Enumeraré diez canciones de Nick, de las que pueden escuchar sus respectivos videos, para narrar su historia musical, concentrándome sobre todo en lo que justamente nos hemos perdido de su carrera y que no podremos recuperar con una visita tardía como la de este lunes 18 de febrero.
Una de las razones por las que no veré a Nick Cave en la Ciudad de México es porque considero que llega demasiado tarde. Unos chismes dicen que siempre respondía ¿Y para qué? cuando le preguntaban por qué no venía a este país. Pero hay otra culpa: los promotores de este tipo de conciertos en México son los mismos que siempre piensan que no vale la pena arriesgar en esos artistas y no los traen en su etapa álgida. Así pasó hace trece años cuando les ofrecían a Primal Scream, que acababa de lanzar su manifiesto antimilitar post-punk-electro XTRMNTR, que después del 11 de septiembre y la invasión a Afganistán e Irak mostró haber sido toda una premonición.
Primal Scream cobraba un segundo aire con ese disco pero se tardaron diez años en venir a México, cuando ya habían mesurado su postura y habían regresado a su habitual imitación de los Stones. Fue entonces cuando fueron accesibles en precio y en ideología. Así, cuando los promotores sienten que hay un mercado ahí afuera que no los va a dejar con los boletos en la taquilla deciden que es posible, pero desde los fines de la prohibición del rock en México muy pocas veces se atreven a traerlos cuando están cambiándole la cara a la historia del rock global, como cuando la gente de La Última Carcajada de la Cumbancha (LUCC) a comienzos de los noventa estuvieron a punto de traer a Nirvana, precisamente antes del “asalto” que le dio la fama a un chavillo que entonces aún se hacía llamar Kurdt Cobain, con “d”.
En el caso de Nick Cave, los mexicanos que seguimos desde siempre su carrera, sobre todo en aquellos ochenta cuando aparecía por entre los anaqueles del rock maldito y la poesía del shock, siempre nos morimos de envidia cuando nuestros amigos cruzaban la frontera para verlo en pleno auge. Con discos como Tender Prey o The Good Son. Leíamos las noticias de los conciertos en pequeños clubes en España cuando el de Sidney residente en Berlín se intentaba curar la adicción yéndose a vivir a São Paulo.
Mientras Cave estaba en boca de todo el mundo, alguien en México escribía que era un imitador de Jim Morrison, para no desentonar con la usual calidad del periodismo musical mexicano, de la misma manera en que más tarde les preguntaba a promotores que porque no traían a México a Primal Scream y recibía la también respuesta típica: No son grupos para este mercado.
El punto alto de la carrera de Cave y su entrada de una vez por todas al plano del mercado masivo se dio gracias a aquel concierto en el Paradiso de Amsterdam, la gira del Henry’s Dream en 1993 captada en CD y en video. Mientras Cave estaba en boca de todo el mundo, alguien en México escribía que era un imitador de Jim Morrison, para no desentonar con la usual calidad del periodismo musical mexicano, de la misma manera en que más tarde les preguntaba a promotores que porque no traían a México a Primal Scream y recibía la también respuesta típica: No son grupos para este mercado. En los años posteriores al “ascenso” de Nick Cave a la programación del MTV, mucha gente en el medio musical nacional con cierta posibilidad de concretar la visita de este tipo de artistas, se concentraba en cambio en alabar y tartar de traer a Manu Chao (un artista en ese entonces en el filo de la novedad cultural), pero también de sostener con sus discursos y sus preferencias el mercado “internacional” que por igual nos recetaba a Chicago que a Miguel Mateos.
Para no meterme en un step-by-step analítico sobre la carrera de Nick Cave, enumeraré diez canciones, de las que pueden escuchar sus respectivos videos, para narrar su historia musical, concentrándome sobre todo en lo que justamente nos hemos perdido de su carrera y que no podremos recuperar con una visita tardía como la de este lunes 18 de febrero, a menos que se salga de su guión y libere ataduras —cosa que con el Nick Cave actual creo que es prácticamente imposible, es decir, un artista cuyo concierto podría ser igual de predecible y formulista en muchos sentidos como el más reciente concierto de Def Leppard en territorio nacional.
