Mikves en el noreste mexicano

Baños rituales judíos en riesgo

En el noreste mexicano hay un vasto legado de tradiciones y costumbres judías sefarditas que se remontan a los tiempos fundacionales de la Colonia. Katia Schkolnik ha investigado sobre ese pasado y ha descubierto los restos de tres mikves que están en riesgo de desaparecer.

Ruinas de una de las mikves de Parras de la Fuente. Fotografía de Cynthia Sandoval.

En este lugar sagrado

Los lugares sagrados de todas las religiones del mundo son eso: sagrados, y las personas y las instituciones deben protegerlos y respetarlos. Entre estos lugares hay túmulos, sepulcros, monumentos, santuarios, capillas, altares, templos, cuevas, cenotes, rutas de peregrinación, paisajes, árboles o incluso bosques, lagos, montañas…

En un documento de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) se lee que “Estos lugares simbolizan el origen o un hito cultural importante, fundamental para la identidad del grupo. A esos lugares se les denomina sitios sagrados”. Así, “un lugar sagrado es un espacio natural o arquitectónico en donde los pueblos indígenas establecen comunicación con sus deidades y antepasados con la finalidad de obtener un beneficio material o espiritual”, aunque

algunos países carecen de políticas claras respecto de la preservación y conservación del patrimonio cultural, lo que obliga a promover su uso, protección y mantenimiento. Entre los patrimonios culturales que se hallan en acusada situación de vulnerabilidad están los sitios sagrados, que también son, quizá, los que conjuntan más elementos identitarios de los pueblos indígenas y tribales del planeta (“Sitios sagrados y derechos humanos de los pueblos indígenas”, CNDH, 2015).

En el orden internacional hay varios instrumentos —signados por México— que protegen sitios sagrados, creencias y patrimonios culturales de los pueblos indígenas. El Instituto Nacional de Antropología e Historia también tiene lineamientos para preservar y proteger los lugares sagrados de los pueblos indígenas de México.

Aun así, hay personas e incluso instituciones que no respetan los lugares sagrados y los maltratan o hacen mal uso de ellos. Esto debería ser castigado pues atenta contra una parte importante del patrimonio nacional y de la humanidad.

Los primeros judíos en la nación mexicana

No es un dato muy conocido que en los viajes que hizo Cristóbal Colón a América —aunque él pensó que se trataba de la India— había judíos de los llamados “conversos” —es decir, judíos que habían sido obligados a convertirse al catolicismo, aunque la mayoría seguían practicando en secreto la religión y forma de vida de sus ancestros; a éstos se les llamó criptojudíos—. El primero de esos viajes zarpó el 3 de agosto de 1492; unos meses antes, el 31 de marzo de ese año, los Reyes Católicos habían firmado el Edicto de Granada, que ordenaba la expulsión de los judíos de los reinos de Castilla y de Aragón, con la finalidad de impedir que éstos influyeran en los conversos.

Los Manuscritos de Joseph Lumbroso. Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.

En los siguientes y numerosos viajes de exploración y conquista viajaron muchos de esos judíos expulsados. Estos judíos obligados a la conversión, llamados judeoconversos por la Iglesia y la Corona, trataron de fundar comunidades y provincias para poder practicar el judaísmo lejos de la Inquisición, como el Nuevo Reino de León en el vasto territorio del noreste del México actual y el sur de Texas, fundado por Luis de Carvajal y de la Cueva1 en 1582 —quien nació en la provincia de Trás–os–Montes, Mogadouro, Portugal, en 1537—. Acompañaba a Carvajal su sobrino Luis de Carvajal el Mozo,2 quien después cambiaría su nombre por el de Joseph Lumbroso, autor de los célebres Manuscritos Carvajal —sus Memorias—, escritos mientras estaba preso por la Inquisición; también lo acompañó su mano derecha, Gaspar Castaño de Sosa,3 quien por órdenes de Carvajal fundó la Villa de San Luis de los Ojos de Santa Lucía, que conocemos actualmente como Monterrey. Gente de Carvajal lo eran también Alberto del Canto4 y Diego de Montemayor.5

La familia Carvajal fue aprehendida, juzgada y castigada por la Inquisición (la historia la cuenta Alfonso Toro en los dos tomos de La familia Carvajal). Con el tiempo, muchos criptojudíos se integraron a la sociedad cristiana, en la que dejaron un vasto legado cultural que se refleja en no pocas prácticas y costumbres, en el lenguaje y en la gastronomía.

