¿Puede resolverse un crimen a través del cine? ¿Es descabellado pensar que un pintor como Rembrandt dejara pistas de un asesinato en su pintura “La ronda de noche”? Esto y mucho más es posible cuando de Peter Greenaway se trata. El cineasta galés realizó una película en la que deja al descubierto una gravísima acusación.
El filme, que bien podemos considerar como un verdadero ensayo forense, se sumerge en el lienzo de Rembrandt, pintado en 1642, para realizar un análisis exhaustivo de cada uno de los personajes plasmados en la pintura y su supuesta participación en una macabra trama conspirativa.
Greenaway asume el rol de historiador de arte, detective, fiscal y juez, analizando con detalle la escena del crimen y los cabos sueltos que se esconden con el fin de descubrir a los asesinos entre los personajes representados en la pintura.
Enemigo de las investigaciones formales, Greenaway basó su hipótesis en pistas visuales y admitió que la película tiene un tono lúdico y ligeramente irónico reconociéndose como un gran teórico de la conspiración. El equipo de Greenaway fotografió centímetro a centímetro la pieza para articular reproducciones digitales extraordinariamente detalladas. El filme incluye también radiografías de la obra, que revelan las capas del proceso de trabajo de Rembrandt.
Rembrandt’s J’Accuse también recurre a dramatizaciones históricas, así como a fragmentos de la película Nighwatching, ficción cinematográfica que Greenaway hizo de la vida de Rembrandt en el año 2007. Algunos de los retratados en la pintura son culpables. ¿Se cumplirá la famosa frase “el crimen nunca paga” o Greenaway será capaz de resolver un caso ocurrido en el siglo XVII?
Video trailer del film La ronda de noche (Nightwatching, 2007).
Un provocador inglés en tierras australes
Ex pintor y cineasta, el polifacético Greenaway visitó Buenos Aires, por primera vez, para presentar su extraordinaria acusación fílmica. Ofreció dos charlas, una en el MALBA y otra en el BAC, en las que —además de “acusar”— habló sobre las nuevas formas de hacer cine y deleitó a los asistentes con varias muestras de sus últimos trabajos.
“Cuando se busca definir la naturaleza del género documental se supone ingenuamente que es un intento de contar la verdad pero en los hechos todos sabemos que ningún documental tiene que ver con la verdad. Me arriesgaría a decir que el documental cuenta más mentiras que la ficción. Si bien es una cuestión absolutamente subjetiva, yo prefiero la ficción, ya que todos saben que les voy a mentir”, dijo el realizador cuando le preguntaron sobre la dicotomía documental-ficción.
Luego de confesar su afición por “las mentiras” Greenaway lanzó una pregunta retórica al público: “¿Por qué después de más de 150 años todos seguimos sentándonos junto a perfectos desconocidos en una sala oscura mirando en una única dirección hacia un paralelogramo iluminado, una pantalla plana?” Para inmediatamente responderla de esta manera: “No me parece nada cómodo ni natural, el cine tal como lo conocemos es un sistema obsoleto, sobre todo, porque no permite un involucramiento interactivo ni una inmersión total de los espectadores. Estamos acostumbrados a una forma de hacer cine a la americana, asociada al modelo de realización de Hollywood, donde el motor de cualquier producción es esencialmente el de generar dinero”.
Video trailer del ensayo forense Rembrandt, J’Accuss (2008)
Artista de la complejidad
Peter Greenaway, uno de los artistas más completos de la contemporaneidad: puestista de óperas, performer y director de películas como El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante, El vientre de un arquitecto y Escrito en el cuerpo, entre muchas otras, lejos de establecerse cómodamente en la postura de un consagrado sigue experimentando cada día como si fuese el primero de su vida.
Véase el maravilloso video-homenaje que le hicieron en Guanajuato, México en 2009.
La revolución digital y las nuevas formas de producir
Greenaway sostiene que la llamada revolución digital nos ofrece la posibilidad de re-crear el cine de una manera nueva, con un potencial inimaginable, que basa su arquitectura en dos pilares o conceptos claves: multimedia e interactividad.
