El sombrero de Manzo cubrió a los héroes patrios

La marcha de la Generación Z en Guadalajara

Miles de personas, jóvenes y adultos, marcharon ayer por las calles de Guadalajara, al igual que en muchas ciudades del país, para exigirle al gobierno de Claudia Sheinbaum seguridad, justicia, el fin de la corrupción y de la impunidad.

Guadalajara, marcha del 15 de noviembre de 2025. Fotografía de Juan Carlos Núñez Bustillos.

Miguel Hidalgo y José María Morelos portaron ayer el sombrero de Carlos Manzo. Las estatuas de los héroes patrios fueron coronados con el símbolo del alcalde de Uruapan asesinado, durante la marcha por la paz y la justicia que convocó a miles de tapatíos. A Ignacio Allende le tocó sombrero, pero sus pies resguardaban el casco azul del joven ciclista que subió hasta lo más alto del monumento con la bandera de la Generación Z.

A la oscura bandera de piedra que enarbola con seriedad el cura de Dolores se sumó la bandera negra con la calaca sombreruda. “Viva la libertad”, gritaba el joven de largas bermudas mientras ondeaba la enseña.

Guadalajara, marcha del 15 de noviembre de 2025. Fotografía de Juan Carlos Núñez Bustillos.

Pronto otro muchacho se acercó con una enseña nacional. La ondeaba desde el pedestal al grito de: “Viva México”. Después intentó trepar por el brazo del Siervo de la Nación para alcanzar a su desconocido compañero. La multitud estalló en júbilo cuando luego de tres intentos por fin lo logró y desplegó desde lo alto la bandera mexicana.

En ese momento los dos jóvenes, las dos banderas y los padres de la patria con sombrero se convirtieron en emblema de la protesta. Decenas de personas eligieron aquel trasfondo para tomarse la selfie o la foto, cada quien con sus respectivas pancartas.

Como los turistas que se retratan frente a la torre Eiffel en París, parejas, familias, manifestantes solitarios y grupos de amigos se alejaban por un momento del flujo continuo de la marcha para tomarse la foto.

Guadalajara, marcha del 15 de noviembre de 2025. Fotografía de Juan Carlos Núñez Bustillos.

Una señora de bastón y sombrero con el retrato de Manzo; otras dos con una pancarta: “¡Viva Carlos Manzo!”; tres más alzando una bandera mexicana y otra mujer mayor de atuendo blanco, moño negro en el sombrero y pose de playa.

Para entonces dos jóvenes ya acompañaban en el pedestal a los héroes. Uno alzaba su cartulina: “No hay vivienda, no hay medicina, no hay trabajo, ¿y qué tenemos a cambio?”

“Claudia, aquí están tus pinches bots”, gritaba desde lo más alto el de la bandera mexicana. Silbidos, algarabía y aplausos del contingente.

Guadalajara, marcha del 15 de noviembre de 2025. Fotografía de Juan Carlos Núñez Bustillos.

Un tercer muchacho logró escalar y desplegó una enorme manta con el logotipo de la Generación Z y la leyenda: “Fuera Sheinbaum”.

Eran las 12 del día con 41 minutos en el cruce de las avenidas México y López Mateos.

La sonrisa de Manzo

Antes, a las 10 de la mañana en la glorieta de los Niños Héroes, rebautizada como “de las Desaparecidas y los Desaparecidos”, había poca gente. Era el punto de reunión del que arrancaría la marcha. “Se me hace que vamos a ser unos cuantos viejitos”, se lamentaba un señor mientras explicaba que su sombrero de palma contaba con doble función: “Es el símbolo de Manzo y me tapa del sol”.

Casi dos horas después, a las 11:48, cuando la cabeza de la protesta pasaba frente al Centro Magno sonreía satisfecho: “¡No mames, somos un chingo!” El río de gente se perdía a la distancia.

