El cineasta tapatío Guillermo del Toro tiene fans, indudablemente. No solamente entre la gente común, también entre periodistas que se desviven por un autógrafo. ¿Asistimos al surgimiento de un nuevo culto?
El día de Guillermo del Toro en Guadalajara fue el pasado lunes 9 de marzo. Pareciera que sus palabras de que una hecatombe nos va llevar a todos “a la chingada” se pueden cumplir, pues el clima habitualmente cálido de esta ciudad se volvió a frío y lluvioso poco después de pararse frente a sus fanáticos —incluidos muchos periodistas que clamaban por un autógrafo del cineasta; uno que pedía estrechar su mano—. Esto en la conferencia de prensa, en el marco del Festival Internacional de Cine, donde se le recordó el secuestro de su padre, lo cual impactó su vida como para no querer regresar a vivir a México.
A las cuatro de la tarde, en la Sala Isela Vega, Guillermo del Toro conversó con el crítico de cine Leonardo García Tsao, pero el desorden —otra señal de la Hecatombe, tal vez— se hizo presente pues mientras adentro había unas 150 personas, afuera un grupo más numeroso de jóvenes querían estar cerca del cineasta. Las pantallas afuera de la sala no eran una opción para aquellos que deseaban preguntarle —rara vez cuestionarlo— si le interesaba ver sus animaciones o nada más agradecerle la visita.
La molestia de muchos de los asistentes que lograron entrar y de otros muchos que se quedaron afuera terminó en que el mismo Guillermo del Toro propusiera una función más con él a las 7:30 de la noche. De las 8 a las 10 el cinesta tapatío contestó cualquier cantidad de preguntas de un público devoto.
«De la hecatombe no nos vamos a salvar nadie, el pedo del apocalipsis es que no queda nadie y México está a punto de vivir un apocalipsis social. Lo creo firmemente y el que los medios no lo repliquen abiertamente no quiere decir que no ocurra, y eso es lo trágico”.
No faltó el tema político: “Me gustó mucho cuando Alfonso publicó su famoso desplegado de Las diez preguntas [al Presidente Enrique Peña Nieto]. Y somos amateurs, no somos políticos profesionales, a lo mejor decimos muchas pendejadas, pero somos ciudadanos; los políticos tienen derecho de decir pendejadas, nosotros también”.
El animador yucateco Daniel Irabién comenta el entusiasmo por Del Toro: “En este país si no te crucifican te endiosan”. La presentación parecía más un ritual de una secta religiosa.
Al final sacaron a Del Toro como pudieron del auditorio y hasta cerca de las 10:30 continuaba firmando libros y películas.
¿Dónde está el cine de terror mexicano en Guadalajara?
“Se puede hacer una película de horror sobre México profundamente potente, porque vivimos en un mundo actualmente alucinante”, dijo Guillermo del Toro. Habrá que recordarle que hay un filme que cuenta las tradiciones y leyendas “más despiadadas, brutales y bizarras de México”: México bárbaro (2014), de ocho cineastas mexicanos, entre ellos Ulises Guzmán Reyes y Michel Grau, directores de Alucardos. Retrato de un vampiro y Somos lo que hay, respectivamente; dos filmes de terror que le gustaron al director de Titanes del Pacífico. Antes de México bárbaro, en el 2013 se exhibió el cortometraje Sajkil! en el Festival Mórbido Mérida, que convocó a quince jóvenes cineastas de esa ciudad para realizar quince cineminutos de terror para armar un cortometraje.
Al compartir en el muro de Facebook del cineasta Ulises Guzmán el audio donde Guillermo del Toro aplaude su documental sobre la película de culto Alucarda, de Juan López Moctezuma, dijo que en 2011 no fue aceptado para competir en Guadalajara: “Guillermo del Toro en el FICG […] menciona a Alucardos Retrato Película como un ejemplo del tipo de cine fantástico que debe de hacerse en México… Menciona también la peli de otro director de México Bárbaro Film del cual soy fan: Somos lo que hay, de Jorge Michel Grau… De mi parte un honor que un trabajo mío sea citado por un genio de la cinematografía contemporánea, además precisamente en un festival que no la aceptó en selección… Del Toro dijo que le gustaría ver una película de terror que trate el contexto de terror que vive nuestro país: que alguien le enseñe MÉXICO BÁRBARO ya!!! Qué lástima que no la proyecten en el FICG”.
Gerardo Salcedo Romero, programador del FICG, dijo que esa misma película —que tanto le gustó a Del Toro— “se inscribió y que no quedó en la selección final…”.
¿Podría ser Hecatombe la siguiente película de Guillermo del Toro? “De la hecatombe no nos vamos a salvar nadie (sic) y eso me encantaría que lo entendiera la clase política, que lo entendieran los que se dedican al narco de lleno […] De la hecatombe no nos vamos a salvar nadie, el pedo del apocalipsis es que no queda nadie y México está a punto de vivir un apocalipsis social. Lo creo firmemente y el que los medios no lo repliquen abiertamente no quiere decir que no ocurra, y eso es lo trágico”.
O Del Toro nos toma el pelo cuando afirma que tiene más películas de comedia en su casa que de otros géneros y viene, causalmente, apoyando una película cómica en competencia, dirigida por el tapatío Celso García, producida por su amiga Bertha Navarro y Alejandro Springall, actuada por Damián Alcazar —el ajonjolí de todos los directores— y Joaquín Cosío —el exCochiloco—. Esto, más que a terror o comedia, huele a tragicomedia mexicana. ®