“Si somos capaces de organizar el imaginario en múltiples capas y niveles de profundidad en función de estas claves lograremos una nueva forma de experimentar el cine. Actualmente vivimos en la era de las pantallas, y no me refiero precisamente a la pantalla del cine tradicional, no hablo del único paralelogramo iluminado al final de la sala, sino de las múltiples pantallas omnipresentes en nuestra vida cotidiana: computadoras, laptops, celulares, dispositivos móviles de todo tipo, camcorders, televisión, plasmas en cientos de espacios compartidos, etc.”, explicó Greenaway.
El realizador, un verdadero pionero en la experimentación con los procesos de digitalización en las artes, señaló que “el lenguaje cinematográfico se ha visto enormemente enriquecido gracias al fabuloso desarrollo de las nuevas tecnologías. La mayoría de los productos de hoy, generados dentro de lo que dio en llamarse la segunda revolución de Gutenberg, intentan ofrecer a los públicos una experiencia completa y enriquecida que no se reduce a una mera proyección en una pantalla cinematográfica”.
“Por eso la figura del Vj es tan relevante”, remarcó Greenaway, “el Vj que selecciona, manipula y monta imágenes y videos en tiempo real produciendo un enganche o compromiso muy fuerte con el público presente. Y lo interesante de esta forma de generar producciones es que pueden desarrollarse en una playa, un museo, un parque, un estadio, es decir, en cualquier espacio del mundo que permita convocar y reunir público en vivo”.
La variedad y la riqueza de estas performances vienen dadas por las fantásticas posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para manipular cientos y miles de imágenes y videos además de sumar una diversidad de pantallas dispuestas según diseños o arquitecturas que incrementan los puntos de vista y multiplican el espesor de las sensaciones.
El Vj Greenaway y su performance en vivo sobre A Life in Suitcases. A history of Tulse Luper.
Greenaway afirmó que “las experiencias en vivo no tienen parangón, y si nos remontamos a los orígenes circenses del cine entendemos que las nuevas tecnologías nos abren las puertas de lo que llamaría cine en tiempo real. De ahí mi frase el cine ha muerto: tenemos nuevas formas y estrategias para montar cine en tiempo real. Debemos entonces reconsiderar la configuración de las narrativas, la relación con los públicos y la disposición de los objetos y de las personas en el espacio recordando siempre que la imagen tiene la última palabra”.
Para el realizador inglés, la experiencia tridimensional requiere la posibilidad de contar con diferentes ángulos de visión, algo que la sala/pantalla de cine tradicional jamás ha considerado y sí lo ha hecho el espacio de la ópera, con sus teatros/escenarios/butacas/palcos especialmente preparados para que los espectadores puedan ver no sólo el espectáculo en sí mismo sino también a los otros espectadores.
“Cine y arte están omnipresentes en nuestras vidas, y los objetos y las ideas no sólo salen de la pantalla sino que también regresan a ella. El desafío para los realizadores de hoy es desarrollar un cine plenamente arquitectónico, con un diseño espacial y de complementariedad de pantallas a diferentes escalas que configure verdaderas experiencias de hibridación”, dijo Greenaway animando a los nuevos realizadores.
En este video/link vemos la performance de Greenaway como Vj en la apertura del Festival Video Brasil Edición 16, en San Pablo, Brasil (2007).
Greenaway Vj show, A Survivor, en Varsovia (con música de Arnold Schonberg)
Mundo Greenaway o cómo encantar a los públicos
Como parte de la pléyade de realizaciones que viene desarrollando en los últimos tiempos, Greenaway ofreció una especie de tour guiado por varias de sus recientes producciones y hasta pre-estrenó en Argentina un fragmento del mediometraje sobre “La boda de Caná”, obra pintada por Paolo Veronese en 1563.
Revisitando nueve obras fundamentales de la pintura. La boda de Caná es la última producción del ambicioso proyecto de Greenaway sobre instalaciones multimedia a partir de nueve obras maestras de la pintura occidental (Nine Classic Paintings Project).
