 19 de septiembre de 1984 los periodistas Carlos Payán, Miguel Ángel Granados Chapa, Carmen Lira Saade, Humberto Musacchio y muchos más fundaron La Jornada (Romero, 2016; La Jornada, s.f.).
El diario se pronunciaba contra la represión de los periodistas y buscaba fomentar la libertad de expresión, además de la crítica justa al gobierno. Fue uno de los primeros experimentos periodísticos que pretendían lectores alejados de otros medios que no eran sino voceros del gobierno.
La Jornada surgió con la firme propuesta de ser un medio de comunicación que no estaría ligado a los medios hegemónicos. Sus fundadores tenían muy claro que querían hacer periodismo serio, con enfoque en los derechos humanos y una perspectiva clara respecto de las políticas del gobierno. Al comienzo no fueron tomados en serio y no tenían ningún apoyo gubernamental, aunque creció debido al interés de artistas, intelectuales y periodistas que buscaban una alternativa al control del gobierno sobre el periodismo mexicano.
Los fundadores se enorgullecían porque La Jornada surgió sin ningún tipo de apoyo oficial. Periodistas independientes y artistas como Rufino Tamayo y Francisco Toledo ayudaron a financiarlo, y Vicente Rojo hizo el diseño. Se vendieron paquetes de acciones a periodistas, activistas y personalidades de la cultura. Había 21 reporteros en la redacción, y no fue hasta después de un año cuando comenzaron a tener publicidad oficial.
Con los años La Jornada se convirtió en un medio al que el público tomaba en serio y que le tenía confianza a la información que publicaba. También quedaba muy claro la postura ideológica, una perspectiva de izquierda, crítica del capitalismo y solidaria con las minorías y los desprotegidos.
Aunque cierta izquierda ya estaba presente en México desde la Revolución, su presencia era cada vez más notoria desde los años sesenta hasta los noventa, con una fuerte influencia de la revolución cubana de 1959 y movimientos como el 1968, donde participó Luis González de Alba, uno de los futuros fundadores del diario (Vidal, 2020).
González de Alba tuvo un papel decisivo en el activismo por los derechos de los homosexuales, y fue un extraordinario divulgador de la ciencia en las páginas de La Jornada. Debido a discrepancias con el diario decidió abandonarlo. Fue un escándalo y una decepción muy grande para muchos que cuando el periodista murió, en 2016, el periódico no publicó nada al respecto (Alemán, 2016).
Durante las huelgas estudiantiles de 1986 La Jornada, al contrario de otros medios que tachaban las protestas de vandalismo, mostró a los estudiantes como personas que exigían sus derechos (La Jornada, s.f.).
La foto de portada de Antonio Turok de un zapatista apuntando a la cámara se volvió célebre en todo el mundo. La Jornada le dio una amplia cobertura a las declaraciones y actividades del EZLN y el subcomandante Marcos, sobre todo con las entrevistas y los reportajes de la periodista Rosa Rojas.
Otro acontecimiento relevante fue cuando surgió el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el 1 de enero de 1994, al que La Jornada no reaccionó favorablemente en los primeros días, pero poco después se volvió uno de sus aliados en la prensa más relevantes. La foto de portada de Antonio Turok de un zapatista apuntando a la cámara se volvió célebre en todo el mundo. La Jornada le dio una amplia cobertura a las declaraciones y actividades del EZLN y el subcomandante Marcos, sobre todo con las entrevistas y los reportajes de la periodista Rosa Rojas. La Jornada se solidarizó con el discurso neozapatista en contra de la globalización y el nuevo Tratado de Libre Comercio que se firmó ese mismo día (Arce, 2011; La Jornada, s.f.).
El periódico tenía una línea sumamente crítica con el gobierno, incluso después de que la hegemonía del PRI llegó a su fin y el panista Vicente Fox llegó a la presidencia en el 2000. Los periodos de elecciones eran fundamentales para La Jornada porque tenían el propósito de mostrar más allá de las campañas del PRI, como lo hacían los demás medios en esa época de control de la comunicación por parte del gobierno (Ochoa, 2016).
A través de los años ha sido crítico de acciones internacionales como la declaración de guerra del presidente de Estados Unidos George Bush a Irak después del atentado terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York del 11 de septiembre del 2001. Es especialmente crítico con el capitalismo y el neoliberalismo (Arce, 2011). La Jornada es crítica en ese sentido, pero también ha sido complaciente y cercana a la dictadura de Fidel Castro y sus sucesores. De igual forma, se puso a favor del grupo terrorista que buscaba la independencia de Cataluña a través de actos violentos, porque se justificaban por los objetivos que perseguían (Vega, 2021). En marzo del 2004 el periodista y escritor Fernando García Ramírez publicó un artículo en la revista Letras Libres con un llamado de atención a La Jornada por apoyar al grupo terrorista vasco Euskadi ta Askatazuna (ETA) y firmar un acuerdo con el diario Gara, afín a esa organización. La Jornada demandó a García Ramírez, pero perdió el caso (López, 2011).
La Jornada fue un medio que le dedicó más importancia a la fotografía, a la caricatura, a formas de crear contenido más modernas que se alejaban del tradicional artículo o reportaje acompañado de una fotografía; el fotorreportaje tenía valor suficiente para sostenerse por sí solo (Arce, 2011; Vega, 2021). Sin embargo, La Jornada no ha sabido aprovechar sus redes sociales para crear contenidos especiales para esas plataformas para llegar a un público joven; los contenidos que suben son lo mismo de su versión en línea. Puede decirse que el diseño del portal electrónico es, por decirlo así, muy poco agraciado.
En marzo del 2004 el periodista y escritor Fernando García Ramírez publicó un artículo en la revista Letras Libres con un llamado de atención a La Jornada por apoyar al grupo terrorista vasco Euskadi ta Askatazuna (ETA) y firmar un acuerdo con el diario Gara, afín a esa organización. La Jornada demandó a García Ramírez, pero perdió el caso.
A pesar de que se dice de izquierda y que afirme que lucha por los derechos humanos y las minorías, el diario ha tenido problemas a lo largo de su historia que revelan otra realidad en la redacción. Carmen Lira Saade ha sido la jefa de redacción desde 1996 y se le acusa de que ha concentrado poder mediante sus familiares y amigos en los puestos de mayor importancia.
En 1996 y en 1999 hubo huelgas de trabajadores de la redacción por las condiciones en las que trabajaban. En 1996, desde su fundación, fue la primera vez que no se publicó el diario, y la de 1999 terminó unas horas después de haber comenzado cuando el gerente general Jorge Martínez anunció que lo que hacía el sindicato de trabajadores era ilegal. Los trabajadores reclamaban el pago de horas extras, pago por enfermedades o accidentes de trabajo, despidos injustificados y la firma de renuncias en blanco en cuanto se les contrataba (Ochoa, 2015).
Estas prácticas ocultas al ojo público cuestionaron a La Jornada como periódico defensor de los derechos humanos y en contra de prácticas abusivas. Un caso específico que logró llamar la atención de los medios fue el de la periodista de cultura Patricia Vega, quien fue una de las 150 personas fundadoras del medio. Vega fue despedida sin justificación después de dieciocho años de trabajo debido a que comenzó a alzar su voz después de advertir irregularidades e injusticias en la redacción. Después de que se le quitó su puesto se rehusaron a pagarle lo que le debían; La Jornada trató de esconder la realidad con el pretexto de que ella había renunciado (Vega, 2021).
“Un periódico que se llama de izquierda y objetivo, cuando esconde o confunde la información de hechos irrefutables como lo fue Chernóbil o llamar ciertas situaciones como terrorismo justificado para probar un punto no tiene coherencia. No se puede tapar el sol con un dedo.”
Vega cuenta que, para ella, el proyecto de La Jornada perdió sus objetivos iniciales en 1996 cuando Carlos Payán dejó la redacción. “Un periódico que se llama de izquierda y objetivo, cuando esconde o confunde la información de hechos irrefutables como lo fue Chernóbil o llamar ciertas situaciones como terrorismo justificado para probar un punto no tiene coherencia. No se puede tapar el sol con un dedo” (Vega, 2021). También mencionó el apoyo que el medio le dio al grupo terrorista ETA en España que buscaba la independencia del País Vasco a través de actos violentos contra civiles, lo cual era justificar el terrorismo en aras de una ideología dura.
Las protestas laborales también surgieron después del cambio de jefatura de redacción. Para Patricia Vega fue muy doloroso sentir que el periódico que había contribuido a fundar la abandonó completamente por reclamar una injusticia. “Pero ¿cómo me iba a quedar callada, cuando todo eso me lo enseñaron en La Jornada, a no dejar que me taparan la voz?”
Quien renunció a La Jornada —entre varios más— fue el activista Marco Rascón, que fue colaborador de 1987 a 2012. En una extensa carta abierta a ese medio expone sus razones, entre las que menciona también el autoritarismo de la dirección y el olvido de sus aspiraciones democráticas y de izquierda, además de su alineación incondicional al lopezobradorismo (véase anexo).
Aunque es un medio que tiene en el centro de su discurso la igualdad, entre columnistas y reporteros predomina una gran mayoría de hombres. En La Jornada hay quince hombres y cuatro mujeres articulistas y columnistas; solo 21.05% son mujeres. Entre ellos —y ellas— están Julio Hernández, Carlos Bonfil, Eric Nepomuceno, Ángeles González Gamio, Sergio Ramírez, Antonio Gershenson, Dawn Marie Paley, José Antonio Rojas, Ortiz Tejeda, David Márquez Ayala, Alfredo Jalife–Rahme, José Agustín Ortiz Pinchetti, Cristina Pacheco, Ángel Guerra Cabrera, Javier Hernández, Gloria Muñoz, Carlos Fernández–Vega, Juan Pablo Duch y Enrique Galván Ochoa.
Los temas que tratan en su mayoría se centran en la política. Uno de sus columnistas más populares, Julio Hernández, escribe en “Astillero” de lunes a viernes sobre las novedades de la política; habla de lo ocurrido en la mañanera, muchas veces del lado del presidente López Obrador, aunque a veces se muestra neutral.
Uno de sus columnistas más controvertidos es Alfredo Jalife–Rahme por sus polémicas posturas en “Bajo la lupa” sobre temas políticos internacionales, como las relaciones entre los gobiernos de Rusia, Estados Unidos, Canadá y México. Actualmente, su perfil de Twitter está bloqueado por violar las regulaciones que tienen que ver con el respeto y no acoso de personas en esa red. En un informe en gran parte inédito sobre Jalife–Rahme el periodista Rogelio Villarreal (2012) menciona varios casos en los que Jalife miente, tergiversa o distorsiona, e incluso valida teorías conspirativas, así como sus constantes ataques e insultos a miembros de la comunidad judía de México.
La relación de La Jornada con el gobierno ha sido históricamente complicada. Surgió como un medio que buscaba precisamente no ser vocero de los políticos, sino ofrecer información y análisis a los lectores. Sin embargo, para muchos, desde que comenzó el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, las cosas han cambiado.
En un estudio del 2010 en el que se analiza el tratamiento de La Jornada a varios partidos políticos se deja ver su interés por integrantes del Partido de la Revolución Democrática, cuando López Obrador era uno prominente; se le daba mucha visibilidad a ese partido y a sus objetivos (Ochoa, 2016).
Como La Jornada, el presidente también se dice “de izquierda”, y en el periódico se ocupan muy favorablemente de las acciones del gobierno. Como lo comentó Patricia Vega en relación con Cuba o la Unión Soviética, parece que la ideología de La Jornada puede llegar a extremos peligrosos cuando no se reconocen otras realidades que vayan en su contra.
El interés después se centró en Morena, y desde las elecciones de 2018 el movimiento encabezado por el presidente López Obrador ocupa espacios estelares en las páginas del diario. Como La Jornada, el presidente también se dice “de izquierda”, y en el periódico se ocupan muy favorablemente de las acciones del gobierno. Como lo comentó Patricia Vega en relación con Cuba o la Unión Soviética, parece que la ideología de La Jornada puede llegar a extremos peligrosos cuando no se reconocen otras realidades que vayan en su contra (Vega, 2021).
La Jornada publicó una edición en el estado de Jalisco, La Jornada Jalisco, que resultó efímera. Con la misma línea editorial, el diario tuvo 990 ediciones y dejó de publicarse en 2015 (issuu, s.f.).
La Jornada también enarboló en sus comienzos una bandera feminista, rompió barreras con temas que antes eran tabúes con el primer suplemento dedicado a las mujeres, La Doble Jornada —dirigido por Sara Lovera—, que se volvió uno de los primeros espacios en los medios mexicanos para hablar de feminismo y de mujeres, más allá de los estereotipos. También ha publicado el suplemento Letra S (Sida y vida cotidiana), que trataba temas de sexualidad, el VIH y ser homosexual en un país como México; tuvo su última edición en 2015.
El empresario Carlos Slim compró acciones del diario en un momento de severa crisis económica, y se rumoraba que desaparecería en el sexenio de Felipe Calderón. El gobierno de Peña Nieto inyectó publicidad oficial para que mejoraran sus finanzas, un total de 582,481,198 pesos.
Es paradójico que un medio que construyó su camino sobre temas como la sexualidad y el placer femenino ahora apoye a un presidente que se rehúsa a solidarizarse con el feminismo, que defendió férreamente a un candidato a gobernador acusado de violaciones o que se niega a solidarizarse con la lucha de las comunidades LGBT+, y que encima ataca a los periodistas y medios críticos. Aunque La Jornada nació para ser crítica y abierta, lentamente se ha transformado en otra cosa. No se olvide que durante las huelgas de la UNAM de 1987 y 1999 los estudiantes leían La Jornada, ahora es un diario poco leído por este sector de la población. Es paradójico que los moneros, que fueron muy críticos y muy severos contra Salinas y Zedillo, el priismo rancio y autoritario, contra Fox, Calderón y Peña Nieto, hoy son complacientes amigos de la llamada 4T; una caricatura de sí mismos, aunque con importantes espacios en medios como Canal 11 y Canal 22.
Hay que recordar que el empresario Carlos Slim compró acciones del diario en un momento de severa crisis económica, y se rumoraba que desaparecería en el sexenio de Felipe Calderón. El gobierno de Peña Nieto inyectó publicidad oficial para que mejoraran sus finanzas, un total de 582,481,198 pesos. Este diario ha recibido un trato privilegiado del gobierno de López Obrador, pues en los primeros dos años de su mandato ha recibido 400 millones de pesos por publicidad (Reforma, 2021).
La Jornada insiste ante los lectores en una postura de lucha contra las injusticias. Sin embargo, la realidad y los hechos muestran una historia complicada que dejan ver que el discurso del medio no se adecua tanto a la realidad. Casos de injusticia en la propia redacción, una visión parcial de la realidad y despidos injustificados ciertamente no van de la mano con una lucha por los derechos humanos, ni en favor de un periodismo crítico.
Referencias bibliográficas
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La Jornada Jalisco (s.f.). La Jornada Jalisco.
La Jornada (s.f.). ¿Quiénes somos? La Jornada.
López, R. (2016). La Jornada vs. Letras Libres. Nexos.
