En esta crónica se concluye que necesitamos el arte y la creación porque la vida es una alianza, un encuentro, y para conectarnos con lo demás es necesario conciliarnos primero con nuestro centro. Persiste.
Ahora me dedico a inventar recuerdos, los que yo quiera. Por ejemplo, el bar al que iba con mis amigas en un lugar donde vivimos un tiempo. Un bar especial en mi corazón: Journey’s.
Se encontraba en medio del bosque profundo en California, entre carreteras lisas y sin baches, tierra de cazadores, antes ocupada por gambusinos, cruce de seis ríos y tierra en la que ahora se cultiva oro verde: Cannabis.
Jóvenes, alegres, bellas y capaces de quitarle el trabajo a cualquiera. Gitanas. Estar en una escena de Natural Born Killers es algo que hacemos todo el tiempo, los días son un soundtrack rebosado de amor y violencia.
Un sueño, lugar para freaks tipo Mickey y Mallory Knox con una brillante rockola y clásicos del rock; era una guarida de leñadores. Montañas, luz muy blanca y pinos altísimos que aún viven en mis pulmones, recuerdo su forma y mi pecho se abre. Ahí los extranjeros tienen la ilusión de hacer dinero rápido. La belleza del sueño americano. Piso y paredes de madera, personas con la piel colorada por labores bajo el sol, ropa desgastada, cabezas despeinadas, miradas desconfiadas y la adrenalina que produce el sentirse distinta o extranjera, por eso nos emocionan tanto los viajes, porque comúnmente nos sentimos seres impresos bajo una producción en serie y de mal gusto; en general, nos vemos, sentimos y pensamos como esas muñequitas que se recortan sobre una hoja de papel doblada, idénticas. Pero en Journey’s éramos distintas, una amenaza. Jóvenes, alegres, bellas y capaces de quitarle el trabajo a cualquiera. Gitanas. Estar en una escena de Natural Born Killers es algo que hacemos todo el tiempo, los días son un soundtrack rebosado de amor y violencia, la clave es encontrar los espacios adecuados y bailar para ecualizar la mente y los sentimientos.
En Journey’s la protagonista era la rockola y yo pasaba horas frente a ella con mi viejo vestido de mezclilla, olvidando por completo que la carretera está repleta de gente armada y pandillas en conflicto. Bailamos, comemos pizza y gastamos rápido el dinero que ganamos arduamente.
Aunque el bar que quiero inventar tiene tragos que parecen martinis, no de los dulces, sino los secos. Un sitio que me da mucha nostalgia y en el que nunca estuve. Salgo del bar, bajo una pendiente y encuentro dos sitios de ofrenda. En el primero me encuentro con mi símbolo, la vesica piscis, aunque estoy segura de que fue ella quien me encontró a mí en un viaje de LSD en 2007.
A la vesica piscis también se le conoce como vejiga de pez, en latín, o almendra, en italiano y yo veo fragmentos de ella en todos lados. Su forma y significado es similar a los labios superiores de las cabezas olmecas, que sintetizan a dos serpientes que se encuentran de frente. Un punto que se bifurca, la energía eterna. Y no es que yo la busque, la vesica está en todos lados, dentro de la fruta y en la nariz de los perros.
Hace poco revisaba un libro sobre Hilma af Klint (1862–1944), artista sueca, pintora y médium, espiritista e involucrada profundamente en la teosofía. Para ella espiritualidad y ciencia eran lo mismo. Hilma y cuatro amigas más se autonombraron Las Cinco y durante 1903 y 1904 hicieron reuniones espiritistas con el propósito de contactar espíritus y realizar ejercicios de dibujo y escritura automática. Diversos espíritus las contactaron y les encargaron realizar una serie de dibujos. Hilma fue la única que desarrolló la encomienda durante el resto de su vida, tratando de plasmar en su obra la realidad espiritual que trasciende al mundo observable.
Hilma añade constantemente en sus pinturas las letras o símbolos U y W, que figuran principalmente en la serie de pinturas Primordial Chaos. En YouTube se encuentra una charla sobre el trabajo de Hilma, programada por The Philosophical Research Society, de Los Angeles, CA y en ella se menciona que U simboliza al espíritu y W a la materia.
