En Expediente psicológico Valerio amalgama poesía y psicología, en una conexión sumamente profunda, debido al torzal de su pluma que se adentra en la complejidad de la mente humana y la experiencia emocional.
No creo, como escribió Eleanor Catton —autora de El Ensayo General (2013)—, que la psicología deba consistir en librarnos del misterio, convirtiendo las supersticiones y los miedos en “cosas” comprensibles. Estoy convencido, así como Fiama Valerio (Estelí, Nicaragua, 1993), de que la psicología debe tratar lo desconocido, así como la poesía, el quehacer artístico, que tiene sus raíces en la magia, en el ritual, el sacrificio intelectual, en lo que verdaderamente exige cierto grado de sigilo.
Fiama Valerio amalgama poesía y psicología, en una conexión sumamente profunda, debido al torzal de su pluma que se adentra en la complejidad de la mente humana y la experiencia emocional, exponiendo de una manera catártica la condición del hombre y su sombra.
En su libro Expediente psicológico (Ediciones Valerio, primera edición, 2023) Fiama convierte al poema en un puente entre el bardo y el terapeuta; es ahí donde podemos identificarnos con las emociones, “patologías” y experiencias registradas en los versos. Ese Expediente psicológico nos hace partícipe de una identificación emocional, nos conecta con la “afección” o, más bien, nos espejea con el “trastorno” y con otros aliados en la lucha por la salud mental, creando un sentido de comunidad y comprensión mutua.
Fiama Valerio es médica en formación por la Universidad Americana (UAM). Licenciada en Psicología —graduada cum laude por la Universidad Católica Redemptoris Mater (Unica). Ha obtenido múltiples certificaciones en Estados Unidos y Canadá, entre ellas una sobre nutrición. Practicó el fútbol de alto rendimiento a escala nacional y atleta de medio fondo y maratón. Algunos de sus poemas han sido publicados en el octavo número de la revista literaria ERGO y la revista peruana Kametsa. Expediente psicológico es su primer libro de poesía, en el que hace una simbiosis de la bucólica con la ciencia, abordando las patologías mentales.
—¿La poesía siempre es lo lejano?
—Más bien, diría que es lo inmediato, lo escondido, lo recóndito. No siempre es visual lo poetizable. Claramente la distancia nos vincula a la nostalgia, por esos espacios entre los seres.
Me interesaba contribuir a la comprensión de las enfermedades mentales, y por otro escribir poesía de una forma diferente. Qué mejor manera que hacer una simbiosis de la ciencia (psicología) con la poesía o, como le digo yo, poesía psicológica.
—La poesía, considerada como un vehículo del pensamiento, es especialmente impresionante debido, en parte a que obedece todas las leyes de intervención eficaz, y en parte porque al hacerlo se imita a la naturaleza mediante expresiones de emoción. ¿En esto se le parece a la psicología?
—La ciencia literaria, para mí, es la crítica. La poesía no tiene nada de ciencia, quizás algo de teoría. La psicología es el estudio del comportamiento humano, de la psique y la poesía es la expresión de ese mundo interior.
—Jung solía decir, que sin duda la psicología —como ciencia de los procesos anímicos— puede ponerse en relación con la ciencia literaria. ¿Cómo es que decidiste amalgamar estas dos disciplinas en el libro Expediente psicológico (Ediciones Valerio, 2023), un compendio sobre lo que podríamos llamar “la mente flotante”?
—La obra es el vehículo en el que trasladé un oficio junto a la profesión. Por una parte, me interesaba contribuir a la comprensión de las enfermedades mentales, y por otro escribir poesía de una forma diferente. Qué mejor manera que hacer una simbiosis de la ciencia (psicología) con la poesía o, como le digo yo, poesía psicológica.
—El filólogo y editor Ritomar Guillén (Juigalpa, 1985) escribe en la introducción preliminar de Expediente psicológico que dentro de la historiografía literaria de Nicaragua no existía un poemario que abordara las patologías mentales–cerebrales como tema neurálgico o único. Quizá se podría tomar como referencia la antología realizada por Ernesto Cardenal de la poesía de Alfonso Cortés, “porque hay un esfuerzo parejo, pero no idéntico, de implicación de la rareza”. ¿A qué crees que se deba esto?
—Recibo este prólogo como un piropo. Según me comentó el editor, la gente con profesión es escasa en la literatura del país, y algunos psicólogos muchos menos. Pueden escribir sobre trastornos mentales, pero llevar su mundo, su profesión a la literatura es complicado, porque es traducir la teoría en sentimiento.
—Cómo ha sido tu experiencia como médico en formación (UAM) y como psicóloga cum laude por la Universidad Católica Redemptoris Mater. Muchas personas piensan que ir al psiquiatra es sólo para desequilibrados que han tocado fondo. ¿Existen los médicos, psicólogos, psicoterapeutas y psiquiatras humanistas que en verdad ayuden a las personas a que descubran sus fortalezas y alcancen la realidad plena?
—Como médico y psicóloga me ha dado la pauta de percibir al ser humano como un ser único, integral, un todo, no como profesional que evalúa solamente la psique o cierta parte del cuerpo. Al contrario, el haber estudiado en conjunto estas ciencias me ha dado la pauta de verificar que el dolor humano esta relacionado con el desequilibrio de tu ser holístico.
