Con este año se va una cantidad de discos de calidad variable. Así como los hubo muy buenos, también estuvieron presentes las decepciones. Al cierre de esta edición ya aparecían los listados de lo mejor del año, especialmente en publicaciones estadounidenses e inglesas. En los conteos de las revistas estadounidenses Time, Rolling Stone y Spin, por ejemplo, llama la atención que Kanye West fue el rey de este año, aunque hay discos que ocupan buenas posiciones como los realizados por Arcade Fire, Gorillaz, The National y LCD Soundsystem, por citar algunos. En el caso de las inglesas Q y NME no aparece West, pero sí llama la atención la presencia de bandas menos comerciales como Foals, Deerhunter o Caribou.
A continuación, tres probadas de lo que fue el soundtrack de este año para este colaborador. Pueden ser o no los discos del año, pero sí algunos de los que más tiempo permanecieron en sus reproductores.
El math rock según Foals
Poco tomados en cuenta por la prensa especializada en este lado del Atlántico, en Europa, en Inglaterra especialmente, Foals es la banda a seguir, y con su segundo álbum demuestran por qué han recibido el mote, muy exagerado, de el “nuevo Radiohead”. Foals es un quinteto de Oxford —así es, de la misma ciudad que Radiohead. Se dieron a conocer como parte de la movida del llamado new rave hace unos años, pero con su segundo álbum, Total Life Forever, su sonido se ha vuelto más experimental, aunque no deja de ser bailable. En su música hay una presencia fuerte del llamado math rock, ese movimiento subterráneo que surgió a finales de los ochenta en ciudades de Japón y de Estados Unidos.
El math rock es una música en su mayoría instrumental o con largos pasajes instrumentales en los que predominan estructuras complejas y ritmos intrincados, y que en más de alguna ocasión pueden simular laberintos sonoros o persecuciones entre los instrumentos, lo que a su vez ha propiciado la creación de nuevos movimientos o géneros, como el llamado post rock.
Incluso Radiohead ha sido influenciado por este tipo de sonido, especialmente en álbumes como Kid A, Amnesiac, y de una manera más madura en Hail to the Thief e In Rainbows.
La estructura de las canciones de Foals es compleja y con marcados cambios de ritmos, más orientados al baile. A diferencia de otros grupos del género, la voz no sólo es utilizada como un instrumento. En cuanto a las comparaciones con Radiohead, sí hay ciertas similitudes en el sonido. Foals también juega con los sintetizadores, aunque la base rítmica es más juguetona y con acercamientos al funk.
A Radiohead se le ha satanizado por acercarse al kraut rock, pero a Foals al parecer se le perdona el coquetear con ritmos bailables o por experimentar. Para conocer un poco más de la banda, puedes dar clic aquí o aquí. y
Canadá no sólo es Neil Young y el hockey
De Canadá han salido músicos como Neil Young y Rush, pasando por Alias, hasta llegar a los años recientes con propuestas tan diversas como Nelly Furtado, Arcade Fire y Broken Social Scene, en el cual han participado artistas como la talentosa Feist y algunos integrantes de Stars.
Precisamente Stars lanzó un nuevo álbum este año. Con el enigmático título de The Five Ghosts, la agrupación formada por Amy Millan, Evan Cranley, Torquil Campbell, Patty McGee y Chris Seligman dio un giro radical a su sonido, sin perder su esencia melancólica.
La música de Stars es fina y melancólica. En sus primeros discos se notan influencias muy marcadas del folk, de la chanson francaise, de la música clásica y hasta del hip hop.
La música de Stars es fina y melancólica. En sus primeros discos se notan influencias muy marcadas del folk, de la chanson francaise, de la música clásica y hasta del hip hop. Se les ubica como banda de Montreal, debido que buena parte de su trayectoria la han desarrollado en esa ciudad de la provincia de Quebec, a pesar de haberse formado en Toronto y haber pasado un tiempo en Nueva York.
Esta vez lo tradicional se difumina en favor de una mayor incrustación de elementos electrónicos, aunque las voces dulces, las letras tristes y por momentos los arreglos de cuerdas y metales continúan siendo el sello de la personalidad sonora de la banda. A pesar de que The Five Ghosts pueda parecer optimista por momentos, no es así. El aislamiento, la culpa, los resentimientos, la vergüenza, la muerte, la reencarnación, el espiritismo y el rechazo están latentes desde el primer corte, “Dead hearts”, que arranca como sigue:
Dime todo lo que pasó, dime todo lo que viste.
Tenían luces dentro de sus ojos, tenían luces dentro de sus ojos.
¿Viste la ventana cerrarse?, ¿viste la puerta azotarse?
Se adelantaron y mi corazón murió, se adelantaron y mi corazón murió.
Stars no gozará de la fama cada vez más grande de Arcade Fire, ni será estandarte de culto del llamado indie más hipster como sucede con Broken Social Scene, pero musicalmente es una agrupación que gusta de navegar por los ríos de sonoridades clásicas y actuales en contracorriente. En México es posible encontrar en CD nacional su trabajo anterior In our bedroom after the war, uno de los mejores. Hay otros trabajos previos como Set Yourself on Fire y Heart, que fue el que les abrió las puertas a otros mercados. The Five Ghosts por el momento sólo puede conseguirse en formato digital a través de la tienda virtual iTunes.
Para ver una sesión en estudio, puede pulsar aquí.
La cinematografía en el rock
Broken Bells es un proyecto encabezado por el productor Brian Burton, mejor conocido como Danger Mouse —quien también ha sido integrante de Gnarls Barkley y ha trabajado detrás de la consola con Gorillaz, Beck, The Good, The Bad and the Queenn y actualmente produce el próximo álbum de U2, que saldrá a principios de 2011— y James Mercer, vocalista de The Shins.Con estos antecedentes uno podría pensar que se trata de un disco de hip hop con acercamientos al rock psicodélico de manera similar al Grey Album, experimento que Danger Mouse realizara al mezclar el Black Album de Jay Z con el White Album de Los Beatles. En Broken Bells sucede exactamente lo opuesto.
Cierto, hay algunas bases rítmicas orientadas al hip hop, pero predominan el rock y el pop de los años sesenta y acercamientos a la música francesa. De este trabajo puede decirse que es muy visual. Los sonidos, épicos y melancólicos, pueden remitir a un trayecto por una carretera desolada rodeada de montañas, a una noche en la que se espera a alguien que puede marcar el inicio de una nueva etapa en la vida, o simplemente un cuarto oscuro o un bar en el que el whisky fluye sin parar.
Muy lejos de la estridencia de los días en los que vivimos se halla esta propuesta. Las voces armoniosas, parecido a lo que han hecho Belle & Sebastian o los franceses de Air, así como guitarras acústicas, una batería lenta y teclados analógicos, son suficientes para invitar a la reflexión o escucharse mientras se hace nada.
Broken Bells es el disco de este año para este reseñista debido a que es un licuado atemporal de sonidos y etapas. El video de “A ghost inside” está aquí. ®