Parece que las secuelas inmediatas adquiridas con la influenza hace un par de años comienzan a dejar de ser tan sofocantes en el panorama de la creación y difusión cultural en México, por supuesto no gracias a las autoridades, sino a una comunidad que sigue creyendo en el arte como una alternativa de vida más eficiente que la maquinaria capital.
Ahora, frente al monitor, y sin un tema u objetivo específico, me doy cuenta de que los eventos en torno a la exploración del sonido en México están en un buen punto. Trataré de hacer un breve recuento de algunos de ellos, aclarando que no son —como dicen— ni los mejores ni los únicos, sino simplemente los que he tenido oportunidad de conocer o vivenciar, ya sea como público o creador.
La Ciudad de México, epicentro del arte sonoro mexicano históricamente, tiene una agenda de actividades regularmente agitada, tanto en sitios claves como Ex Teresa Arte Actual y Laboratorio Arte Alameda como en espacios que se han sumado a la oferta constante, me refiero a la Fonoteca Nacional y el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC). En los primeros se realizan ciclos sobre todo con artistas emergentes, interesantes programas que involucran distintos acercamientos conceptuales y estéticos al sonido, sobre todo en el caso de Ex Teresa, en donde el Circuito Electrovisiones ha organizado varios proyectos. Laboratorio Arte Alameda se ha enfocado más en propuestas jóvenes internadas en la exploración de lenguajes de programación y su ejecución en tiempo real, un tanto a la manera del Centro Multimedia del Cenart.
La Fonoteca Nacional ha mantenido un eje diverso, proponiendo sesiones de escucha dirigidas por un conocedor en la materia, en las que se reproducen interesantes obras de música contemporánea, electroacústica, improvisación y experimental. Se han llevado a cabo talleres, por ejemplo, con Roberto Morales en la enseñanza de SuperCollider, o un par que he realizado, en primera instancia como un repaso breve a cien años de exploración auditiva haciendo énfasis en trabajos recientes, y después para enfocarnos en la creación de obras y proyectos de los asistentes; cabe señalar la gran disposición de estos grupos que, seguramente, a la postre crearán propuestas interesantes, además de la participación de curadoras como Bárbara Perea y Francisca Rivero-Lake, que han compartido sus conocimientos y experiencia con estos grupos.
Además, la Fonoteca ha realizado eventos en conjunto con Circuito Electrovisiones, programando instalaciones sonoras y audiovisuales, por ejemplo del reconocido Herman Kolgen y de invitados españoles y mexicanos. En la Semana del Sonido la Fonoteca organizó un concierto multicanal en la Plaza Santo Domingo con el paisajista sonoro y músico experimental madrileño Francisco López. INDEX, auditorio del MUAC, lleva un ciclo de presentaciones con artistas que exploran el sonido, se han realizado conciertos con el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras (CMMAS), incluyendo obras de Rodrigo Sigal, Carlos López Charles y Francisco Colasanto; con Antonio Fernández Ros, Iracema de Andrade y Mauricio Valdés, entre otros, con un buen sistema de sonido y flexibilidad en torno al formato de presentación. Durante todo el año seguirá este ciclo con invitados diversos, de la música electrónica experimental a la improvisación y la música mixta.
La Ciudad de México, epicentro del arte sonoro mexicano históricamente, tiene una agenda de actividades regularmente agitada, tanto en sitios claves como Ex Teresa Arte Actual y Laboratorio Arte Alameda como en espacios que se han sumado a la oferta constante, me refiero a la Fonoteca Nacional y el Museo Universitario de Arte Contemporáneo.
Mientras tanto, en el Espacio de Experimentación Sonora (EES) del MUAC, una de las salas más bondadosas para la exploración auditiva multicanal en América, y probablemente en el mundo, al contar con un sistema de 22.2 canales, inició el año con una pieza de Ake Parmerud, y posteriormente realicé la obra Dos expresos en dos tazas separadas, una reflexión sobre el sonido en la sociedad a partir de la experiencia cinematográfica, cabe destacar que con esta pieza se inició un nuevo periodo para este espacio, tratando de ligar más su exposición al recorrido museístico y dando mayor proyección y difusión a éste. La obra permanece hasta el mes de julio.
Pero no todo han sido las instituciones, ha habido foros o ciclos independientes como Volta, curado por Juan José Rivas, y en el que artistas que residen en la capital del país han presentado sets diversos del ruidismo a lo multimedia. Por otra parte, el Festival Aural tuvo su primera edición, y aunque de repente el programa parecía excesivo en actividades, fue un gran deleite presenciar conciertos como los de Residents, Text of Light, Evan Parker e invitados, Maja Ratkje, C Spenser Yeah, entre otros. Asimismo, existen espacios para la libre improvisación, por ejemplo Jazzorca, café de Germán Bringas, o los conciertos del Centro Cultural España organizados por Óscar Adad, incluso en la Escuela Nacional de Música. Generación Espontánea ha sido el proyecto más constante y diverso de improvisación en la ciudad de México.
