Morir para volver a nacer. Converger. Mutar. La metamorfosis ha comenzado. Los interrogantes se miden con el vértigo del click, que supera la locura del rating minuto a minuto. Las redes sociales, la evolución de la web 2.0, la interacción y la construcción de una especie de ciudadanía virtual hacen temblar a los gigantes mediáticos que se consolidaron como el cuarto poder durante más de cien años.
“¡Los diarios! ¡Los diarios inventan la mitad de lo que dicen! ¡Y si a eso le sumamos que los diarios no dicen la mitad de lo que pasa, resulta que los diarios no existen!”Libertad, exaltada, le responde a Mafalda sobre su preocupación por la agenda mediática. Y abandona el cuadro. El fino humor gráfico de Quino se adelantó cuatro décadas. Y es retomado por el comunicador José Luis Orihuela en Quito, en el marco del encuentro “Escenario y cultura de la web social + 10 pistas para medios que quieran cambiar”. En momentos de transición es necesario seguir los indicios, analizar las conductas y profundizar las grietas que aparecen a diario. ¿Cómo se reinventarán los medios masivos en el siglo XXI?
Morir para volver a nacer. Converger. Mutar. La metamorfosis ha comenzado. Los interrogantes se miden con el vértigo del click, que supera la locura del rating minuto a minuto. Las redes sociales, la evolución de la web 2.0, la interacción y la construcción de una especie de ciudadanía virtual hacen temblar a los gigantes mediáticos que se consolidaron como el cuarto poder durante más de cien años.
Los nativos digitales, los niños que se jubilarán en 2065 y habitan un mundo de ideas fragmentadas recodifican los espacios. La Generación Y impone pautas antes de incorporarse al mercado, a la política, a la educación. Su genética es digital. El consumo de medios es radicalmente diferente a la cultura del siglo pasado: escuchan y ven canciones en YouTube, la historia se mide en Wikipedia —ya no hay manuales con la hegemónica versión oficial ni quema indiscriminada de libros—, el CD y el DVD son elementos antiquísimos, la plaza pública se llama Facebook. El medio es el mensaje.
Sin lógica analógica
¿Qué mejor que preguntarles a ellos? Poco tiempo atrás lancé una encuesta vía Facebook a un grupo de estudiantes del secundario de no más de quince años que cursaban la asignatura Tecnología de la Información y la Comunicación. La pregunta: ¿Cómo te imaginás que serán los medios? La imaginación voló y los pibes se transformaron en pequeños grandes teóricos.
Débora: Imagino a los medios conectados o interconectados, lo que se denomina convergencia. Ej: Celular, contiene teléfono, Internet, cámara…
Poco tiempo atrás lancé una encuesta vía Facebook a un grupo de estudiantes del secundario de no más de quince años que cursaban la asignatura Tecnología de la Información y la Comunicación. La pregunta: ¿Cómo te imaginás que serán los medios? La imaginación voló y los pibes se transformaron en pequeños grandes teóricos.
Soffi: Los imagino cada vez más tecnológicos, por ejemplo un aparato chiquito que se pueda llevar en el bolsillo y que tenga todos los medios de comunicación, imagino noticieros con periodistas vestidos de… otra manera y sin micrófonos, diarios que no sean de papel sino de algo que se destruya solo y no deje basura.
Valen: Imagino a los medios cada vez más pequeños y que todo esté concentrado en un solo aparato (como está pasando ahora, pero más avanzado), en donde puedas ver la tele e informarte, mientras estas viajando en colectivo, en un taxi…
Nicolás: Imagino que habrá más radios, pero cada vez menos gente las va a escuchar, se van a reducir a los autos, ya que un conductor no puede manejar y ver una película (por ahora). Los televisores van a ser cada vez más grandes hasta llegar a ser del tamaño de las paredes, habrá televisión digital, con posibilidades de ver canales de todo el mundo, y elegir qué ver. Internet tomará fuerza en los celulares, con las redes sociales se dirá todo lo que se hace y piensa en cualquier lugar y en cualquier momento del día. Los diarios pasarán poco a poco a Internet y vivirán de las publicidades de la página, serán una de las únicas fuentes de información confiable… eso creo que va a pasar.
Flori: Me los imagino muy avanzados, pero también un poco inaccesibles para la sociedad.
Espontáneos, frescos, ácidos. Todos los chicos comenzaron su definición con la palabra “imagino”. Claro, a los quince años la imaginación sobra. El acento lo pusieron en varios ejes: conectividad en todo momento, conversación, portabilidad, inmediatez, informalidad, poder de elección por parte del usuario, convergencia, usabilidad, ubicuidad. Lo que a teóricos de las ciencias de la comunicación les ha demandado horas y horas de investigación los adolescentes lo resolvieron con un par de palabras claves. Ellos son parte de la comunicación que ya llegó. Imaginación: la dosis que falta en varios medios que avanzan temerosos y miden sus acciones con lógica analógica.
