No creo que necesite hacer una encuesta para afirmar que la mayoría de los habitantes de México gustan de lo más simplón y poco elaborado musicalmente. Uno de los mejores ejemplos es José José. Este hombre, junto a Juan Gabriel y el Buki, representan todo lo despreciable en este país.
Éste es un país con malos gustos musicales. No afirmo que no existan malos gustos en otros lugares, simplemente estoy haciendo una afirmación basada en una experiencia muy personal y eso no es necesariamente algo malo. Es más, no creo que necesite hacer una encuesta para afirmar que la mayoría de los habitantes de México gustan de lo más simplón y poco elaborado musicalmente. Uno de los mejores ejemplos es José José. Este hombre, junto a Juan Gabriel y el Buki, representan todo lo despreciable en este país, comenzando por la autoestima y acabando con la limitada vida sexual de los mexicanos acomplejados.
Antes de que cualquier lector se inflame de ira nacionalista, comenzaré por explicar que no voy a analizar la música de José José desde una perspectiva moral. Vamos, ni siquiera caeré en lo más sencillo: canciones para fracasados, música de cantina para los que se revuelcan en la autoconmiseración. Incluso podría ponerme a fantasear sobre todo el Bacardí que se bebió o las fiestas interminables con drogas, alcohol y mujeres en donde muchos seguramente quisiéramos experimentar alguna vez en la vida y después, desde el púlpito, recordarles que todo debe consumirse con moderación. Eso sería hipócrita, por supuesto.
Afirmar que algo es de calidad o hermoso sólo porque a muchas personas les gusta o porque ha vendido grandes cantidades es una falacia tan sencilla de tumbar que no debería gastar más palabras. Pero es suficiente con explicar que a las masas se les puede vender mierda y generalmente la consumen con gusto.
No, desearía enfocarme en dos características que suelen enajenar a muchos cuando escuchan una canción del cantante apodado “el Príncipe”. En primer lugar, la obsesión por la calidad de su voz, quizá la característica que mejor lo define. Y en segundo, un argumento repetitivo y débil: ha vendido mucho, ha llenado estadios.
El segundo casi no requiere ser revisado. En la entrada de Wikipedia sobre el cantante los editores, claros fans anónimos, casi no encuentran argumentos para explicar por qué José José es uno de los más grandes cantantes del país. Después de balbucear acerca de sus alcances vocales enumeran una larga lista sobre las ventas millonarias de cada disco, de cada gira y de cada concierto en el extranjero. Afirmar que algo es de calidad o hermoso sólo porque a muchas personas les gusta o porque ha vendido grandes cantidades es una falacia tan sencilla de tumbar que no debería gastar más palabras. Pero es suficiente con explicar que a las masas se les puede vender mierda y generalmente la consumen con gusto.
Quizá lo más complicado de desenmascarar de este cantante sea la voz. Sin degradarlo por simple desprecio, puedo afirmar que su rango vocal, antes de arruinarlo con una mala técnica y bebiendo alcohol como forma de vida, era amplio y poderoso, muy afinado, sin duda. Como cantante lírico era hábil e incluso sobresalía entre sus iguales. Pero, de nuevo, la elección de su estilo y las canciones que nutrían su repertorio eran muy sosas y poco imaginativas. Además de que lo traicionaba el sonido atiplado que utilizaba en exceso y que al final de algunas frases terminaba con un efecto gangoso muy desagradable. El mexicano promedio, que atendía cada domingo el programa de Raúl Velasco, confundía estos defectos con una supuesta sensibilidad ante las letras cursis y llenas de rimas facilonas.
Para encontrar terreno firme en esta crítica, regreso a la música que mejor me explica el mundo. En el jazz vocal existieron grandes cantantes, a quienes generalmente se les llama crooners. No todos los cantantes de jazz son crooners, pero casi todos los crooners se educaron en una vena jazzera.
Esta palabra fue utilizada primero de manera despectiva para referirse a los cantantes de música popular en los años veinte. Éstos eran principalmente hombres que sonaban delicados, ligeros, casi susurrantes, una vergüenza frente a los cantantes de ópera. No era que no tuvieran la educación suficiente, sino que se adaptaron a su entorno, pues tenían que cantar frente a un micrófono en un estudio de grabación y desarrollaron un estilo particular más acorde con la nueva tecnología.
El estilo fue desarrollándose conforme la música grabada iba creciendo. Se hizo aliado fundamental del swing y los directores de big bands crearon pequeños combos con músicos que pertenecían a sus orquestas para que los crooners pudieran cantar con un estilo más íntimo, aunque la mayoría también tuvo que aprender a enfrentar a las grandes orquestas logrando que sus potentes voces se proyectara por encima del inmenso sonido que produce una big band.
Entre los mejores ejemplos de crooners se encuentran Frank Sinatra (aunque él se negaba a catalogarse así), Gene Austin, Perry Como, Nat “King” Cole, Bing Crosby, Dean Martin, Tony Bennett y otros de la era de oro del jazz como música pop. Actualmente hay cantantes sin los alcances técnicos ni estilísticos de los primeros, que son incluidos en esta forma de cantar y actuar en el escenario: Michael Bublé, Jamie Cullum, Harry Connick Jr. y otros más.
