Tres poemas inéditos de Bukowski

Un viaje a España, Vallejo y un ángel

Traducir a un escritor admirado puede ser un homenaje, un diálogo, una interpretación y una traición, dice el traductor, que nos obsequia tres poemas de Bukowski, de quien todavía no ha encontrado un texto que lo haya aburrido o decepcionado.

Bukowski por Ulf Andersen/Zuma.

Una traición necesaria, pues no hay traducción más insípida que aquella que limita la expresividad hondeando la bandera de la fidelidad. La fidelidad en la poesía es como la fidelidad en las parejas humanas, un principio bienintencionado con resultados catastróficos. Catastróficos son también (a mis ojos) los poemas traducidos en rima. En rima jamás escribió el buen Heinrich Karl Bukowski (a.k.a. Charles Bukowski: 1920–1994), lo cual agradezco de sobremanera, aquí, traduciéndolo.

He leído a este sujeto por poco más de diez años. Todavía no he encontrado un texto de su autoría que me haya aburrido o decepcionado. Además, me presentó en sus textos a John Fante y a Knut Hamsun. Compartimos también admiración por Schopenahuer, Céline y el amor por los aguacates. Sin reflexionarlo mucho dejé sus poemas para el final, después de recorrer sus novelas, cuentos y ensayos. Como se dice en el nuevo testamento que manifestaron los invitados en las bodas de Caná (se recuerda poco que el primer milagro que se le atribuye a Jesucristo fue el de emborrachar gente por órdenes de su madre), se dejó algo de lo mejor para el final. Aquí les comparto algunos hallazgos, en nuestro idioma y sin expresiones ibéricas que nos hagan entornar los ojos a algunos lectores mexicanos (también se puede ser snob en el tercer mundo) y siendo Los Ángeles, al fin de cuentas, parte de nuestro patio trasero con una reja grandota.

Hank on fire, Rubén Bonet.

sobre un viaje a España

en Nueva York, en aquellos días

había una curiosa modalidad en el hipódromo

comprabas un boleto

e intentabas escoger a 5 ganadores consecutivos

Harry tomó $1000

fue a la ventanilla y dijo:

“1, 8, 3, 7, 5”.

y así llegaron.

con todo ese dinero

llevó a su mujer a España

donde ella se enamoró del alcalde de un

pueblo

y se lo cogió. 

el matrimonio se terminó

y Harry volvió a Brooklyn sin un centavo

mutilado

desde entonces se ha vuelto un poco loco

pero Harry,

no te preocupes,

ya que eres un genio

¿pues quien más se tenía tanta fe

y poesía tanto valor

como para llegar a la ventanilla

y en contra de los dioses de la lógica

decirle al hombre detrás de aquella ventanilla:

“1, 8, 3, 7, 5”?

tú lo hiciste.

es cierto que ella se quedó con el alcalde

pero tú eres el verdadero ganador

para siempre.


about a trip to Spain 

in New York in those days they had

a system at the track

where you bought a ticket

and tried to pick 5 winners in a row

and Harry took $1000

and went up to the window and said,

“1, 8, 3, 7, 5.”

and that’s the way they came in

and so he took his wife to Spain

with all that money

and his wife fell for the mayor of a this little

village in Spain and fucked him

and the marriage was over

and Harry came back to Brooklyn broke

and mutilated

and he has been a little crazy ever

since, but

Harry, don’t despair

for you are a genius

for who else had enough pure faith

and enough courage

to go up to the window

and against all the gods of logic

say to the man at the window:

“1, 8, 3, 7, 5”?

you did it.

yes, she got the mayor

but you’re the real winner 

forever.

Bukowski y Vallejo, por Lizeis.

Vallejo

es difícil encontrar un hombre

cuyos poemas 

no terminan decepcionándote.  

Vallejo nunca me ha decepcionado

de esa forma.

algunos dicen que terminó 

muriendo de inanición.

de cualquier forma

sus poemas que versan sobre el terror 

de la soledad

son dulces

y no gritan.

estamos cansados cansados de casi todo tipo

de arte.

Vallejo escribe como un hombre

y no como un artista.

se encuentra más allá

de nuestro entendimiento.

me gusta pensar que Vallejo sigue 

vivo

caminando a lo largo

de una habitación. encuentro

la huella del paso firme

de César Vallejo

imponderable.


Vallejo

it is hard to find a man

whose poems do not

finally disappoint you.

Vallejo has never disappointed 

me in that way.

some say he finally starved to 

death.

however

his poems about the terror of being

alone

are somehow gentle and 

do not

scream.

we are all tired of most 

art.

Vallejo writes as a man

and not as an

artist.

he is beyond

our understanding.

I like to think of Vallejo still

alive

and walking across a

room, I find

the sounds of Cesar Vallejo’s

steadfast tread

imponderable.

Ilustración de Carlos Corona.

