En la sección de inicio de la versión digital del Periódico de Poesía aparece la <p> de poesía, la palabra poesía, y otras palabras que enlistan secciones o refieren nombres propios, pero no, no hay, a primera vista, el cuerpo de un poema ocupando la página…
¿Se imaginan apenas despertar e ir con prisa, mientras sale el café, a recoger el periódico, sentarse con feliz pasmo para leer y releer un poema de Eduardo Lizalde en primera plana y grandes letras en, por ejemplo, el periódico Reforma, o sin más explicación, comentar todo el día en la oficina, y la sobremesa, el tino del director del Diario de Xalapa que puso a ocho columnas unas décimas de Arcadio Hidalgo…? Ni como ocurrencia un 28 de noviembre semejante cosa sería pensable o siquiera tolerable. Que en ningún periódico aparezca un poema en alguna página no es raro, pero que en un periódico de poesía tampoco, ¿no sería una decepción…? Quién sabe, tal vez es el tipo de decepción cotidiana, necesaria e inocua; como levantarse, desperezarse y no encontrar poesía al ver por la ventana; expectativa que quién sabe de dónde viene y que casi siempre frustra: Ash… es lo que uno dice con más frecuencia al asomarse a los periódicos del día o al querer leer en el cielo encabezados de un futuro límpido.
En el monitor tecleo y en la ventana aparece El Periódico de Poesía de la UNAM; en la sección de inicio de la versión digital del Periódico aparece la <p> de poesía, la palabra poesía, y otras palabras que enlistan secciones o refieren nombres propios, pero no, no hay, a primera vista, el cuerpo de un poema ocupando la página.
Hay un pequeño banner de noticias, noticias que no son poéticas, lo más relevante esta semana: “Periódico de Poesía inicia su 4° año en red y tendremos muy pronto el 3er Anuario Impreso”. El target de este sitio es un público cautivo: la comunidad, no sé si estudiantil, pero sí de académicos e investigadores de la Dirección de Literatura de la UNAM.
Es evidente la cantidad y la selección de información que alimenta este espacio virtual, pero no queda clara una ruta de lectura de su cometido: la poesía.
Es evidente la cantidad y la selección de información que alimenta este espacio virtual, pero no queda clara una ruta de lectura de su cometido: la poesía. Es reconocible su esfuerzo de atender a la realidad post letrada y a la era de la literatura electrónica; muy loable la ambición de convertirse en un portal, y creo que ya lo es como espacio de difusión de la agenda de la literaria y escaparate de autores; como foro y punto de encuentro para el quehacer poético y la crítica, creo, no se presenta en un formato efectivo, en parte porque El Periódico de Poesía compite con la sofisticación de los formatos en la Web y porque la cultura en línea necesita mostrar una competitividad propositiva y, a la vez, bastante agresiva, en términos del uso de la tecnología.
Hacer puerto en la poesía es navegación compleja, no basta con teclear, no basta con apretar el botón; el mapa de búsqueda nos mantiene en la superficie y deja con hambre de algo sustancioso. Navegar por portales y sitios en internet accediendo bajo la entrada poesía arroja, las más de las veces, direcciones de lugares con un perfil más o menos similar: archivos de semblanzas de poetas y, a veces, una selección de poemas; en sitios interesados en la poesía actual puede llegar a encontrarse podcasts de entrevistas o ligas a poesía visual y audiopoemas.
Como a muchas publicaciones en este ineludible —y no necesariamente desafortunado— tránsito del papel al plasma, fondo es y seguirá siendo forma, y en el fondo está ocurriendo lo más rudimentario: “calcar” un formato (impreso) que se agotó en uno hecho con plantillas digitales. El mundo en línea ofrece una experiencia sensorial compleja, cambiante, voluble y demandante. Si “el medio es mensaje” el soporte tencnológico del que hecha mano El Periódico de Poesía aún puede explotarse. No espero que El Periódico de Poesía de la UNAM sea un sitio de entretenimiento, pero sí me gustaría que tuviera lugar lo poético y se aventurara, de la mano de los recursos digitales, en una propuesta de legibilidad y lectura diferentes de la edición en papel.
Es ya vieja, pero ferozmente recurrente, la discusión acerca de si la poesía expresa o comunica, se ha privilegiado el comunicar, de ahí que la mayoría de las páginas institucionales en internet son almacenes donde priva una jerarquización de información.
Es ya vieja, pero ferozmente recurrente, la discusión acerca de si la poesía expresa o comunica, se ha privilegiado el comunicar, de ahí que la mayoría de las páginas institucionales en internet son almacenes donde priva una jerarquización de información.
Pedro Serrano, poeta, traductor, promotor de la poesía, editor de este Periódico y autor de la entrañable columna En defensa de la poesía, afirma que se quiere “la difusión de la poesía y el pensamiento”, pero habría que insistir en cuestionar ¿de qué manera ha venido ocurriendo esto en la tradición poética? Cumpliendo cuatro años de vida virtual y más de veinte como publicación, el Periódico está inventándose aún en esta labor.
Se cree que “el cyber es refractario al espíritu”, pero ahí están, desde hace años, la presencia de los blogs, determinantes en la difusión actual de la poesía y la crítica. El riesgo para la Red es clonar la televisión: llenarnos de comerciales, de programas de revista y de canales de cultura institucionalizada. Flota el prejuicio de que el poeta es refractario a la tecnología, pero ahí están también los incipientes, arrojados, improvisados y atinados experimentos de poetas que además de pensar sonido, sentido, temas y forma, tienen hambre de electricidad y de comunas en gigabytes.
Tal vez el editor del futuro próximo es un ingeniero en sistemas electrónicos y no sé cuánto tiempo vaya a tomarle interesarse en la poesía por la poesía —si de por sí a los editores comerciales y a los no tan comerciales, pero realistas, la poesía no les interesa porque no es sustentable.
Celebro que la UNAM, a través de su comunidad, dedique, sin claudicar, un espacio para la poesía escrita y escribiéndose. “La poesía es a la vez una intuición y un oficio”, nos recuerda Pedro Serrano, y esta verdad atemporal es el compromiso de los poetas y de los editores en cualquier época. ®
Héctor Pesantez
Hola, soy Héctor de Ecuador, estoy al tanto del mundo de la poesía, de muchos personajes grandes en la historia que se dedican a este oficio. Pero me cuestioné al leer en este medio la pregunta sobre cual es el origen de este arte. Algo interesante para seguir conociendo… para así darle originalidad a mis escritos.
«La poesía es a la vez una intuición y un oficio”, nos recuerda Pedro Serrano, y esta verdad atemporal es el compromiso de los poetas y de los editores en cualquier época». Y tiene razón este escritor cuando expresa esto… este principio me lanza de lleno al mundo agrietado de cielo y tierra, que grita en silencio, llora lagrimas invisibles, sufre dolor de parto, para sentir lo que siente mediante la contemplación y de punta la inspiración, escribir en palabras que solo descifra el corazón.
Me alegro de poder contactar con ustedes… quisiera tener la posibilidad que me permitan reflexionar en su medio… y si no es posible… de igual manera agradezco por darle importancia a la poesía… porque en realidad aveces se esfuma muchas palabras bellas de personas anónimas, por decirlo así, que no tienen como hacer que sus palabras sean conocidas por otros: Así se hace más efectivo este arte.
Héctor Pesantez el más conocido como jashi.