Las mikves

La tradición judía es prolífica en rituales y prácticas que se remontan a más de tres mil años en la Tierra de Israel. Uno de los aspectos más destacados de esta rica herencia es la institución de las mikves, los baños rituales judíos. Estos baños ocupan un lugar central en la vida y la espiritualidad de las comunidades judías, y su significado trasciende lo físico para abarcar aspectos emocionales y religiosos.

El término hebreo mikve se refiere a un cuerpo de agua, ya sea natural o artificial, que cumple con ciertos requisitos para ser considerado un baño ritual. El propósito principal de la mikve es la purificación ritual, que es fundamental en varias etapas de la vida judía, como el matrimonio, la conversión al judaísmo y la menstruación, entre otras.

Las mikves tradicionales están diseñadas de acuerdo con estrictas especificaciones halájicas —las leyes judías—6 y se basan en fuentes de agua naturales, como manantiales, ríos y aguas subterráneas. El agua utilizada debe ser mayim hayim, agua viva, lo que significa que debe provenir de una fuente natural y estar en movimiento. Esta agua se considera pura y tiene el poder de purificar a aquellos que se sumergen en ella.

La investigadora Katia Schkolnik en una de las mikves de Parras de la Fuente. Fotografía de Cynthia Sandoval.

La inmersión en una mikve es un acto simbólico de transformación y renovación para hombres y mujeres. Cuando una persona se sumerge en sus aguas se sumerge literal y figurativamente en un proceso de purificación. Es un momento de introspección y conexión con lo divino, un acto que permite al individuo liberarse de las impurezas físicas y espirituales y renovar su compromiso con la vida y la fe.

Además de los momentos clave en la vida judía, como el matrimonio y la conversión, las mikves son especialmente relevantes en el contexto de la menstruación femenina. Después de que concluye su periodo la mujer se sumerge en una mikve para restaurar su estado de pureza y restablecer su vida sexual conyugal. La inmersión en la mikve después de la menstruación es un acto profundamente personal y significativo para muchas mujeres judías. Representa un ciclo natural de renovación y un momento para conectarse con su feminidad y su espiritualidad. Para muchas de ellas la mikve es un lugar de empoderamiento y sanación, ya que les permite celebrar su cuerpo y su feminidad en un contexto sagrado y libre de tabúes.

A lo largo de los siglos las mikves han evolucionado para adaptarse a diferentes contextos y necesidades. En algunas comunidades judías modernas se han construido mikves dentro de edificios en espacios especialmente designados. Estas mikves están diseñadas con piscinas hechas con materiales resistentes al agua, como cerámica o acero inoxidable, y están equipadas con sistemas de filtración y calefacción para garantizar el cumplimiento de las leyes rituales —e incluso recibir el agua de la lluvia.

Las mikves desempeñan un papel central en la tradición judía al proporcionar un espacio para la purificación ritual y la conexión espiritual. Estos baños rituales representan un ciclo de renovación y transformación que permite a los individuos liberarse de las impurezas y comprometerse de nuevo con su fe.

Las mikves descubiertas por Katia Schkolnik

En noviembre de 2016 la investigadora nacida en la Ciudad de México y regiomontana por adopción Katia Schkolnik, también directora del Centro Carvajal Sefarad, descubrió varias mikves.

En una conversación con ella hablamos de las razones que motivan su interés no solamente en las mikves, sino en el origen y la historia de los judíos sefarditas que arribaron al Nuevo Mundo con los descubridores y los conquistadores.

—¿Hace cuanto te dedicas a la investigación en Nuevo León, Coahuila y el sur de Texas?
—Comencé con la investigación documental desde 1996, con viajes de investigación a los municipios y poblados en 2005, y ya con el proyecto de investigación de campo a partir de 2008.

—¿Por qué consideras importante investigar sobre estas cuestiones?
—Porque los judíos que llegaron en el siglo XVI escapando de la Inquisición en España y Portugal no tuvieron voz,  vivieron como criptojudíos —judíos que se vieron obligados por varios siglos a profesar su religión y su identidad judía en secreto— por miedo al Santo Oficio, por lo que no pudieron dejar testimonios escritos, a excepción del Manuscrito Carvajal escrito por Joseph Lumbroso, el sobrino de Luis de Carvajal de la Cueva, quien fue quemado en la hoguera en el Auto de Fe del 8 de diciembre de 1596 con la mayor parte de su familia. Los testimonios de los procesos inquisitoriales fueron extraídos a los judíos por medio de la tortura y el terror, por lo cual no pueden ser considerados pruebas fehacientes, deben leerse entre líneas y tratar de discernir entre lo real y lo que no lo fue, pues los obligaban a acusar a amigos y familiares. Los procesos inquisitoriales nos permiten estudiar a la sociedad y a la Iglesia católica de aquella época inquisitorial.

