Caminar por las calles de Nueva York y observarla desde distintos ángulos es algo muy atractivo en términos fotográficos. Es imposible permanecer indiferente y no caer en la tentación de tomar, cuando menos, una postal. Digo la tentación teniendo en cuenta que ese tipo de imágenes no son consideradas serias por ningún fotógrafo serio. Mucho menos por un prestigiado galerista o curador.
Recorrí incansablemente las calles neoyorquinas durante varias semanas el pasado verano, al principio sin una cámara, pensando un poco en la contaminación fotográfica, aunque conscientemente armado con un teléfono de los llamados inteligentes. Al finalno pude evitar la tentación de hacer una serie de postales. No pude evitarlo teniendo en mente que el mundo, como aparecía ante mis ojos, formaba parte de la gran abstracción del pensamiento humano.
Y disparaba el obturador de la cámara del teléfono teniendo en cuenta que la realidad, como tal, sólo es y significa la representación material de los pensamientos y los sueños de otros.
Tamara Ortiz
ME ENCANTAN TUS FOTOS.