Ochoa, O. (2016). Análisis del discurso del diario La Jornada referido a las campañas presidenciales de México 2006.
Romero, J. (2016). Unomásuno, periodismo que resta. Letras Libres.
Turcott, M. (2017). ¿Crisis en La Jornada? Etcétera.
Vega, Patricia (28 de abril de 2021). Entrevista personal vía Zoom.
Vidal, G. (2020). La izquierda mexicana y el régimen político.
Villarreal, R. (2002). El semita antijudío, Replicante, 10 de enero de 2012, y Alfredo Jalife–Rahme Barrios. Informe al 5 de diciembre de 2012. Documento de Word inédito.
Anexo
CARTA ABIERTA
A La Jornada viable e inviable
No hay regocijo, sino tristeza y desasosiego por lo que esta sucediendo en La Jornada, que no es sólo de hoy, sino resultado de una política editorial impuesta sobre la obra colectiva.
Es una tristeza que la realidad haya alcanzado a La Jornada, que fuera espacio de libertad de expresión y crítica y se haya convertido en la atalaya de los defensores del outsourcing, la defensa de privatizar las ganancias y socializar las pérdidas que hicieran las políticas de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Zedillo, Calderón y Peña Nieto derivados de aquellos pactos económicos oligarcas, para imponer topes salariales y aumentos de precios. Da mucha tristeza que la realidad haya convencido a viejos compañeros que teorizaron y escribieron contra aquellos argumentos y hoy los defiendan contra sus propios compañeros.
Se necesita recordar La Jornada incluyente y diversa de Carlos Payán.
Es la tristeza por ver a los que necios y ambiciosos subieron plomo para flotar en el trayecto y quieren sobrevivir ahogando a otros para salvar sus ingresos e ineptitud… con su prestigio.
Son los que cerraron lo que debería ser debate y reflexión y por ello convirtieron en esquizofrenia, el rompimiento entre AMLO y el EZLN; el lopezobradorismo y los de Ayotzinapa; de AMLO contra las feministas, la comunidad LGBTTTI, entrevistadores, los independientes, la UNAM y el rector convocante a movilizarse sin permiso de ellos. La dirección editorial, tomó en todos los casos, absurdo partido por el lopezobradorismo.
Son las consecuencias de una política editorial y administrativa que se cerró a la sociedad y la pluralidad; origen de su existencia, a cambio de los subsidios y los pactos con grupos de poder empresarial, gubernamental y pequeñas mafias de mediocres, cuando más que nunca era necesaria la crítica para advertir y corregir. La Jornada se llenó de silencios.
La Jornada ha sido parte de la historia de las luchas sociales y democráticas. Sismo del 85, damnificados y reconstrucción, lucha de los barrios, CEU universitario, el 88, EZLN e insurrección en Chiapas, solidaridad, el 97 y la Ciudad de México, cultura, fiestas, intelectuales productivos y generosos, periodismo de investigación, espacio de debate, suplementos de ciencia, del campo, espectáculos, nuevas expresiones. Todo eso fue y fuimos desde adentro, en medio y afuera, ya sea como protagonistas u observadores.
No era una verdad, era la de muchos entrelazados y críticos, buscando la otra orilla, pero a la mitad vino el naufragio, la realidad de los pagos, las deudas, la administración, los auto–préstamos, la caída de la circulación, el 75 % de ejemplares devueltos, las hipotecas, la censura, las gacetillas pagadas por gobernadores corruptos, la dependencia de la publicidad oficialista… y la deuda creciendo.
Se acabaron aquellos tiempos de la cooperacha de miles que llegaban con morrallas, que venía de miles de bolsillos; monedas contadas y deudas grupales o sindicales en la avanzada noche para publicar un cintillo para convocar a la marcha o fijar una denuncia.
La Jornada fue y dejó de ser la expresión de miles de voces en activismo y militancia, que hoy se invoca, pero dice que los tiempos modernos han cambiado y defender derechos NO es viable y atenta contra la trinchera.
Durante años La Jornada era lectura obligada y no peligro por la tecnología, sino por los que tomaron decisiones para que la fuerza de lo que la sostenía y la había fundado, fuera suplantada por los presupuestos gubernamentales.
Nadie lo vio venir, pero llegó la idea de destruir La Jornada no desde afuera, sino desde adentro, como ha sucedido a muchas organizaciones sociales, sindicatos y al partido cuyo registro venía desde el PCM y tanto odio le causa al lopezobradorismo.
Surgió la tentación y política editorial, que pretendía dirigir causas, partidos y movimientos, desde La Jornada. Hubo un tiempo en que siendo Andrés Manuel López Obrador presidente nacional del PRD, casi diario, en las madrugadas revisaba y cerraba las notas del periódico, como interventor, construyendo verdades absolutas para manipular y denostar, editorializando a su favor, lo que era supuesta información. Desde entonces existe una requisa de contenidos y en La Jornada NO existe la libertad de expresión, sino la censura y el control.
La polarización política y el debate prohibido empezó a generar expulsiones y crear invisibles. Una ley se impuso: todo aquel que salía de sus páginas como reportero o colaborador, incluso accionistas, se convertía en inexistente.
Es larga la lista de los que fueron infantilmente, grotescamente, por estalinismo de caricatura, borrados de cualquier mención en sus páginas. Dijeran lo que dijeran, hicieran lo que hicieran, sus nombres fueron prohibidos con la anuencia y el amedrentamiento hacia los reporteros y redactores que lo redactaran.
La autocensura tenía que ser de base, advertidos ante la consigna. La lista se hizo larga, incluyendo esquelas, como las de Miguel Ángel Granados Chapa o Luis González de Alba: para ellos, éstos no existieron.
Todo eso coincidió en tiempo con la autodestrucción de lo que la misma vocación democrática, colectivamente, históricamente, había construido… la deuda siguió creciendo.
A los colaboradores incómodos se les abrió el insulto a través de correos y anónimos. Cada quién deberá hablar de sus casos por la acumulación de insultos, alentados desde blogs y anónimos contra sus mismos compañeros. En mi caso (que cada quién hable por el suyo) llegué a acumular más de mil insultos por artículo semanal y muchos de ellos, alentados en blogs y páginas digitales desde la misma Jornada. Por responder delirios y acusaciones de derechismo contra el Movimiento Paz con Dignidad fui corrido, por no aceptar la censura.
Lo que hacían en Televisa contra sus críticos se iba haciendo en La Jornada, a nombre de la izquierda… y la deuda seguía creciendo.
El poder de los censores fue creciendo y las secciones empezaron a explotar sus fuentes como si fueran concesiones privadas, particularmente las gubernamentales. El maniqueísmo y la idea de “lo importante” se impuso sobre la búsqueda e investigación constante de la objetividad informativa. Hasta diputaciones fueron conquistadas por ese medio, a través del odiado PRD.
El fallo contra la inexistencia de la huelga del Sitrajor no resuelve nada. Sólo aplaza y hace más grande la alianza de Morena y AMLO con el cascajo neoliberal y los dueños de las hipotecas de La Jornada, verdaderos propietarios y dictadores de la política editorial.
La crisis es de fondo, porque Demos S.A. de C.V. de La Jornada ya no tiene nada que hipotecar, porque ya está todo hipotecado: edificio, maquinaria, todo… ¿Quiénes son los verdaderos dueños del capital social de La Jornada? ¿Banorte y los Hank González? ¿Slim? ¿Napoleón Gómez Urrutia? ¿Los Duarte? ¿Peña Nieto?
La crisis financiera que la hizo “inviable” y fue el argumento patronal para desconocer el Contrato Colectivo de trabajo, ¿se podría tomar como argumento válido a la total de las empresas del país? La argumentación de La Jornada se hace doctrinaria y aceptar que los neoliberales tienen la razón contra los trabajadores. Es un argumento thatcheriano, reaganiano, y no valdrá un solo argumento próximo desde sus páginas en contra de la reforma laboral y la educativa (que dijeron es laboral) ante el actual alegato de Demos S.A. de C.V. manejado contra el Sitrajor.
Si la resolución hubiera sido a favor del sindicato, el argumento de “las manos extrañas” cobraría fuerza. ¿Qué significa la declaración de inexistencia de la huelga a favor de la empresa? ¿No es ideología pura y aplicación de las nuevas relaciones laborales impuestas por el neoliberalismo los criterios de la resolución? ¡Pongan sus barbas a remojar los sindicatos, porque sus contratos colectivos hoy están en manos de coyotes, leguleyos y teóricos de esta verdadera nueva izquierda!
Si de caracterizar bloques políticos se trata, el alineamiento es muy claro: La Jornada ya no es el movimiento que la originó y que dejó de ser hace años. Hoy es el órgano de difusión del lopezobradorismo, hecho a su imagen y semejanza, pragmático y sin principios, carente de memoria, sectario y reventador. La defensa de la patronal es al 100 por ciento de militantes e intelectuales adheridos a Morena. Ahí están sus futuros ministros y administradores, teóricos y cortesanos. ¿Se los imaginan gobernando, con esos niveles de coherencia y ética?
Parte de la larga noche de la izquierda mexicana es la crisis de La Jornada y de cuando la intolerancia, el sectarismo, la incoherencia reinventó una nueva forma de fascismo a nombre de la izquierda. La crisis de La Jornada es por haberse hecho a imagen y semejanza del lopezobradorismo: sectaria, oportunista e incoherente.
Existe un informe hasta 2002 sobre la situación financiera de La Jornada, hecho por la comisaria y reportera de cultura Patricia Vega, quien por informar al Consejo de Administración y proponer correctivos fuera despedida de la Empresa en 2002.
¿Por qué no entregan La Jornada a los trabajadores para hacer una cooperativa? ¿Por qué en vez de asesorarse de banqueros y financieros se asesoran de la Cooperativa Pascual con igual tiempo de funcionamiento y que ha sabido sortear problemas?
A La Jornada la alcanzó la realidad y ésta se rompió por la parte más delgada: los trabajadores. La legalidad sindical de un contrato contra la quiebra y la hipoteca; de los que se olvidaron de sus ideas, convicciones y compromisos, contra los que decidieron resistir.
Nadie se hubiese imaginado que sería en la misma Jornada donde se gestara este brote de resistencia, que deberán analizar los intelectuales e investigadores independientes y honrados.
Por eso, mi apoyo a los trabajadores de La Jornada y su Sindicato Independiente, que no necesita llamar al boicot: la empresa lo ha hecho desde 1996, pues ya se devuelve más del 75% de las ediciones y con una caída consistente del tiraje desde el año 2000.
Lo que sucede a La Jornada es parte de un todo. Es un fin de época. Es el final de una larga noche de oscurantismo, reglado por el oportunismo y la corrupción ideológica. Es el final de los que quieren poder para ellos y sus camarillas.
No es una parte, es un todo y la afrenta deberá ser ideológica, programática, ética y política en todos los frentes.
—Marco Rascón
4 de julio de 2017 (en Facebook).
Proceso y los presidentes
Tere de Alba
Proceso es un parteaguas en la historia de la prensa en México. Con la fundación de esta revista en 1976 los mexicanos pudieron acceder a un periodismo crítico y riguroso. Pioneros del reportaje de investigación en México han enfrentado muchos obstáculos: amenazas del gobierno, recortes o retiro total de la publicidad oficial, desacreditación por parte de políticos y otros medios.
Se podría decir que desde su fundación ha sido el guijarro en el zapato de cada presidente y en cada sexenio. A ratos ha llegado a ser el saco de piedras que cargan los grandes mandatarios. Gracias al trabajo de cientos de reporteros, editores y fotógrafos se logró hacer un contrapeso en un país autoritario, violento y, en muchas ocasiones, antidemocrático. “El reportaje de investigación que realiza Proceso es el ‘valor agregado’ que contrarresta la avalancha de presidencialismo, declaraciones de funcionarios, mentiras piadosas e impiadosas”, escribió Carlos Monsiváis en la edición 866 de la revista (1993).
Para entender la relevancia de Proceso es imprescindible conocer el contexto en el que nació este semanario. Corría la década de los setenta y los periodistas y los presidentes llevaban una relación armoniosa (Castillo, 2018). A los comunicadores se les daban aportaciones monetarias y regalos para que escribieran con recato y amabilidad sus piezas. Por su parte, los periodistas aceptaban agradecidos, agobiados por los bajos salarios y las condiciones de trabajo. Los medios también corrían el peligro inminente de la censura, ya que la única empresa de papel, Productora e Importadora de Papel, S.A. (PIPSA),estaba en manos del gobierno. “Escriban lo que les dé la gana mientras no toquen al presidente de la República, al Ejército y a la Virgen de Guadalupe”, sugería José Pagés Llergo, antiguo director en el medio Hoy (Castillo, 2018).
En este contexto, Julio Scherer, respetado periodista y director de Excélsior, mantenía lo más parecido a una línea crítica respecto del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz (1964–1970). Pequeñas manifestaciones de descontento se filtraban entre las páginas del periódico. Una de ellas fue el cartón del caricaturista Abel Quezada que se publicó después del 2 de octubre de 1968. “¿Por qué?”, preguntaba un cuadro negro en forma de protesta ante la matanza de los estudiantes en Tlatelolco (Excélsior, 2018).
Llegó la década de los setenta y el sucesor priista a la presidencia, Luis Echeverría (1970–1976), dijo a los medios que el gobierno respetaría a la prensa y que los periodistas estaban en total libertad de escribir de manera crítica, en un intento por separarse de la política autoritaria y represora de su antecesor.
Pequeñas manifestaciones de descontento se filtraban entre las páginas del periódico. Una de ellas fue el cartón del caricaturista Abel Quezada que se publicó después del 2 de octubre de 1968. “¿Por qué?”, preguntaba un cuadro negro en forma de protesta ante la matanza de los estudiantes en Tlatelolco.
Scherer y los periodistas de Excélsior le tomaron la palabra y publicaron reportajes y crónicas muy críticas con el Partido Revolucionario Institucional. En el transcurso del sexenio Echeverría fue perdiendo popularidad y retiró su palabra. Scherer no desistió en sus intentos por seguir con un periodismo riguroso y crítico.
En 1972 Excélsior escribió una serie de notas muy críticas con el sector empresarial. Los aludidos, que iban desde Palacio de Hierro a Aurrerá, pasando por varios cines, decidieron retirarle la publicidad. Lo que representó un golpe financiero para la revista, pues apenas podían costear los salarios y otros gastos. Los espacios de anuncios fueron cubiertos por publicidad oficial, en un intento de Echeverría por congraciarse con el diario y tratar de controlar mejor.
Sin embargo, más que darle la mano a Excelsior el presidente estaba manipulando la estabilidad financiera del medio; Echeverría había orquestado un boicot de publicidad privada para volver más dependiente al diario, según contó después el entonces presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Juan Sánchez Navarro (Castillo, 2015).
A pesar de la “ayudadita” de Echeverría, Scherer no comprometió al periódico (Castillo, 2018). Esto coincidió con que Regino Díaz Redondo fue electo presidente del Consejo de Administración de Excélsior a pesar de las reticencias de muchos de los colaboradores. Scherer confiaba en él sin saber que se acercaba el fin de sus días en el diario: Regino Díaz Redondo ya planeaba su despido, junto con el de Hero Rodríguez Toro, en 1976.
