¿Quién en estos días, ya tan cercanos a la votación del mes de julio, no discute sobre los candidatos presidenciales, las campañas, las encuestas y los pronósticos para el futuro ganador de la “grande”?
Por supuesto, en este breve análisis, las visiones y perspectivas son totalmente personales y aclaro que soy sólo escritora y no una experta politóloga, una ciudadana común con preocupaciones que nos atañen a todos los mexicanos.
¿Cómo veo el panorama electoral? Sinceramente, lo veo como un gran circo de cuatro pistas donde los distintos payasos hacen su mejor esfuerzo para complacer al público, aunque a último momento y sin explicación convincente, ni lógica, se decide que un quinto contendiente entre a la competencia. No nos sorprende del todo pues ya sabemos que este país tiene rasgos surrealistas, y lo imposible sólo cuesta un poco más de trabajo.
Más que de partidos, voy a hablar de candidatos, personas, que son apoyadas por sus partidos y de los que no tienen partidos y cómo veo sus actuaciones.
Empezaré por José Antonio Meade, a quien percibo como un buen muchacho. El problema es que este muchacho lleva una carga muy pesada. La enorme carga es el PRI. No creo que haya un ciudadano que en su sano juicio no haya despotricado contra esta última administración priista. Sobre su cinismo, su descaro ante los escándalos de corrupción, ante su ineficiencia como autoridad y como administradores, como otorgadores de servicios dignos para la población, por la falta de control en materia de seguridad y, lo que considero más grave, su falta de sensibilidad ante las preocupaciones y los reclamos de la sociedad, ante sus fallas como administradores de justicia. El caso de Ayotzinapa y otros parecidos son una mancha que nunca se van a quitar.
A pesar de que Meade es una persona trabajadora, un profesional formado en el ITAM, quien, desde el punto de vista profesional es el único candidato que podría tener las habilidades técnicas para sacar a este país de tantos problemas económicos y sociales que lo aquejan, la campaña es totalmente desabrida, gris e incapaz de levantar adeptos.
Aparentemente se escogió a Meade precisamente porque es una persona honesta y el partido quiere eliminar la imagen de los políticos deshonestos. Eso fue un acierto, pero desafortunadamente el equipo de Meade, el mismo PRI, los dirigentes o quien sea que esté a cargo de la campaña vuelve a lo mismo. A pesar de que Meade es una persona trabajadora, un profesional formado en el ITAM, quien, desde el punto de vista profesional es el único candidato que podría tener las habilidades técnicas para sacar a este país de tantos problemas económicos y sociales que lo aquejan, la campaña es totalmente desabrida, gris e incapaz de levantar adeptos. ¿Por qué? Porque lo que le ha faltado a Meade ha sido dar en el clavo, sensibilizarse para saber qué es lo que la población quiere, lo que los ciudadanos queremos escuchar. Le ha faltado un poeta que escriba sus discursos. Eso fue precisamente lo que llevó a Obama al poder. ¿Recuerdan que en su campaña se filtró la información de que un poeta le escribía sus discursos? Supo escoger las palabras, frasear convincentemente las necesidades de la gente. Anaya copia sus discursos, Meade no tiene quién le escriba. Y para deshacerse de la cola apestosa del PRI tiene que hacer uso inteligente de la palabra, dejar de hacer campaña negativa contra López Obrador y encender a la gente, de otro modo los pronósticos en la urna serán sombríos para él.
Ricardo Anaya se erigió como candidato de Acción Nacional pasando por encima de quien se le pusiera enfrente. Sacó a Margarita Zavala sin ningún miramiento y demostrando ser un machista acérrimo —por lo que se transparenta como una persona decidida pero también sumamente egoísta y narcisista. Tiene, por supuesto, varias virtudes, es inteligente y tiene lo que Homero decía de Odiseo: el don de las palabras dulces. Habla quedito y despacito, dando una imagen de niño bueno y que no mata una mosca. Que él mismo pueda generar ideas o sepa de economía es muy dudable, ya que ni siquiera tiene la capacidad para escribir sus discursos, o al menos mandarlos escribir, los copia y eso es una mala señal. ¿A quién más va a copiar para comandar este país? Es un buen político, lo que ya hace dudar de su sinceridad y su honestidad, la que aún está en duda en asuntos que aún no aclara. Se alió en una coalición con el PRD y con Movimiento Ciudadano. No está claro, tampoco, el ideario ideológico de ninguno.
Luego viene ya sabes quién, el eterno candidato desde hace tres sexenios, y hay quien dice que: “Ya le toca”, como si la cosa fuera por turnos.
AMLO es un personaje pintoresco, cantinflesco. Sin embargo, parece ser muy popular en una buena parte de la población y es cierto que crea polémica; algunos lo aman y algunos otros lo odian. Ahora bien, creo que lo primero que sería pertinente hacer es analizar de dónde viene. López Obrador viene de lo más viejo y repugnante del PRI, de lo que se ha llamado el viejo PRI. AMLO nunca ha sido de izquierda, creo que ni siquiera sabe lo que es eso. No se le puede comparar, digamos, a un hombre como Revueltas o el ingeniero Heberto Castillo y tantos otros revolucionarios honestos y de cepa. AMLO siempre ha sido un provocador profesional y a lo que se ha dedicado desde hace años es a crear descontento social, y por eso mismo ha recibido cuantiosos pagos.
