Protagonista importante de la cultura mexicana del temprano siglo XX, Rivas Mercado dejó un legado literario breve pero intenso y sustancioso. Una reciente antología le hace justicia.
Este 11 de febrero se conmemora el aniversario luctuoso de Antonieta Rivas Mercado. La fecha se presenta como una ocasión inmejorable para hablar de un libro dedicado a una mujer que cambió el modo de ver y hacer la cultura en México.
Antonieta Rivas Mercado cruzó como un cometa a través del firmamento de la cultura mexicana durante el corto periodo que abarcan los años que van de 1927 a 1931. Tras este breve tiempo dejó una estela que, a casi un siglo de distancia, sigue observándose con claridad.
Buena parte del interés y la fascinación que su figura ejerce en la actualidad se deben a algunos aspectos peculiares de su vida: fue hija de Antonio Rivas Mercado, uno de los más importantes y prósperos arquitectos del porfirismo; mecenas de los poetas agrupados en torno a la revista y el Teatro Ulises; financió y acompañó la campaña presidencial de José Vasconcelos, de quien además fue amante y, por último, se suicidó dándose un tiro en la catedral de Notre Dame en París. Esto solamente por mencionar algunas de las circunstancias más relevantes de la existencia meteórica de una mujer cuya incandescencia encendía todo aquello que tocaba.
En los años ochenta del siglo pasado se produjo una serie de obras que tienen como centro precisamente la vida de Antonieta Rivas Mercado, algunas de las que tuvieron mayor resonancia son: la película Antonieta, de Carlos Saura (1982), con Isabelle Adjani en el personaje de la escritora; su biografía, publicada por Fabienne Bradu titulada Antonieta (1991) y la novela A la sombra del Ángel (1995), escrita por su nuera Kathryn S. Blair. Sin embargo, su obra literaria es todavía poco conocida.
Y es precisamente en la intersección entre su literatura y su vida en donde se sitúa el libro Antonieta Rivas Mercado. Torbellino de voluntades, con introducción, edición y notas de Patricia Rosas Lopátegui, publicado por la editorial Gedisa en 2022. Este volumen marca la segunda hora de ese día que es la serie Insurrectas, en el que brilla con intensidad un inmenso sol femenino que no habrá de apagarse. De esta manera, continúa con la vocación de esta colección de divulgar entre un público lector amplio muestras de la obra y noticias sobre la existencia de diez escritoras mexicanas del siglo pasado.
En estos dos ensayos Antonieta se refiere sobre todo al papel de la mujer en la sociedad de su época, a través de reflexiones que la colocan como una de las primeras feministas en México, como podemos constatarlo, por ejemplo, con las siguientes palabras de “En torno a nosotras”: “…la mujer es distinta del varón y debe afirmar su diferencia, en vez de esperar a igualarse”.
Rivas Mercado publicó muy escasamente en vida; al principio de Torbellino de voluntades encontramos dos ensayos de la autora que llevan los títulos “En torno a nosotras”, publicado en la revista Ulises en 1927, y “La mujer mexicana”. Respecto a la publicación de este texto, Rosas Lopátegui explica en una de las notas que lo acompañan lo siguiente: “Luis Mario Schneider publicó por primera vez ‘La mujer mexicana’. El investigador mencionó erróneamente que ese artículo ensayístico se había dado a conocer en El Sol de Madrid, en febrero de 1928”. Este texto, entonces, como lo aclara pertinentemente la investigadora, era inédito antes de aparecer en las Obras completas de Antonieta Rivas Mercado, libro publicado por Editorial Oasis y la SEP en 1987, en una edición realizada por Schneider.
En estos dos ensayos Antonieta se refiere sobre todo al papel de la mujer en la sociedad de su época, a través de reflexiones que la colocan como una de las primeras feministas en México, como podemos constatarlo, por ejemplo, con las siguientes palabras de “En torno a nosotras”: “…la mujer es distinta del varón y debe afirmar su diferencia, en vez de esperar a igualarse”. Además, su feminismo marcó significativamente su adherencia a la campaña de José Vasconcelos, pues el político y filósofo fue el primero en proponer el acceso de la mujer al voto dentro de su campaña presidencial.
