En marzo de 2011 se cumple el centenario de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En estos cien años las mujeres han logrado conquistar derechos civiles y laborales que les garantizan igualdad, seguridad y protección ante la ley. Una vez más la Libertad ha triunfado y las hijas de Occidente podemos regocijarnos y celebrar nuestro derecho al voto, a la incapacidad por maternidad y a la Educación Superior. ¿De verdad?
En el siglo XXI el feminismo progresista de mediados de mil novecientos se ha convertido en una ideología rancia y muchas veces masticada que sorpresivamente sigue teniendo miles de adeptas (¡y adeptos!). Lo único que eso ha ocasionado es que generaciones enteras, como la mía, hayamos crecido en medio de un discurso ambiguo, tan victimizante como oportunista. Las mujeres en la actualidad exigimos igualdad en los espacios de trabajo y nos escandalizamos frente al acoso sexual, aunque no nos parece mal e incluso muchas veces nos jactamos de utilizar un escote pronunciado para obtener un puesto en una entrevista laboral o de llorar para evitar un regaño de nuestro jefe. Vamos a la universidad y nos enfurece que se ponga en duda nuestras capacidades intelectuales, pero un buen día nos damos cuenta de que gran parte de la población femenina ve las instituciones educativas como el lugar ideal para encontrar marido…
De igual modo, proclamamos nuestro derecho a ejercer libremente la sexualidad hasta que empezamos a sentirnos “usadas” o “no tomadas en serio” o, peor aún, hasta que otra hace lo mismo y se convierte automáticamente en una zorra. En la Ciudad de México hemos ganado el derecho a decidir si queremos o no continuar un embarazo pero nada nos obliga a realizar prácticas sexuales responsables. Nos quejamos constantemente de ser vistas por los hombres como simples objetos pero nos sometemos a estrictas dietas, nos llenamos el pelo y la cara de pintura e incluso arriesgamos la vida en cirugías absurdas con tal de aplazar el día en que dejen de desearnos.
Dentro de la familia se ha combatido la violencia y el machismo por todos los medios posibles, desde programas de televisión dedicados exclusivamente a adoctrinar amas de casa en pro de sus derechos, grupos y líneas de ayuda las 24 horas, hasta nuevas legislaciones que amenazan a los maridos golpeadores hasta con seis años de cárcel. Es verdad que muchas mujeres siguen siendo sometidas con agresiones y que se trata de un problema social que a todos debe de ocuparnos. Pero también es verdad que nada se ha hecho en contra de la manipulación y el chantaje emocional tan propios de las abnegadas madres mexicanas, que igualmente violentan a la pareja y minan el sano desarrollo de los hijos, instaurando un ambiente de opresión y terror psicológico contra el que no hay denuncia, campaña ni leyes que valgan.
En el siglo XXI el feminismo progresista de mediados de mil novecientos se ha convertido en una ideología rancia y muchas veces masticada que sorpresivamente sigue teniendo miles de adeptas (¡y adeptos!).
Las feministas y los grupos de activistas señalan como parte del abuso y la opresión masculina la larguísima lista de feminicidios que en ciudades como Juárez permanecen impunes. Olvidan estos grupos que también son mujeres las juezas que absuelven a los criminales. Ni la corrupción ni la justicia son asuntos de género y si de verdad nos interesa la equidad deberíamos comenzar por dejar a un lado el papel de víctimas históricas que automáticamente nos coloca en conveniente desventaja.
Sin embargo, el 8 de marzo llega la comparación con el pasado y sobre todo con la situación de millones de mujeres orientales que viven completamente sometidas a sus maridos. Y entonces festejamos todo lo que hemos logrado y nos horrorizamos de las atrocidades que aún se cometen en ciertas partes del mundo en contra de las mujeres. Culturas bárbaras que no entendemos, ni queremos entender, regidas por un fundamentalismo religioso completamente anacrónico, donde habitan mujeres que a causa de su fe no pueden ni siquiera descubrirse el rostro. En cambio nosotras podemos gastar miles de pesos en bikinis Gucci y ser la envidia de todas las amigas porque somos tan pero tan libres.
Hace cien años que la mujer occidental emprendió la lucha por conquistar su libertad, y hoy, en 2011, parece que al fin lo ha logrado. Ahora nada más le falta lo más difícil y también lo más importante, aprender a liberarse de ella misma. ®
Alejandra Espino
Para Rosario,
En http://www.pornmoviesforwomen.com/ hay buenas cosas al respecto de porno hecho por y para mujeres. Y en esa página tienen links a casas productoras y a otros sitios con material en esa onda. No sé si sea lo que andas buscando, pero no está de más echar un ojo :)
Y en ese tema, hace poco se celebró (ese sí es para celebrarse, creo) el Día del porno para mujeres, así que en algunos blogs, como éste http://rabbitwrite.com/ladypornday/ se reunió material al respecto.
Saludos!
Alfredo García
Sra. Tania Tagle:
Hasta el último comentario había leido del modo en que lo hace quien se solidariza con el dolor del que ha sido por completo derrotado y por ello no había juzgado conveniente hablar para que no pareciera que se trata de una especie de ensañamiento terapéutico contra usted. Pero bueno, sólo por no dejar.
¿Cree usted que como todo Ciudad Juárez ama a Juan Gabriel, entonces la homofobia no existe en Chihuahua? ¿No creo verdad? Pues, de ese modo se escucha no sólo su supuesto de que las mujeres tienen garantizadas las condiciones para su autorealización, sino también sus respuestas a las críticas que como bien ya alguien lo dijo, el único rasgo con claridad es que son abusivamente autorreferenciales, lo que por cierto, el primero que censuraría como relativista en exceso, sería el mismo Mauricio Beuchot.
Es triste en verdad verle tan refutada al final del día, pero más lo es que insista en responder las críticas, como si no se hubiera dado cuenta de que su artículo a muchos les resultó ya no digamos superfluo y tendencioso sino en extremo ofensivo por el demérito de la causa feminista que desde su título implica.
Rosario Castillo
Tani, ejemplito: «En el siglo XXI el feminismo progresista de mediados de mil novecientos se ha convertido en una ideología rancia y muchas veces masticada que sorpresivamente sigue teniendo miles de adeptas (¡y adeptos!). Lo único que eso ha ocasionado es que generaciones enteras, como la mía, hayamos crecido en medio de un discurso ambiguo, tan victimizante como oportunista.» ¿No te parece que al GENERALIZAR, estás dándole una interpretación unilateral al texto (hecho o acto social, teoría en este caso)? Digo, porque yo no lo vivo así (afortunadamente) lo que quiere decir que para mi no es una ideología rancia y que no es sorpresivo que tenga (me-conmigo) miles de adept@s. Tampoco crecí en un discurso ambiguo, tampoco muchas mujeres que conozco, so, ¿generaciones enteras? Me atrevo, incluso, a pensar en una interpretación unívoca del texto, debido a que sólo encontramos observaciones que no corresponden a las realidades que vivimos otr@s, realidades que demeritas, ignoras y menosprecias. Un consejo, a la otra no llames a tu texto » De feminismo y otras falacias» porque sólo hablaste de tu parte de la historia, nunca demostraste que el feminismo fuera una falacia, a la otra nómbralo «no soporto a l@s feministas» o «que se mueran l@s feministas aunque me quede sola» Y asi
Lalo Huchín: Si, ya lo leí. No me sorprende en absoluto que una mujer que se dedica a la pornografía piense así. Serios problemas tendría de no sentirse satisfecha con su chamba. Por otra parte, el artículo parece feminista, pero no lo es, también podemos pensar que es actual, pero ya tiene sus añitos. Si yo te contara que mi esposo me golpea hasta la náusea (la suya, claro) todos los días, pero que no importa porque yo tengo derecho de tomar la decisión que sea con mi cuerpo y lo que sucede con el…¿estarías de acuerdo? Tal vez ¿pensarías que soy feminista? I don´t think so. En efecto, tod@s tenemos derecho a hacer con nuestros cuerpos lo que mejor nos parece, pero, chicos, sorry, la pornografía sigue siendo un producto de hombres y para hombres y contribuye a reproducir estereotipos, ideales, infame educación sexual, expectativas, formas corporales y reacciones sexuales atiborradas de machismo. Pa muestra, una vueltecita por red tube. Y no te engañes, yo era (¿soy?) una súper fan del tema de la desnudez, las caricias y el delicioso voyerismo/exhibicionismo, simplemente nunca me he topado con pornografía que no pueda encasillar en mi argumento anterior (y por favor, si me van a decir que ya hay películas porno para mujeres, en los términos del placer femenino… pues pásense el link no?)