—Creo que todos deberíamos despojarnos de los estigmas y asistir al psiquiatra, psicólogo de manera rutinaria hasta hacerlo un hábito, no esperar tocar fondo.
—Por supuesto, creo firmemente que un trabajo en conjunto tanto de profesional de la salud junto con el apoyo del paciente puede lograr alcanzar una realidad plena.
Este libro te permite colocarte en los zapatos de las personas que sufren trastornos metales. Además confirma que cada ser humano es un mundo. Te permite llevar al lector por su mente, con una retrospectiva.
Citando de nueva cuenta a Ritomar: ¿la mente, o lo que le afecta, siempre es una intriga, un asunto que renueva el interés, no sólo intelectual o científico? La humanidad, como en una búsqueda del santo grial, ha perseguido el secreto del funcionamiento del cerebro…
—¿Qué representa para Fiama el libro Escatología (2005) de Iván Uriarte (Jinotega, 1942)?
—Es una obra que no he tenido el honor de leer. No conozco al escritor pero constituye un objetivo legítimo para leer.
—¿Cómo logras alejarte del médico para escribir un expediente psicológico desde la voz más auténtica de la poeta?
—Quizás escindirse no sea del todo complicado para otros, pero, para mí, que me siento un ser indisoluble, me es imposible. Yo no veo al ser humano en parte, sino como me entiendo a mí: uno en varios. Somos seres integrales y debemos ser valorados de esa manera.
—¿Puede este libro de poemas tratar de darle sentido a la sintomatología del lector–paciente?
—Creo que, más que darle sentido a la sintomatología, este libro te permite colocarte en los zapatos de las personas que sufren trastornos metales. Además confirma que cada ser humano es un mundo. Te permite llevar al lector por su mente, con una retrospectiva. Si padece de ganas de leer, mi obra le da una razón.
—¿No existe lector sano?
—Necesitaríamos, más bien, lectores enfermos por el gusano de la intriga, por las ganas de leer, de imponerse retos. Un lector sano suena a algo conservador.
—Quiero rescatar un párrafo del prólogo que redactó el psicólogo Johnny Hogdson: “históricamente la sociedad suele generar estigmas en las personas con un trastorno, y las etiquetan de peligrosas, de débiles e inútiles; esto genera actitudes y actos discriminatorios o de rechazo no solamente hacia ellas, sino a quienes las rodean, principalmente su familia”. ¿Cuál es tu mensaje para estas personas estigmatizadas sólo por tener un trastorno mental que, en definitiva, es como cualquier otra enfermedad?
—No dar paso a la etiqueta. No eres la enfermedad, tienes el trastorno. No aislarse, buscar grupos de apoyo y sobre todo tratamiento.
No eres responsable de la falta de compresión e información de los que te juzgan.
—Háblame de la exégesis creativa del poema “Canibalismo”: “Incrusté mi cuchillo como larva / en la crema de sus sesos. / De su boca surgió un barullo de sílabos / y cayó sobre su espalda como tela húmeda”.
—Éste es un poema crudo al momento de leerlo, pero no alejado de la realidad en la que un depredador prepara a su presa para ser devorado y deleitado exquisitamente.
Es canibalismo de tipo patológico en que la persona realiza este acto de manera voluntaria, presentando no sólo canibalismo sino otros trastornos mentales como de personalidad. Situación que suceden en las personas que sufren esta patología.
Actualmente hay muchos profesionales de la salud que están utilizando sus conocimiento científicos con técnicas orientales y han obtenido mejores resultados que los tratamientos convencionales.
—“Se fue tornando blanco como el cuarzo / hasta transformarse en Hamlet”, escribes en el remate del poema “Bipolar”. La evolución del desorden bipolar en 2023 se acompañó en México de altas tasas de desempleo, problemas de vivienda y suicidio. ¿Qué estrategia propondrías, desde la psicología, para introducir reformas desde la salud en empleos y academias para personas afectadas por trastornos mentales?
—En el trabajo es importante concientizar a los empleados y empleadores sobre trastorno bipolar por medio de charlas, conferencias y talleres, ya que muchas personas no conocen sobre esta enfermedad y se tiende a juzgar.
En el caso de los colegios, capacitar a los maestros sobre esta patología. También, tener en planilla en colegios y trabajos un personal de salud mental para cualquier emergencia.
—¿Hay manera de unir la psiquiatría con la meditación, la medicina alternativa y los enteógenos?
—Claro que sí, siempre con la supervisión adecuada. Actualmente hay muchos profesionales de la salud que están utilizando sus conocimiento científicos con técnicas orientales y han obtenido mejores resultados que los tratamientos convencionales. De hecho, algunas de esas técnicas las he recomendado a pacientes y he obtenido resultados positivo.
Con respecto a los enteógenos, he leído estudios desde diversas disciplinas como la psicología, la psiquiatría y la farmacología, en las que el uso de enteógenos en conjunto es una alternativa terapéutica para la dependencia a sustancias. Sin embargo, no lo he aplicado con mis pacientes. No tengo certeza.
—¿Crees en la sincronicidad o, más bien, en el delirio?
—Creo en el delirio como un síntoma causado por diversos factores como alucinógenos o algunas patologías mentales. ®