George Soros, uno de los hombres más ricos del mundo, escribió un libro en que declara, su filosofía, en términos epistemológicos, políticos, económicos y sociales.
George Soros es un famoso financiero y uno de de los hombres más ricos del mundo, pero también un filántropo y un pensador. En Mi filosofía, libro publicado por Taurus, condensa, como el título declara, su filosofía, en términos epistemológicos, políticos, económicos y sociales.
Cada capítulo corresponde a una conferencia dictada en 2009 en la importante Central European University, fundada por el mismo Soros. En el primero, valiéndose en parte de su vida personal —cosa que repite a lo largo del libro—, Soros presenta sus conceptos de “falibilidad”, “reflexividad” y su “principio de incertidumbre humana”, que juntos forman el marco conceptual con el que ha actuado en los negocios y la filantropía. Vale la pena conocer y analizar ese marco.
En el segundo capítulo Soros aplica sus conceptos en un examen de los mercados financieros. En el camino aborda la crisis financiera del 2008, lo que lo hace más pertinente e interesante (además, cuenta lo que él hizo, vio y aprendió como financiero). La posición de Soros es crítica de las tesis del mercado eficiente y autocorrectivo, con competencia e información perfectas y equilibrio general; se opone al “fundamentalismo de mercado”, inclinándose por mercados regulados, supervisados. Entre sus conclusiones específicas está que “todo el edificio de los mercados financieros mundiales, que se levantó sobre la falsa premisa de que se puede dejar que los mercados financieros funcionen por sí solos, debe ser reconstruido desde los cimientos”. Y nada de eso quiere decir que Soros sea antiliberal o anticapitalista.
No es antiliberal porque no pide la desaparición de los mercados ni su absorción o control total por parte del Estado (hay que pedir la buena aparición del Estado para garantizar libertad para muchos en ellos, digo yo), lo que también pone en evidencia que no puede ser anticapitalista. Y porque es partidario de la “sociedad abierta”, que incluye elecciones democráticas, división de poderes, “rule of law”, libertad de expresión y de prensa, y otras libertades y otros derechos. La “sociedad abierta” es básicamente liberal. Asimismo, no sólo es su partidario sino su promotor intelectual y material (a través del prestigiado e influyente Open Society Institute). En la página 84, por ejemplo, escribe con razón: “La sociedad abierta es una forma deseable de organización social, a la vez como medio para conseguir un fin y como fin en sí misma”. De todo ello sobre la “sociedad abierta” trata el capítulo 3.
El cuarto capítulo toca el tema de “el capitalismo frente a la sociedad abierta”, que es los problemas potenciales y dificultades de la relación entre ambas cosas. Por ello vale la pena revisarlo, y porque se encuentran afirmaciones que tienen que ser reflexionadas en relación con los capítulos previos, o aun con todo el libro como fondo, como ésta: “Condeno el fundamentalismo de mercado por ser una doctrina falsa y peligrosa, pero estoy a favor de mantener en un mínimo la intervención y las regulaciones del gobierno por razones distintas, mejores”.
El último capítulo contiene reflexiones sobre el presente y el futuro del mundo, con las situaciones económicas y políticas de Estados Unidos y China como ejes. ¿Qué puede o podría pasar en/con China? ¿Qué va a pasar en el plano internacional? Sin tener predicciones estrictas, Soros tiene algo que decir al respecto. Ahora, aquí, basta adelantar que cree que el futuro del mundo depende de quienes gobiernan a China.
Siendo quien es, a Soros no se le puede ignorar. Por lo mismo, hay que leer “su filosofía”. ®