El sexo, pues, el sexo es gimnasia, el deseo es pura inteligencia, las mujeres somos tan variadas como variados nuestros calores y preferencias (también ellos, claro) Y la mayoría disfruta más cuando la pareja en la cama está interesad@ en la persona con la que interactúa y nos ven a los ojos como iguales, como compañeras y no como vaginas para masturbarse (después de una buena porno jaja)
Una apreciación personal: entre más macho, rudo, mujeriego y distante, le es más fácil considerar lo que ve en una porno como «lo normal» o «lo que tod@s hacen» o lo que «a tod@s les gusta»
Tania Tagle
Alejandra: Si yo te respeto muchísimo, por ejemplo, jamás diría que lo que dices es una idiotez nada más porque no estamos de acuerdo. Insisto, que el texto se limite a cierto sector femenino es una observación muy pertinente que apuntó Vianett y que yo acepté desde el principio. De ahí a comentarios como los de ól o Manuela hay una brecha que supongo eres capaz de notar. Y por última vez, el texto no va dirigido contra los estudios de género sino contra el discurso ambiguo del que se valen una gran parte de las mujeres para ejercer poder.
Por otro lado, jamás he criticado el uso de escotes ni de minifaldas en ninguna mujer, también tengo algunos amigos varones que las portan orgullosamente. Insultas mi inteligencia saliendo con ese argumento, lo que yo critico es que una mujer se valga de ellos para manipular o lograr lo que desea. ¿Ves la diferencia? Y sí, tengo un marido que me ama, un hijo hermoso y poco tiempo. ¿Es algo de lo que debo avergonzarme? ¿No te da gusto por mí? Después de todo yo también soy mujer y por lo tanto parte de tu causa ¿o no?
Alejandra Espino
Dísculpame, Tania Tagle, pero todos los comentarios, hasta que sacaste a relucir que tienes un bebé y poco tiempo, fueron dirigidos exclusivamente a tu texto y sus carencias.
Por favor, ten un poco más de respeto por la inteligencia de tus lectores, porque es realmente insultante que salgas con la idiotez de que todos los ataques han sido personales, cuando la mayoría de ellos lo que critica es lo limitado de tu reflexión y sus alcances.
Y si lo que quieres es que alguien se suba a tu carro de criticar el que alguien se quiera vestir con los escotes y las minifaldas que le dé la gana, pues búscale por otro lado. A lo mejor entre los que dicen que te envidiamos por ser madre de familia puedes encontrar más quórum para eso del slut-shaming.
Saludos.
unefemmeestunefemme
Virgencita plis, quiero un hermoso hijo y un marido que gane menos dinero que yo.
Alejandra Espino
Que no se le olvide al Sr. Villarreal que también somos unas malcogidas y por eso andamos intenseando…
Es que si no fuera de verdad, sería de dar risa.
ól
Héctor Villarreal, en FB, se avienta este comentario, que me parece resume la posición de la autora:
«Se me hace que detrás de algunos de esos comentarios intensotes hay un: «la odio porque tiene un esposo que la ama y un hijo hermoso que la hacen muy feliz».
Qué hermoso.
Eduardo Huchín
Rosario Castillo: Hay una postura que busca demeritar al porno y que argumenta que «la pornografía actual reproduce la idea de que las mujeres somos sólo objetos para coger», postura que algunas feministas refutan: http://www.counterpunch.org/hartley02022005.html y http://jezebel.com/#!5586957/legendary-porn-star-defends-bareback-sex-and-shaved-vulvas
Para no perder de vista las actualizaciones que ha tenido el movimiento feminista.
Tania Tagle
Rosario: La mesura de la que habla Beuchot es para evitar la sobreinterpretación de los textos, todo es texto para la hermenéutica. No creo haber sobreinterpretado al describir conductas que yo misma he presenciado. Y tal vez sí, tal vez los gobiernos son machistas, tal vez todo lo que está mal en el mundo se debe de hecho al machismo por qué no.
Querida Alejandra: Si me he tomado el tiempo de responder a los comentarios es precisamente porque cada uno de ellos me honra y me enriquece, no por eso debo estar de acuerdo con ellos. Nunca he intentado defenderme o defender el texto, el cual por cierto no ha sido cuestionado, ya que desde el principio los comentarios fueron contra mi persona y nadie ha objetado por ejemplo que sea una falacia que haya mujeres que se ofenden si los hombres las miran con deseo y que al mismo tiempo cimienten gran parte de su personalidad y autoestima en ello. Yo conozco varias. En cuanto a que la crítica me ha superado y he tenido que recurrir al chantaje emocional, pues bueno,le reitero que no me siento realmente atacada como para defenderme, y hablar de mi situación personal solamente es una muestra de que también existimos mujeres independientes y muy felices, cosa que debería de alegrarles porque como bien menciona Sandra, es a lo que aspiran las feministas. O de nuevo me equivico.
Alejandra M. Vázquez
Ocupada autora: leo y releo el texto, la retroalimentación, de nuevo el texto y me pregunto si por casualidad no habrá sido todo orquestado por usted desde el inicio.
Me explico: resulta demasiado evidente que su artículo hace gala del mismo discurso ambiguo y superficial que tanto critica; es penosamente inferible que la voz (¿o el personaje?) detrás de cada palabra ostenta un modus vivendi cómodo y volátil, si cabe; es su texto, en suma, tan autorreferencial que tal condición no puede ser casual. Pero el mayor misterio es el título: «De feminismo», vaya y pase; pero ¿»y otras falacias»? ¿Sería este un trillado mecanismo paratextual del tipo best-seller-wanna-be?
Y entonces, los comentarios; el postexto, si cabe. Interesantes y muy fundamentadas opiniones que por sí mismas establecen nuevas líneas de investigación y debate (lo que para cualquier autor, bueno o malo, debe ser un verdadero honor). Pero lo que más llama mi atención, insigne escribana, son sus respuestas porque ¡oh, sorpresa!, es allí donde se encuentra lo que me estaba faltando. En cada intento por defender su postura (o por defenderse a usted misma, como parece entenderlo por allá del segundo round), cae usted en toda clase de falacias: ad hominem, ad populum, ad ignorantiam, de alegación tendenciosa… ¡Todas, todas están ahí! Y a cada falacia firmada por usted, una glosa más seria, más inteligente o más aguda firmada por alguno de sus críticos.
