el glamur me mata

o el espectro de la liposucción por la maquinaria ideológica

la contracultura —y sus espacios de intercambio— antes de convertirse en un producto de súpermercado más es ante todo una manera de vivir y de entender el mundo, la vida en general, o tal como están las cosas de no entenderlos en absoluto. y obrar en consecuencia.

El artista de hoy afronta un vacío cultural absoluto: ausencia de estética, de moral, de estilo de vida. Todo está por inventar.
En esta díficil posición dispone de una gran fuerza: su aceptación de lo transitorio, su concepción de la vida basada en la fuga del tiempo.
—Alberts, Armando, Constant, Har Oudejans.
Primera proclamación de la sección holandesa de la I.S., 1959

La vanguardia come mierda y le gusta.
—Hakim Bey, T.A.Z

© Ben Stansall

el fantasma del fascismo totalizante, aunque disimulado, siempre está presente. bajo el manto de la tolerancia generalizada se encuentra el afán homogeneizante de los usos y costumbres sociales. la tolerancia consiste más que en saber (p.e.) si somos una sociedad homofóbica o no, en reconocer el derecho universal a acceder a la sociedad de consumo. hoy la premisa es consumir a toda costa, nuestra libertad: escoger a qué multinacional le damos nuestro dinero. se venden “estilos de vida” a precios de saldo. hay de todo, perversiones enlatadas, paquetes fin de semana a miami, libros contraculturales por 300 pesos y si estás conectado a la red hasta las instrucciones de cómo hacer una bomba. si pagas por ser, estás dentro, no importa lo que hagas. esta sociedad plural también requiere de mártires criminales.

tras los políticos, estadistas y los líderes de opinión trabajan maquinarias propagandísticas poderosas para imponer un modelo único de pensamiento: amorfo y adiposo. ELLOS tienen la culpa de que seamos unos imbéciles.

todos sabemos que la televisión idiotiza, aunque no podemos ignorar que muchos ya retozan en la imbecilidad crónica más espantosa incluso sin ella. no hay que echarle toda la culpa a la televisión, finalmente no es más que la droga adecuada para tanto retrasado mental. no hay que dudarlo: tendemos hacia un sistema perfecto. lástima que sea tan aburrido y uniforme (y lo peor, únicamente habitable por descerebrados).

el nivel mediático está jodido. eso ya lo sabíamos. pero pasa absolutamente lo mismo con los campos tradicionales de la cultura y el saber humanista (arte, literatura, filosofía, periodismo…): están minados de mierda. desde los púlpitos infectos y estériles de los suplementos dominicales esas amas de casa con vocación de administradoras de la haute kultur nos escupen incesantemente epitafios infumables. instalados en sus panteones apestosos me pregunto qué ocultas motivaciones tendrán para atentar de ese modo contra la inteligencia y el buen gusto.

más vino monsieur? claro que más vino. claro que MUCHO más vino. mi posición preferida es el exceso. desde ahí las cosas se aprecian en su justa medida. parecería que los desatinos presupuestales se justifican emborrachando periódicamente a la concurrencia.

ni hablar de asistir a una exposición de arte contemporáneo (sobre todo las sufragadas por el estado —además de que apestan a becario). la mayoría no son más que la recreación de un parque temático de la estupidez y el ingenio barato para yuppies de la conciencia. pura especulación barata, sin ninguna aspiración filosófica. y ni por supuesto nada que tenga que ver con el placer estético. ahí NUNCA se aprende nada. nada que tenga que ver con la vida me refiero.

más vino monsieur? claro que más vino. claro que MUCHO más vino. mi posición preferida es el exceso. desde ahí las cosas se aprecian en su justa medida. parecería que los desatinos presupuestales se justifican emborrachando periódicamente a la concurrencia. cómo si no —hasta la madre— mantener un mínimo de atención en lo que se está observando sin que entren unas ganas terribles de quemar el museo con todo y snobs dentro. pero claro que MUCHO más vino!

para referirme a la contracultura como movimiento histórico prefiero citar a descartes, quien decía no estar interesado siquiera en imaginar que existió alguien antes que él. la historia empieza en este mismo momento. y robaremos los que se nos antojen del pasado. hay que pensar que los buenos tiempos jamás se fueron. o en todo caso, que no hubo mejores que ahora.

como les dice el lobo a travolta y jackson en una escena de pulp fiction: no es momento de chuparse los pitos unos a otros. hay cosas más importantes qué hacer.

la contracultura oficial sucks: los hippies que inventaron la barbie, el buen kerouac —la tía de la familia locochona y buena onda, quien peca de una ingenuidad digna de ternura—, el grunge, la manzanita de mac, los lipstick traces de la industria editorial, el turismo naco de los globalifóbicos, las minorías marcianas, toda la mierda que nos quieren vender antisistema.

métansela por el culo!

