Derechos humanos y marionetas

Estado de Sats en Cuba

Estado de Sats, a contracorriente, persiste en iluminar al perpetuo apagón ideológico nacional con razonamiento y debate. No va a tardar demasiado la concientización, a niveles mayores, de lo que en verdad significa el concepto de los Derechos Humanos para un pueblo que ha extraviado la conciencia de sus más elementales necesidades cívicas.

Una patrulla cerca de la casa de Rodiles.

Una patrulla cerca de la casa de Rodiles.

“Están preparando mitin de repudio con niños de secundaria. Tienen puestos unos bafles a todo lo que da con música de Silvio…” Es el reporte del músico Boris Larramendi desde una casa en La Habana, al momento de ser sitiada por la policía, listos ya para recibir el show metapolítico del gobierno castrista y sus manipulados súbditos. La gran mayoría de ellos ni siquiera saben lo que pasa al interior de esa casa de la calle Primera en Miramar, sólo son llevados en autobuses y descargados frente a lo que les habrán dicho que es una reunión de apátridas, de mercenarios vendidos al oro del imperialismo, de anexionistas y traidores a la sagrada revolución.

¿Qué es Estado de Sats?

Para la antropología teatral —una corriente de vanguardia escénica promovida por el maestro Eugenio Barba, director del Odin Teatret, de Dinamarca— la palabra escandinava “sats” define, en términos actorales, el momento justo en que la energía se suspende para que surja un nuevo movimiento. Es un punto de tensión en el que el movimiento se detiene y la acción está siendo pensada desde la inmovilidad, un momento de alerta concentrada, antes de saltar, reaccionar. El arte y el pensamiento confluyeron en la concepción de este proyecto, en un espectro nacional donde la disidencia política carecía de herramientas filosóficas sólidas. Estado de Sats no es un partido, no tiene plataforma política ni traza estrategias para llegar al poder. Su gestor y líder, Antonio G. Rodiles, un físico matemático graduado en la Universidad de La Habana, candidato a doctor en Física y máster en Matemáticas por la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Estatal de la Florida, ha nucleado en su casa a todo aquel que quisiera debatir sobre la realidad cubana, ha invitado tanto a disidentes como a oficialistas, a radicales como a tibios, a nacionales como a extranjeros, propiciándoles un foro en el que fuese posible hablar sin cortapisas, sin cuñas ideológicas, sin bozales oficialistas.

En Estado de Sats suelen reunirse artistas e intelectuales, porque su proyección política no parte de la política misma, sino del pensamiento y la cultura. Exposiciones plásticas, proyecciones fílmicas y recitales de música han servido para motivar las nuevas bases de sensibilidad en una sociedad maniatada tanto en sus alcances estéticos como ciudadanos.

En Estado de Sats suelen reunirse artistas e intelectuales, porque su proyección política no parte de la política misma, sino del pensamiento y la cultura. Exposiciones plásticas, proyecciones fílmicas y recitales de música han servido para motivar las nuevas bases de sensibilidad en una sociedad maniatada tanto en sus alcances estéticos como ciudadanos.

Por sólo citar un ejemplo, a la proyección de un documental sobre el artista disidente chino Ai Weiwei, unas treinta personas rebasaron el cerco impuesto en los alrededores de la casa por la Seguridad del Estado, en tanto otras eran detenidas, imposibilitadas de llegar o bien víctimas de esos secuestros express que tan de moda se han puesto en la policía política de la última década.

Cineclub en la terraza.

Cineclub en la terraza.

Lo curioso es que, debido a su enfoque intelectual, también han sido atacados y despreciados por ciertos sectores de la propia disidencia, más acostumbrada a la acción y la protesta directa. No pocos los han acusado de ser una “disidencia light” y hasta se ha aventurado la hipótesis de que fueron fabricados por el propio gobierno para generar una imagen de apertura no tan peligrosa como las tantas manifestaciones disidentes convencionales.

Por otra Cuba, la campaña

Desde agosto de 2012 Estado de Sats propuso la campaña “Por otra Cuba”, con más de cuatro mil firmas en su página. Su propósito es exigirle al gobierno cubano la ratificación e implementación de los Pactos de derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales de la ONU, suscritos por La Habana —al menos nominalmente— en 1998. Antonio Rodiles fue arrestado, junto al premiado escritor Ángel Santiesteban en noviembre del mismo año, y confinado a cárcel sin proceso legal durante diecinueve días.