Es tal mi azoro que no sé ya qué pensar: ¿realmente asistí al encuentro de una desafortunada autora con una muy afortunada crítica que extrañamente no halló un solo obstáculo para ponerla en evidencia al punto de orillarla a usar el más burdo chantaje sentimental? ¿O, cual segismundos, hemos sido puestos a prueba y en cualquier momento se quitará usted la máscara y nos dirá que hemos sido vilmente engañados para luego dar paso a una moraleja de aquéllas?
Confío, autriz carísima, en que detrás de esto hay algo de malicia. Es demasiado inadjetivable para ser verdad.
Quedo de usted.
Rosario Castillo
Hola! Oie, ya que le entras a la onda hermeneuta, hay un filósofo de la UNAM (sacerdote el, si se me permite el chisme), Mauricio Beuchot, que habla de hermenéutica analógica. Precisamente expresa la necesidad de la prudencia, la mesura y la media entre las explicaciones unívocas y equívocas a la hora de esos menesteres analíticos de los hechos sociales . Bonita lectura muy aleccionadora antes de escribir estos artículos tan alegres. Es la sutileza la cualidad mas preciada del hermeneuta, el equilibrio, la proporción.
Respecto a tu vida personal, pues perdóname pero tener un hijito y un marido no es así como la historia más limitante que haya escuchado, pensemos un momento en las feministas canadienses de los 70´s que tenían 10 o 15 hijos (y no un marido buena onda, como el tuyo) y en las noches asistían con mucha puntualidad a sus reuniones. Y no creas, aún si tu bebé nació en el baño de alguna central camionera, igual uno puede compartir esa ideología que hace algún tiempo Marx hubiera definido como burguesa y que ahora llamamos de variadas formas (hasta posmodernas, fíjate manita) que desde hace algunos comentarios te criticaron bastante. La atención en el seguro, la madre sola, el marido que lava trastes… nada de eso te asegura que tus ideas sean precisamente muy inclusivas, tolerantes o vanguardistas. Lo siento
Nota al pie: Tal vez nuestros gobiernos se comportan como se comportan porque, pues, son autoritarios, androcentristas, obsesionados con el poder y el control, discriminadores e indiferentes al dolor ajeno. Machistas (¿será?)
Sandra Hussein
1) Volví a leer tu nota, Tania. Creo que entiendo lo que quisiste decir, pero que lo hiciste de una forma desafortunada. Al respecto, fíjate que este fin de semana leí “Dostoievski y el parricidio”, de Freud. Theodor Reik critica el ensayo, y Freud le responde algo así como “Tiene usted razón en la mayor parte de las críticas que me hace pero, con todo y lo que lo admiro, Dostoievski me cae mal”. Ok. Punto y a otra cosa.
2) Respecto a Olga Orozco, pues sí, nunca la vi con un cartel en la frente que dijera “Soy feminista” (a estas alturas, ya no sé qué entiendes por “feminismo”). Pero, bueno, Olga usaba el apellido de su madre y de su abuela, que fueron quienes le enseñaron a leer y escribir y la apoyaron en cuanto a abandonar el “hogar paterno” (al parecer, un lugar constreñido y con características asfixiantes) y largarse a estudiar a Buenos Aires. Dejó a su primer marido a los 24 años porque el matrimonio “no era lo que ella esperaba”. Tuvo varias parejas (con Enrique Molina estableció una relación realmente tortuosa e “intensa”, sobre todo porque ella proponía una igualdad amorosa y erótica entre el hombre y la mujer), y no en los años 20, sino hasta casi los 70, que fue cuando se casó con Valerio (sí, un arquitecto con muuucho dinero, dulce, brillante, noble, un artista en el más amplio sentido de la palabra). Se ganaba el pan escribiendo artículos, con seudónimo, en “Revista Claudia”, pero también le gustaba gastar en maquillajes (labios rojos rojos, y ojos llenos de sombras), perfumes, escotes y más escotes… Vivía a dieta, porque tenía cuerpo onda “guitarrón”, lleno de curvas, pero si se pasaba de un kilo, pues ya dejaba de ser una mujer muuuuy atractiva y se convertía en una matrona. No le interesaba la maternidad. Hacia los sesenta años, también se hizo algún “arreglito” en las arrugas de los ojos y le quedó poca madre. Le gustaba ser “ese oscuro objeto del deseo”, una femme fatale. Y, siempre, una transgresora de las reglas.
3) Respecto a que eres “hermeneuta” (entiendo que estás interesada en la Hermenéutica), pues entonces habrás notado que Orozco tiene una posición revisionista del principio del lenguaje profético atribuido a la deidad masculina, y se apropia del “turno para hablar” como la posibilidad de cambio. En versos como “Me saquean a ciegas” se desprende de la pasividad en la que los “ladrones” la han dejado y se apodera del oráculo. Y en el de la “enemiga” (me disculpo, soy un desastre para memorizar títulos), establece y restituye el diálogo entre las mujeres que hasta este punto habían sido enemigas, a partir del impuesto modelo masculino al que la tradición nos ha acostumbrado.
Vuelvo a disculparme, no me acuerdo bien del título de “Jonás”, pero cuestiona la posibilidad del encierro como la metáfora de un lugar que no le pertenece, no acepta: “¿y quién ha dicho acaso que éste fuera un lugar para mí?”. Deconstruye un mito y construye una realidad que la incluya, en lugar de excluirla.
4) El feminismo que yo reivindico no es victimista porque, contrariamente a lo que se cree, esto introduce dos imágenes catastróficas en la relación hombre-mujer: por un lado, la de una mujer impotente, incapaz de resistir a los hombres, que sigue recurriendo a papá y a mamá. Por el otro, la imagen de un hombre agresivo, dominante y explotador. Es verdad que hay hombres que son execrables, que hay más violencia masculina que femenina, y mujeres que son víctimas de esos hombres. Pero esas mujeres no son el único símbolo de la condición femenina. Y esos hombres violentos y explotadores no representan al género masculino.
No, no nos hagamos bolas. La violencia no es una exclusividad de los hombres. Y tampoco existe una condición de la mujer en general, como si su situación fuera idéntica en todas las clases sociales y en Francia, en México y en Afganistán.
5) Aunque difiero con la mayor parte de tus opiniones, me alegra muchísimo saber que hay mujeres jóvenes como tú, que comparten con su pareja las tareas del hogar, la crianza del hijo, y salen hombro con hombro a trabajar. Eso, precisamente eso, es lo que buscamos las “feministas” para todas (y todos): equidad, libertad y fraternidad.
Perdón por tanto choro y saludos a todos.
Tania Tagle
ania, no puedo más que concederte toda la razón, los feminicidios son un tema muy serio que no puede ni debe ser tomado a la ligera. Y no descalifico a los activistas sean o no feministas, para mí cualquiera que luche en favor de cualquier ser humano merece todo mi respeto, sea mujer, hombre o niño. Lo que me parece inaceptable es que haya juezas que se permitan liberar asesinos, como en el caso de la hija de Marisela Escobedo. Todos, hombres y mujeres somos responsables de guardar silencio ante la injusticia.