En la historia de este mediometraje/instalación, los espectadores son transportados a la Venecia del siglo XVI para conocer cómo el poeta y cronista Pietro Aretino retó a su amigo Veronese a pintar la boda de Cristo con María Magdalena. Sin embargo, cuando un grupo de cardenales ortodoxos torturaron a Aretino por herejía, Veronese se vio forzado a transformar las nupcias impúdicas de Jesús en la fabulosa boda de Caná, que hoy se expone en el Museo de Louvre.
La trama visual progresiva de La boda de Caná en la instalación de Greenaway va de los detalles menores al verdadero foco de atención, el propio Jesús, emplazado en el centro de la arquitectura del lienzo, punto fundamental de la composición. Hay, además, en esta pintura otros detalles curiosos, entre ellos el hecho de que Veronese incluyera en el cuadro su figura y la de Tiziano. Ambos pintores aparecen como músicos debajo de la imagen de Cristo.
Greenaway combina imágenes, voces, sonidos y música con el fin de explorar cada una de las partes de la pintura y compartir la visión subjetiva de la escena. Con esta obra, el realizador pretende continuar explorando nuevas formas de expresión, reinventando al mismo tiempo el lenguaje cinematográfico y el modo de mirar una obra de arte.
En el siguiente video vemos la instalación multimedia de La boda de Caná llevada a cabo en Milán.
El proyecto de las nueve pinturas es algo que tiene tomado a Greenaway de pies a cabeza, su devoción por el arte barroco y sus grandes intérpretes lo ha llevado a crear y diseñar estas experiencias/instalaciones/intervenciones para poner en escena los procesos de creación de talentos como el de Velázquez, Caravaggio, Rembrandt y Rubens —entre otros—, quienes empezaron a experimentar con la representación del mundo bajo la luz artificial. Obviamente, Greenaway está fascinado con la utilización de la luz artificial en el cine.
El objetivo de estas producciones es reformular la pintura en términos cinematográficos, trabajando sobre el claroscuro, reordenando la paleta de colores, explorando la perspectiva y el espacio y creando nociones de movimiento. La serie de instalaciones incluirá también pinturas de Picasso, Seurat, Monet, Pollock y los mismísimos frescos de la Capilla Sixtina realizados por Miguel Ángel.
Video que permite apreciar el espectacular trabajo realizado con “La última cena” de Leonardo da Vinci.
Poblando los museos para atraer a la generación laptop
No es extraño que cada vez más museos le encarguen a Greenaway instalaciones multimedia para atraer al público de la era digital. Quizás el caso más llamativo sea el de La Venaria Reale, un extraordinario y gigantesco palacio en las afueras de Turín que sirvió de modelo para el diseño del Palacio de Versalles.
La comisión directiva de La Venaria le pidió a Greenaway que realizara instalaciones audiovisuales con la idea de insuflarle vida al palacio. El inglés se tomó el trabajo al pie de la letra y decidió darle un alma al lugar poblándolo con personajes animados. Contrató actores y actrices, les escribió biografías e historias, creó relatos entrecruzados para ellos, los filmó, digitalizó y masterizó para finalmente traerlos a la vida en múltiples pantallas colocadas en las propias paredes del palacio. De este modo, los visitantes son recibidos por los protagonistas de una época que cuentan sus desventuras, anhelos y deseos desde múltiples espacios y en diversas escalas. Una verdadera experiencia de inmersión para los espectadores.
Video que muestra cómo Greenaway llenó de gente virtual el Palacio de La Venaria
A modo de conclusión, Greenaway señaló que “el arte occidental tiene ocho mil años de historia y el cine apenas alcanza los 150 años, por lo tanto, tenemos un enorme camino por recorrer y experimentar”. Antes de despedirse, el artista prometió regresar a Buenos Aires en diciembre de 2010 para realizar una performance en vivo. Nos quedamos esperándolo… ®
Chepita Ouyeah
Hermoso! estoy buscando, degustando poco a poco la filmografía de Greenaway lo cual es una experiencia que espero poder compartir con más personas. gracias por este artículo!