¿Es posible incorporar las redes sociales a la educación? Desde la llegada de la videograbadora, a mediados de los ochenta, la incorporación de elementos audiovisuales en la escuela fue una constante.
Facebook forma parte de nuestras vidas
Cientos de intentos para cambiar el frío pizarrón por experiencias interactivas han avanzado en la educación. Pero muchas veces las propias instituciones y los docentes se resisten por temor o desconocimiento. No obstante, existen ejemplos de vanguardia que permiten desmenuzar las enormes potencialidades que poseen las herramientas digitales.
Uno se da una vuelta por allí como quien va al baño o como quien toma un traguito de agua. Desde hace dos años se coronó como la gran red de amigos alcanzando la suma de 500 millones de usuarios. Teóricos, mercaderes y políticos coparon la red creada por el muchachito de Harvard de moda. Mientras, ya existen experiencias pedagógicas alentadoras en torno a su uso en la escuela y en la universidad. El caso del Proyecto Facebook fogoneado por el filósofo Alejandro Piscitelli en la Universidad de Buenos Aires [UBA] es emblemático. Más allá de la UBA y más cerca de Rosario, relataré una experiencia del uso de FB en una escuela secundaria en un lejano 2009.
Asignatura: Tecnología de la Información y la Comunicación. Tercer año. Contenido: algo más que códigos binarios. Italo Calvino, historia de la escritura, pinturas rupestres, inventos bélicos, genealogía de los medios tradicionales, diálogo con sus abuelos acerca de los medios tradicionales de comunicación, monopolios mediáticos, la era Google, narrativas hipertextuales, mensajitos de textos y mucho YouTube. Abro el portafolio. 7.40 AM. 37 alumnos prolijamente ordenados en seis filas verticales. Los miro fijamente. Calculo que ellos se jubilarán hacia fines del 2050. Tomo aire. Imprevisibilidad a corto plazo. “Todos los niños poseen un tremendo talento”, sostuvo el educador Ken Robinson en una conferencia titulada ¿La escuela mata a la creatividad?
Un FB analógico
“Ustedes van a entrar en la historia. Serán los primeros alumnos del mundo que realizarán un Facebook analógico. Imitaremos la lógica de FB en el aula, mirándonos las caras”.
“Ustedes van a entrar en la historia. Serán los primeros alumnos del mundo que realizarán un Facebook analógico. Imitaremos la lógica de FB en el aula, mirándonos las caras”. Procuro motivarlos. Cada uno ya tiene en su banco una cartulina, varias hojas en blanco, un marcador, diarios viejos, revistas del corazón, plasticola y tijera. Esquivando la falta de laboratorio de informática, o la no reserva anticipada de éste, afirmo: “Pensemos que todos integramos una red social, que somos ‘amigos’ en FB y que ingresamos al mismo tiempo. A partir de este momento estamos conectados. Lo que necesitamos es cambiar la disposición del aula”. Acto seguido, con el poco ánimo de haberse levantado hace algunos minutos, los adolescentes arman un gran círculo, estamos en ronda.
Los niños leen símbolos. A este mismo curso, hace algunas clases, le dibujé un rectángulo en el pizarrón y les pregunté: ¿qué es? “El buscador de Google”, me respondieron. Ahora deberán recrear una red fuera de lo digital. Anoto en el pizarrón la pregunta FB: ¿En qué estás pensando? Les propongo una clase ágil, con respuestas cortas y trabajar en forma individual. “En diez segundos, escriban ¿qué están pensado?”
¿Qué pensás? Los chicos escriben y levantan sus carteles. Los leen, uno a uno. “En un pancho [hot dog]”, “En que tengo ganas de irme a mi casa”, “En irme de campamento”, “Está muy bueno estar sentados de esta manera”, “Estoy un poco cansada, tengo sed, amo a mi amiga y no tengo ganas de pensar chau, me duermo”, “En salir, irme de viaje y comer chocolate”, “Comer un alfajor que tengo en la mochila”. La constante se repite. Irme. Casa. Comidas. Pareciera que un chocolate es más estimulante que la escuela. Pero uno de los chicos deja picando un concepto, una puerta abierta: “Pienso en pensar”.