Tania
Y yo, ya que contestas a todo, menos al cuestionamiento que te hago sobre tu mención de los feminicidios, insisto: más allá de las interpretaciones, lo que me resulta inadmisible es que menciones la labor de los activistas en el caso de los feminicidios de una manera tan superflua. ¿No te parece que las muertas merecen, como mínimo, un poco más de seriedad y respeto? En serio, sin ánimo de ofender, me parece excesivo tu comentario respecto a ese punto en particular. Todo lo demás puede, como dices, discutirse con base en las interpretaciones, pero, ¡mujer!, los feminicidios son algo muy serio y los activistas se están jugando la vida. Bastante tenemos con el silencio que se teje en torno a este asunto, como para que ahora se les utilice como argumento de cosas que son, en realidad, superficiales. Insisto nuevamente: lo único que me tomo con gravedad de lo dicho en tu artículo es la descalificación de quienes denuncian y luchan para que terminen los feminicidios. Eso, Tania, no puedes (por favor) permitírtelo. Saludos.
Tania Tagle
Ehm ól, te recomiendo la lectura de Olga Orozco, Eclipses y Fulgores es un gran libro de poesía… Y pues sucede que yo he llegado a ganar más que mi marido y si ambos tenemos que trabajar es porque aún así no nos alcanza y no, no le atribuyo los problemas económicos que atraviesa el país al machismo sino a pésimos gobiernos aunque seguramente me equivoco, pero no importa soy sólo yo en mi burbuja rosa.
Vianett, te agradezco que te tomes el tiempo de seguir los comentarios. Creo que diferimos en lo que entendemos por hermenéutica, para mi lo que tu haces de mis comentarios, no de la columna en sí, es un análisis sintáctico-semántico. Pero estás en toda la libertad de cuestionar mi oficio y mis opiniones. Bienvenidas sean las críticas yo aquí sigo.
Libia: Escribí un pésimo texto carente de inteligencia, yo y sólo yo soy la responsable, prometo que para la próxima intentaré expresarme con mayor claridad para que me entiendas.
ól
Ay, Tania:
1. …sucede que tengo un hijo pequeño…
¿Y?
2. (que por cierto nació en un hospital público en donde me atendieron a lo largo de todo el embarazo)
¿No deberían haberlo hecho? ¿No es su trabajo?
3. Gabriela no sé qué más ejemplo quieres, no soy una cifra, soy una mujer de carne y hueso y como yo habemos muchas, muchísimas mujeres que estudiamos, trabajamos y criamos a nuestros hijos en ambientes equitativos y con el completo apoyo de nuestras parejas.
Hay muchas que no. El hecho de que tú seas un ejemplo digno de una portada de la Atalaya, ¿descalifica y niega la existencia de las mujeres que no viven en esas condiciones? La UE admite una brecha salarial del 30% enre hombres y mujeres. ¿No será por esa brecha que tu Hombre y tu tienen que trabajar? ¿No será que en virtud de la lumbrera que eres, deberías ganar más como «cualquier hombre»?
4. Sandra, Olga Orozco es una poeta a la que no sólo respeto sino que admiro mucho, desconocía que fuera feminista-
Pues bendito respeto: es como admirar a Vonnegut y no saber que escribe ciencia ficción.
5. …me ha bastado leer un par de textos para quedar en desacuerdo.
Pues los hermeneutas harían bien en leer libros completos.
6. Y si me doy la licencia de escribir una columna somera y pobre sobre un tema en el que no tengo un doctorado es simplemente porque tengo la libertad de expresar mi opinión sobre lo que yo quiera,
Sin duda, pero lo haces, como ya lo expresaste, asumiendo tu experiencia como ejemplo único y total. Si crees que tu maternidad y tu condición y tu vida en pareja son un ejemplo que todos deberíamos admirar, y por ello suponer que todas las mujeres habitan el mejor de los mundos posibles (sin feminicidios ni maltrato ni desigualdad), donde cada una es arquitecta de su destino, entonces no escribas «una columna somera y pobre»: sube una foto de tu familia, y deja que nos amarguemos contemplando tu felicidad.
Libia Brenda
Llevo dos días de lectura en este «artículo de opinión» y estoy convencida de que los comentarios a raíz de este texto son mucho más enriquecedores e inteligentes que la columna que los originó. Creo, Tania Tagle, que estás pecando de lo mismo que condenas: cualquier persona tiene derecho a opinar lo que desee y a publicarlo si le place, nadie te pide que tengas un doctorado ni pies de página en lo que escribes, pero estás dando patadas de ahogado, te desvinculas de lo que no quieres asumir como errores en tu texto y luego te justificas de manera igual de barata que las mujeres a las que (supuestamente) condenas.
Escribiste un mal texto, escribiste, de hecho, un pésimo texto y no sólo tienes la responsabilidad de haberlo publicado, también tienes que tomar en cuenta el medio, que permite que nosotros, quienes leemos y opinamos sobre tu texto, tengamos una discusión al respecto. Así que no uses justificaciones superficiales para defender un texto a todas luces pobre y frívolo (antes de que refutes lo de «frívolo» busca en el diccionario lo que significa).
Es más fácil que aceptes que los comentarios a raíz de tu texto no te piden ser experta, te piden que, si no sabes de qué hablas, no te apresures a dar una opinión y, ya que la diste, asumas las críticas y el diálogo. En todo caso, hermeneuta, si todos nos equivocamos al leer tu texto debe ser porque está mal escrito y, si no «quisiste decir eso sino lo contrario» redacta con más claridad, para que te entendamos mejor.
Lamento si mi comentario parece muy tajante, pero la verdad es que tengo derecho a externar mi opinión, como cualquiera.
Vianett Medina
Integrándome al ya ancho círculo de opiniones, no creo que sea un argumento de verdad la estadística de quienes “gustaron” del texto el público. También al pueblo mexicano, venezolano y griego gustan las telenovelas, precisamente por estar cargadísimas de estereotipos (igual a fórmulas del éxito).
Por lo largo que se hizo la conversación (valiosas y serias aportaciones de las lectoras: me alegra leerlas, conocerlas) quizá no debería señalar algunas contradicciones que encuentro (intencionalmente no relacionadas con el género, porque la complejidad del tema realmente necesita un espacio más ventilado que éste, de tipo columnista). Hago, empero, tres anotaciones correspondientes a la lógica gramatical con las que, de paso,
Tania, cuestiono un tanto tu declarado oficio de hermeneuta.
Te cito:
1) «Nunca he tenido un verdadero interés en los estudios de género, he dicho que los conozco, principalmente a travéz (sic) del trabajo de Judith Butler». «Conozco los postulados de la perspectiva de género y debo decir que no estoy de acuerdo con ellos».
¿Por qué no argumentas sobre la base de esos postulados, si dices conocerlos?
Como lectora de Butler (de prácticamente toda su obra), realmente no encuentro rastro de ella (a quien afirmas haber leído), ni cuando argumentas ni cuando reaccionas. Percibo tu argumentación más retórica que crítica; defensiva y miedosa de la autocrítica.
2) “Me parece muy interesante que Vianett, por ejemplo no sólo mencione que la crítica es insuficiente para comprender a las mujeres sino que agregue: sobretodo (sic) a las feministas. Entiendo entonces que las feministas son un grupo bastante desvinculado ya del sujeto que pretenden representar.”
Eso es lo que quisiste interpretar.
En primer lugar, no dije crítica, sino autocrítica y adjetivé como “insuficiente” la que haces en tu texto (hablé de tu grupo de referencia, tratando de entender los límites de tu exposición), no la crítica como tal. Vaya desviación.