Cuando un grupo de campesinos tomaron un terreno en el Paseo de la Taxqueña, que pertenecía legalmente a los cooperativistas del periódico, Scherer no pudo resolver el pleito en los juzgados. Con ese motivo fue despedido, aunque el problema se resolvió semanas después de su salida.
Muchos colaboradores del diario mostraron su descontento, por lo que el 8 de julio de 1976 se convocó a una asamblea en la que Regino Díaz Redondo “esclareció” las causas y reiteró su decisión. Junto con Scherer se fueron otros cinco colaboradores importantes: Hero Rodríguez Toro, gerente de Excélsior; Froylán López Narváez, Gastón García Cantú, Ricardo Alemán y Manuel Becerra Acosta. La asamblea fue custodiada por policías que intimidaron y hostigaron a los presentes. Tras esa simulación de transparencia salieron 47 de 50 colaboradores editoriales.
Scherer quería evitar una confrontación en el edificio, pero, según describió en su libro Los presidentes, les comunicó a sus colegas que él saldría dignamente, y que era una decisión ética y personal de cada uno si lo acompañaban. El cartonista Abel Quezada le dijo: “Yo quiero salir de tu brazo, Julio —dijo Abel Quezada. Del brazo tuyo y del brazo de Gastón y del brazo del licenciado Hero y del brazo de todos. Salgamos todos juntos, dijo Julio Scherer encaminándose a la puerta de su oficina” (Villamil, 2016). Así, tomados del brazo aparecen en una fotografía histórica.
Aunque en la prensa nacional este hecho no trascendió más que en unos cuantos medios, como Siempre!, en la prensa internacional se hizo un escándalo. Periódicos como The New York Times, Le Monde y The Washington Post publicaron la noticia. Personalidades de la cultura, como el director Woody Allen y el novelista Philip Roth, escribieron una carta al presidente Echeverría en la que solicitaban urgentemente la reparación de los hechos.
Sin embargo, Julio Scherer no tenía planes de volver a Excélsior, y él y sus colegas Vicente Leñero y Hero Rodríguez Toro ya planeaban la creación de un nuevo medio de comunicación en el que pudieran hacer el periodismo veraz y comprometido que sabían hacer. El 18 de julio de 1976 congregaron a más de dos mil personas en el hotel María Isabel para formar la empresa Comunicación e Información, que algunos meses después fundó el semanario Proceso.
La revista fue posible gracias a las acciones que vendió esta empresa a un costo de 500 pesos. Lograron reunir tres millones de pesos gracias a las aportaciones de periodistas y académicos, lo que les dio tiempo y recursos para preparar un arranque contundente. Hubo dos factores que ralentizaron el primer ejemplar, el primero: las inminentes amenazas del régimen autoritario del PRI; el segundo: la renuencia de PIPSA a venderles papel.
El primer artículo publicado fue un recuento de las fallas del sexenio de Echeverría, “1970–1976, consolidación del poder personal”, una especie de venganza de Scherer al cierre del sexenio. Salvador Corro recuerda en una entrevista con Moisés Castillo: “Definiría el periodismo de Proceso como una búsqueda de información, como un trabajo incómodo, no nada más para el gobierno, sino para los sectores del poder. Porque lo mismo investigábamos corrupción en el gobierno, entre la clase empresarial o en los sindicatos. No era exclusivamente contra los políticos” (2018).
La gente escogía la revista porque “se atrevían a publicar”. Uno de los reportajes que causó revuelo fue escrito por Carlos Marín, en el que se relataban los abusos a los presos de la cárcel de Santa Marta Acatitla. Un reportaje que nunca hubiera visto la luz unos meses antes.
Proceso ganó popularidad rápidamente. La gente escogía la revista porque “se atrevían a publicar”. Uno de los reportajes que causó revuelo fue escrito por Carlos Marín, en el que se relataban los abusos a los presos de la cárcel de Santa Marta Acatitla. Un reportaje que nunca hubiera visto la luz unos meses antes.
Reportajes como “Guerrero: del cacicazgo camionero al estatal”, de Marco Aurelio Carballo, que denunciaban al entonces gobernador de ese estado, Rubén Figueroa, fueron determinantes para la consolidación de la revista. En la prensa mexicana los reportajes eran casi inexistentes, los medios no tenían el tiempo ni los recursos para hacer investigación. Que en Proceso se escribiera con pluma crítica la situación de Guerrero y se apoyaran de las voces de académicos y especialistas le ganó a la revista reconocimiento nacional e internacional.
Un evento en el que el periodismo crítico probó su influencia en la opinión pública fue cuando López Portillo (1976–1982) nombró embajador de España a Gustavo Díaz Ordaz al llegar a su fin el régimen franquista. Proceso publicó entrevistas con sobrevivientes de la matanza de Tlatelolco (1968) para desacreditar al expresidente. Asimismo, Carlos Fuentes renunció a su puesto como embajador de Francia como forma de protesta y el periódico español El País publicó un artículo en el que desaprobaba la designación. La gestión de Díaz Ordaz duró doce días debido a los esfuerzos de los medios y organizaciones que se unieron para revertir el nombramiento.
En 1977 se retiró la publicidad oficial de Proceso cuando la revista sacó varias notas que denunciaban la encarcelación de doce cineastas. La hermana del presidente, Margarita López Portillo, que era directora de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), enardecida, llamó a Julio Scherer y procedió a quitarle la publicidad de la Comisión y del Canal 13. Ante esta crisis varios periodistas de Proceso, entre ellos Scherer (Castillo, 2018) consideraron la posibilidad de regresar a Excélsior o fundar un nuevo medio con un crédito. Al final Miguel Ángel Granados Chapa, que era director gerente, un cargo similar al de Scherer, dejó la revista.
Proceso les dio seguimiento y voz a causas populares. El ingeniero Heberto Castillo escribió más de cuarenta artículos cuando se inició la negociación para la posible inversión de Estados Unidos en hidrocarburos en territorio mexicano. Castillo criticaba que el mandatario prácticamente regalara el territorio mexicano a los norteamericanos.
En 1979 se planeó el lanzamiento de un libro cada mes, haciendo de Proceso una casa editorial. No pudieron mantener el ritmo, pero se publicaron relatos cortos como ¿Te acuerdas de Rulfo, José Arreola? de Vicente Leñero, que fueron bien recibidos.
En 1977 apareció en las páginas de Proceso una polémica discusión entre los escritores Octavio Paz y Carlos Monsiváis. Paz había publicado en su revista Vuelta un artículo en el que criticaba tanto a la derecha como a la izquierda, haciendo énfasis en que esta última ideología no progresaba y sufría de parálisis intelectual; que los intelectuales de izquierda no tenían imaginación. El Premio Nobel añadió una crítica a un artículo de la revista La Cultura en México, de la que Monsiváis era editor. Este último respondió y así se fueron alternando en las páginas de Proceso.
El titular de la Coordinación General de Comunicación Social de la Presidencia, Federico Galindo Ochoa, orquestó un boicot publicitario en 1981 contra la revista con el pretexto de que Proceso insultaba la figura del presidente, sobre todo los cartones de Rogelio Naranjo (1937–2016). En el Día de la Libertad de Prensa el presidente López Portillo declaró ante el recorte de presupuesto:
¿Una empresa mercantil organizada como negocio profesional tiene derecho a que el sistema le dé publicidad para que sistemáticamente se le oponga? Esta es, señores, una relación perversa, una relación morbosa, una relación sadomasoquista que se aproxima a muchas perversiones que no menciono aquí por respeto a la audiencia; te pago para que me pegues. ¡Pues no, señores! (Ramírez, 2017).
Naranjo, burlándose del boicot, dibujó un cartón ofreciéndole un ramo de flores a Galindo Ochoa.
En el reportaje “En una colina, con una fortaleza al centro, casas para los López Portillo” Guillermo Correa reveló la compra ilegal hecha por el presidente en plena crisis económica, una propiedad edificada en Lomas de Vista Hermosa de más de 100 mil metros cuadrados. Éste fue uno de los primeros reportajes de corrupción que se publicaron. La existencia de la corrupción entonces era un suceso a voces, pero casi nunca se comprobaba. El reportaje disminuyó aún más la popularidad, ya en caída, de López Portillo, que salió de la presidencia entre lágrimas de arrepentimiento. Así se despidió el mandatario que juró defender al peso como un perro (Fuentes, 2019).
Durante la gestión de Miguel de la Madrid (1982–1988) se apostó por la “renovación moral del país”. México se encontraba en la peor crisis económica de su historia y el gabinete del nuevo presidente, conformado por economistas y tecnócratas, traía aires de esperanza. Sin embargo, fue un año difícil para el periodismo: se tipificó el delito de daño moral, el cual desde entonces sería recurrentemente usado para quebrantar la libertad de expresión. Los políticos o figuras públicas se apoyaban en el supuesto “daño moral” para demandar a periodistas y a medios cuando revelaban verdades incómodas. También se impuso una sanción a los funcionarios públicos por compartir información de estancias de gobierno con los medios bajo el supuesto delito de “deslealtad de los medios”. De esta manera los funcionarios enfrentarían consecuencias al filtrar información del Estado.
El reportaje disminuyó aún más la popularidad, ya en caída, de López Portillo, que salió de la presidencia entre lágrimas de arrepentimiento. Así se despidió el mandatario que juró defender al peso como un perro.
En ese contexto, Proceso publicó un reportaje sobre la nueva casa de 3 mil metros cuadrados del entonces presidente Miguel de la Madrid (1982–1988) en Puerto Marqués, en una zona muy cara de Acapulco. La renovación moral tenía límites, aparentemente. En su mandato se abrieron las políticas económicas, es decir, la exportación y la importación fue más recurrente, así como la privatización de empresas que habían pertenecido al gobierno hasta entonces (Meyer, 1995). Estas medidas causaron expectativas de estabilidad económica.
Después del terremoto del 19 de septiembre de 1985 Carlos Monsiváis escribió varias crónicas sobre esta tragedia en Proceso. En los cuatro números en las que se publicaron se destacó la incompetencia del gobierno y se aplaudió la solidaridad y eficacia con la que actuaron los ciudadanos. De la Madrid fue criticado implacablemente porque no visitó las zonas más afectadas; en un comunicado oficial les pidió a los ciudadanos quedarse en casa, orden que los mexicanos ignoraron para organizarse y ayudarse (Calderón, 2015).
Ese mismo año hubo elecciones intermedias en el estado de Chihuahua. Con la reciente crisis económica el PAN había ganado suficiente popularidad para participar con algunas posibilidades. En los reportajes de Francisco Ortiz Pinchetti se narra el intrincado fraude electoral que elaboraron los priistas, específicamente Manuel Bartlett, para permanecer en el poder. Las movilizaciones fueron contundentes, en las que participaron ciudadanos, sacerdotes, panistas y socialistas (Aguilar, 2019).
Los recortes en salud y educación que ocasionaron las huelgas en la UNAM en 1987 despidieron la gestión de Miguel de la Madrid. La periodista de Proceso María Esther Ibarra cubrió el conflicto e hizo énfasis en el evidente descontento en el reportaje “La falta de dinero moviliza el descontento social”. Así se fue el presidente, con la cola entre las patas (Ibarra, 1983).
Las elecciones en las que contendió el candidato Carlos Salinas empezaron con todo. Periodistas reportaban sobornos de hasta 400 mil pesos para cubrir su campaña. Salvador Corro, viejo colaborador de Proceso, dijo en una entrevista con Moisés Castillo (2018) que en la revista era difícil que alguien aceptara un soborno. Algo que caracterizaba a la redacción del semanario eran los buenos salarios, por mucho tiempo de los mejores. Una buena paga podía detener las dinámicas de abuso y soborno del poder.
Dos días antes de las elecciones de 1988 Proceso publicó un reportaje sobre la guerra sucia de Salinas contra el candidato del Frente Democrático Nacional (FDN), Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del expresidente Lázaro Cárdenas. Cuauhtémoc había militado en el PRI durante varios años, pero fue expulsado del partido cuando él y Porfirio Muñoz Ledo crearon la Corriente Democrática que apostaba por una elección interna democrática para designar a los candidatos. De esta manera se confrontaron los priistas que apoyaban a Cuauhtémoc y los que seguían a Salinas (El País, 1987). El reportaje revelaba que en la campaña regalaron leche en polvo a las comunidades marginadas para comprometer su voto, difundieron encuestas falsas y volantes en los que se veía a Cárdenas abrazando a Marx.
Esta campaña de desacreditación se quedaría corta ante los sucesos del 6 de julio de 1988. Ante la incredulidad de todo un país, el sistema de conteo de votos a cargo del secretario de Gobernación, Manuel Bartlett —actual titular de la Comisión Federal de Electricidad— se cayó. Acto seguido se proclamó presidente a Salinas de Gortari, que salió tarde y decaído con su gabinete a celebrar en el Auditorio Nacional. Proceso publicó un texto de Óscar Hinojosa: “Convencido de que ninguna fuerza humana sería capaz de desplazarlo del poder o poner en jaque su dominio sempiterno mientras mantenga el control del aparato electoral, el partido oficial aplicó el 6 de julio las prácticas que le han dado fama universal” (Proceso,610).
El cartonista Naranjo, que era considerado la voz editorial de Proceso por sus críticas implacables (Castillo, 2018), dibujó a Salinas con la banda presidencial que lucía la palabra “Impostor”. Salinas lo consideró una ofensa a la figura presidencial y amenazó al caricaturista mediante su secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios. Julio Scherer se vio obligado a mover a Naranjo a la sección de análisis. Durante años, los cartones de Naranjo habían estelarizado las primeras páginas, pero ante la amenaza el cartonista, resignado, accedió a este cambio. En una entrevista con Moisés Castillo (2001) Naranjo le contó que cuando dibujaba algo especialmente crítico entraba a escondidas a la redacción, dejaba el cartón y se iba a su casa. Al día siguiente no contestaba las llamadas y esperaba pacientemente la publicación. Naranjo nunca pensó que fueran a publicar ese cartón con el retrato de Salinas, se dio cuenta de que la difusión de esa pieza en un país como México era algo gravísimo. Por lo tanto, cuando Julio Scherer le comunicó que lo iba a mover por un tiempo a la sección de análisis estuvo de acuerdo. Una vez que se calmaron las aguas Naranjo siguió dibujando sus cartones.
En una entrevista con Moisés Castillo, Naranjo le contó que cuando dibujaba algo especialmente crítico entraba a escondidas a la redacción, dejaba el cartón y se iba a su casa. Al día siguiente no contestaba las llamadas y esperaba pacientemente la publicación. Naranjo nunca pensó que fueran a publicar ese cartón con el retrato de Salinas, se dio cuenta de que la difusión de esa pieza en un país como México era algo gravísimo.