Operativo policiaco contra Sats

Aun a pesar de las constantes amenazas, boicots y fabricación de protestas “populares” para evitar la proliferación del pensamiento en una ciudad controlada por un monolítico y majadero partido único, los muchachos de Estado de Sats convocaron al Primer Encuentro Internacional de Derechos Humanos y Pactos de la ONU, a celebrarse entre el 10 y el 11 de diciembre de 2013 en su sede. Otra vez no se trata de una rebelión, no se conspira ni se trazan estrategias para derrocar a la dictadura. Nadie saldrá a la calle a manifestarse con carteles y consignas, sólo se pretende debatir, conversar, comprender, estudiar los escenarios posibles para una Cuba diferente en la que tengan cabida todas las formas de pensamiento, inclusive las comunistas.

Aun a pesar de las constantes amenazas, boicots y fabricación de protestas “populares” para evitar la proliferación del pensamiento en una ciudad controlada por un monolítico y majadero partido único, los muchachos de Estado de Sats convocaron al Primer Encuentro Internacional de Derechos Humanos y Pactos de la ONU.

El problema es que, en Cuba, pensar sin permiso es delito.

La madre de los derechos humanos

Para el ciudadano medio cubano, permeado y bloqueado por la información oficialista, la referencia a los Derechos Humanos no tiene nada que ver con sus propios derechos. Crecimos en una urna de cristal en la que esos “derechos humanos” eran apenas la vaga referencia a un partido ilegal opositor. Por ello no es raro que un ciudadano medio, estimulado por el odio sembrado en su cerebro por las autoridades, declare a un reportero: “Yo me cago en la madre de los derechos humanos”. Ese ciudadano medio desconoce sus propios derechos, ésos que aparecen como letra muerta en su constitución y en los tratados de la ONU. Ese ciudadano no sabe que tiene todo el derecho del mundo a reunirse, a protestar, a disentir. Es más, lo condena.

Ese ciudadano medio, incluso los adolescentes que son levantados de la secundaria para ir a “repudiar” a los presuntos apátridas y mercenarios imperialistas, son ahora mismo parte de las turbas manipuladas por la oficialidad para simular un apoyo popular que, en la realidad más pragmática, ya no tienen. La masa movida cual marionetas zombies ni siquiera sabe lo que ocurre al interior de un espacio como Estado de Sats. Su prensa no les da cobertura a los opositores, no tienen internet para averiguar por sí mismos cuáles son los presupuestos de un evento como aquel, así que simplemente se dejan llevar hasta la calle Primera, en Miramar, estimulados por alguna magra merienda, y mientras las bocinas “a todo lo que dan” dejan escapar algún tema “revolucionario” de Silvio Rodríguez —instalando convenientemente a un viejo poeta consentido del régimen delante de un espacio de corte intelectual, como para no hacer menos—, los chicos aceptan gritar en contra de los “derechos humanos”, en contra de sus propios derechos.

El encuentro

Cartel del encuentro.

Cartel del encuentro.

Hoy 10 de diciembre —cuando escribo y se publica esto— ha comenzado el acto en La Habana por los Derechos Humanos. Según reportes telefónicos, habían llegado a la sede —la casa de Rodiles— unas dieciocho personas. La gendarmería impide el paso a unos (como al periodista disidente Jorge Olivera), mientras detienen a otros (Eduardo Díaz Fleitas, miembro del grupo plural de análisis Alianza Democrática Cubana, ALDECU, apresado junto a su sobrina), y como les resulta engorroso utilizar la fuerza directa del gobierno en un espacio pacífico, recurren nuevamente a la coacción, a las amenazas. Días atrás se habían presentado agentes en las casas de muchos posibles participantes para “aconsejarlos” sobre los inconvenientes que tendrían si participasen en las jornadas de Miramar. Regina Coyula publicó en su Blog Mala Letra lo sucedido al respecto.

No es de prever un impacto mediático ni una ola de solidaridad interna para este grupo de intelectuales agrupados en torno a Estado de Sats. Aun la sociedad cubana, inmovilizada en su carácter de retablo de marionetas desinformadas, es incapaz de comprender la posible magnitud de una semilla que acaba de sembrarse en su parcela. Estado de Sats, a contracorriente, persiste en iluminar al perpetuo apagón ideológico nacional con razonamiento y debate. No va a tardar demasiado la concientización, a niveles mayores, de lo que en verdad significa el concepto de los Derechos Humanos para un pueblo que, desde hace medio siglo, ha extraviado la conciencia de sus más elementales necesidades cívicas. ®

Nota: Al momento de redactarse este artículo, aún no habían sido detenidos otros participantes a los que también se les impidió llegar a la sede de Estado de Sats. Dos jóvenes políticos argentinos que estaban en La Habana para asistir al evento, fueron apresados en el hotel. El día de los derechos humanos en Cuba siguió matizado con actos de repudio a las Damas de Blanco en la céntrica esquina de 23 y L, por turbas que les impidieron marchar por la avenida, y más arrestos al oriente del país.

La nota hoy en Diario de Cuba.

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Publicado en: Apuntes y crónicas, Diciembre 2013

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