En el arte lo material y lo espiritual se encuentran y la sensualidad se desborda. La creación nos devuelve a nuestro estado natural, somos creaturas estéticas, sensibles y capaces de percibir con profundidad. Durante mi primera temporada en el bosque la luz, el paisaje y el contexto me obligaron a escribir bajo los árboles en mis días libres. Ahí apareció mi fuerza, en el encuentro conmigo misma y los espíritus del bosque. La creación es terreno fértil para el encuentro. La vesica piscis prevalece, ante todo.
Arte, trabajo y dinero sangriento
Tuve la idea de ser madre durante un año entero y, de no haber tenido esa idea, posiblemente hubiera enloquecido, o hubiera enloquecido aún más. Esa temporada ha sido la más difícil en mi vida, cultivando en medio del bosque y para sobrevivir me aferré a un plan absurdo: al regresar al país sería madre y haría una familia con el amor de mi vida en turno; como si tal cosa existiera. Ésa fue la mentira que me conté.
He trabajado en un museo, en instituciones culturales, en la redacción de un periódico, en bares, restaurantes y cocinas en México y en Inglaterra; he sido recepcionista y telefonista. También fui staff de una banda de covers, edité video, hice arte para cortometrajes, paseé perros, di clases de animación stop motion para niñas y niños, fui suplente de una maestra de primero de primaria y profesora de la materia Análisis y construcción del personaje en la escuela en la que estudié. Seguramente omito algunas labores, pero, por mucho, la segunda temporada en California fue la más pesada en mi vida.
En el ensayo “Las apuestas: recuerdos y opiniones” el poeta Stephen Dunn dice: “Somos creyentes en el dinero fácil, americanos hasta el fondo de nuestros sueños”. Me identifiqué de golpe cuando encontré esa declaración. Una parte de mí está tomada por una gringa loca y consumista.
Para sostener los gastos de mi plan obsoleto cultivé la tierra, en ocasiones desde muy temprano y hasta el anochecer. Me dolían las manos, especialmente debajo de los pulgares, las muñecas y las rodillas. Recibí comentarios racistas, humillaciones y los gringos me difamaron y también el arduo trabajo que realizaban mis compañeras con tal de construir una ficción que justificara la mitad del pago que habíamos acordado.
Cultivé la tierra, en ocasiones desde muy temprano y hasta el anochecer. Me dolían las manos, especialmente debajo de los pulgares, las muñecas y las rodillas. Recibí comentarios racistas, humillaciones y los gringos me difamaron…
Las negociaciones se pusieron muy rudas y tuve la suerte de regresar a casa con vida. En las montañas salía a correr muy temprano, agotada por el trabajo, pero motivada por la ansiedad, y hacía una suerte de meditación mientras corría. Pensaba en cinco planes y deseaba fervorosamente que se hicieran realidad. Uno de ellos era ser madre, las mujeres podemos ser obsesivas, las mujeres somos fuertes. Recé con intensidad en medio de los venados, animal que considero sagrado.
Tengo una pesadilla constante, la mitad de la visión se nubla y observo a través de una lente vaporosa atmósferas fuera de foco. Ése es mi miedo más grande, saber que la visión es limitada.
Cada quién limpia sus lentes como puede, el problema es que traemos las manos muy sucias. En todos mis trabajos he visto siempre la misma actitud miserable; si es necesario los elementos de un equipo hablan mal o mienten sobre las demás con tal de salvar su puesto.
No sé si quiero ser madre, o si algún día volveré a desearlo, lo que sí sé y siempre he sabido es que quiero pertenecer a una familia, y es necesario que nos mantengamos abiertas a construirla fuera de los esquemas convencionales y a nuestro propio ritmo.
Todo el dinero es sangriento, da igual por dónde lo mires. Y la mayoría de las personas están dispuestas a conseguirlo pasando sobre cualquiera. El sueño capitalista encarnado es la realidad que vivimos, entre personas solitarias con el alma quebrada por el miedo.
Necesitamos el arte y la creación porque la vida es una alianza, un encuentro, y para conectarnos con lo demás es necesario conciliarnos primero con nuestro centro. Persiste. No permitas que nada ni nadie te aleje de tu arte. ®
Aquí, Hilma af Klint.
Tráiler de Beyond the Visible, documental sobre Hilma af Klint.