¿Pudo ser José José un crooner? Tal vez, pero elegía malas canciones porque su público las disfrutaba. El cantante que se inició como contrabajista de un grupo de jazz y bossa en un país donde esa música no deja dinero se decidió por las melodías simples y con letras sin gracia. Gran diferencia con Tony Bennett, quien varias veces ha declarado que para él es fundamental trabajar con buenos compositores y elegir canciones de calidad.
Al final, imagino, el dinero, el alcohol y el estilo de vida que llevaba José José lo alejó de la música con cierta calidad. Sus discos, desde el segundo en 1970, son un claro ejemplo de la poca imaginación de la mayoría de sus compositores y de la desesperación por hacer billetes. En eso sí sus fans no se equivocan: José José era, y es, una máquina de hacer dinero.
Hablar de crooners es un terreno pantanoso. Todos son un producto creado, comenzando por los estadounidenses. Frank Sinatra fue transformado y engañado comercialmente por su jefe Tommy Dorsey; Bing Crosby le debió su éxito inicial a Paul Whiteman, uno de los dueños de big band más exitoso de los años treinta y fue Bob Hope quien le indicó a Tony Bennett no sólo que transformara su muy italiano apellido en algo más sencillo de pronunciar, sino que además lo tomó bajo su ala para convertirlo en un cantante de éxito.
Aún más desagradable me parece cómo lo han rescatado los hipsters. Creen, a su manera tan peculiar, que escucharlo ahora es cool precisamente porque es malo. Lo festejan y encumbran como una de sus influencias.
¿Cuál es la diferencia, pues, entre los crooners estadounidenses y José José? Todos tienen como parte de su misión conseguir dinero, en eso el mexicano no ha fallado. Tal vez la respuesta se encuentra en cuáles son las prioridades de cada uno. José José claramente buscó el dinero, agradar al público, nunca retarlo a escuchar de otra manera. Sus discos eran planos, aburridos, con arreglos poco novedosos. Sus seguidores son iguales, sin demasiadas exigencias musicales.
Aún más desagradable me parece cómo lo han rescatado los hipsters. Creen, a su manera tan peculiar, que escucharlo ahora es cool precisamente porque es malo. Lo festejan y encumbran como una de sus influencias. Esa celebración, similar a la que ahora hacen de Los Ángeles Azules, es casi repugnante. Me pregunto si de verdad lo han escuchado con atención.
Para terminar esta diatriba y no gastar más espacio: ¿por qué no creo que José José sea un buen cantante? Bien, mi sencillo argumento es en realidad un ejemplo: Tony Bennett grabó un disco con Bill Evans en 1975 y dos años después hicieron otro. Ambos no sólo disfrutables, algunas canciones rozan la genialidad. José José nunca hizo nada similar. Ningún jazzero mexicano se rebajaría tanto como para poner su nombre al lado de ese cantante en una portada. Miseria y vergüenza para quien lo hiciera, sin duda. ®
Alquimia
Tu artículo pierde validez al generalizar que es para fracasados. Por ejemplo, hay críticos y asiduos a la ópera (que tú llamarías «fracasados») que reconocen la calidad de voz y de interpretación que tuvo(independientemente de las letras).
Y, además, lo cursi y simplón es relativo. La Flauta Mágica de Mozart en sus tiempos fue creada para el populacho o «fracasados».
Podría decir entonces que los falsos conocedores de música dirán y despotricarán contra aquello que consideran inferior. Creo que cualquier género tiene lo suyo siempre y cuando las letras no resulten ofensivas.
Rechazar y denigrar todo lo popular también se ha vuelto una moda.
César
Estoy de acuerdo en que las canciones de José José son «cursis», también en que ventas no es igual a calidad. Pero desacreditarlo como artista porque cantaba canciones de rimas fáciles y sin grandes arreglos musicales me parece injustificado. En su momento, su voz fue lo más sobresaliente de México. Por potencia, amplitud y afinación. Cierto que no hizo más teniendo elementos para ser mucho mejor de lo que fue y en buena medida se le defiende y escucha más por nostalgia que por otra cosa. Sin embargo, hablar mal de algo que le gusta a casi todos es igualmente muy barato, aunque no niego, una buena forma de obtener notoriedad. Saludos.
cabeza
-Este artículo parece un comentario XL de youtube-
Humberto
En gustos se rompen géneros, quizá sea una frase que utilizan los fracasados, pero hay que definir fracasado porque amiguito Daniel si ser fracasado es estar jodido comiendo frijoles y tortillas, supongo que tú eres un empresario exitoso adinerado de «Buenos gustos»
María
El argumento utilizado al final del escrito de que José José no es un buen cantante, es, en efecto, sencillo, pero además, fallido: el que un cantante sea bueno o genial (Tony Bennet) no tiene absolutamente nada qué ver con que José José sea malo.
pus en ojos
A pesar de que aborresco las interpretaciones del principito de la canción y toda la parafernalia de ese estereotipo, considero que tu escrito carece de argumentos
Irago Azcargorta
Muy lamentable artículo por su desconocimiento del tema. Una cosa es el gusto musical personal y otra es hacer análisis. Si no son del agrado del articulista, está bien, pero José José, Juan Gabriel y los Bukis son buenos en sus géneros. Toma tiempo y estudio comprender esto, pero la vida brinda la oportunidad de llegar a ello. En el caso de Juan Gabriel y Marcon Antonio Solís (Los Bukis) destacan como compositores, y prueba de ello es como sus composiciones toman distintos tonos en interpretaciones de otros. Como intérpretes, sus versiones son particulares pero no pueden pasarse por alto.
