Por la mañana, muy temprano, Toledo escribe sin ruidos, sentado en el sillón, la laptop en una tabla de madera que descansa sobre sus rodillas, acompañado por sus gatos.
Alejandro Toledo nació en la Ciudad de México en 1963. Fue reportero cultural en el semanario Proceso y cronista deportivo en el diario El Universal. Ha sido becario del Centro Mexicano de Escritores y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes; actualmente es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Ha publicado diversos libros de conversaciones con escritores. Es autor de los volúmenes de cuentos Atardecer con lluvia (1996) y Corpus. Ficciones sobre ficciones (2007); la novela corta Mejor matar al caballo (2010); los libros de prosa ensayística Cuaderno de viaje (1999), Lectario de narrativa mexicana (2000), El fantasma en el espejo (2004), James Joyce y sus alrededores (2005; publicado en España en 2011 como Estación Joyce) y El hombre que no lee libros (2013); los títulos periodísticos De puño y letra. Historias de boxeadores (2005), La batalla de Gutiérrez Vivó (2007), Todo es posible en la paz. De la noche de Tlatelolco a la fiesta olímpica (2008) y A sol y asombro (2010), y las antologías Poemas y narraciones sobre el movimiento estudiantil de 1968 (1996, en colaboración con Marco Antonio Campos; 2ª ed., 1998), El imperio de las voces. Fernando del Paso ante la crítica (1997), Dos escritores secretos. Ensayos sobre Efrén Hernández y Francisco Tario (2006), El hilo del Minotauro. Cuentistas mexicanos inclasificables (2006), Larva y otras noches de Babel (2007, selección a la obra de Julián Ríos, con prólogo de Carlos Fuentes) e Historias del ring. Una antología del boxeo (2012, en colaboración con Mary Carmen Sánchez Ambriz). Es coeditor, junto con Daniel González Dueñas y Ángel Ross, de Voces reunidas de Antonio Porchia, publicado en 2006 por Alción (Argentina) y Pretextos (España). Editó para el Fondo de Cultura Económica las Obras completas de Efrén Hernández, y está ahora a cargo de las Obras completas de Francisco Tario. Colabora en el suplemento El Cultural del diario La Razón.
¿Qué detalle de la vida cotidiana es lo que más te irrita?
Que coloquen el papel de baño con la caída por abajo y no por arriba, como debe ser.
Por el contrario, ¿qué detalle de la vida cotidiana es el que te hace más feliz?
Tener el control de mi biblioteca. Saber con exactitud en dónde está cada libro.
¿Cuál es tu mejor momento del día?
Por la mañana, muy temprano, cuando escribo sin ruidos, sentado en el sillón, la laptop en una tabla de madera que descansa sobre mis rodillas, acompañado por los gatos.
¿Cuál es tu mayor miedo?
Encontrarme con un muerto y que me ataque.
¿Cuál consideras que es tu gran defecto?
Soy un mal administrador de mis ingresos.
¿Qué es lo que más valoran de ti tus amigos?
La complicidad en los juegos comunes.
¿Qué cosa te desagrada más de la gente que te rodea?
Que no jalen el cable cargador del celular adecuadamente y provoquen que se rompa.
¿A qué persona viva y muerta admiras?
Viva: Pelé. Muerta: Rosario Castellanos, por su inteligencia y su humor.
¿Cuál es tu mayor extravagancia?
Usar sombrero o beber sólo whisky irlandés.
¿Cuál ha sido tu mayor mentira?
Fingir que cantaba en un coro porque mis padres estaban entre el público.
¿Te asomas al espejo y qué ves?
Un hombre que ríe.
¿Cuál es la cualidad que más te gusta en un hombre?
El humor, la ligereza.
¿Y en una mujer?
Su conversación inteligente.
¿Cuál es tu color favorito?
El rojo.
He intentado el piano (de niño fui alumno de la Escuela Superior de Música por varios años), la guitarra y ahora la armónica… y no se me da. Quisiera tocar la trompeta o el saxofón. Canto horrible.
¿Qué foto tuya no colgarías en casa?
Una en la que estuviera claramente borracho y perdido.
¿Qué palabras o frases usas con demasiada frecuencia?
Frase: “Que estés muy bien”. Palabras: quizá, acaso, tal vez, podría ser…
¿Cuál ha sido el momento más glorioso de tu vida?
Los tres nacimientos de mis hijas.
¿Qué talento te gustaría tener?
Talento musical. He intentado el piano (de niño fui alumno de la Escuela Superior de Música por varios años), la guitarra y ahora la armónica… y no se me da. Quisiera tocar la trompeta o el saxofón. Canto horrible.
¿Qué cambiarías de ti?
Me gustaría ser más disciplinado con el ejercicio.
¿Cuál ha sido tu mayor fracaso?
Una fiesta que organicé en la secundaria, para la que contraté un equipo de luz y sonido. No llegó nadie, ni un alma llegó.
Si pudieras reencarnar en una persona o cosa, ¿qué serías?
Un gato.
¿Qué lugar te gustaría conocer?
Trieste. Siempre he querido ir a la tierra de Italo Svevo y la ciudad donde vivió James Joyce.
¿Cuál es tu posesión más preciada?
Mis libros.
¿Qué es para ti lo más profundo de la miseria?
El hambre.
¿Cuál es tu ocupación preferida?
Leer. Ver películas.
¿Cuál es tu comida favorita?
En esta época, las tunas. Y soy fiel devoto de la pancita.
¿Cuál es la comida que más odias?
De niño, los sángüiches de frijoles que me ponían en el lunch escolar. Ahora como de todo.
¿Quiénes son los escritores que admiras?
Muchos; entre otros, James Joyce, Virginia Woolf, Marcel Proust, Francisco Tario, Efrén Hernández, Josefina Vicens, Esther Seligson y Fernando del Paso.
¿Cuál es tu banda, cantante o grupo musical preferido?
The Beatles. Además: Pink Floyd.
¿Con qué figura histórica te identificas más?
Miguel Hidalgo, por la calva.
¿A qué personaje famoso te gustaría conocer y qué le dirías?
No creo mucho en la fama. Le doy la vuelta a los famosos.
¿De qué es lo que más te arrepientes?
Del dinero mal gastado y no ahorrado.
¿Te gusta algún deporte? ¿A qué equipo le vas?
Me gustan el futbol y el boxeo. Le voy a Pumas.
¿Cuál es tu mayor adicción?
Un juego del iPad: “Springfield”. Llevo catorce años (o más) jugándolo.
¿Cómo te gustaría morir?
De orquitis, como dice Fernando del Paso en José Trigo: cuando se me hinchen los…
¿Cuál considerarías que es tu lema?
Vive y deja morir. ®