La relación entre la prensa y el poder era tensa. Gutiérrez Barrios prácticamente le ordenó al director de Unomásuno, Manuel Becerra Acosta, que vendiera el diario y se fuera. Sin otra opción, se fue a Europa con un millón de dólares. Becerra Acosta no era del agrado del presidente, le confió a Carlos Marín en una entrevista en España publicada en Proceso (674). Por otra parte, Salinas adoptó una estrategia nueva con la prensa y dedicaba mucho tiempo a conceder entrevistas a medios internacionales. Se presentaba a sí mismo como un hombre liberal y capacitado para emprender una transformación más profunda. Mientras que en el extranjero el presidente mexicano se revindicaba, algunos medios nacionales aprovechaban para dudar sobre sus políticas económicas liberales (Prensa y poder, 1999).
Ya en 1989 Salinas de Gortari había invitado a empresas extranjeras a invertir en México. En un reportaje de Fernando Ortega Pizarro se enlistó la disolución de 25 empresas que pertenecían al gobierno federal. Ortega Pizarro escribió que no solamente era el patrimonio económico el que se ofrecía en bandeja de plata, también era el histórico y natural (Proceso,673). Ese mismo año también vendió la banca nacional, dejando en manos de unos pocos empresarios ese fondo de inversión.
En 1992 se empezó a publicar la tira cómica “Boogie el aceitoso”, creada por el argentino Fontanarrosa. Esta tira, en la última página de la revista, fue un éxito entre los lectores.
En 1990 había empezado a concretarse el Tratado de Libre Comercio que normaría en las próximas décadas las relaciones comerciales de México con Estados Unidos y Canadá. Carlos Puig, reportero de Proceso, filtró documentos con las condiciones del tratado e incluso espió las conversaciones de dos diplomáticos en un restaurante de Washington al poner una grabadora en la mesa de lado. El éxito de la negociación implicaba que, sin importar el presidente electo o las inclinaciones de la democracia, México estaba comprometido a perpetuar el sistema neoliberal y seguir dependiente de Estados Unidos. El Tratado de Libre Comercio (TLC) entró en vigor en 1994.
Al mismo tiempo, en la madrugada del primero de enero de ese año el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se levantó en armas y ocupó cuatro ciudades en Chiapas. La marginación de las comunidades indígenas y el constante desentendimiento por parte del gobierno llegó a sus últimas consecuencias. Hasta entonces la guerrilla en la Selva Lacandona era solamente un rumor en los medios.
Proceso había publicado una nota sobre la agrupación indígena en Chiapas, pero ni la prensa ni el país pudieron dimensionar el alcance de la organización y el descontento que recorría la zona. En este acontecimiento los medios que tuvieron más acceso fueron La Jornada y Unomásuno.
El 23 de marzo de ese año asesinaron al candidato del PRI a la presidencia, Luis Donaldo Colosio. El reportero de Proceso Guillermo Correa estaba cubriendo el movimiento zapatista cuando se enteró de la noticia. Tuvo la oportunidad de preguntarle al subcomandante Marcos si tenía algo que ver la insurgencia indígena con la tragedia, a lo que respondió que no; en cambio, el dirigente guerrillero señaló a Carlos Salinas de Gortari y a una posible rendición de cuentas interna. Esto fue la portada del número 908 de Proceso.
Al día siguiente enviaron a Felipe Cobián, Antonio Jáquez y Francisco Castellanos a Tijuana. Buscaron el testimonio del asesino de Colosio en las oficinas de la Comisión de Derechos Humanos y en la Procuraduría. Ante la resistencia vino la última carta de Proceso: Julio Scherer le marcó al titular de la Comisión de Derechos Humanos y consiguió el testimonio. Proceso fue el primer medio que publicó esta información. El asesino era un supuesto pacifista que quiso herir al candidato para ser escuchado.
Antes de abandonar la presidencia Proceso le dedicó dos números especialmente críticos a Salinas de Gortari. El primero se tituló “Triunfalismo. Salinas disfrazó la realidad”. Carlos Acosta, reportero, enumeró los fallos de la gestión de Salinas, la falta de inclusión a grupos marginados en su sexenio y la ausencia de autocrítica del presidente. El segundo número fue “Raúl Salinas, el hermano incómodo”, una frase que se le ocurrió a Scherer y que fue replicada en otros medios. En todo el sexenio apenas unos pocos periodistas se habían atrevido a hablar del hermano del presidente, sin embargo, Jáquez escribió la pieza dos meses antes de que se acabara la gestión de Salinas para cerrar con broche de oro. En el reportaje se ligó a Raúl Salinas con el Cártel del Golfo y se expusieron los negocios turbios de los que formaba parte. En una entrevista de Moisés Castillo a Antonio Jáquez el periodista cuenta que el día que se publicaría el reportaje Salinas visitó las oficinas de Proceso en la colonia del Valle, saludó a todos y se portó muy amable. A pesar de ello, la historia se publicó.
La relación con el sucesor de Salinas, Ernesto Zedillo, empezó con el titular de Proceso “El gran culpable. Zedillo corresponsable”. En la fotografía de la portada aparecían Salinas y Zedillo, dos tecnócratas que habían apostado por el mismo sistema neoliberal. Salinas, al igual que anteriores presidentes, había abandonado el puesto en medio de una crisis económica, y el reportaje de Elías Chávez describía el fallo de las estrategias de recuperación del nuevo presidente ante la crisis. Fallo que Zedillo reconoció al día siguiente y que pasaría a la historia como “el error de diciembre” (Rodríguez, 2019).
En una conferencia de prensa en Los Pinos Zedillo aludió a Proceso:
Yo mismo debo decir que en algunos momentos he sido objeto de calumnias. No hace muchas semanas, una revista de circulación nacional me calumnió a mí y a mi campaña política, y eso, para mí, en mi conciencia me pareció un hecho muy grave. Debo decirle que ni siquiera he recibido una carta de disculpa por esa situación, pero prefiero la tolerancia frente a este tipo de hechos (Castillo,2018).
En 1996 bajaron las ventas de Proceso. Durante este año el semanario no publicó reportajes reveladores y necesarios como los que hasta entonces lo habían caracterizado (Castillo, 2018). En cambio, otros medios como Reforma y La Jornada seguían produciendo información de calidad, sin mencionar que Reforma fue el primer diario en imprimir a color y usar gráficos e imágenes atractivas. Además, la radio y la televisión se fortalecieron como medios de comunicación. El periodismo llegaba a una nueva era y Proceso no era ya la única revista que criticaba abiertamente el gobierno y que realizaba investigaciones. Ese mismo año Julio Scherer se jubiló. La revista perdió su última y más importante carta.
Con el número 1066 de Proceso recuperó algo de su chispa original. En aquella edición revelaron vínculos del ejército con el narcotráfico. El reportero Agustín Ambriz logró recabar el testimonio del chofer del general Jesús Gutiérrez Rebollo, comisionado del Instituto Nacional para el Combate de las Drogas. El empleado, Juan Galván Lara, testificó que su patrón protegía al principal narcotraficante del Cártel de Juárez, Amado Carrillo, “el Señor de los Cielos”. Aunque de la presencia del narco se hablaba desde el sexenio de Miguel de la Madrid y se había intensificado en el sexenio de Salinas, en este sexenio se consolidó. Éste fue uno de los muchos números que dedicarían las publicaciones de Proceso sobre el tema.
En 1997 ocurrió otro acontecimiento violento y triste en la historia del país: la matanza de Acteal, en Chiapas. Un grupo paramilitar asesinó durante una misa a once niños, veintiún mujeres y nueve hombres de una comunidad indígena. El reportero Carlos Marín esclareció el hecho en el reportaje “Acteal, cómo fue la matanza”. Este suceso despertó la indignación de los mexicanos y de la comunidad internacional.
Ese mismo año se publicó el reportaje de Antonio Jáquez “Los magnates que invirtieron en la campaña de Zedillo”, en el que se desglosaba una lista de figuras públicas que invirtieron de manera ilícita en la campaña del que ya era presidente.
A cargo de Vicente Leñero, en 1999 se modernizó la revista. Se contrató un grupo de fotógrafos, se rediseñó el logo y nuevos diseñadores le dieron una nueva imagen al semanario. Proceso trataba de alcanzar a otros medios que habían apostado a formatos nuevos y más amigables. De las 23 fotografías que se publicaban antes ahora se publicarían 50 en cada edición (Castillo, 2018).
En el último año de Zedillo los estudiantes de la UNAM se declararon en huelga, “La huelga que no terminaría”, rezaba el encabezado del semanario. El entonces rector Francisco Barnés de Castro aprobó sin el consentimiento de la comunidad estudiantil el Reglamento General de Pagos (RGP), que estipulaba la paga obligatoria de inscripciones y semestres. La huelga duró todo un año, y fue cubierta por el reportero Francisco Ortiz Pardo.
En el último informe de gobierno del presidente Zedillo éste omitió deliberadamente hablar de la huelga, a la cual siempre consideró como un asunto sin mayor importancia. Después de nueve meses la jefa de Gobierno del entonces Distrito Federal, Rosario Robles, apoyó un plebiscito para disolver el movimiento. Se proponía eliminar el Reglamento General de Pagos y se rumoraba del uso de la fuerza policial para retomar el control de las instalaciones si no se respetaba el resultado.
Intelectuales como Enrique Krauze, José Emilio Pacheco y Elena Poniatowska alentaron al Consejo General de la Huelga (CGH), integrado por líderes estudiantiles, a reconocer el resultado del plebiscito mediante un escrito. El resultado fue positivo, 90% de los estudiantes que participaron en el plebiscito aceptaron las condiciones ofrecidas. El CGH lo consideró un fraude y continuó la huelga. La Secretaría de Gobernación argumentó que, dada la necedad de los estudiantes, era necesario tomar las instalaciones de la UNAM.
Proceso publicó el reportaje “Gobernación en el plebiscito de la UNAM”, de Raúl Monge y Rodrigo Vera, quienes fueron criticados por esparcir rumores de que se habían intervenido los resultados del plebiscito sin pruebas. La revista dijo que la jefa de Gobierno no había negado nada y eso la dejaba en evidencia. La mañana del 6 de febrero la Policía Municipal Preventiva entró a las instalaciones y pusieron fin a la huelga, arrestando a unos 700 estudiantes, a los que dejaron en libertad en el transcurso de los siguientes dos meses. Después del uso de la fuerza policiaca muchos intelectuales se arrepintieron de haber firmado el pliego petitorio; la primera de ellos, Elena Poniatowska. Con este último hecho Ernesto Zedillo terminó su periodo presidencial.
La campaña de Vicente Fox coincidió con una disputa interna de Proceso. Un texto de Francisco Ortiz Pinchetti y Francisco Ortiz Pardo, “Hacia el final de la campaña, Fox domó al PAN” se publicó mutilado y modificado, por lo que ambos reporteros escribieron una nota en la que aclaraban por qué no podían firmar el reportaje. El subdirector de información contestó con una disculpa a los lectores y procedió a despedir a los dos periodistas. Ortiz Pinchetti había sido uno de los fundadores.
Fuera de este amargo episodio, el país recibía emocionado al nuevo presidente. Con la elección del panista Fox (2000–2006) llegaban a su fin setenta años de la “dictadura” priista. Una de las principales propuestas que traía el panista eran los esfuerzos por la paz en Chiapas mediante el diálogo con el movimiento zapatista, un conflicto que se resolvería en 15 minutos, afirmaba el nuevo presidente (Aznárez, 2000).
En 2001 Julio Scherer entrevistó al subcomandante Marcos cuando visitó la Ciudad de México y recorrió el Zócalo, a este episodio se le llamaría “la entrevista insólita”. Hubo desconcierto en la colaboración de Proceso con Televisa, empresa que había apoyado a los emisarios de Luis Echeverría para echar a la calle a Scherer cuando laboraba en Excélsior. Incluso uno de los reporteros más antiguos de la revista, Elías Chávez, renunció indignado por esa falta de memoria histórica. Proceso nunca dio a conocer las razones de esa colaboración, aunque reconoció este hecho como un signo de apertura de la televisora.
La entrevista estuvo muy enfocada en Vicente Fox y sus propuestas individualistas y enfocadas a la fomentación de empresas. El subcomandante Marcos respondió ante la agenda del mandatario:
Nosotros no estamos planteando el regreso del comunismo primitivo, ni de una igualdad a rajatabla que finalmente esconde una diferenciación entre la élite política —de izquierda o de derecha— y la gran mayoría empobrecida. Pretendemos que cada sector social tenga las posibilidades de levantarse como tal; no queremos limosnas, sino la oportunidad de construirnos, dentro de este país, como una realidad diferente (Proceso, Televisa, 2001).
Todavía en sus primeros años y con los aires de la novedad, ocurrió el asesinato de la activista y defensora de los derechos humanos Digna Ochoa, lo que bajó de golpe la popularidad del mandatario (Castillo, 2018). Era el primer asesinato político del sexenio. Ochoa había recibido amenazas de grupos del ejército antes de aparecer muerta en su domicilio en la colonia Roma. Proceso publicó en su portada “Digna Ochoa. El Aguas Blancas de Fox”, en referencia a la matanza en Aguas Blancas, Guerrero, durante la gestión de Zedillo.
De la “transición democrática” a Proceso Jalisco
En 2004 se gestó un proyecto de breve duración, pero relevante: Proceso Jalisco. Esta revista, encartada en la edición nacional, estuvo a cargo de Felipe Cobián, quien fungió como reportero corresponsal por varios años en Proceso. El equipo estaba conformado por los reporteros Gloria Reza, Hermenegildo Olguín y Alberto Osorio, además de una página cultural en la que escribían Javier Ramírez y Gustavo García junto con los caricaturistas Rogelio y Cucho.
Durante sus 666 ediciones se publicaron 16 páginas de historias investigadas en Jalisco y el resto, aproximadamente 60, eran reportajes y notas de la revista nacional. La portada solamente difería de la edición nacional en que en la esquina superior izquierda un cintillo decía Proceso Jalisco, aunque la fotografía y el titular eran los mismos.
En 2017 el entonces director de Proceso, Rafael Castañeda, escribió en la edición 665 de la revista jalisciense sobre el término de la edición. Arguyó falta de recursos para la subsistencia del medio y agradeció a quienes colaboraron en él; dijo que Proceso seguiría teniendo un corresponsal en Jalisco y seguiría con una cobertura más modesta (Castañeda, 2017). Por su parte, Felipe Cobián fundó una nueva revista, Partidero.
En 2005 Proceso enfrentó una demanda por daño moral de la primera dama Martha Sahagún. La periodista Olga Wornat había publicado una nota titulada “Historia de una anulación sospechosa”, en la que transgredió el derecho a la privacidad y la intimidad de Sahagún. En su trabajo Wornat copió parte del documento que la primera dama entregó a un tribunal eclesiástico para la anulación de su anterior matrimonio ante la Iglesia.
En ese documento Sahagún decía que se casó con su primer marido porque perdió su virginidad con él, y para una niña bien de Guanajuato era impensable hacer lo contrario. También hablaba de la falta de comunicación y de agresiones durante el matrimonio. Proceso tuvo que pagar 500 mil pesos por los daños causados, aunque no fue encontrada culpable por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Después de esto la revista sufrió un recorte de publicidad oficial, ante lo cual interpuso una denuncia en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que no prosperó.