Otra de las mikves de Parras de la Fuente. Fotografía de Cynthia Sandoval.

”Debemos comprender que el pueblo judío, que es el pueblo originario de la Tierra de Israel, vive desde hace más de tres mil años en el mismo lugar, con la misma religión y el mismo idioma, y aunque parezca increíble para muchos, la mayoría de estas prácticas siguen vigentes. La comunicación de estos judíos secretos era por medio de códigos dirigidos a otros judíos, por lo que es muy difícil actualmente para alguien no judío descifrar o descubrir muchas de estas evidencias, a menos que profundice en el judaísmo y no sólo en la religión, pues muchas veces hacen sus propias interpretaciones y se tergiversa el contexto. Las investigaciones de campo son sumamente importantes porque nos permiten, por medio de los hallazgos, descubrir y comprender la historia de los judíos sefarditas en México y saber cómo vivían. Por lo mismo es indispensable ampliar las investigaciones de campo y que instituciones como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) apoyen su preservación. Por eso me dedico, además de buscar mikves, a documentar arquitectura, cementerios, iglesias, prácticas religiosas, gastronomía, recabando testimonios en Nuevo León y Coahuila, principalmente.

—¿Por qué te dedicas desde hace varios años a buscar mikves?
—Porque los judíos, al fundar o establecerse en un lugar, lo primero que necesitan es una mikve, no una sinagoga, como muchos piensan, pues los judíos pueden llevar a cabo casamientos y otras ceremonias importantes en una casa. Desde hace miles de años hasta hoy no hay una comunidad judía en el mundo sin una mikve. Y las milenarias mikves de Israel, las que descubrí en Coahuila y las que hay que estudiar en Nuevo León, cumplen con los mismos requisitos. Aunque hay que aclarar que no todo puede ser exacto, pues la mayoría de estos judíos se quedaron sin líderes religiosos y continuaron con sus prácticas como mejor pudieron.

—Cuántas mikves has descubierto?
—He descubierto tres. Primero encontré las mikves de Parras de la Fuente en noviembre de 2016; hace siete años que las estudio y que he tratado de protegerlas. Después descubrí otras dos en otros lugares que no puedo mencionar ahora para protegerlas también, una en 2018 y otra en 2019, en Coahuila y Nuevo León, respectivamente.

* * *

La investigadora le escribió al INAH en Coahuila para notificarle de su hallazgo y pedir la protección de los baños rituales judíos por parte de esa institución. Transcribimos partes de ese documento.

Las mikves, baños rituales judíos

Encontré un cuerpo lleno de agua “viva” con sus escalones. El agua proviene de un ojo de agua puro e inmediato, fluye directamente hacia la mikve desde la tierra; el agua es natural y podría ser potable. En la parte posterior e inferior de la mikve podemos ver que el agua entra por el lado izquierdo y sale por el derecho, lo cual la mantiene limpia y pura. Las mikves cumplen con todas las normas que conozco y se ajustan a las leyes judías que rigen los baños rituales, como recolectar el agua de forma natural sin contacto humano y garantizar que el agua no se filtre en la tierra.

En este impresionante espacio hay cuatro mikves: el ojo de agua está a la izquierda y alimenta a las cuatro. Cuando las descubrí, la primera del lado izquierdo estaba cubierta de tierra, pero tenía el canal posterior limpio para alimentar a la segunda, que es la que recibía al agua directamente. La tercera tiene una forma diferente, no sé si así era en su forma original o si posteriormente alguien hizo una modificación. Finalmente, en el extremo izquierdo está la última, tapada en gran parte por tierra. Todas están separadas por una pared.

Las mikves se encuentran en un terreno donde hay otras ruinas que eran parte de una casa grande importante, antigua y que perteneció a una familia Villarreal, de origen judío sefardita, y tras más de dos décadas de investigación y haber realizado cientos de genealogías, puedo afirmar el origen judío de miles de familias del noreste.

—¿Cómo realizas este trabajo?
—Desde un principio, cuando llegué a Monterrey, tuve una visión muy clara de lo que sucedía aquí y en sus alrededores. El contraste del noreste, y en especial Nuevo León, con todo México es total, es otra cultura. Los detalles judíos me saltaban a la vista y por eso desde hace 26 años me dedico a esto. Inicialmente era una búsqueda y posteriormente creé una metodología que me ha servido para descubrir mikves.

