Rumores que se convierten en noticias sin confirmar, noticias a las que nunca se da seguimiento, mentiras que se reproducen una y otra vez y se dan por verdades, periodistas tendenciosos que despotrican contra unos y ensalzan a los otros…
El papá de Alf no era un adicto al crack y no tenía sexo con indigentes
Es abril de 2008, me dirijo de regreso a mi casa de la universidad y escucho el noticiario de Adela Micha en la radio. De repente lee una noticia que me impacta: “¿Se acuerda usted de Max Wright, el famoso padre de familia de la serie Alf? Pues resulta que lo han descubierto fumando crack y teniendo sexo con drogadictos”. Me impacté. Llegando a mi casa prendí mi computadora y abrí la página del diario más visitado en México, y encuentro la misma noticia “Desnudan perversiones del Papá de Alf”, pero encontré algo sospechoso en la nota, que provenía de un tabloide norteamericano.
Realicé una pequeña investigación por hemerotecas virtuales y me encontré con que esa nota era de 2001 y había sido publicada por el muy cuestionable National Enquirer. Una somera investigación arroja que esta información es falsa ya que Wright aparece en la película “The Norm Show” con muy poco pelo en el 99 (calvicie natural), y la persona que aparece en las fotos tiene más pelo en 2001, además de que el Enquirer no respaldó la investigación.
Aquí lo extraño es como una noticia falsa llegó a las redacciones de los periódicos y estaciones de radio y televisión mainstrem ¡siete años después!, y que a tres años de la publicación de estas calumnias ningún medio salga a desmentir la información publicada, por respeto a todos los que escuchamos decir a Alf: “Willie, me comí al gato”.
Forbes miente según el Mayo Zambada, Proceso respalda la mentira
Ése no es el único caso que pone en jaque a los profesionales de la información mexicanos. ¿Se acuerdan ahora de la información publicada por la revista Forbes, aquella que indicaba que Joaquín “el Chapo” Guzmán es uno de los hombres más ricos del mundo? Redacciones serias han dado validez a esta nota y fomentado el mito creado por la plataforma de comunicación de los negocios.
¿Se acuerdan ahora de la información publicada por la revista Forbes, aquella que indicaba que Joaquín “el Chapo” Guzmán es uno de los hombres más ricos del mundo? Redacciones serias han dado validez a esta nota y fomentado el mito creado por la plataforma de comunicación de los negocios.
Es un mito porque no tiene cómo sustentarlo en la realidad. La lista de Forbes supuestamente se basa en estudios sobre el valor de todos los activos que tienen los integrantes de la lista; por ejemplo, son cuantificables las fortunas de Roberto Hernández, Carlos Slim, Emilio Azcárraga o Ricardo Salinas Pliego, ya que sus empresas cotizan en la bolsa y tienen participaciones accionarias en muchos grupos, además de propiedades. Claro que la lista es mala, las apreciaciones son bajo valores subjetivos y están sujetos a la especulación (como cuando la revista colocó a Fidel Castro dentro de la lista de los hombres más ricos del mundo, aunque legalmente no tenga propiedad privada). Guzmán Loera apareció en el número 701 de la lista con un capital similar al de Emilio Azcárraga, el poderoso magnate de Televisa, y la explicación de Luisa Kroll, editora de la revista, es lamentable, pues dice que en 2008 en Estados Unidos se decomisó entre 18 y 39 mil millones de dólares del narco, y que si 20 por ciento fuese del Chapo él tendría mil millones (cuando tendría, con ese mismo razonamiento, entre 3,600 y 7,800 millones de dólares, casi alcanzando fortunas como las de Giorgio Armani, Steve Jobs, Silvio Berlusconi o Rupert Murdoch); lo cierto es que no pasa de ser una especulación sin evidencia.
Eso no es todo, el propio “Mayo” Zambada, compadre de Guzmán, señaló en entrevista con Julio Scherer, fundador y ex director del semanario Proceso, que eso de la revista Forbes era una “tontería”, pero el semanario de forma sorprendente toma por buena todas las declaraciones del narcotraficante abraza–periodistas cuando habla como una especie de sociólogo del monte acerca de la detención de capos y de la guerra fallida del gobierno, omitiendo resaltar esta declaración en sus notas, ya que periodistas que habitualmente publican en Proceso, como Anabel Hernández, siguen utilizando esa información de Forbes, además de otros mitos como el de que el Gobierno Federal tiene pacto con el cártel de Sinaloa (según Eduardo Buscaglia), cuando los números que presenta el Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, Casede, A.C., donde participan intelectuales críticos del Gobierno Federal, como Sergio Aguayo Quezada, señalan que eso es mentira con los números oficiales en la mano (el Cartel de Sinaloa es el que tiene más detenidos según CASEDE). Zambada le dijo en su cara a Scherer que Proceso miente, “Todos mienten, hasta Proceso. Su revista es la primera, informa más que todos, pero también miente”.