En el caso de José José su valía como intérprete es alta no sólo por sus caravterísticas vocales (las cuales tristemente destruyó) sino por un factor que el «analista» no toma jamás en cuenta: la calidad interpretativa. La audiencia sensible responde a lo que s e transmite emocionalmente, no a los rangos espectaculares de voz. Prueba de ello es cuan pocos cantantes de ópera quedan en el gusto y cariño del público; en cambio, en la memoria musical popular quedan las buenas interpretaciones. Claro ejemplo es la clásica comparación entre Jorge Negrete y Pedro Infante. El primero era mucho mejor cantante, pero el segundo expresaba mucho más y por ello era más aceptado… y hasta la fecha, querido.
José José ha sido un intérprete que retrata bien los sentimientos y emociones de las letras entonadas. Las canciones no son malas (hay que poner atención o aprender de música), aunque si podrían haber tenido mejor dotación (selección de instrumentos) y algunas mejoras en los arreglos. Las grabaciones son impecables. Y prueba fehaciente de ello si es la cantidad de discos colcados a la fecha; no por el volumen comercial que representan, sino porque se mantiene en la preferencia del público aun siendo un artista que ya no canta ni genera nuevos materiales. José josé es un artista de catálogo (el material que ya no recibe promoción de la disquera pero sigue en ventas), y aun como tal puede competir con artistas contemporaneos.
Lo que la gente guarda en su memoria musical es relevante para fines de la cultura popular.
Hay que cuidar y estudiar mucho antes de hacer un análisis. pues muchos elemtos entran en juego. Sí existe el mal gusto… aquí y en China. Sin embargo, no es el caso y no se puede despreciar de modo tan categórico usando tan poco criterio. Vergonzoso artículo (porque tampoco sabes de jazz).
israel
Me encantó tu comentario, me hizo sentir que realmente estaba en una cantina de las de verdad, de aquellas en donde se arregla el mundo con una charla simplona y sin verdadero análisis. Si bien es muy cierto lo que argumentas sobre la temática repetitiva y la música sosa, dejas de lado el análisis como tal, pues tu artículo es una crítica personal. La fundamentación musical que ofreces hace parecer que sabes mucho de música sin embargo es raro que solo argumentes con jazz y hagas comparativa con pocos cantantes de la industria gringa, si tuvieras una educación musical ahondarías en el tema y considero ofrecerías opciones. Conforme se avanza en la lectura se denota tu aversión hacia la música que habla de temas como tu lo llamas «para fracasados». Es de admirarse que conoces muy poco de la idiosincrasia del mexicano, de los latinoamericanos así como de la música en general, la música es una expresión artística elaborada con la finalidad de que sea escuchada y provoque reacciones, sensaciones, etc. Por ende es muy válido tu punto de vista en que no te agrade este tipo de producciones. La cereza del pastel para mi parecer es que mencionas wikipedia como una fuente, de verdad fue hilarante, demostraste que es bajo tu perfil como investigador. También quiero aclarar que yo no soy conocedor de la música, solo un simple mortal que la aprecia como un perceptor, no defiendo a José José, al Buki, Espinoza Paz o a los Ángeles Azules, sin embargo si considero que tu proyección es tendenciosa y mi crítica aquí presente es sobre tu forma de escribir (en la cual tienes todo el derecho) ya que carece de periodismo y no es más allá de una «simple charla de cantina». Continúa practicando y así con la constancia tal vez llegues a ser un buen crítico más allá de un pobre criticón.
Ricardo Celis
Me parece muy desagradable encontrarme con esta publicación que no aporta, pues no dice que es bueno, sólo critica y creo que debemos aportar. En su opinión cuales son los «buenos gustos musicales», quien los define. Finalmente habla de que lo mas dificil de desenmascarar es su voz, pero en todo la única conclusión que saca es que se fue por la música facil sin negar que su voz es buena.
Agradecería que aportara y no solo acuse a los mexicanos como que no tienen buen gusto musical
Alfonso de la Reguera
Todo esto aplica para luis miguel.
Edgar Clement
Ah, no, dice que le desagrada el «cómo» lo han rescatado los hipsters.
OK, entonces sí estoy de acuerdo en todo.
Edgar Clement
Estoy en desacuerdo solo en una cosa: el rescate de José José no lo hacen los neo-hipsters, sino un par de modas anteriores.
http://www.youtube.com/watch?v=3N9eElDxPa0