El periodismo narrativo, dice Guerriero, es la convicción de que las historias deben ser narradas, que no da lo mismo contar la historia de cualquier manera. La forma de un texto, el uso del lenguaje, el ritmo, el clima son tan importantes como la historia que se va a contar.
“Desde el punto de vista del periodismo narrativo, escribir sobre un cineasta, una cantante de ópera o el grafitti callejero no requiere aptitudes distintas a las que requiere hacerlo sobre un asesino. La calidad y el empeño que ponemos a la hora de escribir sobre aquellos temas que podrían clasificarse como culturales deberían ser de la misma calidad y el mismo empeño que solemos poner para escribir sobre los ovnis, las FARC, Ciudad Juárez o los migrantes que nunca llegan a su tierra prometida”, así planteó Leila Guerriero el enfoque desde el que impartió un taller de periodismo narrativo en el Centro Nacional de las Artes, Ciudad de México, del 16 al 20 de abril de 2012, a un grupo de catorce seleccionados de diversas naciones de América Latina y de México.
Leila Guerriero (Junín, 1967) es autora de Los suicidas del fin del mundo. Crónica de un pueblo patagónico (2005), Frutos extraños (2009) y Los Malditos (2012), reside en Buenos Aires desde 1982 y es periodista desde 1991. Por su trabajo titulado “El rastro de los huesos”, sobre los desaparecidos en Argentina durante la dictadura militar, recibió el premio CEMEX- Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) en 2010. Nos habla sobre qué es y cómo debe hacerse el periodismo narrativo.
—¿De qué trata el taller que viniste a impartir?
—Se llama Periodismo Narrativo para la Información Cultural. La idea es pensar cómo se puede aplicar a temas culturales la forma de contar las cosas que propone el periodismo narrativo.
—¿Cuál es la diferencia del periodismo que es narrativo respecto al que no lo es?
—El periodismo narrativo es lo que se llama crónica. Si se pudiera definir de una manera sencilla creo que es como lo hace Juan Villoro, como lo opuesto de la noticia. Allí donde el periodismo de periódicos va y busca la coyuntura, lo que sucede, el periodismo narrativo va tres meses después de que ha pasado algo, investiga ese tema y sus facetas de muchas otras maneras. Básicamente es la convicción de que las historias deben ser narradas, que no da lo mismo contar la historia de cualquier manera. La forma de un texto, el uso del lenguaje, el ritmo, el clima son tan importantes como la historia que se va a contar.
—¿Cómo se evita que una historia se parezca o repita a muchas más que se han publicado (el político corrupto, la industria que contamina, el burro de droga…)? ¿O es válido hacerlo?
—Hay periodismo bien hecho y mal hecho. Y dentro del periodismo bien hecho siento que no hay temas, hay autores. El punto de vista que ejerce un muy buen periodista sobre una realidad determinada va a ser muy distinto al que ejerza otro muy buen periodista sobre esa misma realidad. El contar la misma historia de siempre es periodismo burdo. Los temas, el fondo, siempre pueden volver a visitarse y ser contados de una manera mejor, sin caer en el lugar común de la forma de contarlo.
—¿Hay riesgos por narrar en primera persona? ¿Tiene mayor o menor mérito periodístico?
—No hay mérito ni nada. El riesgo de contar en primera persona es que el periodista termine siendo más importante que la historia; pero escribir en primera no es ni mejor ni peor que escribir en tercera o segunda.
Allí donde el periodismo de periódicos va y busca la coyuntura, lo que sucede, el periodismo narrativo va tres meses después de que ha pasado algo, investiga ese tema y sus facetas de muchas otras maneras. Básicamente es la convicción de que las historias deben ser narradas, que no da lo mismo contar la historia de cualquier manera.
—¿Es un riesgo entonces que el periodista sea el protagonista mismo de la historia o que la sustituya, que su anécdota se vuelva lo preponderante?
—Eso es todo lo que no hay que hacer. El periodista siempre tiene que ser una persona que esté en segundo plano, que su historia no contamine lo que fue a contar. Siempre tiene que tener un lugar de opacidad voluntaria.
—¿Hay criterios o controles que el periodista debe mantener para ser creíble al editor y al lector, sobre la veracidad de la historia y los personajes? Lo pregunto porque me parece que el periodismo narrativo evita o elude hacer referencia a las fuentes.
—Es periodismo narrativo, no es literatura de ficción ni nada por el estilo. Debe citar la fuente. Si uno no cita está mal. El periodismo narrativo antes que nada es periodismo. No es periodismo bien escrito, nada más. Es una aberración creer que el periodismo narrativo es sólo periodismo bien escrito. Por supuesto que lo primero que tiene que hacer el periodista narrativo es ganarse una voz autorizada, que dice con mucha seguridad lo que dice. Pero todo eso que está dicho debe estar basado en testimonios, en fuentes documentales. Siempre se debe hacer.
—En cuanto al periodismo cultural, ¿hay algunos temas que creas que están siendo particularmente relevantes en América Latina?
—En general no. Me parece que al contrario, que en un mundo tan global el interés está más bien en la historia local que puede trascender. Lo local que tiene como una pizquita de universal, tanto en el periodismo cultural como en cualquiera otro.
—¿Surgen nuevas o distintas oportunidades para el periodismo narrativo en internet? ¿En mayor cantidad de lectores o más medios?
—Es difícil todavía saber. Pero sí, internet es un espacio interesante, que propone cierta alternativa a esta tiranía de que hay que cortarle veinte mil caracteres a un texto. Internet parece ser un espacio mucho más libre. Habrá que ver cómo se llevan los lectores con los textos más largos. Me parece que estamos en un estadio medio primitivo, todavía, en el desarrollo de lo digital, aunque parece que estamos muy avanzados. Yo siento que se va a avanzar muchísimo más y que hay un campo complicado de prever. Pero sí, me parece que si hay algo que tiene sentido en este momento en que todo tiene que ser rápido, es el periodismo narrativo, que ofrece una visión más analítica y compleja de la realidad. ®
david
Las mismas referencias, las mismas limitaciones. Es conveniente buscar el Texto del periodista mexicano Manuel Blanco quien en su apartado El periodismo en patas de la literatura, hace un aporte fundamental al estudio de este tema.
Juan
No coincido con lo que dice ‘Ro’ en el comentario anterior.
Creo que es una buena entrevista, propia de una revista digital y cultural como Replicante.
Sí es cierto que Leila realiza planteamientos muy interesantes; pero eso no quita que diga los mismo en todos los medios.
El uso de la primera persona, la veracidad de la historia y los personajes, la fuerza de lo local y el avance de lo digital no son cuestiones menores, y Leila hace foco en estas temáticas.
Ro
No me pareció nada interesante la entrevista. Creo que Guerriero podría decir cosas muchísimo más interesantes, de hecho las ha dicho en otros medios. Y sobre esas cuestiones se podría haber trabajado para preguntas un tanto más profundas que éstas.
Pienso que hay que aprovechar cuando tenemos entrevistados como Leila a nuestro alcance…