Felipe Calderón llegó a la presidencia en 2006 con unas elecciones muy reñidas. Los investigadores de la UNAM John Ackerman e Irma Eréndira Sandoval (ex titular de la Secretaría de la Función Pública) invitaron al entonces director de Proceso, Salvador Corro, a sumarse a una investigación periodística que buscaba un recuento de votos ante la elección presidencial del 2 de julio. Dado que Calderón ganó por apenas .7 puntos porcentuales a López Obrador, Proceso se sumó a una petición redactada por la coalición Por el Bien de Todos, que lideraba AMLO, para revisar las boletas electorales. Se levantaron 359 juicios de inconformidad y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) accedió a la revisión de 9% de las boletas. Aunque la coalición Por el Bien de México alegó para una revisión total, el TEPJF rechazó la petición y declaró a Felipe Calderón presidente (Relea, 2006)
El Instituto Federal Electoral (IFE) votó para incinerar las boletas en 2012 argumentando que no era información pública, sin embargo, la ONU emitió una recomendación para evitarlo y las boletas se almacenaron en una bodega (Ureste, 2013).
La relación entre el semanario y el presidente panista nunca se recuperó. De enero a abril de 2009 Proceso apenas recibió cinco páginas de publicidad oficial, en tanto que otros medios nacionales recibían el doble. Esto fue otro duro golpe para las finanzas de la revista. En 2009 la Comisión de Derechos Humanos emitió una recomendación al gobierno de Felipe Calderón, dirigida específicamente a su secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, por censurar a Proceso. La recomendación tuvo como antecedente una queja que realizó la revista por la violación a la libertad de expresión mediante el recorte de fondos de acuerdo con la línea editorial crítica o acrítica ante el gobierno panista (Carrasco Araizaga, 2012).
Efectivamente, Proceso mantenía una postura crítica ante el gobierno; notas y columnas referentes a la recién inaugurada “guerra contra el narco” se publicaban con periodicidad. Los textos denotaban desaprobación ante las decisiones de seguridad pública por las que había optado el presidente y que dejaron como consecuencia un saldo de cien mil muertes (Reforma, 2016). Al mismo tiempo Proceso coeditó, en colaboración con Penguin Random House, libros incendiarios e ilustrativos sobre la estrategia de seguridad y sus desastrosas consecuencias. Algunos de ellos fueron México y el narco, La guerra del narco y Los rostros del narco.
Decían sus colegas que Julio afirmaba: “Si el Diablo me ofrece una entrevista, voy a los infiernos…” (Proceso, 2010), y siguiendo esta línea platicó con Zambada en su escondite sobre la influencia del narco en la política, los hijos del capo y el miedo arraigado en su profesión.
En 2010 Julio Scherer García volvió a la revista para dejar una última crónica: “Proceso en la guarida de ‘El Mayo’ Zambada”. El exdirector había logrado concretar una entrevista con el capo y realizó un viaje largo y esporádico para mantener una conversación con él. Decían sus colegas que Julio afirmaba: “Si el Diablo me ofrece una entrevista, voy a los infiernos…” (Proceso, 2010), y siguiendo esta línea platicó con Zambada en su escondite sobre la influencia del narco en la política, los hijos del capo y el miedo arraigado en su profesión. “Miedo de ser encerrado, miedo de ser reemplazado, miedo de lastimar a su familia” (Scherer, 2010).
La siguiente administración también estuvo marcada por escándalos, más enfocados en cuestiones de corrupción y los gastos excesivos del presidente Enrique Peña Nieto (2012–2018). Tan sólo en Comunicación social Peña Nieto gastó 38 mil 247 millones de pesos de 2013 a 2017. Ese presupuesto pudo haber sido utilizado por las secretarías de Salud o de Medio Ambiente, que sufrieron recortes importantes durante el sexenio, según la organización Fundar (2018). También gastó más de 50 mil millones de pesos en publicidad oficial durante su sexenio; su estrategia de promoción de logros en los medios y la saturación de publicidad positiva no fue suficiente para arreglar esa imagen en la que tanto invirtió.
Fue un buen sexenio para el periodismo. Aristegui Noticias publicó la investigación “La casa blanca de Enrique Peña Nieto”, que se reimprimió en Proceso. Se fundó Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, coautor de otras investigaciones como “La estafa maestra”, en colaboración con Animal Político.
Mientras tanto, Proceso seguía con su línea crítica y opositora. Mantuvo la misma tónica de denuncia de los abusos del poder. En el sexenio de Peña Nieto se publicaron al menos 33 números en los que su nombre o su fotografía protagonizaron la portada de las ediciones semanales, según la información recabada en la hemeroteca de esta revista. Algunos de los titulares son “Nada bueno qué contar”, “El infierno de Peña Nieto”, “El sexenio de la muerte”, “Lo que oculta Peña Nieto” y “Nepotismo y voracidad”, entre otros igualmente fuertes.
El poeta Javier Sicilia, colaborador habitual del semanario, le escribió una “Carta abierta” (2012) al nuevo presidente. En ella Sicilia daba cuenta de la desesperanza y la rabia acumulada del pueblo por las víctimas que dejó la guerra contra el narco. Instaba a Peña Nieto a la restauración de la paz, a la responsabilidad y la justicia. Sicilia rememoró los Diálogos de Paz que se llevaron a cabo en la campaña presidencial con todos los candidatos en el castillo de Chapultepec. En ese acto el poeta lo acusó de no tener corazón por los actos de violencia vividos durante su gestión en el Estado de México: “Recuerdo también que, al salir del Alcázar, mientras lo acompañaba a su automóvil, usted me dijo dos veces. ‘Sí tengo corazón’, y yo le respondí: ‘No lo hemos visto, muéstrenoslo’”.
El 26 de septiembre de 2014 cuerpos policiales desaparecieron a 43 normalistas que se dirigían desde Iguala, Guerrero, a la Ciudad de México para asistir a la manifestación del 2 de octubre. Durante el trayecto un cártel llamado Guerreros Unidos se filtró en los camiones, según un testigo protegido. Este cártel estuvo implicado en la desaparición de los normalistas (Pradilla, 2020).
Proceso publicó un reportaje de Anabel Hernández y Steve Fisher que revelaba que, según una investigación realizada por el Programa de Periodismo de Investigación de la Universidad de California en Berkeley, fueron el ejército y la policía federal los que orquestaron la desaparición de los estudiantes. A pesar del recuento de informes oficiales, el gobierno no ha podido esclarecer los hechos de ese 26 de septiembre. Hasta la administración de López Obrador se creó una Comisión de la Verdad y Acceso a la Justicia sobre el caso de Ayotzinapa que entregó un primer informe en 2019. Las manifestaciones por la desaparición de los normalistas fueron violentas y se repiten todos los años desde entonces.
El 15 de octubre de 2016 Sicilia escribió otra “Carta abierta” a Peña Nieto en la que lo reprende por usar la cita bíblica “Quien esté libre de pecado tire la primera piedra”, al referirse a la corrupción. Le reprocha adjudicar ese delito a un sistema podrido y no a sus secuaces del PRI. En esta segunda carta le recuerda la falta de corazón que le hizo ver en los Diálogos de Paz en Alcázar: “Usted tiene sumido al país en un horror más profundo que el que heredó de la administración pasada. Quiero, en este sentido, apelar al corazón que me dijo poseer cuando le reclamé lo contrario en nuestro diálogo en el Alcázar” (Sicilia, 2016).
Desde los inicios de la llamada “cuarta transformación” que está “regenerando” al país, al presidente Andrés Manuel López Obrador no le ha caído nada bien Proceso. En una conferencia matutina de 2019 dijo en tono resentido que Proceso no se había portado bien con él y por lo tanto “ya casi no lo lee”. El periodista Arturo Rodríguez le replicó que los periodistas no tenían que portarse bien con nadie, a lo que el presidente contestó que ése era el camino fácil, y que todos los buenos periodistas apostaban por las transformaciones y no por el conservadurismo.
En una conferencia matutina de 2019 dijo en tono resentido que Proceso no se había portado bien con él y por lo tanto “ya casi no lo lee”. El periodista Arturo Rodríguez le replicó que los periodistas no tenían que portarse bien con nadie.
Proceso puede tener muchas características, algunas positivas y otras no tanto, pero una agenda conservadora no es su prioridad como semanario político. Así como ha sido implacable con los errores de los sexenios anteriores, Proceso escribe críticamente sobre los actos de gobierno de López Obrador.
En 2021 AMLO apareció en cuatro de las 20 portadas de la revista. En 2020 apareció en siete de los 60 números, mientras que en ocho portadas aparecieron el nombre o la fotografía de Peña Nieto o de Calderón. En 2019 también aparecieron ocho portadas con la fotografía del presidente, con titulares como “La tentación autoritaria” y “Dos años más de la 4T, México en incertidumbre”.
Proceso tiene en su plantilla a columnistas sumamente críticos con el gobierno de López Obrador: Mauro González Luna, Ernesto Villanueva y Agustín Basave, quienes opinan semanalmente sobre su gestión, aunque también cuenta con simpatizantes del presidente, como Pablo Gómez o Ricardo Raphael, cercanos al mandatario. De esta forma se sostiene una agenda relativamente balanceada.
El año pasado (2020) el actual director de Proceso, Jorge Carrasco, despidió al columnista John Ackerman, esposo de la titular de la Secretaría de Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, al caricaturista Rocha y al periodista Fabrizio Mejía, que ha sido acusado en múltiples ocasiones de plagio (Sheridan, 2019).
Los tres dijeron que esa decisión era política y que se trataba de un asunto de censura interna, ya que los tres comunicadores son simpatizantes de AMLO. Carrasco simplemente reconoció las diferencias y desmintió las condiciones del despido. En una discusión en las redes sociales Carrasco dijo que “Proceso hace periodismo, no es casa de proyectos políticos” (El Universal,2020).
Irónicamente, Julio Scherer Ibarra, hijo del fundador del semanario, Julio Scherer, es consejero jurídico de la actual administración, y recientemente declaró en una entrevista para Aristegui Noticias que el presidente “debería de taparle la boca a los periodistas” (Aristegui, 2021).
Conclusión
Proceso fue parte de un momento histórico, fue el precedente de otros tantos medios críticos que hacen investigación. Fue, de cierta forma, un guijarro en los zapatos de los presidentes, y en ocasiones fue un saco de piedras que cargaron los mandatarios. Proceso ya no tiene ahora el impacto que una vez tuvo.
Los medios de comunicación se han adaptado a las necesidades de las nuevas audiencias. Los fotorreportajes, las investigaciones de largo aliento, el periodismo performativo, el periodismo 3D, los videos y los mapas interactivos son varias de las muchas herramientas que los medios han incorporado a su repertorio comunicacional, en un esfuerzo por hacer la información más amable, atractiva y accesible. Proceso ha invertido en algunos de estos formatos, pero se parece cada vez más a una revista común y corriente.
El excolaborador de Proceso Raymundo Riva Palacio opinó en una entrevista con Moisés Castillo que
Sigue siendo una revista sustentada en el género de la entrevista, el reportaje de investigación prácticamente no tiene. Si la ves tiene una estructura de periódico: información general, editorial, cultura y deportes. No tiene elementos gancho para ir creando clientelas por sección. Todo le apuesta a la portada y, si es fallida, no la compran o sólo la adquiere la clientela natural. Hay mucho descuido. La crítica estaba bien antes, ahora se requiere otro tipo de crítica. No ha habido una renovación de cuadros, ni conceptual, de la revista. Si sigue así se va a morir. Excélsior se murió biológicamente, Proceso corre el riesgo de morirse igual, aunque le pongan traje nuevo. Proceso tenía que haber cambiado cuando salen El Financiero y La Jornada (Castillo, 2001).
Antonio Jáquez, reportero durante muchos años de Proceso, también dijo en una entrevista en 2001 con Castillo:
Ya no hay reportajes originales como en el pasado, pero también tienen que tomar en cuenta algo que salta a la vista: el entorno en que surge Proceso comparado con el de ahora, es distinto; hablamos de una publicación semanal única en que los medios no se atrevían a decir cosas o simplemente estaban controladas por el gobierno. Ahora existe una competencia real con Reforma, La Jornada, la radio está desatada e inclusive ciertos programas de televisión; nos queda muy poco margen de originalidad, pero tenemos que seguir con el periodismo que vaya más al fondo, y a veces lo logramos (Castillo, 2018).
Efectivamente, en el panorama actual hay medios independientes y organizaciones que se dedican a la investigación, como Animal Político, Quinto Elemento, Mexicanos en contra de la Corrupción y la Impunidad y El País México, entre otros.Medios que han traspasado las barreras económicas y políticas para publicar una nueva especie de periodismo apoyado en la búsqueda sistemática de datos. Proceso dejó de ser uno de los pocos medios que criticaban al gobierno, al poder económico y político; ya no tenía las exclusivas y la competencia informativa era cada vez más fuerte, lo que provocó el declive en ventas y contenido. Medios como Animal Político, El Financiero, Reforma, Milenio, espacios de radio y televisión le quitaron poco a poco información valiosa, y al parecer a la revista le ha costado su renovación, enfrentarse al mundo de las redes sociales.
Proceso, mientras tanto, continúa haciendo una crítica que, como bien dijo Antonio Jáquez, ya no es nueva ni estrictamente relevante. Para AMLO no es una piedra en el zapato, simplemente es un medio que no se porta bien con él. Queda preguntarse si Proceso sigue siendo un medio crítico y necesario, o si fue solamente un momento histórico del periodismo mexicano.
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Reforma, el diario que vino del norte
Brince Tapia Graniel
“Nosotros descalificamos cualquier acto violento, estamos en contra de la violencia”; ésta fue la respuesta del presidente después de preguntarle en una “mañanera” sobre lo sucedido el 14 de mayo de 2020. Un hombre que decía ser integrante del Cártel de Sinaloa había llamado a las oficinas del diario Reforma y amenazado con volar el edificio si no corregían las críticas al presidente Andrés Manuel López Obrador.
No es la primera vez que al Grupo Reforma se le amenaza o se le tilda de periódico “fifí”, conservador e incluso “pasquín inmundo”, controlado por Salinas y otros comentarios por parte de Andrés Manuel López Obrador.
Para hablar del Grupo Reforma hay que saber de dónde viene y por qué es merecedor de tantas críticas. Para ello nos remontaremos al tiempo en que no existía el Grupo Reforma. Todo comenzó en 1922 con el periódico El Sol, en Monterrey, fundado por Rodolfo Junco de la Vega; contaba ocho páginas y era el único periódico vespertino de la época. Los cambios políticos y la crisis en México, acontecimientos como el declive en la producción de petróleo y por lo tanto de la economía mexicana implicaron un reto para el crecimiento de la empresa, pero aun así el periódico logró crecer y contratar más personal. En 1938 nació el periódico El Norte, también fundado por Junco de la Vega, con un tiraje de 15 mil ejemplares, que cubría noticias internacionales, nacionales, sociales, deportes y cultura.
En una entrevista con Televisa en 2011 Rodolfo Junco de la Vega contó cómo sus hijos lo despojaron en 1973 de las acciones de El Sol y El Norte, cuando la empresa estaba en su mejor momento. Se las quitaron de manera ilegal; de acuerdo con la entrevista, esas acciones lo hacían propietario de los periódicos que fundó y se encontraban en una caja fuerte de la que únicamente él y su madre sabían la combinación. Comentó que ese acto fue algo completamente desleal y premeditado. Más adelante sus hijos Alejandro y Rodolfo Junco fundaron el periódico Reforma.