Copiar y pegar. Segunda consigna. “Elijan tres noticias, recorten títulos, volanta, palabras sueltas, fotos y armen una noticia nueva. Ustedes son muy criticados por utilizar el Copy and Paste, hoy es lícito. Pueden cortar, copiar y pegar. Armen un nuevo texto, digan lo que quieran”. Admito que fue un principio caótico y los alumnos no paraban de preguntar ¿En qué hoja? ¿Podemos escribir? ¿Se puede usar más de una foto? Les costaba salirse de los márgenes. La consigna es abierta. “Hagan lo que quieran, ustedes están armando un hipertexto, este será un enlace que subirán al FB analógico, pero atentos, que su texto puede ser comentado por otro compañero, no se olviden que estamos en una red social”.
Los resultados. Una vez finalizado, los estudiantes en ronda mostraron sus creaciones. “El campo evitó un fenómeno, ahora salió a cuestionar las paredes porteñas”. Valentina ironizó sobre el conflicto agropecuario que paralizó al país durante casi un año con piquetes. En la foto se ve a un artista plástico pintando un mural. “El mapa digital ‘mata’ la historia”, fue un titular completo; pero en la bajada Lucas completó en collage: “Google es para la Sociedad Cartográfica Británica una irracionalidad”. “Nosotros los monos” fue el titular del lanzamiento de una película de animación que tiene a Obama como protagonista, un fotomontaje del presidente de Estados Unidos con un gran orangután. “La escritura es mi guerra de pantallas”, se lee en una gigante cartulina verde. En la bajada: “Hay unas 50 personas que no quieren seguir siendo reconocidas”. No faltaron los títulos de moda, muchos policiales y otros aludieron al consumo de drogas.
De suricatas, Google y el correo
“La creatividad es tan importante como la alfabetización”, sostuvo Ken Robinson en la mencionada conferencia. Y estos chicos me están sorprendiendo. Dos trabajos se destacaron. Y fueron reconocidos por sus pares. Ramírez, un pibe callado, tituló: “Mensajitos sueltos por ahí. ¿Mejores sobre papel? Manuscritos eran los de antes”. Y armó un fotomontaje donde un maletín de cartero es reemplazado por un mail de G-Mail. En tanto, Melisa pegó una foto de una suricata, como si fuera la dueña de Google. Volanta: Decisión de la comisión de Defensa de la Competencia. Título: Por qué me fui de Google. La suricata, en la foto, está pensando en Google!
El final. “No hay sistema en el mundo que enseñe a bailar”, sostiene Sir Ken. Confieso que la ronda que armamos me invita al baile. Una ranchera, un rocanrol. Pero la clase está por terminar. Hay papeles en el piso. Los chicos destrozaron los diarios. Los bancos están inundados de plasticota, reina un feliz caos. Titulares abandonados del diario de ayer. “Imaginen el futuro. 2020. Algunos de ustedes, padres. Contándoles a sus hijos que practicaron la lógica FB en un pizarrón. Estamos locos”.
Para concluir retomamos la consigna FB. ¿Qué estás pensando? Francisco: “Estoy pensando que no pensaba en irme a mi casa, sino que quiero irme a mi casa y eso me borró el pensamiento anterior”. Victoria: “Cómo voy a hacer la prueba de inglés”. Virginia: “Quiero aprobar la prueba de matemática”. Lucas: “En una canción”. Valentina: “Quiero que sea sábado al mediodía. Tengo hambre”. Branco: “Que este trabajo estuvo bueno”. Ramírez: “Estoy pensando qué les habrá gustado de mi trabajo si no fue tan bueno”. Aplausos. Final. Yo pienso en tomar unos mates. Como diría Débora, el día es ‘muuuuuy largooooooo’. ®
—Rosario, Argentina, marzo de 2010.
@lamediaverde
que trabajo tan interesante, estoy pensando como hacer que FB sea mas productivo referente a la educacion de los chicos y que no sea «simple» entretenimineto. entretenimiento-educativo-comunicativo