En su serie None of us Sofía Echeverri se aleja de la pintura para proponernos una viaje muy fashion al vacío existencial, ahora que esta época des-ideologizada y carente de utopías nos define sobre todo como consumidores (de primera, segunda, quinta clase).
A partir de la lectura del filósofo alemán Peter Sloterdijk (cabe pensar en su serie Esferas) y valiéndose de la apropiación y descontextualización de cinco imágenes publicitarias, Echeverri recontextualiza esas fotografías usando la figura del círculo y la palabra escrita, muy en sintonía con los códigos del cómic. Los rostros de estos sujetos quedan cancelados, quedando “pensamientos” en su lugar. Círculos como pensamientos, pero también círculos como alcantarillas que abren la posibilidad de jugar a que los modelos tienen vida interior. El efecto provocado (al menos en mi caso) es que estamos ante una “atrevida” campaña publicitaria cuya idea rectora dice que en estas épocas se puede perder todo, menos el estilo.
El tedio y el sinsentido de un ciclista hace juego con el color de su camisa y el de sus tenis; una mujer “totalmente Palacio” hace gala de un masoquismo súper cool; una chica Benetton se confiesa víctima de sus propias normas; una versión de Alicia nos dice cómo le hace para rellenar su vacío; dos tipos ilustrados le revelan al lector (y sólo al lector) su insatisfacción y su deseo.
Llama la atención que la artista haya escogido apropiarse de imágenes con motivos extranjeros todas ellas. Imágenes aspiracionales para documentar nuestro malinchismo. Imágenes representativas de cierta publicidad que, a fuerza de consumirla una y otra y otra vez en revistas súper chic pueden provocar un poquito de náuseas. En el caso de Echeverri el malestar ha ido más allá y es así que nos devuelve estas decorativas y hermosas estampas. Algo así como la venganza de Moctezuma, pero al revés. ®