Después de su muerte sus escritos fueron conservados por Manuel Rodríguez Lozano y José Vasconcelos y dados a conocer de manera azarosa y esporádica a la muerte de éstos. Algunos de los primeros libros que recogen sus escritos fueron Cartas a Manuel Rodríguez Lozano 1927–1930 (1975) y 87 cartas de amor y otros papeles (1980), editados y publicados por Isaac Rojas Rosillo. De estos volúmenes Rosas Lopátegui extrae para Torbellino de voluntades el relato autobiográfico titulado “Páginas arrancadas”. Este texto tiene la forma de un diario en el que la autora cuenta la amarga experiencia que significó para ella el hecho de confesarle a su esposo que ya no lo amaba y que deseaba divorciarse. La reacción de su marido, quien no acepta esta simple razón, es violenta e intenta obligarla a confesar que tiene un amante, aunque no sea cierto. Además, el varón despechado realiza un “auto de fe” en el que incendia los libros de ella; podemos atestiguar en estas páginas lo que este acto significó para una mujer culta e intelectual como Antonieta.
“Hizo del arte epistolar su principal legado a las generaciones que le siguieron”. De ahí precisamente que la parte más nutrida de este libro sea la que ocupan sus misivas, y en ellas encontramos algunas muy interesantes escritas a personajes tan importantes como Alfonso Reyes o Federico García Lorca.
Sin embargo, fue en sus cartas en las que Rivas Mercado desarrolló con más amplitud su escritura, como lo dice Fabienne Bradu: “Hizo del arte epistolar su principal legado a las generaciones que le siguieron”. De ahí precisamente que la parte más nutrida de este libro sea la que ocupan sus misivas, y en ellas encontramos algunas muy interesantes escritas a personajes tan importantes como Alfonso Reyes o Federico García Lorca. Aunque, retomando una vez más las palabras de Bradu: “Las cartas a Manuel Rodríguez Lozano constituyen la parte medular de su correspondencia”. Éstas reflejan un profundo enamoramiento y apasionamiento de la escritora por el pintor, como puede apreciarse en las siguientes líneas que le dirige: “Mi cariño por usted es inalterable. Así pasen meses o años, así lo vea o no lo vea, estoy con usted siempre, y ya se lo dije, disponga usted de mí”. Su relación no rebasó el terreno de lo platónico debido a las preferencias sexuales del artista, a quien como lectores habíamos encontrado en el título anterior de la colección Insurrectas dedicado a la poeta Nahui Olin. En ambos casos nos queda la impresión de Rodríguez Lozano como una persona negativa e insidiosa; para poner un par de ejemplos que ilustran su actitud, y que se encuentran en Torbellino de voluntades, podemos mencionar que el pintor, junto con el escritor Andrés Henestrosa, quienes eran considerados como amigos por Antonieta, abusando de su confianza, saquearon su casa situada en el convento de San Jerónimo, en donde se encuentra actualmente la universidad del Claustro de Sor Juana. Otro ejemplo de esto es que fue su intervención la que provocó la disolución del grupo Ulises, al enfrentar, por medio de sus manipulaciones, a Novo y Villaurrutia —quienes se referían a él como “la sierpe”— con Antonieta, además de que se adjudicaba en sus escritos la iniciativa de crear el Teatro Ulises aunque esto no fuera cierto.
En la sección de entrevistas, las que resaltan sobre todo son las que sostuvo Rosas Lopátegui con dos estudiosos de la obra de Antonieta Rivas Mercado, ambas inéditas antes de su publicación en Torbellino de voluntades. Una con Tayde Acosta Gamas, responsable de la más reciente edición de las Obras completas de nuestra autora y la otra con Miguel Capistrán, uno de los principales críticos e investigadores de la literatura de Los Contemporáneos. En esta entrevista Capistrán se avoca a valorar la importancia del grupo Ulises y el papel que tuvo Rivas Mercado en él, aunque no haya sido reconocido adecuadamente: “…yo insisto siempre en señalar que se debe hablar más bien del grupo Ulises–Contemporáneos, que puramente Contemporáneos, porque si se revisa bien lo que hicieron, lo más importante, por lo cual se dieron a conocer fue con Ulises, y siempre se menosprecia a Antonieta, queda reducida a mera mecenas”.
