La cabeza rodante del artista sigue girando y al parecer le quedan varias vueltas. En el cierre del foro Ciudades, Bicicletas y el futuro de la Movilidad que pasó por Guadalajara y la Ciudad de México el autor de Diarios de bicicleta (Sexto Piso) respondió a Replicante algunas preguntas sobre su reciente actividad.
—¿Por qué se ha vuelto tan relevante la bicicleta en tu vida y en tu trabajo, como este libro y los biciestacionamientos?
—Me di cuenta de que la percepción que tenía la gente no sólo de las bicicletas, sino de cómo podían hacer su vida en las ciudades, estaba cambiando. Hace décadas pedalear una bici en Nueva York, por ejemplo, era muy extraño. Sólo los excéntricos y los pobres entre los pobres usaban la bici. Eso ha cambiado mucho, siento que ahora las personas se preguntan a sí mismas, “¿Cuál es el siguiente paso? ¿Cómo pueden ser nuestras ciudades mejores y más amables para vivir?”
—¿Has imaginado una canción mientras pedaleas tu bicicleta, como si fuera un instrumento musical que debes afinar?
—A veces se me ocurren ideas para una melodía, un texto o algún aspecto de una canción y la canto en mi teléfono. No recomiendo hacer esto, es peligroso… Los fragmentos de canción que he encontrado de esta forma no se han convertido en canciones completas todavía.
—Si el coche hace una especie de noise rock industrial, ¿qué clase de música sale de la bicicleta?
—¿Alguna vez viste en YouTube el video de Frank Zappa, muy joven, tocando la bicicleta en un show de televisión? (el show de Steve Allen). Era una broma televisada, pero une a una larga línea de gente que ha hecho “instrumentos” de cosas inverosímiles. Algunos de estos aparatos, como la bicicleta de Zappa o mi proyecto Playing The Building (Tocando el edificio, una instalación interactiva), no se tocan en tonos y ritmos convencionales —a pesar de que los sonidos que producen pueden organizarse en categorías— alto vs. bajo, largo vs. corto, complejo vs. simple. Es algo más cercano a la idea de escuchar un paisaje musical que a la de hacer instrumentos reales para tocar. Es acerca de hacer explícitas las posibilidades del sonido inherentes a la cosas. Estas cosas son instrumentos, tocados con ese propósito en formas intencionalmente organizadas, no solo escuchadas como sonidos ambientales. Son instrumentos reales, pero no se ajustan a la estructura armónica tradicional.
—Música y bicicletas parece una buena mezcla… ¿Qué hay de la política y las bicis? ¿Qué piensas al respecto de que la bicicleta se convierta en un instrumento político?
—Bueno, sí, al pedalear una bici al trabajo estoy diciendo en una forma suave que no dependo del coche o de la gasolina… Eso digo al andar en bici, que rechazo tales cosas como la única opción para moverme.
”También es una declaración antiestatus. Desde que en muchos lugares el coche es un símbolo de estatus social, pedalear una bici, especialmente si puedes pagar un coche, es rechazar el carro como un símbolo aspiracional. Esto molesta a mucha gente. Mucha gente trabaja muy duro y se sacrifica para tener un coche. Amenazar ese sistema de valores puede ser traumático para ellos. No siempre tomamos las decisiones de transporte basadas en elecciones racionales —estatus, religión, raza—, factores que influyen en cómo decidimos salir. Durante años los economistas han supuesto que actuamos basados en elecciones racionales ¡y mira a dónde hemos llegado!
—¿Cuál consideras que sea la importancia de las propuestas de apoyo a la bicicleta en las ciudades con sistemas de transporte público deficientes?
«También es una declaración antiestatus. Desde que en muchos lugares el coche es un símbolo de estatus social, pedalear una bici, especialmente si puedes pagar un coche, es rechazar el carro como un símbolo aspiracional. Esto molesta a mucha gente. Mucha gente trabaja muy duro y se sacrifica para tener un coche. Amenazar ese sistema de valores puede ser traumático para ellos»
—No soy un experto en todas las opciones de transporte, pero puedo decir que las bicicletas, las ciclovías, los metrobuses y otros programas de movilidad son más baratos que los sistemas bajo tierra, los trenes y hasta las carreteras. La opción más cara no siempre es la mejor. Las bicis y las ciclovías sólo solucionan una parte para salir y movernos, pueden ser útiles en trayectos locales, en un radio cercano al que vivimos y trabajamos. Eso está muy bien.
—¿Crees en los políticos, en Estados Unidos y en los países de Latinoamérica? ¿Qué deben hacer los ciudadanos para tratar con los políticos demagógicos?
—Hay demasiada desilusión de los políticos, el colapso financiero fue provocado en parte por ellos que trabajan y apoyan el comportamiento de los bancos y otras instituciones financieras. La regulaciones creadas para protegernos fueron desmanteladas por los políticos a favor de los banqueros, ¿por qué deberíamos confiar en esta gente para ayudarnos a salir del desastre? No podemos.
”Mientras nos libramos de los sinvergüenzas —como se hizo en Egipto y hace algunos años en las Filipinas— puede ser una opción tratar con ellos, pero eso no resuelve el problema realmente.
”Conozco a un hombre, John Byrne (sin parentezco), un profesor de Energía y Clima que compartió el Premio Nobel con Al Gore. Está harto de la inacción gubernamental sobre la energía sustentable y otros temas y tiene algunas propuestas para que los países, las ciudades y los municipios puedan ahorrar dinero y hasta generar utilidad siendo sustentables y cambiando sus políticas energéticas. Él no está esperando la acción del gobierno y cree que debe haber incentivos financieros para negocios y ciudades que hagan estos cambios ahora mismo. Ésta es una conferencia que ofreció a finales de julio. Una ciudad en Suecia utiliza combustibles no fósiles para calentarse (¡y vaya que es frío el país!) y para todos los vehículos municipales. Esperan expandirlo a todos los vehículos particulares en la ciudad muy pronto. Reducirán a cero su dependencia al petróleo y a la gasolina antes de sea tarde. Puede hacerse —en diferentes formas, en diferentes lugares— ¡y a veces el Norte no es el primero en innovar! ®