Nadie reclamará
Nadie reclamará tu cuerpo
y pasado cierto número de días
será llevado de la morgue
a la fosa de huérfanos.
Si acaso le hacen autopsia
encontrarán residuos de semen
entre uñas labios y cejas.
Bastará el análisis de Adn
para saber que eras una mujer
pública, de rápido acceso
y desechable.
Entiéndelo: tampoco nadie esparcirá
desde ninguna ladera tus cenizas.
Gotita de limón
Esta mañana fui temprano
al tianguis, donde escogí
manzanas de caderas
firmes y rojas.
Luego me desplacé a las cajas
de guayabas de organdí
y pecas abundantes,
de donde tomé las más rientes.
Agarré del chongo
un racimo de plátanos
esbeltos y bigote recortado
para echarlos al morral.
Pasé por alto las pesadas
sandías y las sinuosas
papayas para mejor ocasión,
el sábado venidero.
En ocasiones el día amanece
con una gotita de sangre
en el cachete; pero se cauteriza
con una brizna de limón. Sin sal.
La terraza
Estoy en la terraza del dolor
a donde salí a beber soles y
a cauterizar recuerdos.
El fuerte viento de playa
me encrespa el pelo,
me trastorna el esmalte
y se lleva mis medicamentos.
Allá a lo lejos, cerca del solar
de aquel edificio, han volado
mis papeles y afeites.
De pie en alguna parte del universo
el amado que cansado de esperarme
espera, ha olvidado mi nombre.
Ha olvidado olvidarme. ®