En lo que respecta al apartado de la recepción se distinguen, sobre todo por el número de textos y la importancia de sus autores, los escritos por Salvador Novo y Xavier Villaurrutia. En ellos los poetas escriben de primera mano sobre su experiencia junto a Antonieta Rivas Mercado y algunos otros artistas en el Teatro Ulises, el cual fue pionero en su espíritu independiente, cosmopolita y experimental dentro del panorama del teatro en México en los años veinte. Esta compañía tradujo, montó y actuó un selecto repertorio de obras de teatro europeo de vanguardia entre las que se encontraban Simili, de Roger Marx, Orfeo, de Jean Cocteau, y Welded, de Eugene O’Neill, traducida por Novo y Rivas Mercado.
si bien el paso de Antonieta Rivas Mercado a través de la cultura mexicana fue deslumbrante y fugaz, sus repercusiones y huellas fueron duraderas. Tras tantos años de su fallecimiento, libros como Torbellino de voluntades siguen ahondando en su vida y obra y difundiendo entre los lectores su literatura y su figura como promotora de la cultura y las artes.
No nos queda más que lamentar que en la época delTeatro Ulises todavía no hubiera la posibilidad, como la hay en nuestros tiempos, de registrar todo en video y que no exista una grabación de aquellas puestas en escena para que pudiéramos disfrutar de las actuaciones de esos enormes escritores, al menos como curiosidad literaria. Sin embargo, entre las páginas del libro de Rosas Lopátegui encontramos algunas fotografías publicadas por algunos de los periódicos del momento, en las que Antonieta aparece actuando junto a Gilberto Owen, Xavier Villaurrutia y Salvador Novo en representaciones en el Teatro Ulises. Estos materiales son las únicas imágenes que tenemos para observarlas y, a través de ellas, imaginar cómo eran estas puestas en escena. También es importante mencionar que, con las ganancias obtenidas con estas obras, Antonieta llevó a cabo el financiamiento de las ediciones de Ulises, con las que se editaron los libros Dama de corazones, de Xavier Villaurrutia, Novela como nube, de Gilberto Owen, y Los hombres que dispersó la danza, de Andrés Henestrosa, todos ellos publicados en 1928.
En Torbellino de voluntades se incluyen también múltiples notas periodísticas que abordan el escandaloso suicidio de Antonieta Rivas Mercado en la catedral de Notre Dame en París y que dan cuenta de las circunstancias y el contexto de los hechos que rodearon su muerte. Entre ellos, uno de los más importantes, y que marcó de una manera definitiva a la escritora, fue el haber perdido la patria potestad de su hijo, la cual había peleado durante años, pero que finalmente le fue otorgada a su exmarido, situación que la llevó a huir a Francia para poder conservar al menor a su lado, pero cuando algunos miembros de la familia de Antonieta se negaron a hacerle llegar su dinero, se vio súbitamente sin un modo de subsistencia, lo que, aunado a la inminente pérdida del menor, la llevó a actuar de una manera desesperada.
Torbellino de voluntades, editado por Patricia Rosas Lopátegui, cierra con el apartado dedicado a la iconografía de Antonieta, en la que destacan algunas fotos familiares con sus padres y su hijo, así como con personajes como Vasconcelos y García Lorca, con quien aparece caminando por las calles de Nueva York.
Finalmente, puede decirse que, si bien el paso de Antonieta Rivas Mercado a través de la cultura mexicana fue deslumbrante y fugaz, sus repercusiones y huellas fueron duraderas. Tras tantos años de su fallecimiento, libros como Torbellino de voluntades siguen ahondando en su vida y obra y difundiendo entre los lectores su literatura y su figura como promotora de la cultura y las artes, y como una mujer brillante, cuya existencia todavía nos ilumina. ®