El ángel que empujaba su silla de ruedas

hace mucho tiempo él editaba una pequeña revista

en San Francisco

durante la época beat

durante los recitales–de–poemas–con–experimentos–de–jazz

lo recuerdo porque nunca me devolvió mis manuscritos

a pesar de haberle escrito muchas cartas,

cartas humildes, cartas cuerdas, y al final, cartas violentas.

escuché que saltó de un techo

porque una mujer no lo quería,

o algo por el estilo.

cuando lo volví a ver

estaba en una silla de ruedas y cargaba una botella de vino para mear en ella.

escribía poemas delicados

que claramente yo no entendía,

autografió su libro para mí

(me dijo que no me iba a gustar)

y una vez en una fiesta amenacé con golpearlo 

yo estaba borracho y él comenzó a llorar.

me dio lástima, así que mejor le pegué al siguiente poeta que pasaba por allí

en la cabeza con su botella de meados;

así que, al final

tuvimos una suerte de entendimiento.

lo acompañaba una mujer delgada e intensa

que lo empujaba de un lugar al otro, ella era sus brazos y piernas y

tal vez por un momento

su corazón.

ya era algo común

que en los recitales de poesía donde él leía

ella lo empujara con ligereza, 

en ocasiones ella se detenía junto a mí y decía:

“¡no sé cómo vamos a hacer para subirlo al escenario!”

en ocasiones lo lograba, a menudo lo hacía. 

y luego ella comenzó a escribir poesía, aunque estos escritos casi no llegaron 

a mí, 

pero de alguna forma, me alegraba por ella.

luego se lastimó practicando yoga

y la declararon discapacitada, y de nuevo estaba feliz por ella,

todos los poetas querían cobrar el seguro de discapacidad

era mejor que la inmortalidad misma.

un día me encontré con ella en el mercado

en la sección del pan, me tomó las manos

temblaba de cuerpo entero.

me preguntaba si alguna vez cogieron entre ellos

al menos poseían a la musa

y me dijo que escribía poemas y artículos

pero sobre todo poemas, leía mucho,

esa fue la última vez que la vi

hasta que una noche alguien me dijo que había muerto de sobredosis

y dije: no, ella no

y me dijeron: sí, ella.

un día después

en algún momento de la tarde

tuve que ir a la oficina de correos de Los Feliz

para enviar unas historias cachondas para una revista cachonda.

de regreso

afuera de la iglesia

vi a estas criaturas sonrientes

muchas de ellas

los hombres con barbas y cabellos largos 

usando jeans

y casi todas las mujeres rubias

Con mejillas hundidas y pequeñas sonrisas,

y pensé, ah, una boda

una bonita boda a la antigua,

y luego lo vi en la banqueta

en su silla de ruedas

trágico y en cierta forma sereno

se veía gris, con un perfil de halcón amaestrado, 

y supe que se trataba de su funeral,

en verdad se había muerto de un pasón

y él se veía como una verdadera tragedia.

la verdad es que tengo sentimientos

tal vez hoy intente leer su libro. 


The angel who pushed his wheelchair

long ago he edited a little magazine

it was up in San Francisco

during the beat era

during the reading–poetry–with–jazz experiments

and I remember him because he never returned my manuscripts

even though I wrote him many letters,

humble letters, sane letters, and, at last, violent letters;

I’m told he jumped off a roof

because a woman wouldn’t love him.

no matter. when I saw him again

he was in a wheelchair and carried a wine bottle to piss in;

he wrote very delicate poetry

that I, naturally, couldn’t understand;

he autographed his book for me

(which he said I wouldn’t like)

and once at a party I threatened him to punch him and

I was drunk and he wept and

I took pity and instead hit the next poet who walked by

on the head with his piss bottle; so,

we had an understanding after all.

he had this very thin and intense woman

pushing him about, she was his arms and legs and

maybe for a while

his heart.

it was almost commonplace

at poetry readings where he was scheduled to read

to see her swiftly rolling him in,

sometimes stopping by me, saying,

“I don’t see how we are going to get him up on that stage!”

sometimes she did. often she did.

then she began writing poetry, I didn’t see much of it,

but, somehow, I was glad for her.

the she injured her neck while doing her yoga

and she went on disability, and again I was glad for her,

all the poets wanted to get disability insurance

it was better than immortality.

I met her in the market one day

in the bread section, and she held my hands and

trembled all over

and I wondered if they ever had sex

those two. well, they had the muse anyhow

and she told me she was writing poetry and articles

but really more poetry, she was really writing a lot,

and that’s the last I saw of her

until one night somebody told me she’d o.d.’d

and I said, no, not her

and they said, yes, her.

it was a day or so later

sometime in the afternoon

I had to go to the Los Feliz post office

to mail some dirty stories to a sex mag.

coming back

outside a church

I saw these smiling creatures

so many of the smiling

the men with beards and long hair and wearing

bluejeans

and most of the women blonde

with sunken cheeks and tiny grins,

and I thought, ah, a wedding,

a nice old–fashion wedding,

and then I saw him on the sidewalk 

in his wheelchair 

tragic yet somehow calm

looking greyer, a profile like a tamed hawk, 

and I knew it was her funeral,

she had really o.d.’d

and he did look tragic out there.

I do have feelings, you know.

maybe tonight I’ll try to read his book. ®

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Publicado en: Blogs, Poesía

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