López Obrador viene de lo más viejo y repugnante del PRI, de lo que se ha llamado el viejo PRI. AMLO nunca ha sido de izquierda, creo que ni siquiera sabe lo que es eso.
Lo que más molesta de él es que se da baños de pureza haciéndose pasar por alguien como el ex presidente de Uruguay, Mujica —quien sí es auténtico—, cuando en realidad es corrupto como los que más y lo esconde con un cinismo aterrador. Yo de primera mano sé, porque me lo dijeron vendedoras inmobiliarias de una compañía de la que no diré el nombre, que se compró dos mansiones en las Lomas… ¡Vaya usted a saber! Pero eso es lo de menos, lo que todos sabemos es que este individuo se rodea siempre de corruptos. Abarca, el presidente municipal de Iguala y responsable de la matanza de Ayotzinapa era su amigo y se sacaba fotos con él. Dolores Padierna y su esposo Bejarano se evidenciaron como ladrones y corruptos. ¿Por qué la gente no quiere ver estas incongruencias? ¿Cómo es posible que quiera traer a alguien como Napoléon Gómez Urrutia, el líder de los mineros cuando anda prófugo acusado de robar miles de millones de pesos?
Pero ojalá fuera nada más fuera su corruptela enmascarada; lo que más escozor causa de sus acciones es su falta absoluta de ideología. Se alió con el PES —un partido de cristianos fundamentalistas— y con los maestros más radicales.
López Obrador tiene muchos seguidores porque su política siempre ha sido clientelar. Votan por él los vendedores ambulantes, los taxistas y otros grupos porque les otorga privilegios y prebendas. El gobierno de la Ciudad de México nunca había sido tan corrupto hasta que asumió el cargo este señor.
El discurso de este político no es de izquierda, es demagogia pura y es capaz de decir y prometer lo que sea con tal de llegar al poder. AMLO no es un profesional preparado y no tiene la menor idea de lo que son las políticas económicas. Si llega al poder gobernará con sus frases chistosas, dependiendo del humor con que amanezca y sin ninguna idea de hacia dónde va.
Margarita Zavala es una mujer preparada y razonable. Me parece sensata y centrada. Lo que le hizo Anaya no tiene nombre. La carga de Margarita, así como la que Meade tiene con el PRI, en su caso es su marido, del que la población no tiene una opinión nada buena.
Me parece que, en general, las propuestas de Margarita para gobernar están muy bien fundamentadas y sobre todo en la parte relacionada con la instrumentación y creación de leyes; Margarita es abogada y tiene muy claro el panorama legal. Ha dicho sin ambages, por ejemplo, y a diferencia de AMLO, que no perdonaría a los narcotraficantes y delincuentes, sino que, al contrario, dejaría caer sobre ellos todo el peso de la ley.
Otra cosa a su favor es que tiene muy claramente delimitada su ideología. Margarita abandera la ideología de derecha y centro de la vieja camada del PAN, y habrá quien comulgue con ella o no, pero al menos no hace mezcolanzas convenencieras.
Margarita es mujer, y aunque eso no garantiza nada, ha dicho que velará por los intereses de las mujeres, cosa que hace tanta falta en este país. Su desventaja ha sido haberse quedado sin partido, y su campaña y sus propuestas han estado un poco lejos de los medios, lo que es una lástima.
Margarita abandera la ideología de derecha y centro de la vieja camada del PAN, y habrá quien comulgue con ella o no, pero al menos no hace mezcolanzas convenencieras.
En el último minuto le dieron luz verde al Bronco, cuya deshonestidad en la captura de las firmas es suficiente causa de desconfianza. La verdad también me parece una figura gris e improvisada. Un payaso más en la contienda.
Por último, quisiera decir que el gran ausente en el panorama, en el discurso de los cinco candidatos, ha sido ya no se diga la mención, sino la creación de una propuesta seria y a fondo en la lucha contra el narcotráfico. El cáncer más terrible que pudiera haber contraído este país. La violencia desatada, la ingobernabilidad y la proliferación de la delincuencia común —como resultado de las dos anteriores— ha sido el peor lastre de México en la última década.
Ninguno de ellos, empezando por AMLO, que dijo que les daría amnistía a los delincuentes y narcotraficantes —¿será que tienen intereses comunes?— y Margarita, que prometió lo contrario, ha sido tajante en su campaña ni ha mostrado propuestas para acabar con este problema. Todos le han dado la vuelta, han cerrado los ojos a un problema que cada día más va carcomiendo sin fin el tejido social.
Han obviado también, craso error, la importancia de la educación y la cultura, porque ¿qué será de este país sin apoyo a esos dos? Salvo Anaya, que tiene a una persona valiosa con Raúl Padilla a cargo de su programa cultural, los demás se muestran tibios, olvidadizos o totalmente e increíblemente faltos de sensibilidad cultural.
Estimado lector: ¿por qué acto de prestidigitación se decidirá usted? ®