¿Y en provincia? Pues la actividad no para, principalmente en CMMAS de Morelia, en el que durante todo el año no cesan las actividades como conciertos, talleres y residencias artísticas, con una gran cantidad de invitados tanto mexicanos como extranjeros. Seguramente a esta fecha el excelente grupo de personas que conforman la operación de CMMAS —dirigido por Rodrigo Sigal— deberán estar preparando la edición séptima del Festival Visiones Sonoras, uno de los eventos más importantes de música electroacústica en Latinoamérica.
En Guanajuato también ha habido constante actividad, siendo los principales “culpables” el Dr. Roberto Morales y Ana Montiel. Morales ha mantenido un grupo de estudiantes indagando sobre las posibilidades digitales y lenguajes de programación en el audio, y ahora también otro grupo de estudiantes de la maestría en Artes visuales, mientras que Montiel organiza diversos talleres durante el año, recientemente ha invitado a Amor Muñoz para hacer uno sobre gráfica expandida que incluye sonido; también organiza el Festival Transónica, que el año pasado se llevó a cabo en agosto y para el presente tendrá lugar en septiembre. Asimismo, organizó un concierto con Rogelio Sosa, Juan José Rivas y Mattin, como una extensión del Festival Aural. Por cierto, Sosa prepara una ópera experimental para el siguiente Festival Cervantino, y se acerca el Festival–Exposición Ala Blanca, en torno a la obra del neólogo Felipe Ehrenberg, que también incluirá acciones auditivas. Debo destacar también la labor de Víctor Manuel Rivas, un guerrero del sonido, quien además de seguir creando obras de radioarte y electroacústicas desde hace ya más de una década, acaba de cumplir tres años con el programa radial semanal Más que el ruido.
En Mérida cada año se lleva a cabo el festival Cha’ak’ab Paaxil, en el que la improvisación libre, el free jazz y el ruidismo son los ingredientes principales. A través de varios años los comentarios han sido por demás positivos en torno a las locaciones donde se realizan los conciertos, la experiencia con el público y la gran apertura.
Guadalajara es también uno de los sitios importantes para la exploración auditiva en México; sin lugar a duda este año se ha instalado en buena forma el ciclo Sociacusia, ahora llamado Casa Sociacusia, y teniendo su sede en la ciudad vecina de Tonalá. Ahí se han realizado talleres casi semanalmente, teniendo invitados como Arturo Ortega, Mauricio Valdés, Arcángel Constantini, Daniel Lara y próximamente Lumen lab y Rogelio Sosa. Se han realizado sesiones de escucha y conciertos con gran calidad en Laboratorio Sensorial, digamos la sede en Guadalajara, además de que Yair López y Javier Audirac, directores, han lanzado una publicación con ensayos y textos en general sobre el sonido y el arte, bajo el nombre Casa Nube. Durante todo 2011 seguirán las actividades bajo el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes así como la Dirección de Cultura de Tonalá. Cabe mencionar también la pasada edición del Festival Cultural de Mayo, que si bien dentro del marco de la curaduría La Alternativa tiene un perfil más orientado hacia la música electrónica alternativa, valga la redundancia, presentó grandes proyectos como Battles, Antipop Consortium, Flying Lotus y Otto Von Schirach, en un contexto masivo ante miles de escuchas, además de incluirnos como invitados de última hora a Lumen lab y quien escribe estas líneas.
En Mérida cada año se lleva a cabo el festival Cha’ak’ab Paaxil, en el que la improvisación libre, el free jazz y el ruidismo son los ingredientes principales. A través de varios años los comentarios han sido por demás positivos en torno a las locaciones donde se realizan los conciertos, la experiencia con el público y la gran apertura. Sin duda, una gran iniciativa para llevar al sur del país estos temas del sonido.
Hace poco, en una de las clases que impartía en la Fonoteca Nacional, la curadora y gestora Francisca Rivero-Lake mencionaba que México era uno de los países más importantes dentro del arte sonoro actual o la exploración auditiva. Comparto esa opinión, y como muestra un botón: la inagotable actividad internacional de nombres como Manuel Rocha, Manrico Montero o Mario de Vega; el gran interés que ha despertado el trabajo visual que alude a lo sonoro de gente como Iván Puig, Marcela Armas, Iván Abreu y por supuesto el mismo Arcángel Constantini, o bien la publicación de los últimos discos de Sosa y un servidor bajo el sello europeo Sub Rosa.
Espero que la calidad siga en aumento y por fin se abra un diálogo más honesto y fructífero entre los distintos perfiles de creadores, así como los contados pero aventurados curadores, promotores o gestores, además de invitar a que más gente se sume a la redacción y el análisis de este tipo de obras y artistas, que bien hace falta para tener mayor peso dentro de un contexto más amplio del arte.
Y apenas es junio… ya escucharemos las propuestas que nos traigan dos importantes festivales: Radar y Transitio, además de la próxima exposición de Tania Candiani en Laboratorio Arte Alameda, totalmente basada en el sonido. ®