Dos: El “sobre todo” que usas no equivale en este caso a “especialmente” que uso, sino que funciona como sinónimo de “particularmente”. Es decir: las feministas como grupo dentro del colectivo de las mujeres. Y aunque se usara de uno u otro modo, no encuentro lógica la conclusión que extraes de mi comentario: que las feministas son realidad distinta de las mujeres.
Tu crítica (que quise imaginar que era autocrítica, aunque después de los comentarios no lo diría nuevamente) es insuficiente para comprender a las mujeres, en particular si son feministas.
3) “Angélica, me alegra de verdad que no encuentres tu reflejo en estas letras. Mi verdadero deseo es que ninguna mujer lo hiciera.”
¿Bastante retórico, no? No podría tomar en serio tu respuesta si pensamos que se trata de una columna. A menos que, como plantea Malú Huacuja, la hayas escrito para un men´s club, un club de Tobi escri-turístico (el guión es mío).
Tania, esto como toda crítica: si no te mata, te fortalece.
Tania Tagle
Les agradezco mucho cada uno de sus comentarios y me encantaría responderlos uno a uno pero sucede que tengo un hijo pequeño (que por cierto nació en un hospital público en donde me atendieron a lo largo de todo el embarazo) y muchísimo trabajo. Si bien mi marido y yo nos repartimos a la mitad las tareas domésticas el tiempo nunca es suficiente. Supongo que muchas de ustedes sabrán de lo que hablo. Y sí, tengo educación universitaria y acceso a internet pero también he trabajado desde hace muchos años para poder costear ambas. Mi madre me crió sola y en una panorama económico bastante desfavorable así que dudo mucho que mi opinión sea la de una clasemediera como mencionan en algún comentario. A veces es muy fácil caer en los errores de los que se acusa a otro, por ejemplo el prejuicio. Gabriela no sé qué más ejemplo quieres, no soy una cifra, soy una mujer de carne y hueso y como yo habemos muchas, muchísimas mujeres que estudiamos, trabajamos y criamos a nuestros hijos en ambientes equitativos y con el completo apoyo de nuestras parejas.
Sandra, Olga Orozco es una poeta a la que no sólo respeto sino que admiro mucho, desconocía que fuera feminista, aunque supongo que de haber nacido en 1920 yo también lo hubiera sido.
Tienen razón cuando mencionan que no soy experta en perspectiva de género y que para criticarla debería estudiarla a fondo primero. Sin embargo puedo afirmar que sí soy una hermeneuta ya que a eso me dedico y creo que hay un serio error al interpretar mi texto ya que la crítica va hacia las mujeres que ostentan un discurso ambiguo y victimista producto de un feminismo mal asimilado en la vida cotidiana, no hacia los estudios de género propiamente. Con los que, reitero, me ha bastado leer un par de textos para quedar en desacuerdo. Y si me doy la licencia de escribir una columna somera y pobre sobre un tema en el que no tengo un doctorado es simplemente porque tengo la libertad de expresar mi opinión sobre lo que yo quiera, como cualquier hombre.
Rosario Castillo
El feminismo es de los pocos movimientos en el mundo que buscan un cambio social radical, pero no posee un ejército, no ha matado a nadie (ni lo hará)no tiene caudillos, ni líderes carismáticos- sangrantes dueños y pastores de rebaños y no trata de manera coercitiva de imponer su ideología. Respeta el proceso natural de muchas mujeres y hombres que van pasando por distintas etapas de sospecha, duda y crítica conforme se van informando de esta manera hermosa de construir el mundo y las relaciones humanas (como la autora de este artículo, que seguramente tendrá más interés en estos temas, después de todo)
A los hombres: ustedes que sentirían si las mujeres a las que aman sólo quisieran ver el largo de su pene, de preferencia no saber ni su nombre y cuando ustedes quisieran empezar a platicar de su dia, simplemente se fueran… así veo yo la pornografía actual, reproduce la idea de que las mujeres somos sólo objetos para coger ( de hecho, en mi experiencia, los hombres que ven demasiada porno, suelen ser malos amantes, sobretodo porque creen que lo que ven en pantalla es lo que nos gusta a las mujeres y que mordernos el dedo gordo del pie izquierdo sin preguntar antes a TODAS nos parece suuuuuper sexy). Tengo la idea (utópica tal vez) que algún día el sexo será libre, de fácil acceso, sano, gratuito, placentero, experimentado entre personas libres: distintas, pero no desiguales
Sandra Hussein
¡Híjoles, Chaz, lamento muchísimo que te hayas empatado con una mala tipa (y así hay muchas, como golpeadoras, quita hijos, etc), pero eso no tiene nada que ver con el feminismo! En general, las feministas luchamos por ciertas causas, en mi caso, soy voluntaria de una organización contra el cáncer de mama (porque, aunque la señora Tagle sostenga que «principalmente porque la sociedad otorga todas las condiciones necesarias para que las mujeres sean independientes», juro que no es así) y también en «Las Libres» (no sé si recuerdas el caso de las chavitas de Guanajuato trabajadoras en la colecta de chile y tomate que perdieron sus embarazos y les dieron 40 años de cárcel por «homicidio en grado de parentesco»).
O sea, nada que ver con maquillarse, hacer dieta, cirugía plástica, etc (y que me parece muy bien que lo hagan quienes quieran hacerlo, tanto mujeres como hombres). Saludos.
Tania
¿Cómo es que, si usted acepta que no conoce a profundidad los estudios de género, se permita escribir una crítica sobre ello? Habría pasado por alto este artículo, pero sí me parece que los feminicidios son algo que debe tomarse con seriedad y realmente considero muy desafortunado que los mencionara sin ahondar profunda y seriamente sobre lo que está sucediendo.
Javowavo
Las mujeres de hoy en día son como dice Maitena, incomprensibles:
http://25.media.tumblr.com/tumblr_lihqxcrdHQ1qd3n9ko1_500.jpg
Tania
No, señora, los activistas y quienes nos preocupamos por las mujeres muertas, no atribuímos su asesinato a «la opresión machista», sino a la cultura patriarcal que sigue considerando a las mujeres como basura y de esa cultura participamos hombres y mujeres. ¡Dígales a las madres que lloran a sus hijas que son incongruentes porque se maquillan! Digo, sin duda es una tontería considerar el bikini como prueba irrefutable de liberación, pero también lo es creer que la misoginia es exclusiva de los hombres, mujeres como la jueza que usted refiere y comentarios superfluos como los que usted hace al respecto, son igualmente misóginos.
Chaz
Quizas el problema de la señora Tania Tagle es que ha de ser como un servidor, una persona de calle, de a pie, alguien que como yo no tiene mucha idea de los avances del feminismo, por favor chequen que en Facebook hubo mas de 150 personas que les gusto este articulo, si yo no hubiese visto estos comentarios quizá hubiese puesto «Me Gusta» también.
Pero gracias a los comentarios, hemos visto que hay mas sobre el tema del feminismo de lo que se ve, Yo difiero con algunos comentarios que como en otros lados intentan pintar al hombre como el mayor de todos los males de la mujer en general, quizás sea justo eso lo que motivo a Tania a decir «Chales.. ya bajenle!» Yo y muchos hombres nos hemos sentido hostigados por los medios a cambiar a un modelo que ni nos queda claro, ni nos sentimos identificados, ni lo vemos lógico, y al mismo tiempo nos damos cuenta que existe un discurso feminista de igualdad pero al mismo tiempo una actitud muy manipuladora de muchas mujeres (no todas por supuesto) que pareciera querer poner al hombre en un lugar muy inferior y casi como esclavo de la mujer.
