Dentro de la oferta de ese cine limítrofe que le interesa exhibir a Distrital, “Distrito X” representa la ínsula para los trabajos más experimentales y al videoarte, la cual en esta ocasión fue intervenida por dos respetados curadores invitados, provenientes de España: Josetxo Cerdán y Gonzalo de Pedro.
Con sólo cuatro ediciones, Distrital. Cine y Otros Mundos, se ha erigido como el festival multidisciplinario más radical con el que cuenta la Ciudad de México. Como dijera el patriarca de la crítica fílmica, Jorge Ayala Blanco, con la elocuencia que lo caracteriza, es el más arrojado y extremo; aquel cuya programación ni siquiera los mejores piratas pueden presumir en sus catálogos y que exhibe un cine que se encuentra abismado en sí mismo, sobre su propio funcionamiento, al cual ya no le interesa narrar de la manera lógica, sino a través de percepciones, sensaciones y vivencias.
Dentro de la oferta de ese cine limítrofe que le interesa exhibir a Distrital (desde este año, bajo la dirección artística de Juan Pablo Bastarrachea, otrora su programador) “Distrito X” representa la ínsula para los trabajos más experimentales y al videoarte, la cual en esta ocasión fue intervenida por dos respetados curadores invitados, provenientes de España: Josetxo Cerdán y Gonzalo de Pedro.
Este par durante los últimos cuatro años dividieron su tiempo entre ser críticos de medios como la publicación Cuadernos de Cine o el sitio de Internet Blogs & Docs, y ser el director y el programador, respectivamente, de Punto de Vista / Festival Internacional de Cine Documental de Navarra, uno de los festivales relacionados con el género (o la no-ficción como gustan llamarlo ellos) más propositivo que existe hoy día, que que se vio arrastrado para sumarse a la lista de certámenes ibéricos (como Sitges, Málaga, Gijón o Tarragona) que han tenido que sortear crisis financieras y trabas burocráticas para subsistir. Inclusive, en un hecho que conmocionó al medio cultural español, Punto de Vista se vio imposibilitado en 2012 para realizarse de manera óptima y tuvo que posponerse.
El trabajo de Cerdán y de Pedro se aprecia en “Mientras tanto… en plazas y calles”, un ciclo dividido en cuatro segmentos que agrupa trece películas cuyas temáticas son las manifestaciones sociales (de la Primavera Árabe al Occupy en Wall Street), y en donde los directores no sólo toman la cámara para documentar estas revueltas sino que las filman desde su núcleo, participando activamente.
Aprovechando su breve estancia en la ciudad, tuve la oportunidad de charlar con Josetxo Cerdán en las instalaciones del Cine Tonalá acerca del ciclo y también del panorama actual del cine español independiente, el cual está provocando un leve desconcierto entre críticos y teóricos al momento de abordarlo, pues como señaló apenas hace una semana M. Martí Freixas,
El trabajo de Cerdán y de Pedro se aprecia en “Mientras tanto… en plazas y calles”, un ciclo dividido en cuatro segmentos que agrupa trece películas cuyas temáticas son las manifestaciones sociales (de la Primavera Árabe al Occupy en Wall Street), y en donde los directores no sólo toman la cámara para documentar estas revueltas sino que las filman desde su núcleo.
Hay un auge en la producción a bajos costos de largometrajes en los últimos dos años que genera nuevos títulos de manera muy continua. En este proceso hay mucha confusión en la clasificación de películas, pues se aúnan proyectos que tienen voluntades distintas. Dentro de listas precipitadas de títulos y programaciones batiburrillo de autores, se mezclan proyectos verdaderamente off, con realizaciones que sólo se acercan tímidamente al amplio mundo situado fuera del circuito convencional, quizás sólo porque las circunstancias les empujan a ello y ven en ese mal definido marco una opción de sacar la cabeza…1
—¿Cuáles fueron los criterios al momento de programar “Mientras tanto… en plazas y calles”? ¿Qué buscaban Gonzalo de Pedro y tú cuando armaban la selección?
