Al entremezclar acción, política y activismo Pantera Negra dejó una huella en la historia que no se podrá borrar, con o sin polémicas en torno a la cuestión racial.
Cuando apareció el príncipe africano del reino ficticio de Wakanda por primera vez en la gran pantalla en Pantera Negra Marvel comenzó a batir récords históricos no sólo en materia de taquilla (fue la película más taquillera en Canadá y Estados Unidos en 2018, la segunda a escala mundial ese mismo año por detrás de Avengers: Infinity War —también de Marvel— y es actualmente la doceava película con mayor recaudación de la historia), sino que se convirtió en el símbolo del inicio de la lucha antirracista en el cine. Hollywood vio nacer frente a los ojos de millones de expectantes fans al primer superhéroe negro de la historia.
Miles de pequeños comenzaron a sentirse representados por el personaje del Rey T’Challa, interpretado por el actor Chadwick Boseman, quien falleció el pasado 28 de agosto de 2020 de un cáncer de colon. El fallecimiento del protagonista reavivó el furor generado por el estreno de la película apenas unos pocos años antes y se dio en medio de un contexto mundial, social y cultural muy tumultuoso, no solamente por la pandemia del coronavirus, sino por el auge del movimiento por la igualdad racial de Black Lives Matter.
Pantera Negra buscó derribar los estigmas raciales que primaban sobre las producciones cinematográficas, y al hacerlo dejaron al descubierto en las subtramas diversas cuestiones que por fuera del Universo de Marvel (UCM) la sociedad enfrenta día a día, como la diversidad racial y la política de una nación.
Pantera Negra superó todas las expectativas que se habían creado en torno a su inminente estreno en febrero de 2018. Arrasó con la temporada de premiación cinematográfica, acumulando 225 nominaciones y haciéndose con 89 de ellas; la mayoría reconociendo a la cinta, las diversas actuaciones del elenco, el guión, la dirección artística y la banda sonora. Tal vez el mayor logro hayan sido las siete nominaciones a los Premios de la Academia, convirtiéndose en la primera película basada en un cómic, y la primera de superhéroes, en recibir una nominación como “mejor película” a los premios Oscar. Más impresionante aún resultó el histórico logro de Marvel al alzarse por primera vez con tres de las estatuillas: mejor diseño de vestuario, mejor banda sonora, y mejor diseño de producción.
El impacto que este filme ha dejado en el público, y por el cual pasará a la historia, no tiene que ver únicamente con los logros alcanzados en materia de premiaciones. Pantera Negra buscó derribar los estigmas raciales que primaban sobre las producciones cinematográficas, y al hacerlo dejaron al descubierto en las subtramas diversas cuestiones que por fuera del Universo de Marvel (UCM) la sociedad enfrenta día a día, como la diversidad racial y la política de una nación.
Impacto cultural y social
Chadwick Boseman se puso en la piel del rey T’Challa, o Pantera Negra, quien tras los eventos ocurridos en Avengers: Infinity War debe ascender al trono del reino de Wakanda, una nación africana que a los ojos del mundo es sumamente precaria pero que esconde un gran poderío tecnológico y científico por la explotación del vibranium. T’Challa rápidamente comprende que no sólo debe proteger a su pueblo y gobernar su país sino que deberá derrotar a un viejo enemigo que busca destruir el mundo.
“La película ha sido un símbolo a nivel mundial que esboza la problemática actual de la raza negra en Estados Unidos”, dice Álvaro Sánchez, el director de Blog de Superhéroes, un portal español que publica sobre cine, cómics, videojuegos, ciencia, series y animación. Según Sanchez, “Marvel siempre tuvo claro que debía ser un referente que impulsara el cambio en la sociedad”. Ese cambio se venía gestando desde 1966 cuando Stan Lee y Jack Kirby fueron los responsables del origen de este personaje. Al tratarse del primer superhéroe de tez negra jamás creado en los cómics norteamericanos por el escritor y el dibujante debía ser con este personaje en particular que Marvel tratara de alguna forma la problemática racial en el cine.
El impacto fue instantáneo. Muchos niños manifestaron haberse sentido representados como nunca antes lo habían hecho en la gran pantalla. Decían que por primera vez podían ver a alguien que lucía como ellos en papeles protagónicos y que tenían una gran importancia para la narrativa del filme. Eso tuvo que ver mucho con el casting para los distintos personajes que conformaron el elenco. Un gran porcentaje estuvo compuesto por actores de color. Entre ellos destacaron Chadwick Boseman (42/21 Bridges) como T’Challa, Michael B. Jordan (Creed) como N’Jadaka/Killmonger, Lupita Nyong’o (12 años de exclavitud) como Nakia, Daniel Kaluuya (Huye!) como W’Kabi, Danai Gurira (The Walking Dead) como Okoye, y Letitia Wright (Urban Hymn) como Shuri, entre muchos otros reconocidos actores y actrices.