Rodolfo Junco de la Vega murió el 6 de octubre de 2020 y Reforma no le rindió ningún homenaje, apenas una mención en la sección de esquelas del portal. En aquella entrevista el señor Junco de la Vega decía también que cuando él dirigía los periódicos no era necesario recurrir al amarillismo y la “pornografía” que se ve actualmente en el periódico El Metro, también del Grupo Reforma.
Volvamos al pasado. En 1938 la creciente censura durante el mandato del presidente Lázaro Cárdenas fue un golpe para El Sol y El Norte, por lo que decidieron adoptar una postura imparcial. Entre 1941 y 1958 El Norte siguió creciendo, lo mismo que las amenazas que recibían por exigir libertad de expresión y hablar de amenazas y asesinatos de periodistas. Para este momento ya alcanzaban los 50 mil ejemplares.
En 1938 la creciente censura durante el mandato del presidente Lázaro Cárdenas fue un golpe para El Sol y El Norte, por lo que decidieron adoptar una postura imparcial. Entre 1941 y 1958 El Norte siguió creciendo, lo mismo que las amenazas que recibían por exigir libertad de expresión y hablar de amenazas y asesinatos de periodistas.
En 1962 El Norte ganó su primer premio, el María Moors Cabot, uno de los reconocimientos internacionales más antiguos del periodismo (fundado en 1938 por Godfrey Lowell Cabot, como homenaje a su esposa, administrados por la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia). La confianza de los lectores iba en aumento. En 1963 obtuvo el Premio Mergenthaler —concedido por la Sociedad Interamericana de Prensa—, que volvió a ganar por segunda vez en 1976.
En 1973, el año en el que los hijos de don Rodolfo lo despojaron de sus acciones para tomar las riendas de los periódicos, el presidente Luis Echeverría ordenó a la Productora e Importadora de Papel (PIPSA) —empresa paraestatal que monopolizaba la venta de papel— que dejara de surtir papel a los diarios. Debe recordarse que en el sexenio de Echeverría algunos medios de comunicación mantenían una relación tensa con él, como fue el caso del periódico Excelsior.
En los inicios de los ochenta, El Norte participó activamente en la promoción de elecciones limpias en Nuevo León; fue el primer periódico en hacer encuestas a los ciudadanos sobre los candidatos y sus debates.
En 1988 nació Metro, un tabloide con información local y que se distingue por sus titulares amarillistas y fotografías morbosas en primera plana. Hugo A. Lago Vázquez hizo un análisis de los titulares, las fotografías y comentarios de los propios editores del Metro: “Entre los elementos que más imponen en un periódico, y los que llaman la atención son los encabezados y las imágenes. Algunas veces los tabloides llegan a tener imágenes tan fuertes que muchos no creen que los que tienen relación con un periódico serio (como Reforma con Metro) puedan realizar ese tipo de publicaciones” (2019).
En 1984 los hermanos Junco crearon la compañía Servicios Motociclistas, compañía hermana de Editora El Sol, para la distribución del periódico a los suscriptores. En 1991 se crearon los consejos editoriales, que se reunían semanalmente para proponer temas y establecer una agenda, así como evaluar el trabajo que se estaba haciendo en el periódico.
Con la fundación del diario Reforma, en 1993 la empresa se mudó a la Ciudad de México. Al poco tiempo de su llegada, en 1994, se enfrentaron a un boicot de la Unión de Voceadores del Distrito Federal, que se negaba a distribuir y vender el diario, pues exigía que no se vendiera en locales cerrados y no apareciera en días festivos. La Unión de Voceadores monopolizaba la distribución y venta de periódicos y revistas, lo que Reforma rechazó. Durante varios días trabajadores de la empresa vendieron el diario en las calles de la ciudad y lograron romper el monopolio (El Tiempo).
Reforma llegó al entonces Distrito Federal y generó grandes expectativas. Entonces circulaban 19 periódicos. Después del golpe a Excelsior los medios de comunicación estaban en la mira del gobierno, pero al mismo tiempo fue un punto de partida para que otros medios surgieran con mayor fuerza.
En 1997 en Saltillo nació Palabra, un periódico del Grupo Reforma. En 2009 apareció su última edición, pues debido a la devaluación del peso y el costo de los insumos decidieron darle cierre. Un año después, en 1998, se fundó Mural en Guadalajara.
En el año 2000 Grupo Reforma incursionó en el mundo digital, con un sitio web al que hay que suscribirse para tener acceso a sus contenidos, con ediciones impresas en las tres ciudades más importantes del país, Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, con sus respectivos portales. Para Alejandro Junco de la Vega, Reforma es la continuación del trabajo de cuatro generaciones, que refleja “aquello que es íntimo y fundamental para las decisiones del mexicano moderno” (Azcatl, 2001).
Reforma tiene secciones en las que informan sobre acontecimientos nacionales e internacionales. En la sección de Negocios se informa de la economía de México y del mundo, así como como de empresas y negocios. Hay secciones para dar cuenta de noticias sobre comunidad, justicia y medio ambiente, además de cultura y espectáculos, más suplementos de gastronomía, moda, educación y varios más.
Reforma tiene un tiraje diario de 128 mil ejemplares. Cuando llegó a la Ciudad de México Reforma dio el ejemplo al innovar y probar cosas distintas, por ejemplo, que los ingresos provinieran de la publicidad privada; además el diseño, el color, la tipografía y las fotografías marcaron una tendencia entre los medios de comunicación. Reforma fue el primer periódico en utilizar los infográficos; además, el papel y la impresión eran de muy buena calidad (Lago, 2019).
El periodista Raymundo Riva Palacio escribe que “La aparición de Reforma fue, a la vez de un parteaguas en la historia de los periódicos dirigidos a las clases medias, la imposición del primer modelo real con impacto nacional de un periódico manejado como una empresa” (2004). Reforma fue también el primer medio en aplicar encuestas a sus lectores (Lago, 2019). El impacto de Reforma en la Ciudad de México fue tal que les ganó una parte importante del mercado a medios como El Universal, La Jornada y Proceso.
Las críticas al Reforma continúan en la actualidad, sobre todo las que le endereza el presidente López Obrador, quien con frecuencia lo contradice y desacredita en las mañaneras con los consabidos “otros datos”.
Así como en el pasado las tuvo, las críticas al Reforma continúan en la actualidad, sobre todo las que le endereza el presidente López Obrador, quien con frecuencia lo contradice y desacredita en las mañaneras con los consabidos “otros datos”. El 4 de junio de 2020, por ejemplo, Reforma publicó en primera plana un dato que hacía referencia al tercer lugar de México en número de fallecimientos a causa del covid–19; cuando el presidente proyectó la primera plana no encontró ningún dato que respaldara lo que él decía, sólo encontró que nuestro país se hallaba en semáforo rojo y que la única razón por la cual el diario publicaba esa nota era para alarmar a la sociedad. En otra ocasión, ante la proyección de un titular que decía “Suma México 45 masacres”, el presidente dijo “Ahí están las masacres”, seguido de una risita burlona.
No han sido las únicas veces. Cuando se le ha preguntado sobre el plan de acción para acabar con la corrupción busca siempre un enemigo entre los “conservadores”, sus “adversarios”, quienes, dice, únicamente buscan desacreditar a su gobierno; se trata de “la prensa fifí”, y dice que seguramente Reforma “mañana le estará pisando los talones”. También se pregunta dónde está la ética periodística del diario: “Ese periódico, si sigue así, va a terminar como un pasquín, ojalá y rectifique”.
Reforma —así como Mural y El Norte— es una referencia respecto de la evolución del periodismo mexicano, con reportajes, investigaciones y revelaciones, más el trabajo de columnistas como Juan Villoro, Carmen Aristegui, Jorge Suárez–Vélez, Denisse Dresser, Carlos Elizondo Mayer–Serra, Guadalupe Loaeza, Sergio Sarmiento y Sergio Aguayo, entre varios más, y los que publican en las ediciones tapatía y regiomontana.
A mediados de los años noventa el periodista y escritor Sergio González Rodríguez publicó reportajes sobre los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, que después reunió en su libro Huesos en el desierto (2002).
Si algo ha sabido hacer Reforma es enfrentar las adversidades, mantener una empresa sana —con poca publicidad oficial— y tratar de atender a sus distintos públicos y mercados.
Referencias bibliográficas
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Redacción (2020). Cría cuervos… Reforma desdeña fallecimiento de Rodolfo Junco de la Vega. Regeneración.
Redacción (11 de noviembre de 1994). Diario mexicano Reforma lucha por distribución. El Tiempo.
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BBC Mundo, una ventana desde Londres
Aída M. Aguilar
“Saludamos a todos los oyentes en América Latina… Me dirijo a ustedes en la madrugada de un día de primavera. La radiodifusión nos puede unir, pueblos divididos por océanos y con horas y estaciones tan opuestas.” Así empezó la primera emisión de radio de la BBC en español, transmitida en la sede de la BBC en Londres por el locutor Jorge Camacho en el actual salón Radio Theatre, durante una noche de gala a la cual fueron invitados varios embajadores latinoamericanos.
El medio desempeñó un papel importante para los latinoamericanos en plena Segunda Guerra Mundial. Fue en la madrugada del 15 de marzo de 1938, en la capital británica —noche del 14 de marzo en América Latina—, cuando tuvo lugar la transmisión inaugural del Servicio Latinoamericano de la BBC. La noticia principal en aquel boletín fue la entrada triunfal de Adolfo Hitler a Viena, donde fue “recibido con enorme entusiasmo”. El programa del Servicio Latinoamericano llevaba por nombre «Carrusel Londinense», se transmitía durante la guerra desde un cine subterráneo en Londres debido a los bombardeos de la aviación alemana. La primera vez que llegó una noticia a América Latina un periodista de la BBC definió el suceso como “una paz temblorosa”; era necesario que existiera una noción de lo que pasaba al otro lado del planeta, pero también causaba incertidumbre estar en medio de una guerra.
Tras ochenta años cumplidos en 2018 BBC Mundo en español, del Servicio Mundial BBC, forma parte de la producción de noticias en 42 idiomas extranjeros de la BBC World Series. El medio ofrece a la audiencia hispanoparlante un periodismo original que, más allá de las noticias, entrega a su audiencia información, contexto, análisis y voces de las historias más relevantes del mundo contemporáneo. Su agenda no sólo incluye temas de la agenda geopolítica internacional y regional, sino notas e investigaciones sobre sociedad, ciencia, salud, economía, tecnología y deportes. También apuesta por la innovación en términos de narración digital y está evolucionando a modalidades con esta relativamente nueva variante para el periodismo.
Todo empezó en octubre de 1922, cuando se fundó la British Broadcasting Corporation (Corporación Británica de Radiodifusión), calificada por los usuarios como una de las cadenas de noticias más respetadas del mundo y la primera empresa de televisión y radio del Reino Unido. Primero empezó en el ámbito radiofónico, y a mediados del siglo XX comenzó a transmitir en televisión y, desde los años noventa, en Internet. En 1932 comenzó a emitir más allá del territorio nacional, pues se pretendía unir a las personas de habla inglesa que vivían en lo que en aquel entonces era el Imperio Británico y posteriormente la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth).
La BBC opera bajo el mandato de una carta real que garantiza su independencia frente a controles de carácter político o comercial. Cuenta con una audiencia promedio de más de 25 millones de usuarios únicos mensuales, y es reconocida por las audiencias en el Reino Unido y en todo el mundo como un proveedor de noticias en el que se puede confiar; según encuestas, los británicos confían en esta agencia en 59%, muy por delante de cualquier otro medio televisivo y de la prensa escrita. Los contenidos se dividen en seis categorías:
—Noticias
—Periodismo basado en hechos —observado y verificado directamente por el reportero, o reporteado y verificado desde fuentes informadas
—Análisis —basado en el conocimiento especializado de un autor, periodista de la BBC o experto externo
—Pregúntale a la audiencia —contenido creado principalmente para conseguir una respuesta directa de la audiencia e interacción, ofrece una explicación basada en hechos de las causas y el contexto detrás de la noticia
—Opinión: “BBC News es imparcial y no ofrece opiniones, pero en ocasiones publicamos expresiones de opiniones personales de expertos externos, para proponer ideas y presentar conclusiones basadas en la interpretación del autor de hechos y datos” (BBC)
—Crítica —contenido basado en una valoración de un hecho, sobre arte y cultura, etcétera.
Entre sus compromisos editoriales destaca el compromiso de lograr los más altos estándares de precisión e imparcialidad y tratar de evitar información confusa o engañosa, y reiteran el compromiso con la imparcialidad, la cual está en el centro de esa relación de confianza entre el lector y el medio. Así, en la producción de los contenidos reflejan las opiniones del público y están abiertos a debatir diferentes posturas, como lo mencionan en su portal:
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Si un artículo se edita después de su publicación para corregir una imprecisión, añadimos una nota al final del texto para indicar al lector que ha habido una enmienda o corrección con la fecha de ese cambio. Si hay un pequeño error en una historia que no altera su significado editorial (por ejemplo, faltas de ortografía), la corrección se hace sin una nota adicional (BBC Mundo).
Además del sitio web —www.bbcmundo.com—, la BBC tiene presencia en las principales redes sociales en internet: Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, y convenios de asociación con medios de comunicación en el mundo hispanohablante, como RED México (la Red de Radiodifusoras y Televisoras Educativas y Culturales de México), con los que han firmado convenios de colaboración con la finalidad de impulsar el intercambio de contenidos informativos.
En 1974 se emitió la primera versión de radioteatro del Quijote para una audiencia mundial, interpretada por Jorge Juan Rodríguez. En 1999 la BBC comenzó a promover un debate semanal en radio sobre un tema particular del acontecer mundial. Desde entonces ha evolucionado hasta convertirse en uno de los medios en español más destacados del mundo y con presencia en casi cada región. La BBC se financia principalmente mediante un impuesto televisivo que pagan quienes poseen un receptor de TV en el Reino Unido. El precio del impuesto lo fija anualmente el gobierno británico y se acuerda en el Parlamento. Un impuesto similar se cobraba a los dueños de aparatos de radio, pero se suprimió en 1971. La sede principal de BBC Mundo se encuentra en el quinto piso del edificio Broadcasting House, en Londres, donde están ubicados los periodistas del Servicio Mundial de la BBC.
Unos seis mil periodistas forman parte del equipo, que trabajan desde el corazón de Londres, en la calle Oxford Circus. Se trata de una de las redacciones más grandes de Europa y del mundo, con ocho pisos repletos de periodistas. Carolina Robino, directora del medio, dice que trabajan para compartir historias y hacer llegar sus noticias al mundo en 42 idiomas. En la entrevista “¿Cómo es el equipo de BBC Mundo?” charla con varios de sus colegas y hacen un recorrido por la sede del medio, responden preguntas en vivo acerca de cómo es trabajar en Broadcasting House. También tienen salas de redacción en Miami, oficinas en México y Buenos Aires, reporteros en Los Ángeles, La Habana, Caracas y Bogotá, y colaboradores en casi todas las capitales de América Latina; además, trabajan en coordinación con la extensa red de corresponsales de la BBC en Europa, Medio Oriente, África, Asia y Oceanía. En su equipo profesional trabajan periodistas, diseñadores y programadores de México, Chile, Venezuela, Colombia, Cuba, Perú, Bolivia, Argentina, España, Nicaragua, Uruguay, Italia y Francia.