En toda la prensa se cuecen mitos: buscamos portadas a como dé lugar aunque no les demos seguimiento
El siguiente es un caso de cómo informaciones cruzadas pueden desencadenar en algo que venda notas. Resulta que desayunaba un servidor con un periodista de deportes de la editorial Notmusa. Mientras navegaba la edición virtual del diario deportivo español Marca encontré una nota que hablaba sobre el “Gato” Obregón, un niño de ocho años que llamaba la atención y al cual describía la nota como la amalgama de Lionel Messi, Sergio Agüero y Diego Maradona, un super crack. Comenté la nota, se hizo una reseña en un periódico y el portal más fusil de notas en México también empezó a perseguir la exclusiva, junto con el medio deportivo que encabeza Vazquez Raña y la TV Azteca. Pasó el furor y hace tres años que nadie sabe nada del chico. Todo nació de un desayuno. Podemos añadir infinidad de casos de promesas de futbol que duran un chispazo, como el caso de Andoni Cabrero, Santiago Fernández y varios petardos más.
El alcoholismo del presidente y la propuesta de Pablo Gómez que no mencionan los comprometidos
Hay que comentar un poco acerca del alcoholismo del presidente, el rumor que casi le cuesta la chamba a Carmen Aristegui (donde la presión fue del propio MVS al querer refrendar sus concesiones). Dicen los llenos de moral de la “izquierda” mexicana que el presidente Felipe Calderón tiene un problema de alcoholismo.
Hay que comentar un poco acerca del alcoholismo del presidente, el rumor que casi le cuesta la chamba a Carmen Aristegui (donde la presión fue del propio MVS al querer refrendar sus concesiones). Dicen los llenos de moral de la “izquierda” mexicana que el presidente Felipe Calderón tiene un problema de alcoholismo.
Esa mentira surge como un rumor a partir la carta enviada por el fallecido Carlos Castillo Peraza (mentor del presidente), y publicada en Proceso, en la cual le reclamó dejarlo plantado y que se comentaba en el Partido Acción Nacional (PAN) que salía de su oficina “muy bien servido”. Este rumor cobró más fuerza cuando Federico Arreola inventó en plena campaña electoral de Calderón que el entonces candidato era alcohólico, patraña reconocida por el mismo Arreola (el hombre que llamó a reelegir a Salinas). Una cosa es que a uno de vez en cuanto le guste echarse un tequilita y algo más serio es un problema de alcoholismo, que es tratado como enfermedad.
Eso no quita que algunos medios de comunicación se traguen la mentira de que se trataba de un asunto de Estado, como dijo el diputado Noroña, cuando no era más que un rumor interesado. Lo más interesante es que precisamente a los perredistas de la Cámara de Diputados cercanos al grupo de López Obrador parece no importarles mucho el consumo de alcohol. Pablo Gómez, senador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) propuso en 2008 que el servicio de cafetería de esa Cámara incluyera bebidas alcohólicas, como en todos los parlamentos de países del primer mundo.
Aristegui y Ferriz de Con, hermanados por facciosos
Por algo Pedro Ferriz de Con y Carmen Aristegui fueron compañeros de trabajo por años en MVS y en grupo Imagen, son dos caras de la misma moneda.
El primero es conocido por sus desplantes en el micrófono al estilo salvador de la patria en contra del malvado Peje (en una conferencia en Guadalajara dijo que si hubiera ganado AMLO él ya estaría muerto y tendríamos que llevarle veladoras). También usó su magnavoz para calumniar a Julio Scherer (calumnia que se tuvo que tragar antes de que un juez se lo ordenara); a Raúl Trejo Delarbre (contra el que perdió un juicio por difamación) y a Javier Corral. Ferriz, además, aplaudió la contrarreforma al Instituto Federal Electoral (IFE) en 2007.
Pero Aristegui no se queda atrás. Aparte de defender el periodismo de Olga Wornatt (quien perdió demandas contra Martha Sahagún) o avalar patrañas como la de la violación de Ernestina Ascencio (negada por la CNDH, los peritajes del propio gobierno estatal del estado de Veracruz y todas las pruebas periciales), mostrar filtraciones en épocas electorales con el fin de favorecer a López Obrador (los videos de Ahumada en época electoral) o medir con dos raseros, uno para los amigos y otro para los “enemigos”, como en el caso de su libro Transición, donde es feroz con Fernández de Cevallos y complaciente con AMLO. Convertida en un ícono de la prensa pejista, ha declarado que los medios de comunicación en manos de empresarios hacen daño a la libertad de expresión (¿será que quiere un Granma para México?), a pesar de que trabaja con los empresarios Vargas (MVS), Junco de la Vega (Grupo Reforma) y la transnacional de la información CNN. ®