La oferta de revistas teatrales en México se cuenta con los dedos. Tamoya, dirigida por Carballido hasta su muerte, es una propuesta que vale la pena conocer.
Raras son en la actualidad las revistas especializadas en teatro. En México es muy probable que sea Paso de Gato la publicación más avezada en el tema. No obstante, no es una revista de dramaturgia propiamente, sino una especie de bitácora teatral (fotos, entrevistas, cartelera, reseñas) de las obras que se presentan en el país. Aunque no todas las obras ni todo el país.
Tramoya, cuaderno de teatro de la Universidad Veracruzana, es otra propuesta interesante, quizá la mejor en el ámbito de la dramaturgia. Sobria, sin aspavientos comerciales, con una hermosa viñeta en el índice que nos remite al teatro griego, la publicación universitaria cumple en su número más reciente (105, oct.-dic. de 2010) 35 años de vida, de la que Emilio Carballido fue su fundador y director hasta su muerte.
Bellísimo ejemplar de aniversario, Tramoya nos brinda un reparto de lujo: Lev Tolstói, Yannis Ritsos y Molière. Prácticamente desconocido como dramaturgo, del gran escritor ruso se aborda el drama “Y la luz luce en las tinieblas”, vivo reflejo de las inquietudes morales y espirituales de Tolstói en boca del protagonista, Nicolái Ivánovich.
Bellísimo ejemplar de aniversario, Tramoya nos brinda un reparto de lujo: Lev Tolstói, Yannis Ritsos y Molière.
Apesadumbrado por la vida fácil que lleva, en contraste con su entorno, Nicolái Ivánovich abraza un nuevo cristianismo en donde pone en tela de juicio los dogmas de la Iglesia cristiana, la familia, la propiedad privada, así como el papel que la disciplina militar desempeña en las sociedades. La incomprensión que recibe de los demás, principalmente de su mujer, es el hilo conductor de la obra. Un joven sacerdote y el novio de su hija son sus únicos adeptos, lo que provoca el conflicto entre el grupo de personajes.
De intermedio se nos ofrece el poema “Ayax”, del poeta helénico Yannis Ritsos. Como su nombre indica, se retoma al que quizá sea el héroe más trágico de la antigüedad griega. Ritsos, también dramaturgo, recrea un estupendo monólogo, siguiendo sobre todo a Sófocles, en el momento en que Ayax ha enloquecido y degollado corderos, perros, gatos, gallinas, creyéndolos sus enemigos.
Ayax se dirige a su esposa, reflexiona sobre el valor, la guerra, la dignidad, la adulación, el absurdo, el tiempo, la vida y la muerte. El poema-monólogo abre y cierra con breves acotaciones que nos dan idea de un Ayax contemporáneo, sin por ello perder la esencia del héroe homérico. La traducción de “Ayax”, al igual que de “Y la luz luce en las tinieblas”, son obra de Selma Ancira, ambas irreprochables.
Cierra este número el más grande de los grandes comediógrafos: Molière. “El atolondrado o Los contratiempos” es la primera comedia del dramaturgo francés. Es una obra divertidísima, llena de enredos e inimaginables maquinaciones. Cabe apuntar que su protagonista, el criado Mascarilla, fue representado por el propio Molière en su estreno en Lyon en 1653, con un éxito abrumador. Mascarilla lo dice todo: “¡Dioses! ¡Cómo hemos visto aventuras en tan poco tiempo, y cuántos papeles está obligado a representar un pícaro!” ®