—La idea de hacer un ciclo con esta temática ya la traíamos en mente desde hace algunos años para Punto de Vista, ya que estábamos en la búsqueda de títulos que no sólo retomaran la vanguardia artística sino también la vanguardia política, el cine contestatario, crítico. Cuando menos nos dimos cuenta, el material se acumuló y en cierta medida no tenía salida, una exposición. Aprovechamos la invitación para retomar el proyecto. Sobra decir que hacer la selección fue una labor ardua.
”Ya teniendo una lista preliminar, hablamos con la gente de Distrital para saber qué se había visto, porque ése es uno de los objetivos del festival, mostrar cine inédito o que ha tenido muy poca circulación. El otro criterio fue el intentar crear arcos con los cuatro bloques, una cronología. “Historias (Silencios)” es el preámbulo, el brote de algunos movimientos que trascenderían; “En pie de guerra” registra en tiempo presente estas revoluciones; en “Daños colaterales” se podrá ver las consecuencias, y en “Desilusiones” se hablará de un futuro nebuloso.
—Dentro del material que revisaron, ¿existe alguna película interesada en hablar de los logros conseguidos con estas manifestaciones?
—La mayoría de las películas tienen finales con una lectura pesimista, cierto, aunque lo que el ciclo quiere demostrar es que hay una manera diferente de actuar, sin politizarse, sin venderse mediáticamente, como mencionó Slavoj Žižek cuando comenzó el Spanish Revolution. Esto abre nuevas dinámicas que tal vez no sean tan inmediatas, pero que son óptimas y latentes. Una buena muestra que está presente en el ciclo es “The Silence Between the Shots” (Lluís Escartín, 2012, acerca del derrocamiento del presidente egipcio Hosni Mubarak).
«La mayoría de las películas tienen finales con una lectura pesimista, cierto, aunque lo que el ciclo quiere demostrar es que hay una manera diferente de actuar, sin politizarse, sin venderse mediáticamente.»
—¿Qué está haciendo España para retratar el clima tras movimientos como el del 15-M o el de los Indignados?
—En los últimos años España está realizando mucho cine que se está interrogando estas cuestiones sociales, filmado por directores que surgieron de la experimentación formal. Por decirte un ejemplo, está el Colectivo Los Hijos (Javier Fernández Vázquez, Luis López Carrasco y Natalia Marín Sancho), que estuvo presente en Distrital 2011 en una retrospectiva que se le hizo. Ellos acaban de filmar su nuevo documental titulado Árboles, cuyo subtexto político es más incisivo que sus trabajos anteriores, hablando del paro laboral que ha azotado a España.
”Para redondear lo dicho por Cerdán respecto a Árboles, M. Martí Freixas dice: “Es un ensayo político sobre la forma de construcción de nuestras sociedades, la organización de nuestros pueblos y urbes en relación con las divisiones sociales, esencialmente, una dominante y otra sometida. Construcción de sociedades, ciudades (y películas), desiguales, desordenadas, inaprensibles, en una mezcla de coherencia impuesta e ilógica anárquica…”2
—¿Y en América Latina?
—Aunque ya no quedó en la selección final por haber participado en algunos festivales previos, vimos un documental mexicano que nos gustó mucho llamado Mitote (Eugenio Polgovsky, 2012), el cual refleja perfectamente ese malestar social en lo político, económico y cultural, todo ello concentrándose en el Zócalo. La película se estrenó el año pasado en Roma, de ahí casi de inmediato se fue a Morelia, nosotros la tuvimos en Punto de Vista y también estuvo en FICUNAM.
”Sin embargo, hay una película similar a Mitote que sí incluimos llamada Banderas falsas (Carlos Serrano Azcona, 2011), que habla de las contradicciones de esta toma de conciencia que emerge en los habitantes de una ciudad.
”También está Valparaíso 2011. Observaciones de un turista (Rubén García López, 2012), un mediometraje acerca las protestas estudiantiles en Chile por el sistema educativo público prevaleciente.
—Hace ya tres años en Cinema Global, otro festival que en su momento fue programado por Juan Pablo Bastarrachea, se tuvo la oportunidad de ver en un maratón qué se estaba desarrollando en esos momentos en la docuficción española con cortometrajes de Andrés Duque y León Siminiani, entre otros. En esta edición de Distrital descubriremos qué ha ocurrido con parte de esta generación. ¿Cómo ha evolucionado este tipo de cine español?