Uno de los periodistas destacados y productor para México y Centroamérica es el mexicano Alberto Nájar, quien estudió Comunicación en el ITESO y Periodismo económico en el ITAM, y se ha especializado en temas relacionados con el narcotráfico y la migración. También es presidente de la organización civil Periodistas de a Pie, también conocida como Red de Periodistas de a Pie, fundada en 2007 para incrementar la calidad del periodismo de investigación en México e impulsar un enfoque social y por los derechos humanos en la información periodística.
En 2015 Nájar publicó para BBC “El escándalo que condujo al despido de la destacada periodista mexicana Carmen Aristegui”, en el que aborda la problemática en la que se vio envuelta la periodista por haber dado a conocer los detalles de la mansión de la esposa del entonces presidente Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera, la llamada “casa blanca”, valuada en aproximadamente siete millones de dólares y perteneciente a uno de los principales contratistas del gobierno pasado. Aristegui fue despedida de MVS Noticias y varios periodistas se unieron a la plataforma Méxicoleaks, un espacio de filtraciones para exponer casos de corrupción. Aristegui demandó su reinstalación, y en respuesta la empresa dijo que no podía aceptar condicionamientos en su administración y terminó su relación laboral con ella (Nájar, 2015).
Elva Narcía, periodista mexicana, también se destaca en la BBC. Fue conductora del programa magazine “Un siglo, diez historias” en 1999, en el que hablaba de los perfiles de personajes como Emiliano Zapata, Pinochet o el Ché Guevara. Fue acreedora del Premio Iberoamericano de Comunicación para el Derecho de los Niños (Unicef/EFE) por su serie radiofónica “Precaución: niños trabajando”.
En 2009 BBC Mundo fue reconocida con el Premio Nacional de Periodismo a la Mejor Corresponsalía Extranjera de ese año, entregado por el Círculo de Periodistas de México. En una ceremonia realizada en el Centro Histórico del entonces Distrito Federal la corresponsal de BBC Mundo en México en ese momento, Cecilia Barría, y el periodista Alberto Nájar, recibieron el galardón. Fue la primera vez que se hacía entrega de un reconocimiento de ese nivel para la prensa extranjera que labora en México.
La BBC ha recibido importantes premios, entre ellos el Premio Webby —otorgados a los mejores sitios web del mundo— y el Premio Ortega y Gasset al mejor periodismo digital, ambos en 2007, y el GLAAD Media Awards al mejor artículo de periodismo digital en español de 2016: “Perú: ‘violaciones correctivas, el terrible método para curar’ a las lesbianas”.
Nos cuentan la historia de Ana (nombre ficticio para proteger su identidad), una mujer colombiana que cayó en manos equivocadas cuando salió de su país para buscar un mejor futuro. Cuando llegó a Londres le quitaron su pasaporte y la obligaron a prostituirse durante unos años, una realidad que viven cientos de mujeres que salen en busca de nuevas oportunidades.
Entre las historias más leídas en el medio están “El brutal caso de 5 misioneros estadounidenses que fueron asesinados por los Huaorani, una tribu aislada en la selva amazónica de Ecuador”, recogido en un documental del programa Witness de la BBC, en el que Valery Sheppard, hija del misionero Jim Elliot, cuenta la historia de su padre y de Nate Saint, Ed McCully, Peter Fleming y Roger Youderian, que también eran misioneros cristianos evangélicos y tenían como propósito conocer a la tribu y hablarles de religión. Otro es “La violaban mientras estaba pariendo: el infierno de las mujeres de América Latina traficadas en Londres”, que fue el trabajo más leído de 2017, realizado por la periodista Margarita Rodríguez, y obtuvo uno de los promedios de lectura más alto entre millones de reportajes que se difundieron a escala global, en la que nos cuentan la historia de Ana (nombre ficticio para proteger su identidad), una mujer colombiana que cayó en manos equivocadas cuando salió de su país para buscar un mejor futuro. Cuando llegó a Londres le quitaron su pasaporte y la obligaron a prostituirse durante unos años, una realidad que viven cientos de mujeres que salen en busca de nuevas oportunidades. Uno más es “Piensan que somos más débiles, pero matar, matamos igual: el peligroso doble papel de las mujeres en las pandillas de Centroamérica”, un reportaje en el que se relata la historia de la pandillera Teresa (nombre ficticio), una mujer de 27 años que carga en su historial una serie de asesinatos y 198 años de condena. “Mi verdadera familia es el Barrio 18. La sangre te hace pariente, pero es el respeto de la pandilla lo que te hace familia”, dijo Teresa.
Miles de personajes han pasado por el micrófono de los periodistas de la BBC, de Salvador Allende, expresidente socialista de Chile, a Chavela Vargas, cantante mexicana de origen costarricense, y Pelé, exfutbolista brasileño, por ejemplo.
Referencias bibliográficas
BBC Mundo (marzo de 2003). Acerca de la BBC. BBC News Mundo.
Martins, A. (2018). ¡Cumplimos 80 años!: cómo nació el Servicio Latinoamericano de la BBC y qué papel jugó la Segunda Guerra Mundial en su creación. BBC Mundo.
Nájar, A. (2015). El escándalo que condujo al despido de la destacada periodista mexicana Carmen Aristegui. BBC Mundo.
Redacción (1999). Un premio para los niños un galardón para la BBC Unicef y Agencia Efe premian a la serie Precaución: Niños Trabajando. BBC Mundo.
Redacción (2017). Las historias más leídas en BBC Mundo en 2017. BBC Mundo.
Redacción (2018). El ambicioso proyecto de la BBC de llevarle al mundo la primera versión radiofónica del Quijote en 1947. BBC Mundo.
Redacción (2021). Cómo está trabajando la BBC para fortalecer la confianza y la transparencia en los sitios de noticias en internet. BBC Mundo.
Animal Político: transparencia, acceso a la información, rendición de cuentas y combate a la corrupción
Fátima Herrera Acuña
En 2017 se publicó el reportaje “La estafa maestra: Graduados en desaparecer dinero público”, que ocasionó un escándalo político sin precedentes. Elaborado por Daniel Moreno, Salvador Camarena, Miriam Castillo, Nayeli Roldán y Manuel Ureste, la investigación desenredó el modus operandi de un sistema de 128 empresas fantasma a través de las cuales el Gobierno Federal desvió más de 400 millones de dólares mediante una red que involucraba a 11 dependencias del Estado, ocho universidades públicas, varias empresas privadas y más de 50 servidores públicos.
El reportaje recibió el premio Ortega y Gasset de periodismo en español a la Mejor Historia o Investigación de trabajos periodísticos publicados en español durante 2017, y destacó por la profundidad de la investigación y la detallada descripción de los mecanismos de corrupción. En 2018 los autores recibieron el Premio Nacional de Periodismo en la categoría Reportaje. En esa investigación apareció el nombre de José Antonio Meade, a quien se le atribuyen manejos irregulares durante su gestión como secretario de Desarrollo Social durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012–2018). La publicación provocó que el aspirante a presidente amenazara con demandar a Animal Político, a lo que organizaciones a favor del derecho a la libre expresión y defensa del periodismo expresaron su enérgico rechazo.
Animal Político es un medio periodístico independiente de Editorial Animal, S. de L.R., un grupo de medios mexicano al que también pertenecen Animal MX y Animal Gourmet. En 2018 Editorial Animal y Newsweek en Español concretaron una alianza editorial y comercial.
El portal nació hace poco más de una década (2010) en la Ciudad de México, con la intención de ser un medio en el que se produzca contenido de rigor, precisión y al servicio a los ciudadanos, y que, a su vez, impulse el análisis, la difusión de información de interés público y la promoción de una cultura de pensamiento crítico.
Este medio surge en un país donde la prensa libre es cada vez más importante, en el que el papel que cumplen los periodistas resulta siempre incómodo para la autoridad, pues su labor es a un tiempo la de ser un vigilante y un contrapeso del poder, y, desde luego, la de ofrecer información al público, aunque esto muchas veces implique contar historias que al poder no le convienen que salgan a la luz y, por lo mismo, al escrutinio público.
El nombre de este medio proviene de la expresión zóon politikon, acuñada por el filósofo y científico griego Aristóteles (384 a.C.–322 a.C.), considerado el padre de la filosofía occidental, junto con Platón. Esas palabras significan “animal social o político” y hacen referencia a estas dimensiones del ser humano, que, a diferencia del resto de los animales, posee la capacidad natural de relacionarse políticamente para crear sociedades y organizar la vida en ciudades–Estado. El hombre y el animal son sociales por naturaleza, pero sólo el ser humano es político, además de que es el único de los animales que posee la capacidad del lenguaje, con el cual puede indicar lo provechoso, lo nocivo y, por consiguiente, lo justo e injusto, lo que da pie a otra de las características que lo diferencian, la percepción del bien y el mal y otras cualidades morales (Del Cid Robles, 2012).
En Animal Político, dicen, buscan la verdad, amplifican la voz de quienes no tienen los medios para hacerse escuchar y es un espacio de consulta y referencia para quienes necesitan saber lo que sucede en el país. Creen en la transparencia, el acceso a la información, la rendición de cuentas y el combate a la corrupción. Creen también que en el país se necesita información confiable y sin censura que ofrezca las herramientas para entender, para decidir y, finalmente, poder generar un cambio dentro de la coyuntura política y social.
En un escenario de tensión y conflicto como el que vivimos en México, Animal Político confronta al poder. Exigen la rendición de cuentas, un combate efectivo a la corrupción y denuncian las injusticias y las violaciones a los derechos humanos. Su periodismo permite hacer una radiografía de la realidad mexicana.
Un presidente que constantemente les reprocha a los medios por no haber hablado de la corrupción de los gobiernos anteriores, a pesar de reportajes como “La Estafa Maestra” y otros que lo desmienten. El presidente divide a la prensa en prensa buena y prensa mala, y a esta última la descalifica con palabras como “fifís”, “conservadores”, “corruptos”.
Este medio ha sido calificado por el presidente Andrés Manuel López Obrador como uno de los de la “prensa fifí”, expresión que ha usado en varias ocasiones para referirse a todos los que están en desacuerdo con sus acciones y su visión, “los adversarios”, aquellos que supuestamente se muestran liberales, independientes y libres para esconder que son conservadores y que accionan en favor y defensa de cierto grupo de interés. Un presidente que constantemente les reprocha a los medios por no haber hablado de la corrupción de los gobiernos anteriores, a pesar de reportajes como “La Estafa Maestra” y otros que lo desmienten. El presidente divide a la prensa en prensa buena y prensa mala, y a esta última la descalifica con palabras como “fifís”, “conservadores”, “corruptos”.
Animal Político tiene cobertura nacional y se especializa en el periodismo de datos, por lo que produce en su mayoría contenido de investigación. Los temas principales de su agenda informativa son Educación, Judiciales y Policiales, Corrupción, Política, Sociedad, Derechos Humanos y Género. En este sentido, desarrollan piezas centradas en cuestiones como corrupción, narcotráfico, rendición de cuentas, migración, violencia de género, derechos humanos y delitos contra la libertad de expresión.
Las secciones en las que se divide su portal son:
—México desigual, noticias exclusivas de México
—El plumaje, sección de opinión y columnas
—El Sabueso, notas, noticias, hechos con etiquetas como Engañoso, Te explico,
—Desinformación, Falso, Discutible, etc.
—Especiales
—Video, contenido en formato de video
—Hablemos de… y
—Archivo, espacio para la búsqueda de contenidos anteriores.
Animal Político es uno de los portales digitales más visitados en México, se ha convertido en una referencia del nuevo periodismo de Internet en español al recibir entre 3 y 4 millones de visitas al mes. Afirman que la clave de su éxito está en saber escuchar a sus lectores, mostrar los contenidos en distintos formatos y poner énfasis en el diseño de la información, a lo que abona el abordaje de temas fuera de la agenda tradicional desde una perspectiva que aprovecha su naturaleza digital para ofrecer distintas formas de comunicación. Esto es posible debido a que el medio reúne no sólo a periodistas, sino también a programadores, editores de video y diseñadores para la creación de contenido e información multimedia. Daniel Moreno, fundador y director general del portal, considera que la información en los medios digitales debe presentarse pensando en las personas que lo consumen, los cuales buscan nuevas narrativas y herramientas que atrapen al lector.
Moreno cursó la carrera de Estudios latinoamericanos en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y es periodista desde 1990. Empezó su trayectoria como reportero de política en el periódico Unomásuno y ha pasado por una decena de medios tradicionales, lo que suma treinta años de experiencia periodística. Participó en la fundación del periódico Reforma, donde fue reportero y coordinador de Información política entre 1993 y 2000. Fue subdirector del periódico El Universal, de Milenio Diario y director en Excélsior y W Radio, y conductor titular durante dos años del programa de radio “Expediente Animal”. Habitualmente ofrece conferencias sobre periodismo, periodismo digital y libertad de expresión; es profesor en la maestría de Periodismo del CIDE y colaborador radiofónico en los grupos Fórmula y Televisa Radio. También ha trabajado en El Economista y El Financiero, y fue fundador de la revista Cambio.
“Ser periodista implica tener el compromiso de mejorar nuestro entorno y por eso se necesita corazón, pasión, decisión de hacer lo necesario, por supuesto investigar, revelar e informar, es poner el orden al revés, es pensar en función del lector para sobre esa base desarrollar mi trabajo.”
Daniel Moreno está convencido de que lo necesario para ejercer esta profesión es el compromiso y la convicción de que el periodismo sirve; de que es un servicio que ayuda a fortalecer la libertad de las personas al permitirles conocer lo que sucede a su alrededor para poder resolver y decidir. Cree que sí se puede hacer periodismo libre e independiente y está seguro de que actualmente se hace más y mejor periodismo que en cualquier otro momento en la historia del país: “Ser periodista implica tener el compromiso de mejorar nuestro entorno y por eso se necesita corazón, pasión, decisión de hacer lo necesario, por supuesto investigar, revelar e informar, es poner el orden al revés, es pensar en función del lector para sobre esa base desarrollar mi trabajo” (Moreno, 2018).
Para el director del portal el compromiso significa sentir que tienes la obligación de promover la diversidad y la pluralidad, el compromiso de impulsar el debate, estimular la tolerancia y la transparencia, la participación ciudadana y la visibilidad del ejercicio político.
Animal Político es importante para el trabajo periodístico, especialmente por los esfuerzos que hace por desmadejar temas complejos de política y corrupción. La tarea que este medio asume consiste en trabajar la parte más delicada y difícil en la misión de la defensa de la transparencia democrática y de sacar a luz los casos, a menudo ocultos e invisibles por su naturaleza ilegal, poco ética o corrupta, y darle al público una herramienta de poder y de verdad. A través de las investigaciones que han hecho y publicado se ha logrado conocer casos delicados y complejos —como los que también han publicado medios como Reforma, El Universal y Proceso—, lo que ha conseguido que tenga una buena reputación, pero también que sea blanco de ataques que dejan ver el interés por impedir el libre ejercicio periodístico de búsqueda, recopilación y difusión de información de interés, como los actos de corrupción.
