I. Periodismo y redes sociales
Escribió el periodista cultural y editor Braulio Peralta: “Hasta hace poco creía que el periodismo cultural estaba muerto. […] Tenía la idea de que todo emergía de la prensa escrita porque sigo pensando que ni la tele ni la radio comercial cubren segmentos culturales” (en “Cultura y Facebook”, Laberinto, suplemento del diario Milenio, 12-VI-2010). Lo más probable es que mi amigo Braulio se haya limitado a la prensa escrita metropolitana y quizá por eso desconoce la gran cantidad de revistas culturales que existen en el país —los suplementos no lo son todo. En esas revistas –universitarias, institucionales o independientes— colaboran periodistas culturales que hacen un decoroso trabajo, de Tijuana a Mérida y de Ciudad Victoria a Acapulco, como podrá comprobarlo si se da el tiempo para ello. (Hace dos años, también en Laberinto, le advertí a Humberto Musacchio de las numerosas omisiones de su fallida Historia del periodismo cultural mexicano, en la que, entre otros graves desatinos señalados por Raquel Tibol y Emmanuel Carballo, le faltó consignar una pila de publicaciones, algunas ya desaparecidas, otras vivitas y coleando, sin contar las que ya se multiplican en la red.)
Peralta denuncia que “una burocracia toma las páginas culturales para difundir boletines y promover a los artistas e intelectuales de siempre”, sin decir cuál burocracia ni a cuáles artistas e intelectuales se refiere, por lo que su queja se desvanece en el aire. Sigue el editor de Planeta: “En el caso de las revistas, las presiden grupos con cercanías intelectuales o políticas poco interesados en divulgar otra noción cultural que no sea la suya —y las que son ‘alternativas’ o contraculturales son contestatarias porque no les queda de otra: nadie les hace caso”. El desdeñoso Braulio no las menciona por su nombre, pero supongo que esas revistas con claras “cercanías intelectuales o políticas” son Letras Libres y Nexos, las cuales, efectivamente, tienen un espectro de intereses muy bien delimitado. En cuanto a las “alternativas o contraculturales” —sólo él sabe en cuáles piensa— habrá que ver si en verdad son contestatarias y si, como afirma, “nadie les hace caso”. Porque una revista como Generación, que defiende a capa y espada su esencia contracultural aunque haya vivido del Estado durante sus más de veinte años de vida, tenía (o tiene) lectores fieles en todo el país que podrían sumar unos pocos millares; decir que nadie le hace caso, en esta república de iletrados, es falso. Por otro lado, ¿cuántos lectores contarán las dos principales revistas culturales? Seguramente unos miles más, pero nunca alcanzarán 50 mil o 100 mil.
Pero, al menos, Braulio ofrece “una buena noticia: Facebook, que va para cinco años de existencia, surge como un posible escaparate para enterarnos de lo que pasa en el mundo de la cultura en general”. Es cierto, en una inmensa comunidad virtual con 400 millones de usuarios en el mundo necesariamente encontraremos información valiosa de diferentes ámbitos, de la cultura a las ciencias sociales y exactas, poesía y cantidades enormes de cháchara. Braulio también intuye correctamente que en las redes sociales en internet hay futuro para el “nuevo periodismo”. Lo habrá, siempre que éste se apegue a pautas deontológicas y criterios periodísticos, esto es, profesionales. Los ciudadanos participan ya de esta actividad, desde luego, pero el futuro del periodismo en la red —Facebook incluido— está en manos de periodistas formados como tales, ya lo dijo el periodista catalán Josep Lluís Micó: “Un periodista digital debe contar con las mismas aptitudes esenciales que cualquier profesional de la información que trabaje en un medio de comunicación tradicional (prensa, radio, televisión o agencias). Tiene que educar su mirada para detectar los hechos más relevantes de su entorno; debe saber qué fuentes consultar en cada momento y cómo extraer de ellas el máximo provecho, y tiene que ser capaz de exponer los datos que ha recopilado de forma clara, concisa y, a la vez, atractiva. […] Sin embargo, los ciberperiodistas también cuentan con atribuciones específicas. Si no conocen la esencia del lenguaje multimedia y de la comunicación interactiva, desempeñarán sus funciones de manera incompleta. Sólo así podrán aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece la Red”. (Publiqué una versión de esta nota en Milenio Semanal hace algunas semanas.)