De todas maneras el casting que llevó a cabo la producción de Kevin Feige tambien recibió numerosas críticas por el exceso de actores de color y, pese a considerarlo un tema delicado, principalmente por el contexto social en el que hoy vivimos, Sánchez lo resume al decir que “No es necesaria una película únicamente de personas de color para contar una historia sobre ellos, porque, al fin de cuentas, estás eliminando la diversidad, que es lo importante”. ¿Qué sería lo ideal? “Dejar de pensar en blancos y negros y empezar a pensar en actores y películas”.
Asimismo, tocaron otro tema muy importante actualmente, como el feminismo y el empoderamiento de las mujeres. Danai Gurira es mundialmente conocida por interpretar a Michonne en la serie de AMC The Walking Dead. En el mundo wakandiano es conocida como Okoye, líder de las Dora Milaje, un equipo compuesto únicamente por mujeres que sirven como fuerzas especiales en Wakanda y son la guardia del rey, en contraposición a las tradicionales guardias reales conformadas exclusivamente por hombres.
Un año antes DC Entertaiment había estrenado un remake de La Mujer Maravilla (2017), con el protagónico de la actriz israelí Gal Gadot, en el que también se podía observar a Las Amazonas, un grupo de mujeres guerreras dedicadas a la protección de la raza humana. Poco a poco ambas productoras competidoras en materia de superhéroes comenzaron a poner a las mujeres en papeles cada vez más poderosos.
De este modo, por un lado Boseman inmortalizó a la Pantera Negra bajo la dirección de Ryan Coogler, cambiando la vida de millones de niños que ahora dicen que por fin les han dado un superhéroe que se ve como ellos, y por el otro les dieron a las niñas un pantallazo a que no es el papel de las mujeres hacerse cargo de las tareas domésticas del hogar, sino que también se puede ser tan fuertes como las integrantes del Dora Milaje.
La política como subtrama
Pero no todo es acción y peleas durante las dos horas de duración de la película. También se deja entrever la discriminación y las diferencias sociales y políticas que globalmente se hace con las naciones del “submundo”. En la primera escena se puede ver cómo Boseman, en la piel del soberano del reino de Wakanda, se dirige a los miembros de las Naciones Unidas para decir que su país está dispuesto a compartir todos sus conocimientos con el resto del mundo. Rápidamente los representantes de las naciones consideradas más poderosas subestiman su propuesta, considerándola una “nación de granjeros”.
De esta forma, Coogler demuestra cómo, en pleno siglo XXI, los países siguen compitiendo por el poder de ser considerados “mejores” que los demás. Laureano Arzagot es miembro del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación Argentina y considera que “hoy en día hablar de países ‘subdesarrollados’ o ‘del tercer mundo’ son conceptos que han quedado prácticamente obsoletos”. Los términos que se forjaron para referirse a aquellos países que se formaron con la independización de África, Asia y América Latina durante la Guerra Fría, que no pretendían estar alineados a ningún bloque, ya no se pueden utilizar analizadas en el contexto actual porque “quedaron atrasadas y no son aplicables al nuevo orden económico mundial”.
La codicia y la avaricia humana del resto del mundo es lo que lleva al pueblo de Wakanda a esconder todo su potencial a la civilización mundial por miedo a que los demás países intentaran manipular y dominar el vibranium que allí acumulaban. Esto no dista de las realidades de las que el mundo ha sido testigo en numerosas ocasiones a lo largo de la historia. Guerras por el control de zonas estratégicas han marcado la historia mundial desde hace siglos y de una manera ficticia, a través de la protección de un poderoso mineral ficticio, Marvel pone en discusión la competitividad internacional entre naciones por lograr el dominio del mundo.
“Vivimos en un mundo capitalista donde ciertos países de alguna manera aplastan el desarrollo económico de otros para aprovecharse de su economía y de sus recursos”, dice Arzagot. Todo indica que Pantera Negra es sin duda un filme político. El mismísimo director de la cinta, Ryan Coogler, así se refirió a ella cuando en 2018 dijo en una entrevista con The Hollywood Reporter “es una película política. Trata de un político. No había forma de que no lo fuera. Es sobre un personaje que es el líder político de un país ficticio. Queríamos ponerlo en un continente real. Queríamos ponerlo en el mundo real”.
Cuando se hace referencia a países con menos desarrollo económico que las grandes potencias rápidamente se los aísla y discrimina, considerándolos “insuficientes” para aportar algo productivo a las demás naciones. ¿Es esto tan así? ¿O se debería intentar incluirlos más en las actividades del resto del mundo? Tal vez así se contribuya a su propio desarrollo y el mundo podría encaminarse a un grado de mayor igualdad.
