El duelo no sólo se vive: también se piensa, se conversa y se comparte. En Fragmentos de Ausencia los conversatorios funcionan como un espacio de pausa dentro del ritmo cotidiano, un lugar donde las palabras, los gestos y las preguntas se vuelven dispositivos para entender aquello que nos falta.
Este año el programa de mediación reúne dos encuentros distintos pero profundamente conectados, que invitan a mirar la ausencia desde el pensamiento crítico y la práctica artística.
I. Pensar el duelo: cuando la palabra abre espacio
28 de noviembre, 19:00 h – The Nook
¿Cómo nombrar lo que se quiebra? ¿De qué manera puede el lenguaje sostener, acompañar o transformar la experiencia de pérdida? En el conversatorio “Pensar el duelo” tres voces jóvenes —Carlos Alonso Grande Aldana, Isadora Vargas Delgado y Bernardo García González— abren un diálogo que atraviesa la filosofía, la creación artística y la sensibilidad contemporánea.



El encuentro no busca una definición del duelo —ésa sería una tarea imposible—, sino explorar las múltiples maneras de vivirlo y narrarlo. En la conversación aparecen la fragilidad, el recuerdo, la memoria corporal, el archivo íntimo y la necesidad de hacer comunidad alrededor de aquello que no se dice fácilmente. Hablar del duelo, aquí, se vuelve un acto de resistencia: escuchar, contener y nombrar en colectivo lo que normalmente se guarda en silencio.
Es un ejercicio de pensamiento situado, donde cada intervención señala que, incluso en la ausencia, algo persiste, se transforma y encuentra nuevas formas de ser habitado.
II. Maltaraña y Armando Meléndez en diálogo: procesos, materia y memoria
29 de noviembre, 10:00–11:00 h – The Nook
Entrada libre / aportación voluntaria
Si el primer conversatorio piensa el duelo desde la palabra, el segundo lo explora desde la materia. Maltaraña y Armando Meléndez se reúnen para hablar de sus procesos, sus referencias y los territorios donde su práctica visual se encuentra con la memoria y el cuerpo.

En este diálogo la ausencia adquiere otra textura: la de los materiales, las formas, las energías y los gestos que ambos artistas convierten en obra. Maltaraña aborda lo energético y lo afectivo como estructuras que dan forma a lo que permanece; Armando Meléndez trabaja desde la construcción, la fragmentación y la huella. Sus caminos son distintos, pero ambos entienden la creación como un acto de escucha hacia aquello que insiste incluso cuando ya no está.

El conversatorio revela cómo el arte puede funcionar como archivo vivo, capaz de contener experiencias personales y colectivas, pero también como un espacio donde el dolor encuentra movimiento, ritmo y forma.
Una sola conversación en dos movimientos
Aunque distintos en formato y perspectiva, los dos conversatorios funcionan como una misma pieza en diálogo. Ambos preguntan, desde lugares diferentes:
¿Cómo se piensa el duelo cuando el cuerpo, el lenguaje y la materia intentan sostener lo que falta?

Pensar el duelo propone la palabra como herramienta y refugio.
Maltaraña y Armando Meléndez en diálogo encuentran en la creación una vía para habitar la ausencia.

Entre ambos forman un puente entre reflexión y práctica artística, entre pensamiento crítico y sensibilidad material, entre memoria íntima y experiencia compartida. En ese cruce, Fragmentos de Ausencia se vuelve más que una exposición: una serie de conversaciones donde la ausencia no se explica, sino que se acompaña, se mira y se transforma en común. ®
