Miguel Badillo (coordinador), Morir en la miseria. Los 14 municipios más pobres de México, México: Océano, 2009
En medio de innumerables e interminables disputas políticas, queda oculta la gran cuestión de este país: la pobreza extrema en que viven millones de mexicanos. En el universo mediático, un asunto endémico como la miseria no es noticia.
Para intentar revertir esa situación la revista Contralínea realizó visitas a algunos de los lugares más míseros de nuestro país en 2003. Ese ejercicio fue repetido entre 2007 y 2008, en este caso con recorridos a los catorce municipios más pobres de este país, en los que se da una leve idea de la gran profundidad y amplia extensión de las zonas miserables de México.
De esa forma, siete reporteros dan cuenta de las más que lastimosas condiciones en que sobreviven y mueren los habitantes en aquellas regiones. Los textos parecen, en la mayoría de los casos, una sola historia contada de diversas formas, apenas con algunas características locales: la caricatura de alimentación con la que se satisfacen necesidades básicas, las nulas condiciones sanitarias en que transcurren las vidas de los pobladores, escuelas derruidas en las que niños hambrientos reciben instrucción (si es que aún hay maestro), alejamiento de los centros urbanos, caminos intransitables, aislamiento, racismo, emigración y abandono de las autoridades, todo ello prácticamente sin posibilidades de desarrollo. En algunos de los casos, esto va acompañado por graves condiciones de división y enfrentamiento dentro de las comunidades, como ocurre en Chiapas.
Otra constante es que se trata, en general, de comunidades indígenas, lo que no obsta para que la población mestiza comparta sus numerosos padecimientos y carencias.
Es, en pocas palabras, un severo recordatorio de que hay muchos compatriotas que sobreviven y mueren en las peores condiciones, comparables a las del África subsahariana, como se recuerda una y otra vez en el volumen.
Contenido: Presentación; Introducción; 1. Morir en la pobreza: Cochoapa el Grande, Guerrero, Zósimo Camacho; 2. Metlatónoc: embuste y desprecio, Zósimo Camacho; 3. Coicoyán, el inframundo, Érika Ramírez; 4. Rezago en la sierra zapoteca, Érika Ramírez; 5. El exilio: única opción en San Martín Peras, Paulina Monroy; 6. Salud: la política de contrainsurgencia, Nancy Flores; 7. Sobrevivir en la miseria, Nancy Flores; 8. Chanal: tracoma, atraso y hambre, Ana Lilia Pérez; 9. Cólera, tuberculosis y analfabetismo en la selva negra, Ana Lilia Pérez; 10. Mitontic, el rostro del olvido, Paulina Monroy; 11. Aldama y Magdalena de la Paz, unidos por la pobreza, Paulina Monroy; 12. Mixtla de Altamirano, los pobres, un botín político, Nydia Egremy; 13. Miseria, la amarga herencia del PRI y del PAN, Nydia Egremy; 14. Sierra Tarahumara: mexicanos en cavernas, Zósimo Camacho; 15. Desplazados por el hambre, Zósimo Camacho; 16. Epílogo, Yenise Tinoco
Roger Bartra (compilador), Izquierda, democracia y crisis política en México, México: Nuevo Horizonte Editores, Friedrich Ebert Stiftung, 2007
Fruto de un encuentro que en 2006 se realizó en la UNAM, en este libro se reúnen las opiniones de diversos intelectuales y políticos acerca del presente y futuro de la izquierda mexicana.
De esa forma, se abre un abanico crítico impresionante y en ocasiones muy denso. Para Roger Bartra, por ejemplo, la izquierda ha estado sumida en el sentimentalismo y en el abandono de la cultura política democrática a favor, por ejemplo, del caciquismo y el clientelismo en la Ciudad de México.
¿Cuál puede ser el remedio? Entre otros muchos, para Bartra podría ser el buscar la coincidencia de los valores socialistas y liberales. Pero para ello hay muchas trabas, como la gran tradición antiliberal de la izquierda proveniente del marxismo más duro, que ahora se ha refugiado en el multiculturalismo para intentar mantener sus banderas. Una crítica severa y densa a estas últimas posiciones es la que hace José Antonio Aguilar Rivera, quien aclara que el legado igualitario y universalista de la izquierda es difícilmente reconciliable con la política de la identidad.
Una buena síntesis política del papel democratizador de la izquierda es la de José Woldenberg, quien nos recuerda acertadamente que hay varias izquierdas. Sin embargo, y muy paradójicamente, tras las elecciones de 2006 los atavismos de la izquierda autoritaria reaparecieron de forma preocupante en su vertiente más importante: no hay un reconocimiento puntual de la pluralidad política, no acaba de ser reformista, sigue siendo intolerante y piensa la política en términos moralistas de buenos y malos. Como bien señala Soledad Loaeza, con su desafío plebiscitario (que algunos quieren ver como la fase superior de la democracia), “puso en cuestión los principios de la democratización mexicana, en particular el pluralismo político y el papel de los partidos”. En ese sentido, más que de fortalecimiento de la democracia, sus tesis y su proceder tienden más bien a minarla.