Arzagot refuerza sus ideales y dice que “en una economía tan globalizada como la que tenemos y en la que vivimos, todos los países tienen recursos y tienen algo que aportar, que explotar, a este intercambio comercial mundial”. En el caso de Wakanda, por ejemplo, Marvel pone en juego los avances tecnológicos. Pero no sólo eso se puede aportar. Los intercambios culturales entre las naciones podrían enriquecer las tradiciones de unos y otros y así lograr un mundo más armónico, menos conflictivo y más igualitario.
Relevancia del movimiento Black Lives Matter
La lucha contra las desigualdades raciales se viene dando desde hace muchos años. Marvel se sumó en 2018 con esta película. Tal vez en plena pandemia, luego del asesinato de George Floyd el 25 de mayo de 2020, y con el revuelo que significaron las movilizaciones del #BlackLivesMatter, se hizo más evidente la urgencia por ponerle fin al racismo de una vez por todas.
La periodista norteamericana Allissa V. Richardson recientemente publicó su libro Bearing Witness While Back: African Americans, Smartphones and the New Protest Journalism, el cual hace referencia a la situación de emergencia de los afroamericanos por la cual recurren al periodismo móvil para manifestarse contra las injusticias a las que son sometidos a diario. En diálogo por videollamada asegura que “el uso de las redes sociales ha ayudado a que el movimiento trascienda las fronteras y se convierta en un suceso mundial”.
Los conflictos étnicos y culturales, presentes en la cotidianidad del mundo real, visibilizados en forma de una historia de acción y superhéroes sirven para no sólo entretener, sino también como un arma de información. Álvaro Sánchez considera que
los más pequeños son nuestro futuro, y precisamente por eso deben tratarse estos temas cuando tienen esas edades, hacerlos críticos con las situaciones discriminatorias y que se formen sus propias opiniones. Ayuda a sembrar en los más jóvenes una forma de pensamiento. Sin duda, el cine tiene un valor importante en la educación. Que se haya tratado este tema fue impulsado por el contexto social. Tenía que haberse hecho antes porque el objetivo es normalizar la diversidad.
El cine ayuda a traspasar las fronteras entre las naciones y llevar las historias a todo el mundo. No importan raza, sexo, género, religión o política. Todos pueden disfrutar de una película e interpretarla desde el punto de vista que la audiencia prefiera. Tratar el tema del racismo ayuda a que quienes no lo viven a diario puedan comprender y visibilizar lo que una porción de la población mundial es sometida constantemente, y asistirlos en la lucha por la igualdad de derechos. Richardson se refiere a la repercusión global diciendo que
la ayuda internacional contra el racismo en apoyo al #BLM ha estado desde el comienzo. No es nuevo que haya un apoyo internacional. Lo que creo que es nuevo ahora en 2020 es que el movimiento se transformó en una coalición multiétnica. Ya no se trata sólo de personas de color que se interesen por ello, sino personas de todos los grupos sociales que se interesan por la movilización en esta ocasión. También hay más respuestas por parte de las corporaciones, esta vez porque sabían que no podían obviar la situación. Hay muchas celebridades involucradas, a las que no les importó qué pasaría con sus contratos de películas porque prefirieron manifestarse acerca de este tema y apoyarlos.
Polémica por la diversidad racial de Marvel
Todo parecía indicar que Marvel se había puesto a la cabeza de la lucha contra la desigualdad racial en el cine. Pero en junio de 2020 se inició un revuelo por las declaraciones en contra de la productora efectuadas por uno de sus propios actores. Anthony Mackie, quien da vida a Falcon en el Universo de Marvel, habló en contra de la falta de diversidad en los equipos de producción de Marvel y sembró la incertidumbre. Para saber más mira el siguiente video.
Kevin Feige y Ryan Coogler llevaron a la pantalla la historia de Wakanda, un pueblo africano sometido a la discriminación mundial, como tantas otras naciones del llamado “submundo”. Chadwick Boseman se puso en la piel de T’Challa e inmortalizó este personaje que cambió la historia del mundo de los superhéroes para siempre. Una trama que da con un resultado interesante a la vez que polémico.
El 2020 resultó ser un año en el que el coronavirus fue el principal protagonista. Asimismo, los movimientos antirracistas se hicieron más fuertes que nunca y permitieron que muchas personas se familiarizaran en el tema y comenzaran a tener conversaciones, a veces incómodas, acerca de lo que significa el racismo y cómo afecta a las comunidades de color en todas partes del globo terráqueo. Pantera Negra permitió que la temática fuera llevada a la pantalla grande y dio paso a un nuevo panorama en el mundo del cine. Al entremezclar acción, política y activismo dejó una huella en la historia que no se podrá borrar, con o sin polémicas en torno a la cuestión racial. Tal vez no sea la mejor película de Marvel, pero, como dice Álvaro Sánchez, “es la más humana”. ®