”Por otra parte, soy judía, viví en Israel nueve años, y he estudiado la historia, la cultura, la arqueología y el pensamiento judío. Desde que era adolescente y vivía en Israel participé en una gran cantidad de seminarios y cursos, y un par de veces en excavaciones arqueológicas, que es una actividad muy común en Israel y que puedes realizar voluntariamente debido a la enorme cantidad de sitios arqueológicos que hay allá.

”En mis investigaciones en España y Portugal he visitado muchas mikves, por ejemplo la de Fermoselle, donde vivían los abuelos de don Luis de Carvajal y de la Cueva y que no es atendida por las autoridades españolas; en Zamora y en Sevilla, entre muchas más, y, claro, las de Israel. En esta búsqueda de más de dos décadas dedicadas a los judíos del Nuevo Reino de León, el tiempo y la dedicación, los testimonios y los diplomados que he impartido, la misma gente de Monterrey y sus municipios me fueron compartiendo en secreto o abiertamente su historia familiar. He recabado cientos de testimonios, miles de genealogías, y tengo documentado por escrito y con fotografías una gran cantidad de hallazgos relacionados con la vida judía del Nuevo Reino de León, que deben estudiarse.

”Cuando llegué a Monterrey, en 1991, me preguntaban de dónde son mis apellidos, yo les decía que son apellidos judíos, y su respuesta era siempre la misma: Aquí todos somos judíos.

Katia Schkolnik en una de las mikves de Parras de la Fuente. Fotografía de Cynthia Sandoval.

—Cuéntanos de la historia y la metodología de tus investigaciones.
—La historia judía del noreste me fascinó, esa gran lucha de sus fundadores y primeros pobladores y ese misticismo judío religioso que mantuvieron en secreto durante siglos me pareció admirable. Para mí era obvio que tenía que pensar como ellos para comprenderlos y entender cómo funcionaban. Después de varios años creé una metodología de trabajo que he ido mejorando con el tiempo, y que me está dando buenos resultados para encontrar rastros de la comunidad judía, una que llegó en el siglo XVI a estas tierras y que mantuvo muchas de sus prácticas hasta nuestros días. Utilizo solamente los documentos primarios, porque desafortunadamente algunos historiadores se dedicaron a negar la historia judía del noreste y esto causó un caos en la información, pues la gente estaba consciente de su origen judío, pero esos historiadores lo negaban o los presentaban de forma negativa. Así, utilizo los documentos primarios y realizo las investigaciones de campo en conjunto con lo que me ha funcionado a través de años de investigación.

”Actualmente estoy terminando de escribir un libro, el cual abarca mis investigaciones de más de dos décadas y en el que profundizo en cada uno de los temas; contiene fotos de los hallazgos y evidencias arqueológicas.

Apoyo y asesoría del INAH y de la ENAH

Tras años de buscar apoyo de diferentes instituciones que pudieran ayudarla para proteger el área arqueológica de los baños rituales judíos, y sin resultados positivos, finalmente, gracias al apoyo del historiador y arqueólogo Diego Martínez Serrano, Schkolnik logró contactar a Pedro F. Sánchez Nava —ya fallecido—, quien era coordinador nacional de Arqueología del INAH. La investigadora sostuvo una reunión vía zoom el 3 de enero de 2022, en la que estuvieron presentes el propio Sánchez Nava, del INAH, Patricia Fournier, investigadora y profesora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), y Diego Martínez Serrano.

Gracias al interés de Sánchez Nava finalmente se están estudiando estas mikves, con Martínez Serrano y Fournier como asesores del posgrado de Arqueología en el estudio de estos baños rituales judíos. Martínez Serrano colabora con Katia Schkolnik, quien prestó decenas de fotografías de las diferentes mikves.

Aspecto de los escalones de una de las mikves. Fotografía de Cynthia Sandoval.

En la carta que envió Schkolnik al director del INAH, Diego Prieto, y al coordinador nacional de Arqueología, Pedro Sánchez Nava, el 3 de enero de 2022, escribe:

Les hago llegar parte de lo que he documentado de lo que considero son las mikves (baños de purificación judíos), que descubrí en el año 2016 en Parras de la Fuente, Coahuila, y a las cuales les he estado dando seguimiento desde entonces.

Esto ya lo había comentado con el Sr. Diego Prieto en el Museo Memoria y Tolerancia cuando ambos participamos en la presentación de los Manuscritos Carvajal el día 4 de abril de 2017.