Según una nota de Article 19, del 12 de enero del 2018, el 11 de enero de 2018 el equipo del precandidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia, José Antonio Meade, dijo que tenía intenciones de emprender acciones legales contra Animal Político al dar a conocer su respuesta al reportaje “Con Robles y Meade hubo más desvíos al estilo Estafa Maestra por 540 mdp en Sedesol, revela Auditoría”, que se había publicado un día antes. La intención de emprender tales acciones legales contra el portal responde a una estrategia de inhibición del discurso público, que en el caso del medio ha sido fundamental para exhibir muchos de los graves actos de corrupción que suceden en el país, casi siempre cometidos por funcionarios públicos.
El periodista descubre lo que otros quieren ocultar, destapa escándalos y asume que su trabajo incomoda al poder. No se limita a informar, sino también a revelar y descubrir. De acuerdo con Daniel Moreno, el primer trabajo de un periodista es informar, el segundo es revelar y el tercero es explicar.
Entre los reportajes más importantes publicados en este portal está “Las empresas fantasma de Veracruz”, publicado en mayo de 2016 en colaboración con la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), que reveló que durante la gestión del priista Javier Duarte como gobernador de Veracruz se conformó una red de empresas fantasma a las que se les facilitaban licitaciones públicas o se les asignaban contratos, principalmente relacionados con política social, como el combate a la pobreza o la asistencia, para desviar recursos públicos. La investigación recibió el Premio Walter Reuter y el Premio Nacional de Periodismo en 2016.
Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad también ha sido calificada como corrupta e hipócrita por Andrés Manuel López Obrador, quien incluso ha ironizado sobre su nombre al llamarla “Mexicanos en favor de la corrupción y la impunidad”. AMLO incluso llegó a cuestionar a esta organización por llevar a cabo acciones legales que han terminado en amparos que han intentado frenar algunas de las principales obras del sexenio de la llamada 4T, como el aeropuerto de Santa Lucía, y ha dicho que MCCI desea perpetuar el mismo régimen de corrupción de los sexenios anteriores (El Economista, 2019). El presidente se extralimita al señalarlos y acusarlos por supuestamente atacar su gobierno, cuando los principales casos del actual régimen contra la corrupción de administraciones anteriores se basan en sus investigaciones.
El presidente se extralimita al señalarlos y acusarlos por supuestamente atacar su gobierno, cuando los principales casos del actual régimen contra la corrupción de administraciones anteriores se basan en sus investigaciones.
MCCI no es una organización opositora al gobierno de López Obrador, pero sí le resulta incómoda a un régimen que aplaudía los esfuerzos de la sociedad civil por combatir la corrupción de gobiernos anteriores, pero que no los quiere cuando está en el poder (Sarmiento, 2021). Recientemente AMLO acusó a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), que ha dedicado sus esfuerzos y recursos en los últimos 25 años a promover la democracia y el Estado de Derecho, de “injerencia” de los asuntos internos mexicanos, pues MCCI, según el presidente, es una organización “golpista”. El odio a la ONG comenzó desde que Claudio X. González, su primer presidente, fue identificado por AMLO como uno de sus peores enemigos; de hecho, González dejó la organización en julio pasado para hacer abiertamente una campaña opositora contra el presidente (Riva, 2021).
Claudio X. González es promotor de la plataforma Sí por México, iniciativa que busca impulsar una agenda ciudadana en temas de democracia, seguridad, justicia, crecimiento económico, salud, educación, igualdad de género y medio ambiente, entre otros, y que aglutinó a los partidos de oposición al gobierno de AMLO cara a las elecciones del pasado 6 de junio (Marcial, 2021). Al respecto del apoyo de Estados Unidos a MCCI, del cual el presidente opina que “promueve a los golpistas” al financiar a un grupo anticorrupción que socava su gobierno (Vallejo, 2021) y que, según el presidente, no es una organización civil, sino un grupo político, AMLO presentó una nota diplomática como denuncia formal a Estados Unidos por “intervencionismo”, en la que mostró registros fiscales que, según él, mostraban pagos de USAID a MCCI. En esa nota exigía que aquel país confirmara el apoyo financiero a través de USAID y pedía la suspensión. Como respuesta, el gobierno estadounidense emitió un memorándum de estudio sobre Seguridad Nacional firmado por el presidente Joe Biden para que su gobierno continúe e incluso aumente los apoyos para que las organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación y los organismos de transparencia y rendición de cuentas se fortalezcan, sigan combatiendo la corrupción y empujen políticas de gobierno abierto (Carrillo, 2021).
Otro de los factores que han hecho de este portal un medio exitoso, además de buscar diversas formas de contar las historias a sus lectores, es que se enfocan en ofrecer información de calidad. Moreno opina que para salvar al periodismo se necesita hacerlo pensando en los lectores, tener estrategias de distribución de contenidos, corroborar toda la información, no limitarse a transcribir lo que dicen los políticos y aprender a dialogar para encontrar nuevas audiencias; investigar para relevar, ofrecer contexto y dar perspectiva.
Animal Político nunca se ha planteado el objetivo de ser el medio más visitado, con el riesgo de perder rigor y credibilidad. Por eso mismo no publican notas de clickbait, en las que el único objetivo es conseguir clics; su apuesta cotidiana es la de sobrevivir en un entorno digital, seguir siendo un medio que produzca sus propios contenidos y modelos de negocio alternativos.
Algo interesante de este medio es que, como pocos, se dedica a la verificación de datos y noticias o fact checking. De hecho, fue el primer medio en hacer verificación a fondo de declaraciones y discursos públicos —sobre todo de los políticos— y en los medios de comunicación y otras publicaciones, en la sección El Sabueso. Además, para identificar, analizar y verificar información potencialmente falsa se creó Verificado 2018, un proyecto colaborativo impulsado por Animal Político, la plataforma AJ+en Español, Newsweek en México y PopUp NewsRoom. En este proyecto participan más de 60 medios nacionales y locales y cuenta con el respaldo y acompañamiento de plataformas como Facebook, Twitter y Google.
Tania L. Montalvo, editora general de Animal Político y coordinadora de Verificado 2018, ha impartido talleres de fact checking y verificación de información en Colombia, Argentina y Brasil, así como en universidades del país y distintos medios estatales. Fue coordinadora de “La Estafa Maestra” y es autora de NarcoData: una radiografía del crimen organizado en México, sitio interactivo que presenta una radiografía de las últimas décadas de los grupos delictivos del país para el que recopiló y analizó datos de 40 años de narcotráfico en el país (Ramos, 2015). En 2014 participó con la Fundación Thomson Reuters en el Programa Anual de Entrenamiento para periodistas y en 2016 fue elegida por el World Press Institute para ser una de los 10 periodistas que participaron en su programa global sobre libertad de prensa y tendencias en periodismo.
En 2015, en el espacio “El Sabueso en Vivo”, por primera vez en México un grupo de ciudadanos, periodistas y especialistas en diversas áreas del conocimiento, analizaron en tiempo real el Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, en el que realizaron 23 verificaciones, de las cuales nueve resultaron engañosas, cinco verdades a medias, cinco no se pudieron comprobar, tres fueron verdaderas y una discutible.
Ahora, particularmente en el contexto de la crisis sanitaria provocada por la pandemia de covid–19, los medios de comunicación desempeñan un papel importante para informar, sobre todo por el incremento de las fake news sobre el tema. Animal Político abrió una sección especial en el portal para el seguimiento del tema en la que proporcionan distintos gráficos del análisis de los casos, defunciones y el aumento porcentual diario de casos confirmados en el país. Además, cuentan con una plataforma de tecnología geoespacial para monitorear el virus de covid–19 en México, y una zona en la que desmienten las notas relacionadas con el tema con la finalidad de reducir el miedo, la especulación, los rumores y exageraciones que afectan negativamente a las personas.
El alma de un periódico no son las noticias, sino la vocación de servicio. Entre los servicios que Animal Político ofrece a la comunidad está la generación de contenido para la reflexión y el análisis a profundidad de las noticias, el empoderamiento de las comunidades y el fortalecimiento de los derechos de información y libertad de expresión. El portal funciona como una voz para demandar mejores condiciones de vida y la creación de alianzas estratégicas con la comunidad. En palabras de Daniel Moreno, los periodistas dan información para que la gente sepa qué está pasando: “Es permitirle ejercer el derecho a saber, un derecho fundamental y sólo eso, ya haría que el periodismo esté vinculado al tema de derechos humanos” (Moreno, 2016).
Aunque la proporción de columnistas es de 70% de hombres y 30% de mujeres, la presencia de las voces femeninas se fortalece en la medida en que abren espacios para hablar de feminismo y derechos de las mujeres. Animal Político se fortalece a partir del trabajo de reporteras como Nayeli Roldán, coautora de “La Estafa Maestra” (2018) y “La travesía de las tortugas” (2015). También fue ganadora de la mención honorífica en el Premio Excelencia Periodística 2017 por su cobertura de los enfrentamientos en Nochixtlán, Oaxaca. Itxaro Arteta es reportera en este medio desde 2018, para el que cubrió campañas presidenciales; es también parte del equipo de verificación del discurso de El Sabueso y realiza cobertura de temas de salud y víctimas de la violencia. Andrea Vega ha colaborado durante más de 20 años en medios como El Universal, las revistas Cambio, Expansión y Domingo, el portal SinEmbargo, la revista Puntos de Quiebre de Excélsior y en el equipo de investigaciones especiales de El Universal; actualmente se enfoca en temas relacionados con derechos humanos y desigualdad.
Algo importante que debe resaltarse de Animal Político es que es uno de los medios digitales que menos recursos recibe por concepto de publicidad oficial, por lo que sus directivos recurren al fondeo de sus investigaciones con dinero de sus propios lectores o de las becas que otorgan organismos internacionales para seguir funcionando.
Animal Político es uno de los medios digitales que menos recursos recibe por concepto de publicidad oficial, por lo que sus directivos recurren al fondeo de sus investigaciones con dinero de sus propios lectores o de las becas que otorgan organismos internacionales para seguir funcionando.
Otros medios con grandes volúmenes de tráfico dedican un espacio importante al entretenimiento para obtener mayores ingresos por visitas o impresiones de la publicidad en sus sitios. Moreno piensa que uno de los retos fundamentales que enfrenta el periodismo digital es el ruido, el exceso de información falsa, imprecisa o escandalosa, la cual sólo busca más visitas, en vez de dar información clara, de ahí que Animal Político prefiera hacer periodismo principalmente político, mantener su independencia y no viciar los contenidos, optando por la búsqueda permanente de nuevos modelos de financiamiento.
Las formas de financiamiento no están definidas y siempre está en búsqueda de nuevos modelos de negocio. Una de sus iniciativas es la campaña a través de Fondeadora, una plataforma de financiamiento colectivo (crowdfunding) con la que Animal Político recaudó más de 100 mil pesos de 122 donadores en 2016. El proyecto consiste en fortalecer el vínculo con los lectores, de esta manera los donadores pueden ver su nombre en la sección de Fondeadores, tener credenciales digitales, recibir newsletters especiales, participación en las reuniones anuales o en las juntas editoriales, además de tener la posibilidad de ser editor invitado, lo que depende del monto del donativo.
La monetización por suscriptores actualmente representa entre 15% y 20% mensuales en los ingresos de Editorial Animal, lo que permite no depender de una sola vía para subsistir, pues a los suscriptores se suman la publicidad, las consultorías y el trabajo de verificación de información.
El plan de membresía resulta muy atractivo pues incluye el acceso anticipado a las investigaciones realizadas por Animal Político, seminarios y talleres con el equipo del portal, navegación libre de publicidad tanto en Animal Político como en Animal MX y Animal Gourmet; un newsletter semanal exclusivo de Animal Gourmet y Animal MX, resúmenes informativos por la mañana y la noche con lo más relevante del día y acceso a todos los contenidos de Convoy, plataforma responsable de producir el podcast de Animal Político, del que ya se publicó el primer episodio.
Este medio no deja de crecer, tan sólo en 2016 contaba en redes sociales más de un millón de seguidores en Facebook y otro millón de seguidores más en Twitter, que representan 70% del tráfico total. En el Ranking de Medios Nativos Digitales realizado por El Economista y comScore (2021) Animal Político registró, en el mes de enero, 4,802 millones de visitantes únicos multiplataforma, su máximo histórico. Su crecimiento de enero de 2021 en comparación con enero de 2020 destaca Animal Político con un crecimiento a triple dígito (120%). En el top 10 del Ranking de Medios Nativos Digitales en enero 2021, medido por visitantes únicos multiplataforma, quedó en cuarto lugar por debajo de Uno TV, SDP Noticias y MedioTiempo, anotando un crecimiento de 93% en el periodo de un año.
Animal Político contaba con 1,600 suscriptores en octubre de 2020. Actualmente tiene 2.4 millones de seguidores en su red social principal, que es Twitter.
En una charla que dio el 18 de abril de 2018 en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), “Los medios y el mame electoral”, que versó en torno al papel del periodismo en la democracia, mientras explicaba que el periodismo es urgente para consolidar un régimen democrático Daniel Moreno dijo que “El único sistema político en el que puede existir el periodismo es la democracia”.
En un país asolado por múltiples actos de corrupción y una casi total impunidad, el trabajo periodístico de investigación de este medio, además de pertinente, es necesario para la construcción de una verdadera sociedad democrática. La censura no solamente limita los derechos humanos a la libertad de expresión e información de los periodistas, sino de la sociedad en general.
Animal Político es un medio valioso para el periodismo mexicano y latinoamericano, ejemplo de la resistencia y la tenacidad que se requieren en un contexto con las dificultades propias del periodismo, conformado por personas que no han fallado en su vocación de periodistas y en su compromiso con los lectores, y que no han desistido en la lucha por la libertad de expresión y la justicia. ®
Referencias bibliográficas
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Animal Político (26 de marzo de 2019). ¿Qué es la prensa fifí? Así explica AMLO de dónde viene ese término. Animal Político.
Article 19 (12 de enero de 2018). Posibles acciones legales de José Antonio Meade contra Animal Político intentan inhibir el libre ejercicio periodístico. Article 19.
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Del Cid Robles, J. M. (16 de noviembre de 2019). Zoon politikon – Filosofía. Filosofía: sitio de América Latina dedicado a la filosofía, la crítica y el debate.
El Economista & comScore (25 de febrero de 2021). Por primera vez un medio nativo digital supera los 20 millones de visitantes únicos en México. El Economista.
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Marcial, D. (7 de mayo de 2021). López Obrador acusa a EE UU de financiar a organizaciones «golpistas». El País.
Monroy, J. (24 de septiembre de 2019). AMLO cuestiona la labor de Mexicanos Contra la Corrupción por amparos contra Santa Lucía. El Economista.
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Riva Palacio, R. (10 de mayo de 2021). ‘Golpismo’ a la mexicana. El Financiero.
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