No pretendo hacerme el mega-críptico, reclamando sobre temas que quizás jamás tocó en vivo; la lista intenta estar basada más bien en composiciones que manifiestan el carácter innovador de la música de Nick Cave y que fueron digamos guías de propia carrera:
1. Knocking On Joe
Muchos piensan que Nick Cave es un artista de goth rock, pero sus temas se alejan mucho del barroco siniestro norte-europeo que supone ese estilo y van en busca de otra “oscuridad” en la épica sureña estadounidense. De ahí que en su segundo disco The First Born Is Dead el título precisamente refiere al gemelo muerto de Elvis y la “Presliada” que es Tupelo; la historia es la de la inundación el día que “El Rey” sí nació.
De ese disco, el tema del video es un canto de los presidiarios, un asesino de su mujer en su batalla diaria contra el poder del custodio; “knocking on” es la técnica de enconcharse, un poco parecida al encadenamiento con los cuerpos en los sit-in para evitar ser arrestados, pero dentro de la prisión es el caló de una forma de resistencia antigua en Gringolandia, para evitar ser trasladado y apaleado.
Es de todos conocido el tema “Mercy Seat”, en donde nuestro presidiario o alguien similar a él enfrenta la pena de muerte, tema que seguirá desarrollando Nick Cave en lo sucesivo.
2. Slowly Goes The Night
Precisamente de su siguiente disco, Tender Prey, en donde aparece “Mercy Seat”, se desprende este giro caveano que pronto será su base. Del blues destartalado y saturado de sus primeros discos, Nick Cave descubre en la balada un aliado a su pregón, y aunque en los días de este álbum aún se debatía entre la adicción y el renacer, “Slowly Goes The Night” va aclarando el panorama y delimita aún más la música de Nick, cosa que al final de “Tender Prey” deja claro con…
3. New Morning
http://youtu.be/TM6hmemhMi8
Muchas veces Cave ha dejado claro que él no es un Born Again Christian y que no refiere a la religión como un predicador, pero sus historias están salpicadas del evangelio. Este tema lo dice claramente y es un cierre esperanzador; curiosamente después de este album Nick finalmente se limpia y comienza su ascenso al cielo del mercado global.
Su siguiente album, The Good Son, abre con “Foina Cruz”, que es una canción evangélica que aparece cantada por unos religiosos en el malecón de São Paulo en la escena inicial de la película Pixote, de Héctor Babenco, a cuyo actor, que era un delincuente niño en la vida real, Nick dedica el álbum pues acababa de ser asesinado por los Escuadrones de la Muerte brasileños por esos días.
4. Sorrow’s Child
Digamos que la primera etapa de Nick Cave & The Bad Seeds se cierra con The Good Son, un disco predominantemente de baladas. Producido también por Flood, el sonido más orquestal resulta a la vez cálido y desolador. Varios temas son imponentes: “The Good Son”, “The Whipping Song”, “The Hammer Son”… A mí especialmente me parecen momentos cumbre el tema del video de arriba y “The Ship Song”…
5. The Ship Song
Para estas alturas The Bad Seeds han alcanzado la reputación de una banda capaz de tocar cualquier tipo de música que se proponga. Desde los huracanes de intensidad y ruido hasta los momentos más íntimos y calmos propios del crooner. Nick Cave con The Good Son no juega con su evolución, deja a un lado los gimmicks de maldito y se centra en el trabajo del piano y la voz mientras su banda (a la que en esta época pertenece el impresionante Barry Adamson, de Magazine, en el bajo, que inmediatamente después será sustituido por otra leyenda, Martyn Casey, de los australianos The Triffids) recubre las canciones como una congregación de gángsters amorosos que sacuden el tiempo y la historia y cuyas notas relucen como sus trajes, entre el pasado y presente de la música de salón.