Esto no lo invento Tania Tagle, quizás como yo ella lo ve en la calle, en los trabajos en todos lados, Yo en lo personal me vi identificado por una experiencia que tuve con una mujer feminista que sentía un placer enorme por hacerme rogar y desvalorizaba toda cualidad masculina en mi como mi gusto por coleccionar porno y rodearme de amigas, como si ello fuesen cualidades negativas de los hombres.
Evidentemente para mi no todas las mujeres son iguales y gracias al cielo he encontrado mujeres con mas sentido común que aquella, con esto les quiero decir que quizás estas mas de 150 personas que les gusto este articulo tengan mas fresca en la memoria esos «lugares comunes» que tanto critican en sus comentarios y no haya verdadero contacto con el «feminismo actual»
Por ahí alguien menciono el libro de Esther VIllar, «El Varón Domado» que para desfortuna de muchas feministas, el libro sigue vigente, y creo que como dice este libro ‘no vivimos en una sociedad patriarcal sino mas bien en un matriarcado velado, donde las mujeres aun nos dictan que es bueno y que es malo’ esta tesis aun es en parte vigente.
Carmen
Creo que coincido parcialmente con lo que expresó Manuela. Tal vez Tania debería haber reflexionado un poco sobre la particular manera de cada mujer que se auto-define feminista, de vivir y actuar. No se puede decir que el femnismo sea una falacia porque ALGUNAS mujeres ven a la universidad como un sitio ideal para encontrar marido o porque ALGUNAS usen un escote o el llanto para ablandar al jefe después de una metida de pata. En todo caso, ese feminismo no es tal, sino un remedo de feminismo: la deformación de un movimiento-ideología que MUCHAS de nosotras comprendemos a cabalidad y que nada tiene que ver con la manipulación, el chantajismo y la victimización que ALGUNAS personas del género femenino utilizan para escalar social y profesionalmente. Hasta donde sé, los hombres también son perfectamente capaces de chantajear y manipular.
Sandra Hussein
Híjoles, la señora Tania Tagle no tiene la menor idea de lo que es el feminismo actual (circunscrito al ámbito de los derechos humanos, fundamentalmente), por lo tanto, ya el punto de partida de su artículo es falso. De ahí pal real, un escándalo plagado de lugares comunes.
Pero, aparte, jajajajajajajajajajajaja, el texto derrocha «metichería» y conservadurismo. Ni mi abuelita, me cae. ¿Cuál es el pedo del escote, el maquillaje, enamorarse en la escuela, hacer dieta? ¿Condenar a una mujer porque se hizo una cirugía plástica? (mis amigas que tuvieron $ y valentía para hacérsela a sus 50 años se ven hermosas). No es mi caso, pero si alguien tiene la lana y le gusta un traje de baño Gucci, pues… ¡adelante! ¿Cuál es la bronca? Aparte, ¿con qué derecho nos viene a decir cuáles deben ser nuestras prácticas sexuales? (nos pide «responsabilidad» luego de hablar del aborto). El feminismo no pasa por ahí, no tiene nada que ver con eso. Es tan ridículo como criticarle a un negro que estudie en Harvard o juegue golf.
PD: Olga Orozco fue mi tía -y feminista, por cierto-. Hacía la mayor parte de las cosas que criticas, y con mucha alegría. Y era talentosa, trabajadora y excelente persona.
Florencia
Tania, mi opinión sobre tu artículo se acerca mucho a las palabras vertidas por Alejandra Espino. Creo que tu texto plantea -al tratar de definir someramente «el feminismo»- una serie de problemas álgidos, complejos, difíciles de encuadrar dentro de una tendencia homogénea. Creo que es empobrecer el alcance de la praxis feminista tildarlo ligeramente de «ideología rancia», pensar el movimiento en esos términos es tan taxativo como insondable. Más interesantes me parecen algunos de tus planteos sobre las contradicciones en la identidad femenina: apelar al escote para obtener un reconocimiento (laboral supongamos),¿ no nos habla de cierta internalización de pensarse a si misma como un objeto mercantilizado en cuanto COSA? ¿ir a la caza de un marido no nos habla de percibirse como sujeto objetuado nuevamente?
Si pensamos en esas tensiones que planteas y podemos superar la carga valorativa -peyorativa- que tiene en tu prosa, quizá podamos acercarnos un poco más a las contradicciones intrínsecas de un sujeto femenino (quizá hipotético, quizá concreto) inmerso en una sociedad que no termina de incluirla como lo que es, un SUJETO y no una mercancía.
Saludos,
Florencia
Rosario Castillo
Estoy de acuerdo con Alejandra y ól me ha hecho reír mucho. Todas las luchas que hacemos las mujeres, grandes o pequeñas, tienen mucho mérito, sobretodo en una situación tan terrible como la que vivimos en este país (donde claro, si los hombres no son libres, las mujeres menos) No saben la alegría que me da que un artículo así levante este tipo de opiniones, sobretodo que coincidan en la gravedad de lo aquí expuesto y en reconocer esa tendencia de cierto grupo a repetir un discurso creado, más que nada, no para analizar o para criticar, sino para denostar y demeritar. Un abrazo muy fuerte a tod@s l@s que opinaron en este foro con argumentos sólidos e interés por este tipo de temas.
Me hicieron el día!!!
Gabriela Damián
Tania, te agradecería mucho que respaldaras la afirmación de tu comentario, «no concuerdo en lo absoluto, principalmente porque la sociedad otorga todas las condiciones necesarias para que las mujeres sean independientes.» con datos sólidos. Cifras de alguna organización nacional o mundial, para contrastar con la información que algunos tenemos y que nos resulta bastante preocupante. Por ejemplo, con ésta:
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/business/barometro_economico/newsid_6429000/6429999.stm
Aquí se menciona lo siguiente:
«El ingreso promedio por hora trabajada de las mujeres representa 80% del mismo ingreso masculino, aún cuando las mujeres presentan más años de escolaridad que los varones.
A la hora de buscar trabajo, las mujeres enfrentan más dificultades que los hombres.
Casi 50% de las mujeres mayores de 15 años no tienen ingresos propios, mientras que la cifra para los hombres asciende a sólo el 20%.
El porcentaje de mujeres en hogares pobres que no tienen ingresos varía de 45% en Perú a 78% en Costa Rica, mientras que en los hogares no pobres oscila entre 32% en Uruguay y 54% en México.
(…)
Otro de los problemas, según la OIT, es que la mayoría de las mujeres mayores de 65 años en Latinoamérica no recibe jubilación o alguna forma de pensión debido a que han pasado toda la vida trabajando en el sector informal o no remunerado (servicio doméstico o del hogar).»
Te dejo también el siguiente enlace, un anuncio muy cortito con James Bond en tacones como protagonista en el que se dan cifras escalofriantes (y eso que la mayoría son del Reino Unido, una de las naciones más ricas y «avanzadas» del planeta). Por ejemplo: «Cada año, 70 millones de niñas no tienen acceso a la educación básica».
http://www.youtube.com/watch?v=xiU042g-VkI&playnext=1&list=PL12BF36A35D922A23
Me parece muy bien que hables de lo que experimentas y de lo que sabes, pero si ibas a publicar una reflexión como ésta habría convenido que antes leyeras un poco más sobre lo que criticas, aunque no te interese: trabajos sobre feminismo contemporáneo. Y varias posturas, no nada más a Judith Butler, que es, principalmente, teoría queer.