Contenido: La izquierda, ¿en peligro de extinción?, Roger Bartra; Izquierda y liberalismo: un desencuentro, Enrique Krauze; La izquierda mexicana en su laberinto, José Woldenberg; Transfiguraciones de la izquierda mexicana, Jorge Alcocer V.; Régimen político y democracia: una relación en conflicto, Francisco Valdés Ugalde; Recipientes vs. participantes: la izquierda y el reto de la ciudadanización, Denise Dresser; Sobre la eficacia de los derechos sociales, José Ramón Cossío D.; ¿La democracia, la ideología de los intelectuales?, Christopher Domínguez Michael; Detente, Apocalipsis: tengo un Plan B. El futuro de la izquierda mexicana, Juan Villoro; Democracia y autoritarismo en la cultura de las izquierdas, José Ramón Enríquez; La izquierda: entre el particularismo y el universalismo, José Antonio Aguilar Rivera; La izquierda extraviada, Raúl Trejo Delarbre; Gobiernos de izquierda y democracia: ciudadanos o clientes, Víctor Manuel Durand Ponte; A la democracia ¿desde dónde?, Macario Schettino; La socialdemocracia: una izquierda para el México de hoy, Patricia Mercado; La izquierda, la democracia y la crisis política, Jesús Ortega Martínez; El largo camino de México hacia la izquierda, Pablo Gómez; Igualdad o libertad, Juan Molinar Horcasitas; La Presidencia constitucional y la izquierda en el México post-autoritario, Soledad Loaeza; Una izquierda en busca de identidad: la Alianza Cívica Mexicana, Sergio Aguayo Quezada
Roberto Guzmán Esparza, Adolfo de la Huerta, el desconocido, estudio preliminar, rescate e iconografía de Pedro Castro, México: Universidad Autónoma Metropolitana, 2009
Como se sabe, Adolfo de la Huerta tomó parte en la revolución mexicana en el bando de los sonorenses, de cuyo liderazgo formó parte al lado de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Incluso llegó a ser presidente provisional de la República y secretario de Estado; su frustrada postulación como candidato al Poder Ejecutivo para las elecciones de 1924 dio lugar a una amplia rebelión que fue llamada “sin cabeza”, tras cuyo fracaso De la Huerta tuvo que partir al destierro.
Cuentan que, en alguna ocasión, Obregón, con su humor característico, señaló que en el destierro “Adolfo al menos podría dar clases de canto”, mientras que él, con su solo brazo, “no podría conseguir trabajo ni de barrendero”. Tras los desacuerdos entre ambos aquello se hizo realidad: al partir a vivir a Estados Unidos casi sin recursos, De la Huerta tuvo que encontrar un trabajo que le permitiera vivir con decoro. Así, se dedicó a la enseñanza del bel canto, faceta a la cual está consagrado el libro.
Este es un interesante trabajo que no sólo debe atraer a los historiadores, sino a aquellos que quieran conocer, de primera mano y de forma amena, el desarrollo de una parte del medio cultural estadounidense y mexicano, entonces en plena transición tanto en la del cine mudo al sonoro y la del bel canto a los boleros llorones, como les llama el autor.
Contenido: Estudio preliminar. Adolfo de la Huerta, presidente y artista, Pedro Castro; Adolfo de la Huerta, el desconocido, Roberto Guzmán Esparza; Prólogo, Rafael Trujillo Herrera; Apéndice, facsimilares y fotografías
Romeo Flores Caballero, Revolución y contrarrevolución en la Independencia de México, 1767-1867, México: Océano, 2009
Hace ya cuatro décadas el autor publicó un ensayo que hasta ese momento significó un avance historiográfico importante: La contrarrevolución en la independencia: los españoles en la vida política, social y económica de México, 1804-1838, en el que describía puntualmente los intentos de los conservadores por mantener el status quo de la Colonia. También entonces se publicó el ensayo sobre la consolidación de vales reales en la Nueva España y sus consecuencias de desequilibrio en las finanzas que finalmente contribuyeron a la quiebra del régimen colonial. El libro que comentamos es una ampliación y actualización de las tesis que el autor sostenía desde entonces, apuntaladas con la revisión de los avances historiográficos más importantes registrados desde su publicación original.
La explicación que del proceso independentista da Flores Caballero ha aumentado en tiempo y en calidad: ahora parte de las reformas borbónicas, que implicaron, fundamentalmente, la expulsión de los jesuitas y la reestructuración administrativa en intendencias, y llega prácticamente hasta la victoria sobre los invasores franceses y la República Restaurada.
El eje político sobre el que gira la principal tesis del libro es el liberalismo, que lleva finalmente a la preeminencia del Estado sobre la Iglesia. El conflicto social y político se llevó a cabo entre dos facciones que se disputaron incluso la autoría y realización de la independencia mexicana: los revolucionarios, que son los liberales, y los contrarrevolucionarios, es decir, los conservadores.