6. Something’s Gotten Hold Of My Heart
Mientras escribo esto me entero justamente de que Barry Adamson se reintegra a The Bad Seeds para la presentación en México, y debo decir que de haberlo sabido antes hubiera hecho las maletas para el D.F., creo que nomás por eso valdría la pena estar allá. Este hombre es una leyenda del punk y post-punk inglés y, entre “Tender Prey” y “The Good Son”, grabó también en el disco de covers de Nick Cave, Kicking Against The Pricks, en donde se ejemplifica mejor que en ningún lado eso que dije: The Bad Seeds es el sueño de toda banda versátil, un extraño combo que puede ser todo lo innovador posible al mismo tiempo que su sonido conecta con la tradición, desempolva el pasado con el filo de la actualidad, el clásico de Gene Pitney no me deja mentir.
7. Loom Of The Land
http://youtu.be/pLBD-YNtmVo
Hacia comienzos de los noventa Cave y su compañía destinan esfuerzos para ampliar su alcance comercial, y Henry’s Dream es un disco que está dirigido a ello. Por un lado combina perfectamente esas canciones agresivas con recitaciones de personajes fuera de los márgenes y su nueva fórmula baladista. De aquí se desprende la gira que llevará a Nick al gusto mayoritario, cuando menos en el seno del recién creado mercado del rock alternativo, convirtiéndose en uno de los favoritos del programa de MTV 120 Minutos al lado de gente como Nirvana y Pearl Jam. Aunque Cave rechaza más tarde un premio de la versión inglesa de la cadena, no cabe duda de que se ha convertido desde entonces en una celebridad del rock independiente. “Loom Of The Land”, de ese disco, es un tema preciso, precioso y preciado; Nick Cave & The Bad Seeds son ya para ese momento parte de la economía musical contemporánea.
8. Stagger Lee
Esta canción sí la va a tocar, o cuando menos más le vale, ya que la ha vuelto a poner en su repertorio. Aparecida en Murder Ballads, un disco que supuso la continuación de lo hecho en Henry’s Dream, y pasando una etapa un poco embarazosa y repetitiva cuando con Let Love In quiso hacer un disco exclusivamente basado en el carácter maldito de antaño, abandonado para bien cuando el inicio de la etapa baladista, “Stagger Lee”, una más de la historias dedicadas a este personaje situado como uno de los mitos fundacionales del rock (véase Mistery Train, el libro de Greil Marcus sobre la relación entre la historia estadounidense y la música, en el que por cierto hay un capítulo considerado el análisis fundamental sobre Elvis llamado justo como escribí antes: “La Presliada”).
9. Cannibal’s Hymn
Creo que muchos estarán de acuerdo, pero de cierto momento para acá casi todos esperamos nomás por la siguiente balada perfecta de Nick Cave. En Boatman’s Call nos ofrece una tras otra canciones entrañables que acomodan perfectamente para un gustoso Nick Cave más normalizado y acondicionado que otra cosa. Quedan ya para los eternos adolescentes los días de delirio y droga, de pelos parados y actitud perdonavidas.
Confieso que yo le perdí interés y atención a Cave después de ese disco, hasta la aparición de ese doble proyecto, que son dos discos diferentes en uno, Abbatoir Blues/The Lyre Of Orpheus, que me pareció una declaración renovada de principios. Este disco me supone un volver a poner el dedo en la llaga, un disco del que no podría decirse maduro porque esa etapa ya había sido comprobada desde The Good Son, digamos simplemente un álbum con toda la autoridad de Nick Cave & The Bad Seeds… Este tema, por cierto, es posible que sí lo cante este lunes 18 de febrero en la Ciudad de México.
10. Deep In The Woods
http://youtu.be/RJvRk9LZI2Y
Cierro con un tema aterrorizante de La Fiesta de Cumpleaños, la banda original de Nick Cave a finales de los setenta; unos punks heroinómanos australianos que descienden al infierno del Berlín aún dividido y convocan a una sacudida sónica por una catarsis del tipo batailliano: cuerpos de piel desprendida, amor sucio en las calles… Ese amor que es
para los tontos y todos los tontos son amantes,
llueve en mi casa y no en la de otros,
el amor es para los tontos y Dios sabe que soy uno,
las calles llenas de niños perdidos del amor,
las calles arrepentidas porque tuvimos que matarlos… ®