Un par de mantas con el retrato del “alcalde del sombrero”, una enorme bandera de México y un grupo de madres de desaparecidos encabezaba la marcha. No hubo insignias de partidos políticos, ni encapuchados, ni violencia. Los comercios no cerraron sus puertas.

Guadalajara, marcha del 15 de noviembre de 2025. Fotografía de Juan Carlos Núñez Bustillos.

Un hombre mayor portaba la bandera negra; más atrás un joven marchaba con la de México.

No fue una manifestación de jóvenes, tampoco de viejos. Caminaban juntos. Muchos de ellos con sus familias, algunos solos o en pequeños grupos.

En esta ocasión buena parte de los muchachos cambiaron sus típicas cachuchas por el sombrero. Miles de sombreros. Cientos de ellos con una estampita de un sonriente Manzo y la leyenda “Nunca te olvidaremos”, que regalaba un señor.

Guadalajara, marcha del 15 de noviembre de 2025. Fotografía de Juan Carlos Núñez Bustillos.

En los atuendos predominaba el color blanco. Blusas y guayaberas. Una que otra con bordados michoacanos. Mucha mezclilla. El pañuelo morado de la lucha feminista enredado en una muñeca, camisetas con el emblema de la generación X, un desbalagado disfrazado de militar y otro que se cubría el rostro con máscara de Felipe Calderón.

Ensarapado en un jorongo negro con rostro amarillo de Frida Kahlo bordado que le llegaba hasta las rodillas, un ciclista alzaba un cartón negro con las dos banderas. Una muchacha se tapaba el sol con una sombrilla adornada con la insignia de su generación. Algunos desempolvaron atuendos deportivos con símbolos patrios.

El saludo desde la Minerva

Entre los manifestantes prevalecía la clase media, pero había también diversidad y algunos extremos. De una camisa Polo a un modesto y raído pantalón. Uniforme médico, overol de fábrica. Cuatro trabajadores de los que reparan la emblemática fuente Minerva miraban el avance de la manifestación. Ahora les tocó a ellos presenciar el desfile desde la altura, no desde la tarima de honor sino del andamio. No de traje, sino de chaleco naranja fosforescente. Uno de casco blanco aplaudía y saludaba, el que llevaba un amplio sombrero negro golpeaba sus herramientas de fierro para sumarse a la algarabía. Eran las 12:09 del día.

Guadalajara, marcha del 15 de noviembre de 2025. Fotografía de Juan Carlos Núñez Bustillos.

En las consignas y mantas el eje fue la exigencia de paz y el fin a la violencia, el “Viva México” y los “vivas” a Manzo. Las específicas iban desde críticas al “narcogobierno”, el “fuera Morena” y los “saludos a Claudia”, hasta la exigencia de medicinas, educación y trabajo. También expresiones de dolor por los desaparecidos. “Yo debería estar jugando con mi abuelito y no buscándolo”, decía la pancarta de una adolescente. “Viva Cristo Rey”, soltó un solitario viejito.

Tampoco faltaron las clásicas, adaptadas: “El pueblo unido, jamás será vencido”, “El que no brinque es Claudia” y “No somos uno, no somos diez, pinche gobierno, cuéntanos bien”.

Una muchacha de cabello rojizo, cara pintada de blanco y labios negros alzaba un cartoncillo para expresar su hartazgo por igual a la izquierda que a la derecha. Este mensaje, con sus variantes, aparecía en varios letreros. En la cartulina rosa de otra joven se leía: “Míreme bien señora presidenta, no soy un bot”.

Los coros se sucedían: “Carlos no murió, el gobierno lo mató”, “El bienestar no nos va a callar”, “Jalisco escucha, ésta es tu lucha”, “A ti que estás mirando, también te están chingando”, “Narcopresidenta”.

Guadalajara, marcha del 15 de noviembre de 2025. Fotografía de Juan Carlos Núñez Bustillos.