Posteriormente el autor revisa el trajinar político de los primeros años de la independencia mexicana y sus continuos vaivenes, fracturas y enfrentamientos políticos, así como el atropello de las grandes potencias extranjeras y las frágiles condiciones económicas y sociales en las que tuvo que sobrevivir el país, cuya descripción hace pensar que sólo un milagro logró que la nación finalmente se consolidara. En este sentido, el autor estima que el año en que finalmente se logró consolidar la independencia mexicana es en 1867, lo que, en sus palabras, “representó el triunfo de los liberales sobre el pasado colonial en contra del cual lucharon por más de cincuenta años”.
Contenido: Introducción; Primera parte; Población y estructura social de la Nueva España, 1790-1821; Causas, instrumentación e impacto de la Real Cédula de Consolidación de Vales I; Causas, instrumentación e impacto de la Real Cédula de Consolidación de Vales II; Revolución y contrarrevolución en la independencia de México, 1810-1821; Segunda parte; El triunfo de la contrarrevolución y el Imperio de Iturbide; El nacimiento de la república y las estructuras sociales; Definición y defensa de la nación y de la soberanía; Auge y caída del gobierno central y la consumación de la independencia; Anexo 1. Bienes de la Iglesia novohispana afectados por la Real Consolidación de Vales; Anexo 2. Párrocos insurgentes
Fernando M. González, La Iglesia del silencio. De mártires y pederastas, México: Tusquets, 2009
El autor es uno de los mayores conocedores en el trajinar de los grupos políticos de la derecha mexicana y en los asuntos de la pederastia dentro de la Iglesia católica, a los que ya ha dedicado varios libros. En esta ocasión González presenta un volumen de dos partes claramente diferenciadas: la primera dedicada a una revisión crítica de las beatificaciones de los mártires de la Cristiada, y la segunda ahonda aún más en el caso de Marcial Maciel.
En el primer caso, González se ocupa de desmontar lo que denomina la suplantación y transfiguración de lo que ocurrió con varios personajes relacionados con el movimiento religioso armado de fines de los años veinte del siglo pasado, destacadamente Miguel Agustín Pro y Anacleto González Flores, por sólo mencionar dos casos representativos. El autor enfoca sus baterías contra la falsificación histórica que ha hecho de los mártires cristeros personajes supuestamente al margen, si no es que abiertamente contrarios, al levantamiento armado, lo que busca aportar legitimidad a su beatificación. Pero, como bien enseña el psicoanalista, la gran mayoría de ellos, en el mejor de los casos, se abstuvo de condenar la guerra, si no es que la apoyaron de diversas maneras.
En la segunda parte se aborda el caso Maciel, en el cual se analizan las diversas estrategias seguidas por los Legionarios y por la Iglesia por silenciar y minimizar las graves faltas sexuales en las que incurrió ese personaje infame. Ante sus graves culpas, fue “castigado” sólo con una invitación a retirarse a una vida de oración y meditación. Sobre este caso llaman la atención dos asertos del autor: la primera, que no se puede exonerar a la institución Legionarios de Cristo de las actividades de su líder, y la segunda: que las estrategias de silenciamiento, pese a todo, nos indican que estamos ante un santo en camino. Ante lo anterior, queda mencionar que ante ellos sólo quedan como recursos la memoria y la historia.
Contenido: Introducción; Primera parte; La fabricación de los guerreros mártires de la Cristiada; Segunda parte; La sexualidad transfigurada
José Woldenberg, El desencanto, México: Ediciones Cal y Arena, 2009
El autor ha tenido cierta obsesión por dejar un testimonio crítico de la izquierda mexicana. En esta ocasión, para relatar su trajinar por la izquierda desde los años setenta hasta la actualidad recurre a una suerte de largo ensayo presentado como novela, en la que se relata el camino que a través de la política mexicana ha seguido el personaje principal, llamado “Manuel”, quien es una especie de alter ego del propio autor. Y el relato se centra en las grandes luchas de la izquierda de la UNAM, desde la formación del sindicato de académicos hasta la elección presidencial de 2006.
Pero el libro tiene otra vertiente claramente diferenciada, aunque muy relacionada: los comentarios a libros escritos desde el desencanto y el desengaño del estalinismo, del socialismo real y de los partidos comunistas. Así el autor revisa a escritores tan diferentes como Arthur Koestler, Howard Fast, André Gide, Ignazio Silone, George Orwell, José Revueltas y Víctor Serge.
El libro está atravesado por dos inquietudes fundamentales: primera, la reivindicación del reformismo y, segunda, la pugna por hacer prevalecer una ética democrática en la práctica política. La primera lleva a hacer una defensa de las políticas graduales que por la vía pacífica, legal e institucional permitieron avanzar al país hacia la democracia. Por el lado ético se defiende la idea de que en política no todo está permitido, sino que ésta debe estar regida por criterios de verdad y racionalidad si de veras quiere llegar al puerto deseado. Es interesante y cierto el apunte que hace Woldenberg: los fines, por altos que sean, no justifican todos los medios; muchas veces éstos son los que, en la práctica, van moldeando a aquellos, hasta trastocarlos por completo.