Desde 2016 y hasta la fecha Schkolnik le ha dado seguimiento a estos espacios arqueológicos con la finalidad de preservarlos. En diciembre de ese año contactó por mail y teléfono al delegado del INAH en Coahuila, José Francisco Aguilar Moreno, sin recibir respuesta; le escribió de nuevo en enero de 2017, con el mismo resultado. Entre 2017 y 2018 mandó cartas y llamó a dos alcaldes de Parras de la Fuente para pedir su apoyo, pero desafortunadamente tampoco sucedió nada. Continúa la carta:

En 2018, en otra visita a Parras de la Fuente para ver el estado de las mikves, me di cuenta de que se había vendido el terreno a una persona de la Ciudad de México y que estaban haciendo cambios y remodelaciones en ellas, destruyendo parte del terreno porque iban a construir una alberca central donde había ruinas. Volví a contactar por mail al delegado de Coahuila el 18 de agosto de 2018, año y medio después de escribirle la primera vez, y esta vez sí me respondió. Le expliqué la importancia de rescatar estos espacios y el significado histórico y religioso de éstos, y le pedí que le hiciera llegar la información directamente al señor Diego Prieto, director general del INAH, y que detuviera los daños que estaban haciendo en el lugar, incluso le envié un video de los cambios que se estaban llevando a cabo. El delegado me pidió realizar una denuncia ciudadana, la cual escribí y se la envié inmediatamente. Lo que me dijo es que se detuvo a los trabajadores, pero la gente que colabora conmigo en Parras de la Fuente me dijo que después continuaron haciendo lo mismo. Afortunadamente tengo documentado en fotografías el espacio antes y después de estas modificaciones.

Desde el día en que descubrí las mikves compartí el hallazgo y les envié una carta con fotografías a diferentes instituciones con las que he estado en contacto, con el propósito de salvar el espacio; más adelante lo compartí con historiadores de la Ciudad de México. Una de ellas, la señora Hamui, al hablar de las mikves me dijo: “No es cierto, en México ya no quedaba ningún judío para 1680”, a lo que yo le respondí: “Es que usted no ha hecho investigación de campo en Monterrey y Coahuila”.

En el año 2019 viajamos a Parras de la Fuente un grupo de la comunidad judía de Monterrey con el entonces rabino Pinhas Ben Mordehai Halevy y su familia; el rabino Pinhas se sorprendió al ver las mikves y subrayó la importancia de rescatarlas.

Después de haberme compartido su experiencia y sus andanzas en el mundo de la investigación del pasado y el legado judío del noreste mexicano, no me queda más que desearle a la tenaz investigadora Katia Schkolnik la mejor de las suertes y, desde luego, el apoyo de las instituciones responsables de la salvaguarda del patrimonio histórico mexicano.

Mi padre nos contó, cuando éramos muy jóvenes, que la familia Villarreal descendía de judíos sefarditas que llegaron con Hernán Cortés y las posteriores oleadas de conquistadores. La expulsión, la persecución, el largo brazo de la Inquisicion que, finalmente, los alcanzó hasta estas nuevas tierras…

Mis ancestros seguramente se bañaron en aquella mikve de Parras de la Fuente, donde nació mi padre. ®

Notas

1 Alfonso Toro, La familia Carvajal. Estudio histórico sobre los judíos y la Inquisición de la Nueva España en el siglo XVI, basado en documentos originales y en su mayor parte inéditos, que se conservan en el Archivo General de la Nación de la ciudad de México. México: Patria, 1944.
2 Véase “Manuscritos de Luis de Carvajal ‘el Mozo’ siglo XVI”. Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
3 Samuel Temkin, “Gaspar Castaño de Sosa, el primer fundador de Monterrey”. Revista de Humanidades, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, núm. 27–28, octubre de 2010, pp. 321–378.
4 J. de Jesús Dávila, “El capitán Alberto del Canto (su vida y su obra)”. Humanitas. Anuario del Centro de Estudios Humanísticos, Universidad Autónoma de Nuevo León, núm. 19, pp. 411–425, enero–diciembre de 1978.
5 Eugenio del Hoyo, Historia del Nuevo Reino de León (1577–1723). Monterrey: Fondo Editorial de Nuevo León, 2005, pp. 299-303. “Casi nada sabemos de su biografía: ni lugar ni fecha de nacimiento, ni nombres de sus padres, ni cuándo vino a la Nueva España, ni qué hizo antes de entrar con Alberto del Canto a la fundación de Saltillo”.
6 La halajá es la parte o aspecto de la ley oral que trata de la determinación de reglas y prescripciones religioso–jurídicas. Glosario de términos judíos.

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Publicado en: Apuntes y crónicas

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