II. Dos nuevas columnas
Como ya habrán notado, la columna de Heriberto Yépez, Nowhere Vortex, ya no aparece en este portal. Fue su decisión. A cambio, a los lectores de Replicante les ofrecemos dos nuevas columnas: Aliteraciones, de la académica y librera tijuanense Vianett Medina, y “Legendario Déja Vu”, del escritor y artista Rubén Bonet, barcelonés avecindado en México y que se niega a regresar a su país. Los lectores salen ganando.
III. Las cifras no mienten
Con las estadísticas en la mano (en pantalla, más bien) podemos afirmar que los lectores de Replicante siguen creciendo. Lo confirman también los casi 500 comentarios al pie de muchos artículos a lo largo de los últimos tres meses, desde que en abril nos lanzamos a esta aventura digital. Sí, hemos enviado al basurero comentarios que agredían o insultaban a algunos de los autores, pero la verdad es que no han sido tantos. Podemos enorgullecernos de provocar debates informados en su mayoría —muchos en desacuerdo con las ideas expresadas en los textos—, lo que no sucede en otros medios. A esto sumemos las discusiones en nuestro Facebook, que alcanzan no pocas veces momentos de algidez. Los lectores existen, aunque muchos es verdad, son más bien silenciosos. Una multitud de varios miles de lectores, como lo demuestran, insisto, las estadísticas.
IV. Verso monsivaíta
Hablando de desdén, ¿conocerá Braulio Peralta la desdeñosa frase que le dedicó hace años su fallecido “amigo” Monsiváis? ®
Ernesto Gómez
Dínos cuál fue la frase que le dedico Monsi a Braulio. No nos dejes picados a quienes lo ignoramos.
Rogelio Villarreal
Muchas gracias, querido Manuel…. Ya nos has acompañado durante un buen tramo, espero que sigamos andando más kilómetros juntos… Un abrazo.
ManuelGP
Como te dije en su momento, al principio no me entusiasmó el cambio del papel a la pantalla. Ya estoy maduro y crecí con la celulosa; cuando accedes de pleno a un nuevo medio tecnológico a los 25 años (como en mi caso, en los ya lejanos noventa), éste necesariamente es un añadido, no te pertenece de pleno. No obstante, como también lo asenté en su momento, quise seguir siendo parte de este estupendo proyecto tuyo. Al paso de estos meses, cada vez estoy más emocionado con lo que ocurre en Replicante digital. Tu buena mano editorial se hace presente lo mismo en la imprenta que en la Red. Además, con los nuevos impulsos digitales con formatos novedosos y atractivos, pues parece que el futuro es realmente este. Adelante, a toda vela.
Saludotes.
Rogelio Villarreal
Oscar, muchas gracias. Así es, así sea. Un abrazo.
oscar aparicio
Muchos temas en tu columna. La apuesta virtual funcionarà en la medida que los contenidos sigan siendo puntuales y picantes,antisolemnes y rasposos. De los lectores que escriben, a los lectores que solo leen. Hay una enorme mayorìa silenciosa, y creo que no todos opinan.Lo cual, es una suerte. Mira los comentarios que anidan en Milenio o en la prensa. Si esos son los comentarios,mejor que sean pocos.
Rogelio ha abundado en los vacíos respecto de las publicaciones culturales en Mèxico como pocos. Ahí estan documentados en su Sensacional de Contracultura.
Veo en Replicante,màs que la etiqueta contracultural que poco o nada dice a los nacidos post 68, un interesantisimo sesgo anticentrista. Muchas veces màs que el pàis en ruinas, creo que las opciones culturales son mucho màs ricas fuera del entorno capitalino
Mientras Replicante siga dando espacio y voz a esos creadores,criticos y lectores, habrà Replicante.Y esperamos màs.