—España vive una eclosión de directores que empezaron haciendo cortometrajes de no ficción y que se atrevieron a dar el salto a largometrajes ya menos definidos. Leon Siminiani, de manera autogestionada dirigió Mapa. Andrés Duque hizo Ensayo final para Utopía, Virginia García del Pino realizó El jurado, Oskar Alegría La casa Emak Bakia, las tres mostradas el año pasado en Distrital. Todas ellas indagan en explorar nuevas fronteras narrativas.
—A propósito de que se podrá ver tres largometrajes españoles en Distrital (Los ilusos, Invisible y la citada Mapa), ¿cuáles son los intereses del director ibérico hoy día, de qué desea hablar?
—No es tanto el tema el que le preocupa sino la forma de realizar el cine, con otras mixturas. También es una generación que vive al margen en cuanto al financiamiento. Los ilusos de Jonás Trueba o Los hijos no tienen subvención pública ni privada de ningún tipo. Es muy interesante cómo un grupo de cineastas convergen en su forma de entender de enfrentarse al hecho de hacer cine, y es aquí donde inclusive se puede hablar de un amplio gesto generacional, tomando en cuenta que por ejemplo Jonás tiene 32 años y León 42.
Es muy interesante cómo un grupo de cineastas convergen en su forma de entender de enfrentarse al hecho de hacer cine, y es aquí donde inclusive se puede hablar de un amplio gesto generacional.
”También es un grupo que está entendiendo la manera de enseñar su cine, de difundirlo, de relacionarse con sus propias películas. León y Jonás lo que propusieron a la hora de autodistribuirse fue el moverse con las películas atravesando toda España, ya sea en los circuitos de festivales o en centros de arte, museos, cinetecas, etc., retomando la cultura del cineclub de las décadas de los sesenta y setenta.
—Hace poco Juan Pablo me comentaba que habría que mostrarle al púbico de Distrital que tal vez lo que se va a exhibir es el cine del futuro. ¿Coincides con esta observación? ¿Consideras que eventualmente festivales como Distrital, Punto de Vista, BAFICI o CHP: DOX (en Copenhague) serán los que predominen en el mundo festivalero?
—Sí. Creo que es un circuito que está madurando, porque es evidente que se ha abierto una nueva brecha, en la cual hay un público que se va preparando cada edición, que va siguiendo las propuestas, que las espera.
—Este año es el último que estás a cargo de Punto de Vista. ¿Cuál es el balance que dejas? ¿Cuál es el futuro que le ves al festival, hacia dónde se perfila?
—El balance de estos cuatro años es muy positivo. Creo que hemos programado lo que nos ha apetecido, hemos tenido total libertad, y, en la mayoría de los casos, los medios para realizarlo.
”Hemos podido demostrar que esos otros cines tienen su espacio y que hay gente que quiere verlo. ¿Cómo seguir? Creo que a partir de aquí se debe intentar, tanto dentro como fuera de España, convertir lo efímero en algo continuo.
Durante estos cuatro años nos percatamos de que el público es más inteligente de lo que se cree. Aquello de que el espectador no está preparado para algo distinto es problema de programadores cobardes y no de asistentes asustadizos.
—¿Cómo ha sido la relación entre Punto de Vista y el público? ¿De qué manera el festival ha procurado acercar al espectador, sobre todo al que no está acostumbrado al cine documental o bien, que concibe al género con ciertas características, algunos patrones pensando que ustedes cuentan con una sección como lo es “La Región Central” (el equivalente a “Distrito X”, donde se proyectan los filmes más heterodoxos)?
—Durante estos cuatro años nos percatamos de que el público es más inteligente de lo que se cree. Aquello de que el espectador no está preparado para algo distinto es problema de programadores cobardes y no de asistentes asustadizos.
”Es responsabilidad de los organizadores saber cómo explicar qué se va a ver. Creo que cada vez más hay un público preparado y educado para estos festivales; universitarios que se forman estudiando cine o artes audiovisuales o historia del arte, etc., por lo tanto hay una sensibilidad muy abierta. Así que se me hace muy importante cortar de tajo ese discurso. ®
Notas
1 M. Martí Freixas, “Agujas en el pajar”, Blogs & Docs, sección “Reseñas”, 31 de mayo de 2013.
2 Ibidem.