La comodidad que criticas es en efecto muy dañina, tanto como decir que ya tenemos las mismas oportunidades. Si por las que enseñan el escote para obtener un favor ya es necesario cuestionárselo, ni qué decir de los millones de mujeres que necesitan que se siga poniendo la perspectiva de género en la mesa de discusión para que puedan disfrutar de las libertades que nosotras, mujeres que hemos ido a la escuela y tenemos internet en casa, gozamos tan campantes como si el mundo entero viviera con esos privilegios.
Ojalá puedas decirme cómo llegaste a esa conclusión de que tenemos ya todo lo que necesitamos (y espero que no sólo tomes en cuenta las políticas gubernamentales de apoyo a la equidad -que demuestran ser aún insuficientes: dices que la impunidad no es una cuestión de género, pero en el caso de Ciudad Juárez no es la impunidad, sino sus consecuencias, las que son una cuestión de género–, sino también datos contundentes en el trato cotidiano a las mujeres o un cambio significativo en la ideología, en la superestructura de la sociedad mexicana).
Me interesa mucho tu respuesta. Gracias –y perdón por la extensión chorizo del comentario–.
ól
Tania, es una lástima que no le conozcas: cree, como tú, que vivimos en una época de oro para las mujeres, y que esencialmente ellas y cada uno son responsables de lo que les pasa. Joder, si pudiera mudarme a ese planeta. Supongo que si Arce escribiera, lo haría tan bien como tú.
Lo de la Edad Media aún me hace reír.
Alejandra Espino
En una película fantástica ochentera, un personaje decía: «You keep using that word. I do not think it means what you think it means.» Con el texto (o blogpost, u opinión, o como quiera llamarle su autora) y luego con las respuestas a los diversos comentarios, esa es la idea que me ronda en la cabeza: Creo que esta columna cae en esa especie de «tendencia» reciente de autores que escriben sobre temas que no les interesan – como ya lo ha hecho explícito la autora en su respuesta a Gabriela-, desde un conocimiento superficial y tocando sólo los lugares comunes de los teman de los que hablan. Y después, justifican las carencias del texto con argumentos como que «no se trata de una tesis doctoral», en vez de haber construido desde el principio una reflexión sólida.
Al respecto de las ideas expuestas, coincido en que es necesario criticar y desarmar ese tipo de actitudes victimistas de muchas mujeres, así como las contradicciones en el acercamiento a temas como la sexualidad, o las dinámicas de poder en el trabajo. Sin embargo, me parece, como ya han expuesto varias de las personas que comentan, que partir del feminismo clasemediero (de las mujeres estadounidenses blancas) de la segunda mitad del siglo XX, y limitarse a él y a sus efectos, es borrar de un plumazo trabajos posteriores, actitudes y luchas posteriores, de colectivos que han buscado trascender esos planteamientos limitados, para plantear propuestas de acercamiento a problemáticas que también incluyen factores como diversas clases sociales, entornos religiosos y culturales, preferencias sexuales, orígenes étnicos, y largos etcéteras.
Una cosa me hace muchísimo ruido. Cuando dices que «la sociedad otorga todas las condiciones necesarias para que las mujeres sean independientes» (de nuevo, en la respuesta que das a Gabriela), creo que al final, y a tu pesar, hablas de una manera que te relaciona con las visiones limitadísimas de las feministas de la segunda ola, incapaces de ver más allá de las cadenas de sus mundos de amas de casa de posguerra; incapaces de reconocer las condiciones en las que vivían mujeres fuera de su situación privilegiada. Y me horroriza un poco porque ¿quieres decir con esa frase que todas las mujeres que viven en condiciones de sometimiento, en relaciones dispares, en ambientes de violencia, es porque no quieren ser independientes? Perdóname, pero es una declaración tan clasista y tan racista como cuando alguien dice que «los pobres son pobres porque quieren».
Ya me extendí demasiado. La cosa es que, creo que antes de aventarte a pontificar sobre el feminismo y sus males, debiste haberte enterado un poco más de qué se trataba lo que te tocaba criticar. Y si de plano no te interesa el tema ¿no habría sido más honesto escribir sobre otra cosa que conocieras mejor?
Saludos.
Rosario Castillo
Hay muchos prejuicios alrededor del feminismo (y las feministas) y para muestra un botón: si yo dijera «Esa mujer es feminista» ¿cómo se la imaginan? ¿fea? ¿bonita? ¿cómo está vestida? ¿a qué se dedica?
Rosario Castillo
Creo que en parte la crítica hacia tu artículo tiene que ver con el conocimiento «machista» que tienes de las teorías de género. Tu artículo se parece mucho a un mail que estuvieron enviando hace un tiempo: una mujer se quejaba amargamente que ahora tenía que levantarse temprano y trabajar todo el dia y etc. gracias a las feministas, que lo que ella quería era estar en su casa cocinando y cuidando plantitas. Esa postura surge precisamente de una ideología machista (que intenta demeritar y prejuiciar al feminismo) que argumenta que las mujeres «queremos ser como hombres»… nada más lejos del feminismo. Te sugiero revisar términos como «violencia de resistencia» o checar como funcionan las estructuras de poder en la familia violenta, eso te dará la respuesta de porqué muchas mujeres se vuelven manipuladoras o sobreprotectoras (o depresivas o esquizofrénicas)tomando en cuenta que la violencia de las mujeres PROVIENE de la violencia de los hombres como una respuesta y una defensa a agresiones antes recibidas. Otra nota: no sólo la violencia es física, también hay psicológica, emocional, económica, etc y en casi todos los casos, hace muchísimo mas daño que un golpe o un empujón.
Tania Tagle
ól: ningún genero periodístico es superior o inferior a otro, simplemente tienen características distintas y si lo menciono es para que no esperen encontrar citas al pie y una bibliografía especializada a leer esto. No sé quién es Esteban Arce pero sé que en la Edad Media la situación de una mujer dependía mucho más de su posición social que de su sexo. Estudiaban y aprendían a leer quienes tenían los medios para hacerlo y hubo algunas mujeres que gracias a haber nacido en una familia acomodada o a un buen matrimonio ostentaron un gran poder. Sí, casi como ahora.
Tania Tagle
Angélica, me alegra de verdad que no encuentres tu reflejo en estas letras. Mi verdadero deseo es que ninguna mujer lo hiciera.
Tania Tagle
Gabriela, nunca he tenido un verdadero interés en los estudios de género, he dicho que los conozco, principalmente a travéz del trabajo de Judith Butler, así que no, no sabía de la existencia del libro de Marcela Lagarde.
Me parece una interesante aportación teórica sin embargo no concuerdo en lo absoluto, principalmente porque la sociedad otorga todas las condiciones necesarias para que las mujeres sean independientes. No niego que esta sociedad aún carga con el lastre de años de tradición machista. Lo que me preocupa es la comodidad con que las mujeres han adoptado el papel de víctimas históricas para chantajear y manipular su entorno y lo que más me preocupa es que me dices que eso encima tiene un nombre: privilegio.