Las expresiones más duras y políticamente incorrectas provenían de jóvenes mujeres.

Los Oxxo situados en el trayecto de la marcha tuvieron su “Buen fin”. Decenas de personas los abarrotaban para saciar la sed o el antojo. Largas colas se formaron en sus puertas.

Los pitidos, la banda y Molotov

No todos caminaban, algunos avanzaban sobre ruedas. Bebés y niños pequeños en carriolas. Personas mayores y enfermos, en sillas de ruedas. En una de ellas una abuela explicaba: “Yo vengo por mis nietos”.

La presencia de agentes viales fue mínima. En varias ocasiones los manifestantes se detenían en las bocacalles para permitir el paso de los automóviles.

Hubo también claxonazos, pero a diferencia de otras marchas en que los pitidos expresan el enojo de los automovilistas por la interrupción del tránsito, en este caso la mayoría fueron de apoyo. El “pi–pi–pipipí” se replicaba en los cruces de las calles. Los caminantes respondían con gritos y saludos. El mayor aplauso se lo llevó el conductor de un minibús que con su sonora bocina se sumó a la protesta.

Muchos de los conductores que avanzaban por los pasos a desnivel de López Mateos y veían en lo alto de los puentes banderas, pancartas y sombreros, respondían a los saludos con el pitido típico de los festejos.

Guadalajara, marcha del 15 de noviembre de 2025. Fotografía de Juan Carlos Núñez Bustillos.

Una banda de música completa, incluida tambora, trombón y clarinetes interpretaba piezas que ponían a bailar a manifestantes y transeúntes. Una señora de sanos pulmones hacía sonar una trompeta futbolera, un jovencillo le daba duro a un tambor y otro, a una matraca. Más allá sonaba y sonaba un silbato.

Pero la manifestación estuvo marcada por dos piezas musicales que sonaban y se entremezclaban por aquí y por allá. “Ilusión 98” y “Gimme Tha Power”. Salían de bocinas portátiles y celulares. De las voces animadas de jóvenes o de los músicos de la banda.

La primera se ha convertido en un himno del movimiento del sombrero. Es un alegre son michoacano que el alcalde de Uruapan bailó al celebrar su primer informe de gobierno. La banda Perla de Michoacán anunció que renombrará su popular pieza como “El son de Carlos Manzo”.

La otra es la canción del grupo Molotov que salió en 1997 y que recientemente tomó nuevos aires luego de que José Ramón López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, menospreciara a la agrupación por criticar al gobierno. El bajista Paco Ayala le respondió: “Ya vi que nos escribió el panzón millonario! Jaja, de mega fan a chairo idiota”.

A la 13:12 horas las dos piezas que se venían escuchado a lo largo de la marcha sonaron con más fuerza frente a Casa Jalisco. La banda interpretaba “El himno de Carlos Manzo” mientras un grupo de entusiastas muchachos brincoteaba mientras cantaba a gritos: “Dame dame dame todo el power para que te demos en la madre”.

Guadalajara, marcha del 15 de noviembre de 2025. Fotografía de Juan Carlos Núñez Bustillos.

Una de las jóvenes cantantes, envuelta en una bandera de México, levantaba su pancarta: “No somos de izquierda ni de derecha… Somos la Generación que se cansó de agachar la cabeza”.

A esa hora llegaban los últimos manifestantes escoltados por cuatro carritos de tejuino, dos de rusas y un vendedor de lagartijas de hule espuma. ®

Compartir:

Publicado en: Apuntes y crónicas

Apóyanos:

Aquí puedes Replicar

¿Quieres contribuir a la discusión o a la reflexión? Publicaremos tu comentario si éste no es ofensivo o irrelevante. Replicante cree en la libertad y está contra la censura, pero no tiene la obligación de publicar expresiones de los lectores que resulten contrarias a la inteligencia y la sensibilidad. Si estás de acuerdo con esto, adelante.