El medio sos vos
El padre de Mafalda mira concentrado un noticiero en la tele… “Informa que, ante los acontecimientos que son de dominio público…” Mafalda se acerca y cambia de canal abruptamente. El padre protesta. Mafalda hace caso, vuelve a sintonizar el noticiero y dispara irónica: “Y bueno, si vos creés que es el público el que domina los acontecimientos…” Y se marcha. Desconcierto. Público, acontecimiento, dominio. Las palabras adquieren un valor sustancial, varios años después.
El comunicador José Luis Orihuela describió este presente en la conferencia realizada en Quito: “Lo que está ocurriendo es que una serie de tecnologías muy transparentes para usuarios no especializados que no tienen formación ni en programación, diseño gráfico o comunicación, le está permitiendo convertirse en medios. Eso lo cambia todo. Aunque no sepamos cuál será el futuro de la comunicación, lo que sí sabemos es que no hay vuelta atrás en una situación donde el discurso público estaba administrado exclusivamente por los medios de comunicación tradicionales. El escenario de la comunicación pública estará ahora, para siempre, compartido”. En este escenario conviven los medios tradicionales, los nuevos medios y la voz de la gente corriente.
Agendas paralelas
Más allá de la ciudadanía digital, los popes políticos y las estrellas del espectáculo le están robando protagonismo a los nerds tecnológicos de las redes sociales. Resulta extraño leer en papel las peleas de celebridades en Twitter. Los diarios, imposibilitados de realizar enlaces, sólo vuelcan a la tinta lo que quedó de una fricción tuitera en tiempo presente. En Argentina quedará en la historia uno de los primeros duelos políticos en la red del pajarito. Fue en mayo del 2010. Los medios tradicionales se hicieron eco de la pelea vía Twitter entre el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, donde intercambiaron críticas por el caso del supuesto espionaje que derivó en el procesamiento de Mauricio Macri. Más allá del contenido del debate digital vale destacar que las agendas paralelas —que nacen y viven en las plataformas digitales, luego se reproducen viralmente— le están ganando protagonismo a las agendas de los medios.
Más allá de la ciudadanía digital, los popes políticos y las estrellas del espectáculo le están robando protagonismo a los nerds tecnológicos de las redes sociales. Resulta extraño leer en papel las peleas de celebridades en Twitter. Los diarios, imposibilitados de realizar enlaces, sólo vuelcan a la tinta lo que quedó de una fricción tuitera en tiempo presente.
En un universo donde somos casi 7 mil millones de personas, más de 2 mil millones de habitantes poseen conexión a Internet, según datos del Miniwatts Marketing Group. Lo sorprendente es el crecimiento a nivel global: 480% en sólo una década. Aunque en Latinoamérica el porcentaje de crecimiento es altamente superior, desde principio de siglo hasta la fecha hemos crecido 1.037.4% con 215,939,400 conectados a la red. Pensemos que la red se traslada a nuestras manos. En 2010 las estadísticas indicaban que había en el mundo 5,000 millones de líneas de teléfonos celulares, tres veces más que la cantidad de números fijos. En Argentina la cantidad de celulares superó a la de sus habitantes. Totalizan 53.6 millones, lo que significa 1.34 aparatos por persona. Si se proyecta que cada uno es una potencial pantalla donde convivirán Internet y TV digital, la revolución de los contenidos estará en las manos de los usuarios. La red en el bolsillo.
El papel retoma la luz de las palabras digitales y las convierte en tinta. En instantes de transición, la tradición reacciona como puede. La TV se potencia como un medio autorreferencial, donde sólo viven los famosos de turno y las miserias cotidianas de exacerbar cada quince religiosos segundos un golpe bajo. La radio se acopla a red y se derrumban barreras. El público se transforma en prosumidor, una combinación entre consumidor y productor de contenidos. “La generación y publicación de contenidos en medios sociales realizada por ciudadanos no es un ejercicio de periodismo. Del mismo modo que el uso de una máquina de escribir no convierte a los ciudadanos en novelistas, el uso de plataformas de publicación en red no les convierte en periodistas”, aclara Orihuela en el Diari de Terrassa.
Los usuarios seleccionan la información. La comentan y la reproducen por la redes. La publicidad aún no inclinó la balanza. Mientras, la “cultura del mix” crece. “Nos gusta agregar y mezclar contenidos ajenos. Los bloggers somos como DJs de la información”, sostiene Orihuela. Habitualmente se los critica por no construir información propia o realizar coberturas de prensa sino que se limitan a comentar o enlazar información producida por otro. El comunicador responde: “Es tan absurdo como criticar a un DJ por no componer música”. No obstante, el docente de la Universidad de Navarra va por más. Provoca y cuestiona: ¿Por qué los medios no se animan a enlazar a la competencia?
Es habitual que los medios tradicionales promuevan el compartir sus datos en las redes sociales. Aunque lo que no hacen es realizar un seguimiento de sus contenidos en las redes y las ideas que se puedan generar. A esto, Orihuela lo define como “bijutería social”. La carencia de un nexo entre el medio y el usuario posterga a los medios a esquemas de comunicación arcaicos. El lugar donde se generan millones de conversaciones es la red. ®