Angélica Santa Olaya
Un tema complejo para generalizar… «Nosotras»? Quiénes? No deberíamos generalizar una población tan vasta y compleja… No todas las mujeres ganamos lo suficiente como para comprar un bikini marca Gucci que cuesta miles de pesos ni pretendemos ser la envidia de nuestras amigas metidas en él… Este artículo me recordó un libro de hace cuatro décadas: «El varón domado», de Esther Vilar… el cual creí había quedado atrás… No me miro en este espejo…
Gabriela Damián
Tania:
Marcela Lagarde y de los Ríos explica muy bien a través de la perspectiva de género el arquetipo que mencionas, en «Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas» (UNAM, 2006). Lo llama «la Madresposa». Utiliza un término que explica perfectamente la condición de estas mujeres, aun si no se está muy familiarizado con los estudios de género: «servidumbre voluntaria».
Haciendo un pequeño resumen, podría decirse que la figura de la madre chantajista es uno de los privilegios que el sistema patriarcal concede a las mujeres (y que sólo se les da a las que son madres, es decir, mujer de verdad lo es sólo hasta que es madre), y forma parte de un sistema muy complejo en el que las mismas mujeres reproducen sus propios esquemas de opresión: «La carencia y la dependencia vital son los mecanismos en los que se funda el consenso otorgado por las mujeres a su especialización vital, y con ella al sustrato de la hegemonía política y cultural que se funda en su propia opresión: la hegemonía patriarcal». (página 389).
Es decir, el chantaje emocional son intrínsecos al privilegio que la sociedad mexicana tradicional les da y ellas toman como alternativa de supervivencia en una sociedad que históricamente no les ha otorgado las condiciones necesarias (recursos institucionales, emocionales, educativos e intelectuales) para ser totalmente independientes.
La clave del cambio está en modificar estas formas patriarcales de maternidad, y, por supuesto, la paternidad.
Espero que te sea útil y responda, al menos en una porción pequeña, a tu pregunta. Aunque si dices estar familiarizada con los estudios de género, seguro ya conocías el trabajo de Marcela Lagarde.
Saludos.
ól
¿El hecho de que no sea un artículo sino una opinión hace que no admita las críticas? ¿Rebajar el nivel de tu trabajo no es, eh, un poquito «victimizante»? En realidad esto no parece parte de un blog, como de una de esos brillantes monólogos de Esteban Arce. He aquí algunos puntos que te faltaron (y que, en cambio, Esteban si que ha usado para librar al mundo de esa lacra que el feminazismo):
Las malas madres que tiene hijos para luego divorciarse y cobrar la pensión de sus pobre maridos
Las lesbianas que van a acabar con el género humano al negarse a tener hijos
Las abortistas que ídem
Las prostis que gozan de su trabajo
Las malas mujeres que se maquillan en el auto cuando van manejando…
Etc.
Sí, devolvamos a la mujer a la época y el lugar que se merece: La Edad Media.
Tania Tagle
Manuela, siento mucho haberte hecho perder tu tiempo pero me alegra que no te identifiques en absoluto con ninguna de las situaciones descritas en esta columna, esto es una columna de opinión, como en un blog, no una artículo.
Tania Tagle
Estoy completamente de acuerdo cuando mencionan lo limitado de la crítica, es imposible abarcar en su totalidad un fenómeno social tan complejo como el feminismo en una columna de opinión, esto no es una tesis doctoral. No generalizo, ni intento englobar a todas las mujeres, hablo como bien dicen, de lo que veo y de lo que sé. Sin embargo, me parece muy interesante que Vianett, por ejemplo, no sólo mencione que la crítica es insuficiente para comprender a las mujeres sino que agregue: sobretodo a las feministas. Entiendo entonces que las feministas son un grupo bastante desvinculado ya del sujeto que pretenden representar.
Conozco los postulados de la perspectiva de género y debo decir que no estoy de acuerdo con ellos. Una abnegada madre mexicana, producto de una educación machista, como menciona Rebeca, encuentra comodidad, no sólo eso, ejerce poder sobre el resto de la familia desde su condición de oprimida o discriminada. ¿Cómo explica esto la perspectiva de género?
Manuela
La verdad son los tres minutos peor malgastados que he empleado, en leer un artículo ramplón, de una ideología bastante absurda e incongruente. Creo que fue un escrito para sacar los traumas y eso está bien en un blog, pero no en algo que se aprecie de ser una cosa cultural. Ja!
Por cierto, jamás he visto un bikini Gucci… eso existen? -ja!-
Gabriela Damián
De acuerdo con Vianett: Tanto el segmento feminista que se critica aquí como el grupo de mujeres que presentan esas contradicciones es limitado. La crítica al respecto es necesaria, mucho. Pero partir desde la idea del feminismo de mediados del siglo pasado es ignorar cómo se ha desarrollado en las últimas décadas, cuál es su vigencia y qué aporte puede realizar al estado de las cosas hoy. No entiendo muy bien por qué los signos de admiración en «¡y adeptos!», como si el hecho de que un hombre simpatice con una postura ideológica en pro de la equidad de género fuese un error, o algo sorprendente. Deshacerse de esta clase de ideas significarían una verdadera liberación: 1. Los hombres también pueden ser feministas, 2. Decir feminismo, en esta hora y este día, no siempre implica quemar brassieres o limitar las prácticas culturales muy arraigadas en mujeres como las mexicanas, que usan el arreglo personal como parte fundamental de la construcción de su identidad, no sólo para «cazar marido».
Vianett Medina
Kristen:
No percibo bien si me tratas como autora o hubo un error sintáctico.
Estoy de acuerdo contigo en que el texto carece de datos correctos. Me parece que la autora (su nombre es Tania) hizo un ejercicio de autocrítica de su grupo de convivencia (es muy posible y comprensible) pero insuficiente para comprender a las mujeres, especialmente las feministas. Hay que entender que el término se ha vapuleado y reducido, según sean los intereses.
rebeca
¡Bienvenida la crítica!
Sin embargo, creo que abusas de los lugares comunes, el tema de la corrupción, la impunidad, etc., etc.
Muchas de la situaciones con las que contrastas la libertad de las mujeres, como la de «las abnegadas madres mexicanas» son también producto del machísmo en que muchas mujeres y hombres han sido educados.
En lo personal no creo que el camino hacia la igualdad entre hombres y mujeres sea el de la descalificación del reconocimiento de derechos de grupos que históricamente han sido vulnerados, como es el caso de las mujeres, ni dejar en segundo término casos que tienen un claro contenido de discriminación y violencia contra las mujeres como el feminicido en Juárez.
En este sentido te recomendaría darle una checada al término «perspectiva de género» y darle una leída a estos postulados, para continuar con la discusión.
Saludos
Kristen
fe de erratas: persiste
Kristen
Totalmente de acuerdo Vianett, yo creo que si bien perciste un feminismo rancio en muchos aspectos, no hay que olvidarse que de cómo y por qué surgió, que claro que ahora ya no responde a muchos de los problemas actuales en una necesidad como todo de reínventarse.
Me parece tu artículo de opinion muy bueno, crítico en varios aspectos necesarios, pero falto de conocimiento en otros.
Vianett Medina
Interesante, aunque podría asegurar que estás hablando de un segmento urbano, bien delimitado en términos económicos y culturales. Por otra parte, una facción feminista no define al feminismo (cuyos siglos y geografías lo vuelven bastante complejo) ni demerita sus logros: necesarios pero, como sugieres, desperdiciados por much@s.