la contracultura —y sus espacios de intercambio— antes de convertirse en un producto de súpermercado más es ante todo una manera de vivir y de entender el mundo, la vida en general, o tal como están las cosas de no entenderlos en absoluto. y obrar en consecuencia. si la actitud contracultural es legítima —además de negar su existencia como tal— se desarrolla en los márgenes vitales donde todavía haya cierto aroma de libertad mental y desde donde crear reductos de inteligencia y de lo lúdico responsable.

para referirme a la contracultura como movimiento histórico prefiero citar a descartes, quien decía no estar interesado siquiera en imaginar que existió alguien antes que él. la historia empieza en este mismo momento. y robaremos los que se nos antojen del pasado. hay que pensar que los buenos tiempos jamás se fueron. o en todo caso, que no hubo mejores que ahora.

hakim bey de nuevo: Lo que nos gusta de la vida paleolítica ha sido resumido por la Escuela de Antropología de los Pueblos sin Autoridad: la elegante pereza de la sociedad cazadora/recolectora, la jornada de trabajo de dos horas, la obsesión por el arte, la poesía, el baile y la galantería, la “democratización del chamanismo”, el cultivo de la percepción: resumiendo, la cultura…

si el espectáculo —y hoy la cultura es espectáculo— es el sustituto de la religión, la contracultura es ateísmo feroz. como decían los situacionistas en una de sus encíclicas: discrepamos rotundamente de todo aquel que esté mínimamente de acuerdo con alguna de las partes del actual sistema social. ni una sola parte de éste se puede considerar sana por las implicaciones cancerígenas que se derivan hacia todos los órganos, desde la economía (el principal tumor) hasta las prácticas culturales oficiales o las jerarquías inevitables en toda organización, sin mencionar —y aquí voy yo— cosas tan horrendas como el concepto tradicional de familia o las vacaciones pagadas o los frigoríficos última generación a plazos. en un mundo de esclavos complacidos —pagan para que los mantengan encarcelados— a quién le importan las bases que animaban el movimiento obrero?

así las cosas, hay que echar por la borda toda consideración “histórica” y actuar bajo el impulso que nos dictan los tiempos presentes. los tiempos del deseo. Definitivamente, como diría mayakowski, las margaritas no son para los cerdos. hacer revistas? por qué no? escribir literatura inútil y desquiciada? por qué no? tratar de ser amado por mujeres bellas e inteligentes? por qué no? (no saben la “cultura” que se aprende empiernado con una mujer lista), tomar el sol sin restricciones mientras leemos literatura basura y a ratos nos masturbamos? por qué no? por qué no? por qué no?

cuando nietzsche hablaba de los “hiperbóreos” nos predijo a nosotros. somos obreros al servicio de la belleza. y trabajamos gratis. el glamour, la decadencia antiburguesa, el dandismo, el hedonismo lúdico, la felicidad intelectual, ésas son las patrias de la verdadera (contra)cultura.

una premisa un tanto ideal, quizá? eso nunca se sabrá con certeza, finalmente es díficil distinguir con claridad el lado de los perdedores, siempre hay matices.

además de que en realidad no tenemos nada que perder. soy incorruptible. entre otras cosas porque nadie se ha tomado la molestia de ponerme un precio. y no creo que nadie lo vaya a hacer. sólo así seré libre (libre por lo menos para escribir lo que se me antoje). aunque por supuesto me preocupe qué voy a comer mañana ESO ahora me importa un comino. seguiremos excavando en nuestras trincheras (las famosas e invisibles taz —temporary autonom zones) para hacernos nosotros también cada vez más invisibles y desde ahí lanzar ráfagas de felicidad y descontento con nuestra ametralladora ebria e insomne. riámonos de un mundo que en nombre de la diversidad globalizadora ataca implacablemente (indiferencia económica y afectiva) cualquier atisbo de individualidad. contracultural o no toda actividad del intelecto en estos tiempos de afasia se convierte sistemáticamente en un acto de resistencia, ya lo dice regis debray: pensar es decir no.

todo lo que se oponga a la estupidez es (contra)cultura. arriba el hedonismo paria! arriba el cinismo zen!

pipí-a-gogó

Yo soy a un tiempo troglodita y mutante galáctico,
delincuente y príncipe libre.
—HB

hablaba de contracultura, felicidad y dandismo. a nivel más familiar para mí eso se resume en ver al gran roger salir de un concurrido bar de la condesa y en plena calle sacarse el pito y empezar a mear sin dejar de caminar. ante mi observación de que se le estaban mojando los zapatos el gran r. me responde: no importa, al cabo que está lloviendo.

acaso eso no es glamur? ®

Compartir:

Publicado en: Contracultura, Destacados, Noviembre 2011

Apóyanos:

Aquí puedes Replicar

¿Quieres contribuir a la discusión o a la reflexión? Publicaremos tu comentario si éste no es ofensivo o irrelevante. Replicante cree en la libertad y está contra la censura, pero no tiene la obligación de publicar expresiones de los lectores que resulten contrarias a la inteligencia y la sensibilidad. Si estás de acuerdo con esto, adelante.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *